Tras el desastroso final de su última relación amorosa, Polly Waterford se traslada a un balneario en una remota isla frente a las costas de Cornualles, donde se instala en un piso pequeño y solitario situado encima de una tienda abandonada.

Para distraerse de sus problemas, Polly se concentra en su afición favorita: amasar y hornear pan. Pero su relajante pasatiempo de fin de semana no tarda en convertirse en una pasión. A medida que vuelca sus emociones en amasar y golpear la masa, cada hogaza resulta mejor que la anterior. Entusiasmada, Polly empieza a incorporar nueces, olivas o semillas a la masa, además de la miel que le proporciona un apuesto apicultor del lugar. Recurriendo a reservas de determinación y creatividad que ignoraba que poseía, Polly maravilla a los habitantes del pueblo y a los visitantes con las maravillas que salen de su horno, y de paso descubre una vida nueva y brillante allí donde jamás esperaba encontrarla.