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Y joder, estuve flipando. Soñé que viajaba, que iba muy lejos, que conducía un Cadillac descapotable azul por una autopista en el desierto, sin cristales, sin ruedas, sin horizonte. Soñé que Exploding corría, se ponía a mi altura, y yo pisaba el acelerador, y él subía a un monociclo. Soñé que iba a 150 kilómetros y no sentía el viento pero a Exploding le movía el flequillo. Soñé que gritaba que estaba perdido y él mostraba un tatuaje que tenía en el interior de su brazo que decía “cuando esté loco, solo me quedarán los libros”. Soñé que soñaba dentro de un sueño.