NOTAS
[1] Sob en inglés. (N. de la T.) <<
[2] Libro del registro catastral realizado en Inglaterra en 1086. (N. de la T.) <<
[3] Si hubiera ido por ese camino unos meses después, habría visto los primeros fragmentos excavados del palacio del rey Matías. He pasado por allí al cabo de los años: las magníficas ruinas renacentistas dan una clara idea de lo que fue la Hungría de la realeza antes de la conquista turca. <<
[4] Véase El tiempo de los regalos, página 261. <<
[5] Véase El tiempo de los regalos, página 145. <<
[6] Personaje de la novela Los papeles póstumos del Club Pickwick, de Charles Dickens. (N. de la T.) <<
[7] Este honor relacionado con el Sacro Imperio Romano reapareció varias generaciones después cuando su singular e igualmente osada descendiente, Isabel Arundell, esposa de sir Richard Burton el explorador, se hizo notar en Trieste utilizando su categoría de geborene Gräfin («condesa de nacimiento»), bastante en consonancia con la costumbre austríaca, cuando Burton era cónsul en la ciudad. Isabel dirigía allí una especie de RSPCA (Sociedad Real para la Prevención de la Crueldad con los Animales) y probablemente su iniciativa respondía a una astuta estrategia, dado que la ciudad todavía pertenecía a Austria. También se dedicaba a nadar y a montar y saltar obstáculos a caballo junto a su marido. Es una lástima que quemara todos los documentos de él. <<
[8] El castillo Pottenbrunn, cerca de Saint Pölten. Véase El tiempo de los regalos, página 237 y ss. <<
[9] El conde Teleki volvió a ser primer ministro poco antes de la guerra, alentado por la esperanza de rescatar algo de la penosa situación que tuvo que sufrir Hungría. Probritánico en lo más hondo de su corazón, pero presionado por los imperativos del momento a tomar decisiones no muy de su agrado, en la primavera de 1941 prefirió suicidarse antes que permitir el ataque alemán a Yugoslavia a través del territorio húngaro tras la firma por parte de Hungría de un pacto de amistad con los yugoslavos. <<
[10] En un mapa moderno solo puedo encontrar Irsa, pero a veces se modifican los nombres y esta esquina de mi viejo mapa, ajado después de tanto plegar y desplegar, se borró hace mucho tiempo. Pero en las notas de mi diario está como Alberti-Irsa, así que habrá que arriesgarse y mantenerlo. <<
[11] Lo más curioso es que la palabra que usan los gitanos húngaros y rumanos para «agua» es pai (sin la ene). Pero así es como la oí. Me pregunto si la letra desaparecida aún permanece en el subconsciente, igual que la atávica y espectral ese detrás del acento circunflejo francés. <<
[12] Aunque no lo sabía entonces, pétali o pétalo es la palabra en griego moderno para «herradura de caballo», y es posible que se incorporara al léxico romaní durante el siglo o dos en que los gitanos debieron de permanecer dentro del imperio de Bizancio. El término griego original significa «una hoja», de donde surgieron tanto «pétalo» como «herradura», ya que en Grecia y en todo Oriente Medio siguen herrándose los burros con una fina capa de acero con forma de hoja. La moderna medialuna hueca que se pone a caballos y mulos debe de ser un refinamiento posterior, dado que aún se usa el término antiguo para todos los casos. <<
[13] Lajos en magiar, que se pronuncia «Lóyosh», más o menos. <<
[14] Junto a su río natal de Siberia, el Irtish, los llamaban «Kipchaks», y «Polovtzi» en la Rusia meridional (de ahí la expresión danses polovtiennes, de El príncipe Ígor). <<
[15] La casa era la Baleni, en la región moldava de Covurlui, no lejos de Prut. <<
[16] Mi amigo R. F. me ha advertido que no debo sacar conclusiones apresuradas sobre esta cuestión. Como tantas otras cosas en Hungría, estos asuntos son mucho más complejos de lo que parecen. <<
[17] Esterházy, tal vez, o el conde Sándor, padre de Pauline Metternich. Y después el ganador del Gran Nacional, Kinsky, aunque era originario de Bohemia. <<
[18] Lord Dundreary es el señorito indolente, torpe y sin dos dedos de frente que protagoniza la comedia de Tom Taylor (1817-1880) Our American Cousin. (N. de la T.) <<
[19] El apellido y el nombre de pila van en orden inverso en húngaro. <<
[20] Jeeves es el omnisciente e ingenioso criado que aparece en muchas de las novelas de P. G. Wodehouse. (N. de la T.) <<
[21] Véase El tiempo de los regalos, página 348. <<
[22] «Pojekai, Hanka, tam u hrustu, tam u hrustu, tam u hrustu…», etc. <<
[23] Para ser exactos, la región empezaba a unos cincuenta kilómetros hacia el este del punto al que había llegado. Pero, al parecer, el tramo estrecho que la une con la frontera húngaro-rumana de la posguerra (la que yo acababa de cruzar) no tiene un nombre específico y en general la gente suele incluirla erróneamente en Transilvania, pues resulta más fácil denominar así todo el territorio que en 1920 había pasado de Hungría a Rumanía; a veces yo mismo me dejo llevar por este hábito, poco riguroso pero cómodo. <<
[24] El del historiador romano del Bajo Imperio Flavio Vopisco, uno de los Scriptores Historiae Augustae. <<
[25] Una fuente húngara, el notario anónimo del rey Béla (1234-1270), se hace eco de una tradición según la cual los húngaros invasores tuvieron que vencer la resistencia de un tal Gelu, cabecilla de las tribus valaco-eslavas de la Transilvania central, antes de poder someter la región. <<
[26] «Están aquí todos los pensamientos que desgarran el corazón, y todos en vano, el horror, el desprecio, el odio, el miedo, la indignación…». (A menudo me venían a la mente estos versos.) <<
[27] Según sir Walter Scott, o Macaulay citándolo (he buscado en vano sendos textos y seguramente encontraré el párrafo justo el día siguiente de que se publique este libro), Bracciano con su lago cubierto de juncos era el mejor ejemplo de fortaleza medieval que había visto nunca: una piña de torreones cilíndricos se elevan al cielo del Lacio y despliegan en las alturas aleros matacanados, que se miran narcisistas en su propio reflejo inmóvil, muchas brazas abajo, en las aguas del lago. <<
[28] Los únicos practicantes del rito en latín en esta parte de Rumanía eran los húngaros y los suevos. Creo que la población circundante estaba formada en su mayor parte por uniatos, es decir, católicos del rito oriental, cuya liturgia ortodoxa se cantaba en rumano desde finales del siglo XVII, después del período griego que había seguido al eslavo eclesiástico de la fase inicial. <<
[29] El enigma se resolvió veinte años después en la abadía de St. Wandrille, en Normandía. Es el decimoprimer verso del Salmo 91 y, dado que se canta cada noche en las completas, seguramente lo había oído la noche anterior. <<
[30] Su nombre en rumano, o sea, su nombre oficial, es Mures (pronunciado «Múresh»), pero como la casualidad hizo que durante esta parte del viaje solo oyera la versión magiar, Maros (pronunciado «Marosh»), me resulta raro escribirlo de otra manera. A partir de ahora aparecen dos o tres nombres para un mismo accidente geográfico, por lo que la confusión está servida. Pido disculpas de antemano. <<
[31] Savarsin. <<
[32] El ban (vocablo persa introducido por los ávaros) era un gobernador militar, y su jurisdicción era el Banato, término aplicado posteriormente a algunas provincias fronterizas de Hungría, Eslavonia y Croacia. Sin embargo, Banato a secas se ha referido siempre a esta región en concreto. Curiosamente, nunca ha estado gobernada por un ban. <<
[33] El recuerdo de esta fijación del conde Jenö afloró durante un almuerzo con Arthur Koestler en una taberna ateniense hace unos veinte años. Koestler reaccionó prestando inmediatamente toda su atención, y me comentó que también a él le había interesado la cuestión pero que no la conocía tan a fondo como le gustaría. Al cabo de un par de años se publicó The Thirteenth Tribe, que levantó ampollas entre los historiadores judíos. ¿Es posible que nuestra conversación en la taberna le hubiera animado a retomar el asunto? Ya es tarde para preguntárselo. <<
[34] Bruce Chatwin, para quien los nómadas y su historia esconden cada vez menos secretos, me explica que este detalle queda corroborado por los hallazgos de Katanda, en el Altai. Datan del año 400 a. C. y han sido desenterrados con ayuda de una kurgan («carretilla») turca. Se trata de los restos, intactos gracias al permagel, de un jefe nómada que lleva un justillo hecho con retazos en forma de losanges, de 10,15 × 7,60 cm, teñidos de naranja, azul, amarillo y rojo, fabricados con el pellejo de pequeños mamíferos (jerbos, tal vez, que abundan en la estepa). <<
[35] Ronda por allí el fantasma de la esposa del capataz, igual que ocurre en el puente de Arta, en Epiro, y en la Curtea de Arges en Valaquia. Las tres han inspirado antiguas baladas. <<
[36] Huneoara. <<
[37] Una réplica exacta de este castillo se alza entre los chopos de una isla en medio de un lago de la Ciudad Jardín de Budapest. Se construyó en 1898 en honor a Hunyadi, como parte de las celebraciones del milenario de la historia de Hungría. Por un instante, el edificio original transilvano me pareció casi inverosímil al rememorar aquella visión fugaz. <<
[38] Algunos expertos, como David Rosenthal (uno de sus traductores), están convencidos de que el magnífico poema épico catalán Tirant lo Blanc está basado en las hazañas de Hunyadi. Escrito pocas décadas después de la muerte del héroe, fue uno de los libros favoritos de Cervantes. La teoría de su paternidad rumana queda reforzada si es cierto, como piensan algunos, que lo Blanc («el Blanco») equivale a el Vlach («el valaco»), siendo intercambiables V y B. <<
[39] Y Gábor Bethlen, el famoso general de la Guerra de los Treinta Años, hizo más ampliaciones. <<
[40] Cita del poema «A un piojo (Al ver uno en el sombrero de una señora en la iglesia)» del poeta escocés Robert Burns (1759-1796). El verso dice: «¡Que algún poder nos otorgue la capacidad de vernos como nos ven los demás!». (N. de la T.) <<
[41] Su hermano Jean, el último primer ministro, había sido asesinado seis meses antes por la Guardia de Hierro. «Unos canallas miserables —dijo sucintamente el conde Jenö, y añadió—: ¡Qué lástima! Duca era el mejor político del país.» <<
[42] Era muy amigo de Adam v. Trott y, tiempo después, estuvo implicado en la conspiración Stauffenberg, aunque parece ser que tuvo escrúpulos en cuanto al asesinato en sí. Véase la autobiografía de Tatiana Metternich (Tatiana en Inglaterra, o Under Five Passports en Estados Unidos) y The Berlin Diaries 1940-1945, de Missie Vassiltchikov (Chatto, 1986). <<
[43] Pronunciado «Rett-en-ett-esh», significa «terrible». <<
[44] Hoy Peć, en el sur de Yugoslavia. El viejo monasterio del patriarca sigue en pie, a la sombra de los plátanos y repleto de frescos magníficos. Actualmente la región está habitada casi por completo por kosovares, los musulmanes albanos. <<
[45] Algunas personas de estas páginas han desaparecido de la escena, pero en el caso de aquellas que están tan vivas como yo mismo (como István, o Angéla en el capítulo siguiente), me parece que lo mejor es alterar su nombre. Esto me proporciona una mayor libertad a la hora de ensamblar sus conversaciones. Además, han cambiado muchas cosas desde aquellos días de serenidad. <<
[46] Véase El tiempo de los regalos, página 276. <<
[47] Levita corta que usaban los ejércitos al inicio de la Primera Guerra Mundial. (N. de la T.) <<
[48] Véase The Life of John Maynard Keynes, de sir Roy Harrod, The Golden Echo de David Garnett, y el artículo del doctor G. Gömöri en el New Hungarian Quarterly (n.º 79, otoño de 1980). Algunos de sus amigos del grupo Bloomsbury reprocharon a Keynes que se ocupase de desbloquear cuentas congeladas para ayudar a Békássy a regresar y participar en la guerra, en lugar de ofrecerle un internamiento a salvo durante la conflagración. <<
[49] Creo que debían de pertenecer a la interesante y antigua comunidad de los Motsi, que habitaban los riscos y valles en lo más profundo del macizo occidental transilvano. <<
[50] Se decía que en algunas de estas parrandas nupciales estallaba el griterío en señal de aclamación cuando aparecía en la ventana de la novia una sábana o un viso manchados de sangre como prueba de su virginidad, recién finalizada (consumación corroborada en ocasiones, si había sombras de duda, por el sacrificio cómplice y entre bastidores de un pichón a manos de la madre, o eso se decía). <<
[51] ¡Última hora!: por supuesto, eran los ojos Dixie de Dinah los que lanzaban chispas, y no sus ojos de gitana (Gypsy), pero esto era lo que cantábamos nosotros por error, y el gazapo ha quedado indeleblemente fijado en mi recuerdo. <<
[52] Un detalle sobre la Academia, que para mí no habría significado nada entonces pero sí mucho hoy: durante un año, el profesor de Filosofía de la Academia de Bethlen fue el poeta silesio Martin Opitz (1597-1639), «el padre de la poesía alemana», miembro de una pléyade de poetas del siglo XVII entre los que se cuentan Simon Dach, Paul Fleming, Scheffler, Gryphius y Grimmelshausen («Komm, Trost der Nacht, O Nachtigall»), el autor de Simplicius Simplicissimus, la fantástica novela picaresca de la Guerra de los Treinta Años; y Weckherlin, que fue nombrado secretario de latín de Cromwell inmediatamente antes que Milton y escribió un destacado soneto sobre el asesinato de Buckingham. Todos ellos han sido imaginativamente evocados por Günter Grass en Encuentro en Telgte. <<
[53] Recientemente, se ha alargado el nombre rumano uniéndolo mediante un guión al antiguo nombre de Napoca, que fue como los dacios bautizaron su hogar. La «zs» de Kolozsvár se pronuncia como la «j» francesa. <<
[54] En este contexto, «nación» tiene un significado especial: el de minoría noble legislativa. Los siervos de la gleba húngaros, que no formaban parte de ella, no tenían más representación que los antepasados de la mayoría rumana situados en una posición similar. Lo que contaba no era la «nacionalidad», sino la posición en la jerarquía. Hubo nobles rumanos que sí tuvieron voz, pero poco a poco fueron absorbidos por la nobleza húngara hasta desaparecer. <<
[55] En aquella época parecía que las jóvenes húngaras habían acaparado la escena mundial del cabaret: todos los clubes nocturnos que recuerdo estaban llenos de chicas húngaras. Muchas buscaban fortuna en el extranjero y recuerdo de una novela rusa del siglo XIX que la palabra Vengerka («una joven húngara») tenía una connotación vulgar y relativa a cierta profesión. <<
[56] ¿El Târnava? ¿El Kukullo? Eso parece decir el mapa. <<
[57] Un amigo de Kronstadt-Brasov-Brassó me dice que no hay rastro de ningún flautista en la cultura popular del lugar. Probablemente, Browning tomó la idea de los hermanos Grimm, quienes a su vez debieron de tomarla de algún fantasioso sajón transilvano que estuviera estudiando en Alemania. Les encantaba inventar historias rimbombantes sobre su remota patria: seguro que en Bonn, Jena o Heidelberg sonaba tan agreste y lejana como Tartaria. Quizá la leyenda original occidental esté vinculada difusamente con la Cruzada de los Niños. De Alemania partieron dos contingentes, y de Vendôme el grupo principal. Todos ellos perecieron o fueron vendidos como esclavos. En cualquier caso, la propia Hamelin está llena de recordatorios del célebre flautista. <<
[58] Brasov, Brassó y, recientemente, aunque no por más tiempo ya (y muy poco acertadamente para esta antigua ciudad gótica), Stalin. Las modas cambian. <<
[59] Aluta en latín, Alt en alemán, Olt en húngaro y esto mismo en rumano, por una vez. <<
[60] En la escena del burdel de Mitilene, en Pericles, príncipe de Tiro, es justo al revés:
PANDAR: MUERTO ESTÁ EL DESDICHADO TRANSILVANO QUE YACÍA CON LA BRUJILLA.
BOULT: AY, ELLA LE MANCILLÓ RÁPIDAMENTE. <<
[61] Este librito, que llevé conmigo a la guerra, desapareció seis años después cuando un torpedo aéreo hundió el caique en el que escapábamos, en la costa este del Peloponeso. El equipo perdido quedó a demasiada profundidad como para bucear a rescatarlo. Los peces de la pequeña scala de Leonidión debieron de congregarse a su alrededor durante algún tiempo a mordisquear sus páginas y después debieron de dejarlo ahí hasta que se deshizo por completo y se disolvió en el Egeo. <<
[62] «Al que no le guste el vino, las mujeres y la canción / ¡se quedará la vida entera hecho un bobalicón!». La atribución del posadero era acertada. Acabo de comprobarlo. <<
[63] Las montañas de la izquierda de la carretera pertenecían también al Banato. Llegan hasta la línea de crestas que forma el límite occidental del Retezat, parte aún de Transilvania. No estoy seguro de si crucé esta línea de puntos, ni hasta dónde, durante el errático zigzag de los días siguientes. Este es el trecho donde siento que la secuencia de recuerdos se halla en mayor peligro de confusión. De todos modos, creo que no es demasiado grave. <<
[64] Creo que algunos entendidos en el mundo antiguo relacionan esta técnica prehistórica con la leyenda del Vellocino de Oro. Transilvania era la fuente más antigua de oro en el mundo clásico, y pudo ser el lugar donde se extraía el material para los ancestrales tesoros de Egipto. Era apreciado por su cálido matiz «rojo dorado». <<
[65] Arruinada ciudad y fortaleza de la India, en los dominios del Nizam. Fue capital del reino de Golconda. (N. de la T.) <<
[66] Ausonio utiliza la palabra fabio en el Mosela. Desde el Báltico hasta Macedonia la palabra eslava es casi la misma, salvo en Rusia, donde las llaman Forel, obviamente un préstamo lingüístico del alemán Forelle, tal vez debido a la ausencia en la propia Rusia de arroyos de montaña y, por lo tanto, de truchas… Probablemente las conseguían, ahumadas, en los Cárpatos, tras la Primera Partición de Polonia en 1772. De lo contrario, los arroyos más cercanos habrían sido los de los Urales y el Cáucaso. <<
[67] Hace poco me he enterado de que desarrollaron una técnica similar a la del fuego griego para atacar palizadas. Pero aun así… <<
[68] Atención: un poco más adelante aparece otro de estos «ríos negros». La zona es reiterativa en estos aspectos, lo que provoca bastante confusión. <<
[69] No queda más remedio que volver allí y trepar de nuevo. <<
[70] Véase El tiempo de los regalos, páginas 305 y ss. <<
[71] Baile Herculane, Herculesbad y Herkules Fürdö eran los nombres locales. <<
[72] Cuando volví a casa, me las entregó todas. Pero las extravié en un baúl que perdí durante la guerra y hoy las echo de menos con gran pesar de mi corazón. <<
[73] En este contexto no sería propio llamarla Sibiu. <<
[74] R. F., el amigo que se ha ganado el apelativo de polímata en El tiempo de los regalos, me asegura que las otras órdenes (piaristas, premonstratenses, benedictinos y cistercienses) desempeñaron un papel mucho más importante en la historia reciente de Hungría, Transilvania y el Banato. En especial los franciscanos. El más célebre de estos fue el fogoso Capistrano, aliado de Hunyadi y compañero suyo de armas contra los turcos. Donde la Compañía de Jesús había desplegado más sus alas era en el ámbito más amplio del Sacro Imperio Romano de Mitteleuropa, en Inglaterra, Paraguay, India, China y Japón. Pero, aunque mis notas sentenciosas escritas junto al Danubio no fueran tan atinadas como yo pensaba, contienen suficiente verdad como para merecer que no las tache. <<
[75] «Stefan» o «Stephan» Széchenyi era el nombre con el que se lo conocía en Holland House, pero tantas veces escuché su nombre de pila en la versión magiar que me cuesta escribirlo de otra manera. Fue uno de los primeros miembros del Travellers Club. <<
[76] En realidad, la Gran Cordillera Balcánica, y no «los Balcanes», comienza al otro lado de la frontera búlgaro-yugoslava. <<
[77] Luego la encontré. «Imperator Caesar divi Nervae filius», rezaba la inscripción. «Nerva Trajanus Augustus Germanicus—Pontifex Maximus tribunitae potestatis quartum—Pater patriae consul quartum—montis et fluiviis anfractibus—superatis viam patefacit.» («El emperador César, hijo del divino Nerva—Nerva Trajano Augusto Germánico—sumo sacerdote y por cuarta vez tribuno—Padre de la patria y por cuarta vez cónsul—superó las dificultades de montaña y río y excavó esta vía.») <<
[78] Deben de ser los atributos reales que más han viajado de todo el mundo. Después de la Segunda Guerra Mundial estuvieron escondidos durante muchos años en Estados Unidos y solo fueron devueltos hace pocos años. Los vi en la exposición que realizó el Museo Nacional unos meses después de su regreso. Allí estaba la corona misma, el cetro con forma de maza, el orbe, los brazales y la espada regia. Había una cola de gente de casi cien metros esperando para verlos un momento (solo unos segundos, tal era la multitud), y pasaba por delante del tesoro totalmente enmudecida de admiración. Esos objetos eran el símbolo de toda la historia de Hungría y de su orgullo durante los mil años anteriores. <<
[79] Durante un tiempo en Turquía las palabras árabes que significan «Dios es grande» (exclamadas desde el minarete un rato antes y murmuradas ahora en el interior de la mezquita) habían sido reemplazadas por la expresión en lengua vernácula «Allah büyük», igual que la función asignada al fez y al turbante había sido usurpada por la gorra de tela, que normalmente se llevaba con la parte posterior delante como los carboneros, de modo que la frente del devoto pudiera tocar el suelo durante la oración sin el estorbo de la visera. Puesto que nadie de Ada Kaleh, excepto el hodja, tenía estudios básicos, seguía usándose el antiguo alfabeto árabe en lugar del latino que era obligatorio en la Turquía propiamente dicha. Tiempo después encontré esa misma desconfianza hacia los cambios entre las minorías turcas que los tratados posbélicos habían dejado aisladas en Bulgaria y la Tracia griega. <<
[80] Hay quien cree que Hunyadi era el hijo bastardo de Segismundo, y otros (tal vez la mayoría) dicen que era de ascendencia húngara y rumana. Sin derecho alguno para opinar, personalmente siempre he mantenido viva la esperanza de que fuese esto último, por si acaso pudiera convertirse algún día en símbolo de la concordia entre las dos naciones, en lugar de un hueso por el que enseñarse mutuamente los dientes. <<
[81] Un espejo lejano, de Barbara Tuchman, narra sus aventuras de manera fascinante (trad. cast. de Juan Antonio Gutiérrez Larraya, Península, Barcelona, 2000). <<
[82] La madre de Huntingdon era la Bella Dama de Kent. Algunas autoridades en la materia ponen en duda no solo el número de soldados que participaron, sino también el hecho mismo de que Huntingdon y sus hombres llegaran a tomar parte en la campaña. Únicamente admiten la presencia de cierto número de caballeros ingleses entre los hospitalarios que habían embarcado en Rodas. Navegaron por el Danubio con una flota de cuarenta y cuatro barcos venecianos, para reforzar las tropas durante el asedio a Nicópolis. También se ha sugerido la presencia en tierra del propio Bolingbroke y Juan Beaufort, el consagrado hijo de Lancaster. Pero hay coartadas que parecen descalificarlos a todos, tal vez también a Huntingdon… Francia y Borgoña cuentan con media docena de baladas de la época que conmemoran la trágica cruzada, pero es inútil buscar tan solo una oda de lamento en el acervo inglés. <<