HOMOSEXUALIDAD

La homosexualidad se caracteriza por el amor entre dos personas del mismo sexo que logran plena compenetración, aunque no la haya.

En toda relación homosexual suele haber un integrante pasivo y otro activo. El activo es el que prepara el desayuno, se ocupa de los asuntos domésticos y trabaja. El pasivo se pasa todo el día mirando televisión y limándose las uñas.

La homosexualidad ha sido común en muchas culturas a través de la historia; desde que apareció en la tierra el Homo Sapiens, ha existido también el Sapiens Homo.

En Grecia y Roma antiguas la homosexualidad era algo corriente y recomendable; tanto, que el heterosexual era muy mal visto y se convirtió en objeto de burla y discriminación. En esa época abundaban los chistes groseros sobre heterosexuales, que incluían la cruel parodia de sus gestos y maneras de hablar. Los hombres heterosexuales, marginados, sólo podían destacarse como bailarines, peluqueros y modistos. Las mujeres heterosexuales, como bomberos y camioneros. En un esfuerzo por perder características masculinas, muchos varones se quitaban hormonas.

La homosexualidad fue perseguida por el judaísmo y el cristianismo. La Inquisición condenó la homosexualidad como un pecado y, ya que estaba condenando, también condenó la homogeneidad, la homeopatía, la homologación, los homónimos y hasta los omóplatos, pues afirmaba que el demonio suprimía la hache «para tentar a los ombres».

Los homosexuales eran llamados «sodomitas» o, ya mayores, «sodomos», en recuerdo de la ciudad de Sodoma, destruida por el fuego celestial a causa de los vicios de sus moradores. Allí sólo se salvó Lot porque era el único justo, y con él su mujer y sus hijas, quienes exclamaron, agradecidas: «Thanks a Lot».

La ciudad vecina, donde se practicaban actividades igualmente viciosas, era Gomorra, pero la llamaban despectivamente Gonórrea. También desapareció, con unas dosis de penicilina.

Las lesbianas deben su nombre a la isla de Lesbos, donde estaba asentada o acostada Safo, una poetisa que aprovechaba su nombre masculino para enamorar mujeres por correspondencia.

Varios grandes hombres han sido homosexuales y varios homosexuales han sido hombres grandes: Aristóteles refería que Platón lo era, ¡aunque hay que ver las cosas que decía Platón de Aristóteles! Alejandro Magno fue también homosexual; justamente un amigo íntimo suyo que admiraba sus dotes le puso lo de Magno. Leonardo da Vinci era bisexual y ambidiestro. Esta pluralidad de intereses era característica del hombre renacentista. Leonardo, además, era bilingüe y bígamo, e inventor de la bicicleta y el biberón.

Muchos famosos homosexuales,/ que su tendencia desconocían,/ se refugiaban en la poesía,/ y así evitaban peores males. Como Paul Verlaine, quien abandonó a su mujer cuando conoció a Arthur Rimbaud, hasta que éste decidió abandonar la poesía y también a Verlaine, para evitar peores males.

Con el nacimiento de la psiquiatría, la homosexualidad pasó a ser mirada como una enfermedad. Era una mirada un poco miope, y en 1973 fue por fin retirada de la lista de enfermedades mentales de la American Psychiatric Association. Indignados, grupos radicales gay protestaron enérgicamente por lo que consideraron una nueva e injusta exclusión, y sólo se sintieron satisfechos cuando lograron incluirla nuevamente en la lista.

El activismo gay, promovido por el científico francés Gay Lussac, trató de eliminar toda forma de discriminación y ayudó a cambiar la mentalidad de la gente. Actualmente hay periódicos gay, grupos políticos gay, grupos de rock gay y hasta heterosexuales gay.

Los homosexuales han optado en los últimos tiempos por afirmar en público su condición y pedir respeto hacia ella. Algunos también piden apoyo y no falta el que además le pide a uno el teléfono.