DE UNA IGLESIA A UN MUSEO, PENSO EVE, Y ENTONCES
a traves de la puerta, a un club de hombres.
Walter Cavendish presidia en una oficina con grandes sillas y sofas de cuero, con posa brazos anchos, y maderas oscuras y pesadas. Las alfombras eran orientales, de acolchado grueso, como las verdaderas, en ricos tonos y patrones complejos. Un liquido ambar nadaba en licoreras de cristal que podrian haber sido usadas como armas para asesinar muy efectivas.
Habia un elegante centro de comunicaciones e informacion en color negro, a lo largo de este habian accesorios de cuero y bronce que estaban arreglados sobre el antiguo escritorio en donde se sentaba Cavendish luciendo prospero y bien vestido-y a los ojos de Eve-nervioso.
El estaba empezando los cincuentas, con una buena cabeza con un cabello que la gente llamaba color arena en los hombres, y en las mujeres era color raton. Su cara era rubicunda, sus ojos de color celeste que pasaron por el rostro de Eve y luego sobre sus hombros. Su traje era color marron con solo un indicio de rayas doradas para mostrar que le gustaban un poco pizzazz.
El se levanto, y su no muy atractiva cara adquirio lineas solemnes. "Quisiera ver alguna identificacion." El hablo, para la mente de Eve, en los tonos frutosos con que hablaba un actor de Shakespeare.
Ambas, ella y Peabody sacaron sus placas. "Teniente Dallas," dijo Eve, "y Detective Peabody. Parece que su reunion se acabo. Gracioso, no vimos a nadie saliendo."
El parecio momentaneamente confuso, y esos ojos nerviosos se deslizaron a Bruberry en cuanto la administradora hablo.
"Fue una conferencia por enlace."
"Si, una conferencia por enlace. Con Londres."
"Eso es practico." Ella mantuvo sus ojos en Cavendish de una manera que le hacia entender a el que ella sabia que le estaba mintiendo. "Ya que tiene unos pocos minutos ahora, tenemos algunas preguntas que hacerle en relacion con una investigacion."
"Asi me han dicho." El hizo un gesto y comenzo a sentarse. Cuando el no le ofrecio la mano, Eve disparo la suya deliberadamente. Ella queria sentir la mano de el.
El dudo, y ella lo vio dirigir la mirada hacia su administradora otra vez antes de tomar la mano de Eve en la de el.
Un poco suave, noto ella, un poco humeda.
"Cual es la naturaleza de su investigacion?"
"Homicidio. Natalie Copperfield y Bick Byson. Esos nombres son familiares para usted?"
"No."
"Usted no mira las noticias, supongo. No lee los periodicos." Ella le dio una mirada a la pantalla de pared enmarcada en la madera oscura que dominaba la habitacion. "Esos individuos fueron asesinados hace tres noches en sus respectivas residencias. Ambos estaban empleados en la firma de contadores de Sloan, Myers, y Kraus. Y curiosamente, Natalie Copperfield manejaba las cuentas de las operaciones caseras de usted. Pero ese nombre no le suena a usted?"
"Yo no retengo los nombres de todas las personas de las que pueda oir o leer. Soy un hombre muy ocupado. En lo que respecta a contabilidad, Ellyn—mi asistente—es la que trata con esa area."
"Soy consciente de la Srta. Copperfield," declaro Bruberry. "Que tiene que ver su muerte con esta empresa?"
"En este punto, yo hare las preguntas," dijo Eve friamente. "En donde estuvo usted, Sr. Cavendish, hace tres noches entre la medianoche y las cuatro de la madrugada?"
"En mi casa, en la cama. Con mi esposa."
Eve alzo las cejas. "Usted no puede recordar los nombres de dos personas que han estado en todas las noticias, pero usted sabe—sin un segundo de duda o sin consultar su libreta—donde estuvo usted hace tres noches atras?"
"En casa," volvio a decir el. "En cama."
"Ha tenido usted cualquier contacto con la Srta. Copperfield o con el Sr. Byson?"
"No."
"Eso es raro. No le parece eso raro, Detective, que el Sr. Cavendish no tuviera ningun contacto con la persona que le maneja las cuentas de su compania?"
"Tengo que decir que si me lo parece. Lo que es yo, me tuteo con el tipo que maneja la nomina de sueldos en la Central."
"Puede que yo, en algun momento, conoci—"
"Yo tenia correspondencia y reuniones con la Srta. Copperfield," interrumpio Bruberry. "Cuando era necesario. Esos asuntos son, principalmente, tratados a traves de nuestra casa matriz en Londres."
"Y que es exactamente lo que usted hace aqui? Pregunto Eve, hablandole directamente a Cavendish.
"Yo represento los intereses de nuestra firma en Nueva York."
"Lo que significa?"
"Exactamente eso."
"Eso lo aclara. Y usted tambien representa los intereses legales de Lordes C. McDermott, quien era una cliente de Bick Byson."
"La Sra. McDermott es una relacion familiar, y naturalmente es representada por nuestra firma. De su gerente financiero, no podria decir."
"De verdad? Yii, parece que una mano no tiene el control sobre la otra por aqui. Y un segundo Yii, no creo haber dicho que Byson era su gerente financiero, solo dije que ella era su cliente."
Cavendish jugueteo con el nudo de su corbata. Esta nervioso, penso Eve.
"Lo asumi."
"Mientras estamos en esto, su paradero en la noche de los asesinatos, Sra. Bruberry?"
"En casa. Estaba en la cama antes de medianoche."
"Sola?"
"Vivo sola, si. Me temo que este es todo el tiempo libre que el Sr. Cavendish puede tener."
Eve se levanto ociosamente. "Gracias por su cooperacion. Oh," continuo ella. "Su firma tambien representa..." Ella saco su libreta de apuntes como para chequear un nombre. "La Fundacion Bullock."
Y ahi, ella noto, ese pequenio gesto en la cara. La tension de la mandibula, el parpadeo de los ojos. Otra pasada de dedos por el nudo de su corbata. "Eso es correcto."
"La Sra. Madeline Bullock y el Sr. Winfield Chase estuvieron recientemente en la ciudad. Supongo que usted se reunio con ellos mientras estuvieron aqui."
"Yo..."
"La Sra. Bullock y el Sr. Chase tuvieron un almuerzo de trabajo aqui con el Sr. Cavendish. Eso habria sido el Lunes en la tarde. A las doce y media." Agrego Bruberry.
"Usted tuvo su reunion, y su almuerzo con ellos aqui. En su oficina."
"Eso es correcto," espeto Bruberry antes de que Cavendish pudiera responder. "Quisiera usted que busque mis notas del menu?"
"Se lo hare saber. Gracias por el tiempo." Eve giro para irse, dudo en la puerta. "Sabe usted, es muy raro que mientras esta usted tan ocupado representando los intereses de su firma en Nueva York, no haya tenido reuniones regulares con el contador que cuida esas finanzas."
"La llevare afuera," dijo Bruberry cuando Cavendish permanecio en silencio.
"Esta bien. Podemos manejarlo."
"Alguien tiene un secreto," dijo Peabody cuando estuvieron de vuelta en la calle.
"Apuesta tu trasero. Ese tipo tiene la culpa y el temor emplastados encima. Podria ser que encontraramos que solo esta enganiando a su esposa o usando ropa interior femenina."
"O ambas cosas si es que esta haciendo trampa con su administradora. Ella es definitivamente el macho alfa en ese duo."
"Te diste cuenta. Fue estupido mentir sobre conocer a Copperfield, y el lo fue."
"Muy creido. Tu sabes," continuo Peabody cuando Eve levanto una ceja. "Soy demasiado importante para conocer a gente pequenia. Y esa es una manera de distanciarse del gran estofado."
"El gran estofado seria el asesinato." Ella se sento tras el volante, golpeteo sus dedos en este. "Ellos no estaban preparados. Nunca consideraron que la policia podria interrogarlos, de manera que se apegaron al primer instinto. Negar todo. Veamos si podemos localizar a Lordes McDermott, conseguir otro angulo en esto."
Peabody saco su PPC para conseguir la direccion. "Tiene un lugar en Riverside Drive."
"Numero de enlace?"
"Justo aqui."
"Intenta este primero. Estemos seguras de que esta en casa, o en donde podria estar si no es asi."
Lordes McDermott no solo estaba en casa, sino que parecia que no tenia ningun problema en que la policia interrumpiera su dia.
Fueron escoltadas dentro de la casa por una doncella uniformada, y pasando a traves de un atrio ancho de dos pisos llegaron a una espaciosa sala de estar hecha en un estilo contemporaneo con colores resplandecientes, y metales y vidrios brillantes.
Lordes se veia muy comoda en su casa de Nueva York, vestida de negro, con botas suaves, y joyeria de oro mate. Su cabello era corto, de un color cercano al de la berenjena madura, y lo usaba con un flequillo corto y puntiagudo sobre un par de ojos color safiro.
En la baja mesa de vidrio habia un pequenio pote blanco, tres tazas blancas muy grandes, y un platon blanco triangular cargado de donas.
"No me digan que policias, cafe, y donas es una frase hecha."
"Es una frase hecha por una razon. Teniente Dallas, Detective Peabody."
"Sientense. Ustedes deben de estar aqui por lo de Bick y su Natalie. Estoy malditamente enferma por eso. El era un tipo adorable."
"Cuando fue la ultima vez que lo vio?"
"El quince de Diciembre."
"Buena memoria," comento Eve.
"No, no realmente. Le di un vistazo cuando escuche lo que habia sucedido. Tuvimos una reunion de negocios de cierre de anio justo antes de las fiestas. Aqui en esta sala, en realidad. El era un tipo muy agradable."
"Usted conocia a la Srta. Copperfield?"
"Estuve con ella unas pocas veces. Bick la trajo a un par de cenas de trabajo porque se lo pedi. Me gusta saber con quien esta involucrada la persona que se encarga de mis negocios. Ella me agradaba, tambien. Ellos tenian ese lindo resplandor cuando estaban juntos, anticipacion. Como les gustaria su cafe?"
"Negro, gracias."
"Ligero y dulce para mi," agrego Peabody.
"Usted esta hablando con todos los clientes de Bick?" pregunto Lordes. Ella sirvio el cafe con el anillo de matrimonio de oro brillando en su mano. "Me sorprendi cuando usted me contacto."
"Estamos hablando con un monton de gente. De hecho, acabamos de hablar con Walter Cavendish. El es un familiar suyo, verdad?"
"Primo segundo." Ella arrugo la nariz, solo una fraccion, solo un instante. Otro dato, penso Eve. A Lordes no le importa mucho Walter.
"Mi primo—el padre de Walter—es uno de los socios de la firma, con base en Londres. Pienso que eso nos hace primos segundos," dijo ella con un pensativo fruncimiento. "Lo que sea, es una de esas cosas. Sirvanse esas donas. Yo lo voy a hacer." Para probarlo, ella escogio una cargada con barritas de colores.
"Fue su conexion con su tio lo que la llevo a la firma contable, y de ahi a Bick?"
"Mmm." Lordes asintio, con la boca llena. "Dios, estas son obscenas. Ellos han manejado mis asuntos financieros por anios. Despues que murio Miles—el idiota-herede otro paquete. Yo solo deje todo tal cual por un momento, acurrucada en Europa. Entonces cuando regrese, pregunte por un joven y comprensivo gerente de cuentas. Obtuve a Bick—y era el."
"Como murio su esposo, si no le importa que le pregunte?" Peabody trato de ser delicada con una dona llena de crema.
"Jugando por ahi con ese pequenio avion que el construyo. El adoraba volar. Se choco y se incendio. Yo amaba al estupido idiota. Casi me muero cuando lo perdi. Ya son cinco anios esta primavera—todavia estoy enojada con el."
"Puede decirnos en donde estuvo usted hace tres noches, entre la medianoche y las cuatro de la maniana?"
"Eso suena tan siniestro. Me pregunte si lo seria. Me fije en eso, tambien, luego que ustedes se pusieron en contacto para decirme que vendrian. Tuve una pequenia cena, solo una pareja de amigos. Amigas. Estoy teniendo citas otra vez, pero es tan trabajoso, especialmente cuando no estas realmente interesada. Ellas se fueron alrededor de la medianoche, y me fui a la cama. Primero vi un poco de pantalla. Me quede dormida viendo algun viejo video."
"Considerando las relaciones," continuo Eve, "alguna vez tuvo reuniones, o tuvo ocasion de socializar junto con la Srta. Copperfield, el Sr. Byson, y con su primo—primo segundo?"
"Con Walter?" Lordes dio una risotada. "No. Absolutamente no. Yo trato de no socializar con Walter para nada. El es realmente un idiota."
"Ustedes no se llevan bien?"
"Yo puedo llevarme bien con cualquiera. Es solo que me llevo mejor con algunos si mantengo un contacto limitado."
"El no representa sus intereses legales aqui en Nueva York?"
"No realmente. Mi primo en Londres cuida de ellos, y Walter maneja algo del trabajo. Para ser franca, el no es muy brillante. El sigue instrucciones, archiva papeles, se le ve lo suficientemente bien en un smoking. Cualquier cosa compleja va a traves de la oficina de Londres, por lo menos es lo que yo se."
Ella ladeo la cabeza. "Usted no esta pensando que Walter tuvo algo que ver con los asesinatos? Lo he conocido toda mi vida. Le puedo decir que el no solamente no es lo suficientemente inteligente para haberlo hecho, el no tendria las pelotas.”
Eve se estaba deslizando detras del volante cuando su enlace sono. "Dallas".
"Teniente." El tono mordaz de Summerset iba a tono con su cara de piedra. "Usted no me notifico que estaba esperando una entrega."
"Probablemente no le notifique que usted se pone mas feo cada dia, pero he estado ocupada."
"El sistema mecedor de un establecimiento llamado La Ciguenia Blanca ha sido entregado. Que le gustaria que haga con el?"
Ella espero un buen rato. "Muchacho, usted debe de estar deslizandose a abrirse a si mismo de esa manera. Voy a evitar la respuesta obvia. Pongalo en esa sala de estar del segundo nivel. En donde esta teniendo lugar la fiesta."
"Muy bien. En el futuro apreciaria que usted me informara de cualquier entrega."
"En el futuro apreciaria que usted usara una capucha sobre su cara antes de aparecer en la pantalla de mi enlace."
Ella corto, satisfecha.
"Ustedes en verdad se entretienen," comento Peabody. "Despues del turno ire a mi casa, juntare todas las cosas, y luego ire a tu casa. No puedo esperar para ver la mecedora y cubrirla para maniana."
"Yupiii."
"Tu sabes que ella la adorara."
"Si. Si, ella lo hara."
"Ella sera como la Reina de la Fertilidad o algo. Gran patada para ella."
"Reina Mavis." Divertida, Eve se deslizo a traves de una luz amarilla. "Ella deberia tener una..." Ella meneo los dedos sobre su cabeza.
"Una corona! Seguro."
"No, no una corona, demasiado grande y formal. La otra cosa. La, como se llama. Tiara."
"Perfecto! Hombre, eso es mag. Ves?" Ella hinco el brazo de Eve. "Tu puedes hacer esto."
"Parece que lo estoy haciendo."
Eve llevo todo esto con ella de regreso a la Central—las declaraciones, impresiones, instintos. Alli, ella los alineo, escribio los reportes, y releyo todo, pensando. En su tablero empezo a poner palabras claves al lado de las fotos, nombres, conectandolos con flechas.
"Necesitas un tablero mas grande." Roarke entro, con un sobretodo colgado sobre su brazo.
"Sigo escuchando eso."
"Dios sabe que necesitas una oficina mas grande."
"Esta trabaja bien para mi. Que estas haciendo aqui?"
"Buscando que alguien me lleve a casa. Un pequenio negocio arriba," el continuo cuando ella solo le fruncio el cenio. Y cuando su fruncimiento se hizo mas profundo, el se acerco mas, paso un dedo por la hendidura de su barbilla. "Esta hecho, y todo el mundo esta tan satisfecho como es posible."
"Esto apesta."
"Igual que a menudo lo hace la vida. Esto tiene sentido para ti, me imagino." El tiro su abrigo ociosamente sobre el respaldo de la silla de su escritorio antes de volverse para ver el tablero. "Ah, si. Ya veo. Enlaces dentro de enlaces. Para un mundo tan grande hay tantos pequenios patrones interesantes y ligados, no es verdad?"
"Que dijo Whitney?
"Oficialmente o extraoficialmente?" Pregunto Roarke mientras continuaba estudiando su tablero.
"Se lo que dijo oficialmente."
"Extraoficialmente entonces. Dijo que todo era una mierda. Esa es una cita directa." El cambio su mirada a la cara de ella, sacudio la cabeza. "Y eso es suficiente para ti, lo veo. Tu no necesitas que el te mire directamente a los ojos y te diga que el confia en ti y te respeta. Para disculparse en un nivel personal."
"No."
El se adelanto, cerro la puerta. "Una mierda podra ser, pero es la clase de cosa que te mantiene en esta oficina que parece un palo de escoba en vez de estar en el asiento de un capitan."
"Yo quiero estar en la oficina. No ensuciemos esto con esa clase de mierda. Estoy haciendo exactamente lo que quiero hacer, y para lo que soy buena."
"No me digas que no quieres las barras, Eve."
"Pense que las queria." Ella paso una mano por su pelo mientras cambiaba sus engranajes mentales. "No las rechazaria si ellos me las dieran—bajo mis terminos. Escucha, tu tienes esa cosa Irlandesa. Fe, destino, woo-woo."
Los labios de el temblaron. "Tu eres la que exorciso un fantasma recientemente."
"Yo resolvi un caso," corrigio ella. "Y lo que quiero decir es que a veces las cosas simplemente estan destinadas. Yo estoy destinada a estar en esta oficina, haciendo este trabajo. Yo creo eso."
"De acuerdo." La oficina era tan pequenia que el solo tenia que estirar las manos para tomarla de los brazos, pasar sus manos arriba y abajo de ellos. "Agregare que tu comandante dijo que te hiciera saber que el tiene toda la confianza en que cerraras este caso de manera oportuna."
"Okay."
"Deberia buscarme transportacion alternativa, o estas llendo a casa pronto?"
"Puedo seguir esto alla. Dame diez. Hey," dijo ella cuando el abrio la puerta. "Tal vez deberias comprarme la cena."
El sonrio. "Tal vez deberia."
"Pero tenemos que hacer una parada primero. Necesito una tiara."
"Para que vaya con tu cetro?"
"No para mi. Jeez. Mavis. La cosa de maniana. Es un tema o algo. Un cetro es uno de esos..." Ella hizo un punio con su mano, y la bombeo arriba y abajo de una manera que hizo que las cejas de el se levantaran mientras sonreia.
"Dios, mal pensado." Pero ella rio, y cambio su brazo hacia un lado de su cuerpo. "Tu sabes, como una especie de baston?"
"Creo que si."
"Deberiamos encontrar uno de esos tambien. De manera que podrias averiguar si hay alguna tienda de disfraces o algo donde podamos conseguir todo eso de camino a la cena."
Fue extraordinariamente sencillo encontrar una tiara con diamantes de imitacion y un cetro de plastico, especialmente cuando el iba de compras con una mujer que habia hecho un habito de agarrar la primera cosa que se acercara a lo que queria y luego escaparse.
Y ya que el conocia a su mujer, escogio una cena italiana en una trattoria pequenia y llena de gente en donde la atmosfera era simple y la comida estupenda. Por el momento ella estaba comiendo su spaghetti y bolas de carne y no habia hablado sobre el caso, de manera que el lo dejo asi.
"Te olvidaste del almuerzo."
Ella envolvio la pasta alrededor de su tenedor. "Probablemente, pero tuve una dona. Y creo que me olvide de informarte que Peabody y McNab pasaran la noche en nuestra casa."
"Informarme?"
"Summerset. El se enojo porque olvide que hoy harian una entrega. De cualquier manera, Peabody quiere hacer la decoracion para el shower—lo cual no entiendo. Estas teniendo una fiesta, regalos, comida. Que mas necesitas?"
"Supongo que lo sabremos. De todas maneras, eso es practico. Puedo agarrar a McNab maniana, e iremos a hacer algo varonil."
"Irte? Dejarme? Un panico absoluto cubrio su cara. "No vas a quedarte para la cosa?"
El tomo un bocado de manicotti. "No hay nada que pudieras hacer, o decir, nada que pudieras posiblemente ofrecerme—incluyendo favores sexuales pervertidos—que pudiera inducirme a estar dentro de unas cien yardas de ese baby shower."
"Mierda." Ella levanto con el tenedor un pedazo de carne. "Ni siquiera si yo combinara crema de chocolate con el equipo?"
"Ni aun asi."
"Podria haber crema batida. Y coreografia."
"Un excelente soborno, te lo admito, especialmente para una mujer desesperada. Pero no. Ya he hecho arreglos para escaparme con Leonardo. Solo agregaremos a McNab a nuestra pequenia tropa feliz."
"Pero que tal si algo sale mal?" Ella le agarro del brazo. "Como que el proveedor se vuelva loco, porque a veces les pasa. O que perdamos a alguna de las mujeres embarazadas en la casa."
El simplemente alzo su vino con la mano libre.
"Okay, okay." Ella volteo los ojos. "Puedo manejarlo. Pero apesta, si me lo preguntas, realmente apesta, que tu tengas que irte a alguna parte a tomar cerveza mientras yo estoy pegada en la Central de Bebes. Solo porque tu tienes un pene."
"Pensaremos afectuosamente en ti con nuestra cerveza, yo y mi pene."
Ella comio un poco mas, y entonces sonrio lentamente. "Todavia tienes que estar en la sala de partos cuando ella lo empuje hacia afuera."
"Callate, Eve."
"Tu pene no te salvara entonces, amigo."
El tomo un palito de pan, lo rompio por la mitad para ofrecerle una parte a ella. "Y maniana van a hacer juegos? Habran premios?"
Ella hizo una mueca hacia la perfecta entrega de su perfecto piquete. "Okay, me callare. Quieres hablar de asesinato?"
"Por favor."
Ella lo puso al corriente mientras terminaban la comida y tomaban su cappucino.
"De manera que Cavencish y su administradora no te dieron buena espina."
"Vibraciones por todo el lugar. Algo mal hay ahi, y la administradora es la que mueve sus hilos."
"No lo conozco, aunque me he encontrado a los otros jugadores en el elenco de hoy."
"Tengo los datos basicos de el. Cuarenta y seis, un bebe con fondos fiduciarios. Le gusta el squash—el juego, no necesariamente la comida. Dos matrimonios, abandono a la primera esposa hace ocho anios. Una hija, de doce anios. La madre tiene la custodia, y se mudo a Paris. Se caso con la segunda esposa tan pronto como salio el divorcio. Ella tiene veintinueve. Fue modelo. Mi opinion es que el fue de la primera esposa a la esposa trofeo y hace el tonto con la administradora."
Ella entrecerro los ojos mientras sorbia su espumoso cafe. "Y ella usa cuero, botas de taco alto, y hace que el ladre como un perro cuando estan juntos."
"De verdad?" Divertido, Roarke se echo hacia atras en su asiento. "Y tu sabes eso porque?"
"Porque, de ellos dos, ella es la que tiene las bolas. El empuja papeles, atiende eventos, tiene reuniones, y hace todo lo que le dicen."
"Y alguien le dijo que mate a Copperfield y a Byson?"
"Tal vez, y no seria eso limpio?" Ella fruncio el cenio. "Pero me inclino hacia otra cosa. El asesino fue muy confiado. Cavendish comenzo a sudar solo de hablar conmigo. Pero el sabe algo, y una de las cosas que el sabe es quien lo hizo."
"De manera que lo haras sudar un poco mas."
"Yo puedo hacer eso. Puedo hablarle otra vez, picarlo un poco. Pero no tengo lo suficiente para levantarle cargos con nada y hacerlo saltar. Necesito mas. Una linea directa. Tengo que encontrar mas porque estoy apostando que el estaba justo donde dijo que estaba en la noche de los asesinatos. En casa, en su cama, y con las frazadas sobre su cabeza porque el sabia lo que estaba sucediendo."
"Si la sucursal de Nueva York de la firma de abogados fue parte de esto, y acostumbraba canalizar el dinero o lavar fondos, lo encontrare."
El lo haria, penso Eve, no solo porque el era bueno en eso, sino porque su orgullo estaba en la linea esta vez. "Estoy contando con ello," dijo ella. "Tal vez podriamos irnos y comenzar."
Ella supo que Peabody y McNab ya estaban ahi porque podia oir la musica y las voces viniendo de lo que ella habia designado como la sala de la fiesta. Si esto la hacia una cobarde, ella podia vivir con eso, pero Eve se fue directamente a su oficina.
Ahi ella actualizo su tablero, luego se sento para mirar mas de cerca los datos de Ellyn Bruberry.
Cuarenta, reflexiono ella mientras la informacion se desplegaba en su pantalla de pared. Ningun matrimonio, ningun hijo. La direccion del West Side que aparecia le daria a Bruberry una gran vista del parque y del precio. No estaba mal para una asistente administrativa y paralegal.
Nacida en America, aunque ella se habia mudado de Pittsburgh a Londres cuando tenia algo mas de veinte anios. Para unirse a la firma de Stuben, Robbins, y Cavendish—Mull vino despues—como secretaria legal. Regreso a Nueva York, y a la sucursal de ahi, como administradora de Walter Cavendish, seis anios antes.
Despues del segundo matrimonio de el, reflexiono Eve.
Ningun registro criminal.
Eve se sumergio en sus finanzas. Un gran salario, decidio ella, pero no era ilegal pagarles bien a los empleados. Afluencias importantes en sus ingresos durante las Navidades, su cumpleanios, y en el tiempo en que ella entro en la firma de abogados—y podrian ser facilmente explicados como bonos.
Pero no era interesante que sus cuentas personales fueran manejadas por Sloan, Myers y Kraus?
Aunque no era cliente de Byson, confirmo ella despues de chequear la lista de el. Ella hizo una anotacion para averiguar quien en la firma manejaba las finanzas de Bruberry.
Lineas directas, penso otra vez. Cual era la linea mas directa de Copperfield/Byson a Cavendish/Bruberry?
La firma otra vez, pero si ella salia de ahi seria la Fundacion Bullock. Clientes de ambas, la firma de abogados y la de contadores. Y Cavendish habia estado nervioso cuando ella habia preguntado si el habia visto a la gente de la fundacion durante el tiempo que estuvieron en Nueva York.
Fue el socio mas joven, Robert Kraus, quien habia estado entreteniendo a Bullock y a Chase—y quien tenia su coartada con ellos.
"Hey, Dallas."
Ella grunio mientras pedia la informacion de Kraus.
"Tu ya no sigues trabajando. Vamos." Peabody se paro al lado del escritorio, con las manos en las caderas. "Necesitas ver las decoraciones que estamos haciendo. Necesito tener tu opinion de algunas cosas."
"Tu solo haz lo que estas haciendo. Esta bien."
"Dallas, son mas de las diez."
"Golly, Mami, me pase el toque de queda? Estoy castigada?"
"Ves, eres irritante." Peabody la apunto con un dedo acusador. "Tomate un respiro, dale una mirada. Es por Mavis."
"Okay, okay, Jesus." Pero si ella iba a ser arrastrada a las decoraciones, ella no iba a ser arrastrada sola. Eve marcho a la oficina de Roarke. "Vamos a ir a mirar las decoraciones y ver que mas se necesita hacer. Pienso."
"Que se diviertan."
"Uh-uh. Nosotros eres tu, tambien."
"No quiero ir." Pero el cometio el error de mirar hacia arriba, y encontro la misma mirada ceniuda en el rostro de Eve, que ella habia visto antes en la de Peabody. "Esta bien, entonces. Pero cuando todo este asunto se termine, tu y yo vamos a tomar esos dias libres pospuestos, y haremos volteretas desnudos en la arena."
"De acuerdo contigo, as."