La muerte
«Los observadores recorrieron con la lente la ladera del Segundo Helero convencidos de que los dos españoles se hallaban en plena retirada. Pero no fue detectada su presencia. Por fin fueron atisbados en el comienzo de la Rampa. ¡Proseguían la ascensión! […] La última vez que se los vio aquel día, al atardecer, se encontraban en la base de la Chimenea de la Cascada».
(Arthur Roth, Eiger, la pared trágica)