SALUDO AL HOMBRE
Con mayúscula escribo tu nombre y te saludo,
Hombre, mientras depongo mi femenino escudo
En sencilla y valiente confesión de derrota.
Omnívoro: naciste para llevar la cota
Y yo el sexo, pesado como carro de acero,
Y humilde (se delata en función de granero).
Brindo por tu adiestrada libertad, la soltura
Con que te sientes hijo claro de la natura
Y lector aplicado de aquel su abecedario
Que enseña el solo verbo que es interplanetario.
Mas no con gesto humilde, instintivo, anhelante,
Tu pecho se deforma en boca del lactante,
No se ajusta a tu carne pasajera belleza
Que se acrece con artes que lo son de pereza:
Tu juventud, más alta, se hace de pensamientos:
(Las ideas dan rosas y rosas los ungüentos…)
¿No eres el Desligado, Sire, por excelencia?
¡Salud! En versos te hago mi fina reverencia.