[Passim]. En carta a Moore del 19 de septiembre de 1821 hace referencia Byron a este segundo acto de la manera siguiente: «He enviado a Murray (su editor) otra tragedia con el nombre de Caín que está llena de cierta declamación titánica. Lucifer, uno de los personajes del drama, conduce a Caín a un viaje a través de las estrellas y luego al Hades, donde le muestra los fantasmas de un primer mundo y sus habitantes. Me he basado en la tesis de Cuvier de que el mundo fue destruido siete u ocho veces y de que estaba habitado por mamuts y leviatanes, pero no por el hombre todavía, que no aparece hasta el período mosaico. Así lo prueban los estratos de huesos descubiertos, pertenecientes a animales desconocidos y conocidos, pero ninguno a seres humanos. He supuesto, no obstante, que Lucifer mostraba a Caín seres racionales anteriores a Adán que estaban dotados de mayor inteligencia que el hombre, pero con una forma totalmente distinta y con mucha mayor fuerza mental y física. Puedes suponer que la breve conversación que mantienen Caín y Lucifer se basa en cuestiones no lo bastante canónicas».<<