Durante la cuarta dinastía y aconsejado por el astrólogo real, el faraón Kheops decidió acometer una magna empresa: construir una pirámide que será su monumento funerario y, supuestamente, preservará a Egipto de males futuros. Cetes, el astrólogo y mago, encargará al mejor arquitecto egipcio, el peculiar maestro Tofis, los trabajos de construcción, que se prolongarán treinta años. Pronto surgirán problemas: en primer lugar, los mosquitos, el tormento de los pobladores de la cuenca del Nilo; no menos espinosa es la lascivia de Boula, la mujer nubia de Tofis, que provoca desafueros en todos los que visitan a éste. A todo ello se sumará Hentsen, la incestuosa hija de Kheops, que tiene dos maridos: el propio faraón y el mago Cetes.

Así, entre intrigas cortesanas, diálogos disparatados y digresiones mitológicas y políticas, pero sobre todo salidas de tono y comentarios delirantes del autor, que a propósito se deleita en los anacronismos, avanza no sólo la construcción de la pirámide, sino también esta divertida novela.

Con La hija de Kheops, rescatamos para nuestro catálogo esta obra de Laiseca —autor de culto que cuenta con numerosos e incondicionales lectores— que, en una época de novelas históricas cortadas con idéntico y previsible patrón, aporta una innegable originalidad al género, hasta convertirlo en parodia.