Introducción

«Houston, aquí Base Tranquilidad. El "Eagle" ha aterrizado.»

Con estas palabras pronunciadas por Neil Armstrong el 21 de julio de 1969, se ponía sello a toda una vida. Por primera vez, la especie humana conseguía cruzar el vacío desconocido del espacio para alcanzar la superficie de un astro diferente a la Tierra. El 21 de julio de 1969 se alcanzaba la meta de una carrera: la espacial, por supuesto, pero también otra mucho más particular: la carrera de la vida de Wernher von Braun.

Es difícil, y arriesgado, hacer una valoración rápida de lo que este físico e ingeniero supuso para la historia de la exploración espacial. En una actividad como ésta, de alta tecnología, que involucra a miles de personas, es complicado discernir hasta qué punto un individuo concreto, independientemente de su talla, influye de forma decisiva en su desarrollo. También resulta complicado, en el contexto internacional de la Guerra Fría y de la evolución a nivel mundial de la cohetería durante la segunda guerra mundial, juzgar hasta qué punto los acontecimientos no hubiesen seguido un derrotero similar independientemente del papel en la historia de una persona en concreto. En determinados momentos de la historia, los acontecimientos ocurren porque «les toca» ocurrir, porque se da el marco adecuado para que sucedan, y si no los protagoniza una persona, será otra la que tome el testigo. Visto con la adecuada perspectiva histórica, esto es lo que probablemente hubiera terminado sucediendo con la exploración espacial, aunque, sin duda, sin la presencia de hombres como Sergei Korolev o Wernher von Braun, tanto los calendarios como el posible desarrollo de los acontecimientos seguramente habrían sido distintos.

En cualquier caso, lo que resulta indudable es que Wernher von Braun fue uno de los principales protagonistas de la historia de la exploración espacial, y probablemente el principal artífice de transmitir al pueblo de los Estados Unidos, y por extensión a la población mundial, el entusiasmo por la conquista del espacio. Un personaje controvertido, que a lo largo de su vida fue tan amado como odiado, pero finalmente admirado por todos; un ídolo del pueblo, un líder de multitudes, un materializador de sueños, el profeta del futuro para el ciudadano medio entre las décadas de los cincuenta y los setenta. Amante de vivir la vida al máximo, oportunista, sempiterno optimista, hiperactivo, adicto al trabajo, lector empedernido, culto y ávido de conocimientos, encantador, embaucador… cientos de adjetivos pueden ser aplicados a este personaje histórico, a quien los que le conocieron definen siempre como un hombre muy alejado de la perfección, pero enormemente carismático y capaz de arrastrar tras de sí a cualquiera. En suma, un personaje de enorme interés y complejidad, cuyo papel en la historia, su personalidad y motivaciones internas, intentaremos descifrar a lo largo de este libro.