Capítulo 16 - Un respeto a los jóvenes

He descubierto con gran estupor que entre mis lectores se encuentran varios directores de recursos humanos de grandes empresas y un "headhunter" muy conocido de una prestigiosa firma de búsquedas de directivos.

(Silencio)

Mira que son listos... Saben que tienen que conocer al enemigo, saber cómo piensa, cómo actúa y si es más poderoso que ellos contratarlo. ¡Estoy jodido! Son como los "hackers" que se acaban convirtiendo en los directores de seguridad de las mismas empresas que han violado. Eso es que les ha gustado,  ¿no? ¡Ejem!

¿Alguien sabe cómo se hace un calvo con palabras? ¿Será un ocho tumbado? "OO" o una "B" mayúscula. Bueno, aprovechando la coyuntura me voy a despachar a gusto. Y no contra éstos, que son amigos y conocidos. Sino contra los otros, los cómplices.

Yo fui uno de esos niños de familia muy numerosa que dentro de las posibilidades de mis padres estuve más protegido de lo normal. Nada comparado con la ultra protección que hoy en día se da a los hijos, pero viví una infancia mullida, lejos de una exposición extrema al mundo cruel. Creo que es algo natural de los mamíferos, proteger a la camada. Evitar cualquier peligro para tu retoño. Esto se agrava cuando el árbol, por diferentes motivos, da pocos frutos. No ayuda, no.

Con muchísimo esfuerzo y sacrificio de mis padres fui a uno de los colegios privados de curas, donde la educación es muy rigurosa y disciplinada. Les salí un poco rana, pues yo era del género revoltoso y más bien rebelde. Seguro que ahora me hubieran diagnosticado TDAH, Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad, severa en mi caso. Antes eras simplemente un niño movido y un poco cabrón.

Ellos, junto con mis padres, me enseñaron mucho. Educación, respeto, disciplina y todos los valores cristianos. Y es cierto que el rigor de algunas de estas enseñanzas me esculpieron como una persona capaz de relacionarse con los demás de una forma cortés y amable (bueno, algunas veces no, como todos...). En la entrada del colegio rezaba una frase del Evangelio de San Juan "La verdad os hará libres" y yo me preguntaba ¿por qué los Marianistas elegirían esta frase de entre todas las frases buenas que nos decían?, ¿para que confesáramos nuestras fechorías...?

Con algunos que otros altibajos acabé en tiempo mis estudios y sólo al salir me di cuenta de que estaba orgulloso de la educación que había recibido. Durante la "opresión" no acabé de verlo, a pesar de que ellos, al igual que mis padres y al igual que yo ahora, repetíamos con eco a nuestros hijos... algún día te acordarás y me darás las gracias.

Gracias Mamá y Papá. Gracias profesores. Gracias hermanos, compañeros y amigos. Sé que en algún caso llego tarde Papá, pero prefiero dejarlo por escrito. Sé que en el cielo también leéis en los ratos libres... GRACIAS de todo corazón.

Pero se os olvidó contarme una cosa, cabrones. La vida fuera era chunga, muy chunga. Bueno, eso forma parte del aprendizaje pensabais. "Ya te darás cuenta... ya."

Y me di cuenta rápido. Quizá antes de lo que mis padres hubieran deseado. Opté por irme a la universidad pública y empecé a convivir con gente de diferente clase social, con opiniones y vestimentas muy opuestas a las mías. Me acuerdo una vez en un examen de física que entró un macarra en clase, con el pelo más largo que Bon Jovi en sus tiempos mozos, con un "loro" (radio transistor de un metro de eslora) con la música a todo trapo. Atónitos vimos como el profesor no le llegó a dejar plantar sus posaderas en el asiento y su cabreo lo pagamos todos con las preguntas que vinieron a continuación en la prueba. Yo observaba todo aplicando mi principio de prudencia y sólo lo comentaba con mi hermano mayor... que me transmitía siempre tranquilidad y templanza. Te quiero Tato.

Reconozco, que en muchas ocasiones me hacía mucha gracia. Otras, cuando me afectaba la mezcla de clases no tanto, pero me fui adaptando a que había gente de diferente pensamiento y obra a la mía. Incluso me hice amigo de algunos de ellos. Tenían algunas partes buenas al igual que ellos las vieron en mí. Decían que yo era como ellos pero en cuerpo de pijo. Ósssseaaaa.

Y la verdad es que recuerdo mi época de estudiante como muy dura, pero también muy divertida. Lo pasábamos teta (literal).

Pero el choque fuerte con la realidad fue realmente cuando empecé a trabajar. No al principio, que todo era nuevo, sino cuando te vas adentrando en el mundo del trabajador, cuando vas adquiriendo más y más responsabilidad. Incluso a día de hoy todavía me sigue sorprendiendo y además quiero que siga siendo así. No quiero acostumbrarme. Mi espíritu rebelde de James Dean quiero que siga intacto, trasnochado por los golpes que me he llevado, pero vivo. Todo esto que me enseñaron se desvanecía ante mí como un castillo de naipes. Toda la ética que me habían enseñado, todos los valores que había aprendido los usaban como una cínica pantalla, hipócrita e interesada para no enseñar el trasfondo ruin que impera en el mundo sucio de las empresas. Decía Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan… tengo otros"... lo mismo.

El todo vale, la mentira, el desprecio, la manipulación, el robo, el juego sucio y toda la mierda con la que o comulgas o te saca de la estructura, no me convencían. No era lo que yo había aprendido. Y al ver cómo me sentía cuando lo sufría en mis propias carnes o lo tenía que aplicar a otros, apagaba mi llama.

No me gusta. No me gusta este sistema. Me parece corrupto, destructivo y abocado al fracaso del ser humano. ¿No tendría que ser al contrario? ¿La empresa al servicio del ser humano y no al revés?

Y me puse a investigar y a probar cosas nuevas. Y sobre todo a aplicar exactamente lo contrario que me hacían a mí y no me gustaba. Y empecé a ver que las personas que trabajaban conmigo les gustaba que les tratara como a mí me gustaba que me trataran. Y vi y comprobé que lejos de esa dictadura de látigo y obediencia, la creatividad afloraba. El compromiso surgía más allá de lo que yo hubiera imaginado, la fidelidad, las cosas buenas... Y el hecho de que esas personas quisieran trabajar conmigo me hacía esforzarme por seguir siendo mejor y hacerles crecer profesionalmente y, por qué no también, personalmente.

Esa sensación era buena. Pero no para las hienas envidiosas que poblaban el hábitat de la pradera. Intenté neutralizarlas con amor, pero las puñaladas se sucedían. Y cuanto más alto llegas, peor. Son tus propios homólogos los que empiezan a sentir odio por tu buen hacer. Las zancadillas y las trampas se suceden en la jungla. Todo vale y ya el culmen es cuando son conscientes de que tienes poder y no quieres jugar a su juego. Eres honrado de verdad. ¡Coño! Han metido al enemigo en casa. ¿Y si tira de la manta? ¿Os suena? ¿Y si nos descubre?

Perdón por levantar tanta mierda. Voy a por el ambientador.

Otra ventaja de ir escribiendo un libro sobre la marcha es que mis amigos a los que pido continuamente feed-back (retro alimentación) me permite ir incorporando temas que se me van quedando en el tintero o que les despiertan interés. Gracias Vicente. ¿Dónde va la gente? ¡¡jaja!! Vicente trabaja y es mayor que yo. Sabe que probablemente su próximo trabajo ya no será por cuenta ajena y se está preparando. Me decía...

"Nos hablas de ese mundo nuevo de los nativos digitales y como poder estar a la altura de ellos y cuando digo altura no es que piense que son mejores (por lo de altos), sino simplemente son las generaciones que ya están aquí y son las que manejarán el mundo, lo queramos o no. Estoy de acuerdo, pero falta que nos des una guía de cómo poder aunque sea iniciar ese viaje a la mejora continua.

Pero ¿qué hacemos con los que te leen y no tienen esa oportunidad….? Será muy interesante que nos vayas contando en próximos capítulos como afrontar esos retos mentales/intelectuales de tener que adaptarse a la nueva realidad. ¿Cómo poder dar el salto (o pasitos de bebé, vaya) de lo analógico a lo digital para alguien que no lo vive?"

Joder Vicente, si lo supiera ya me había hecho yo de oro... yo estoy aquí para hacerte pensar. Para inspirarte. Para que no pares de pedalear. Ser joven es una actitud. No depende de la edad que tengas.

Piensa que estos "hackers" que vienen están desafiando nuestro sistema al completo. Cualquier cosa que hemos creado, ellos en un abrir y cerrar de ojos lo pueden tumbar. No aprendieron en prestigiosas ni exclusivas universidades, porque por edad todavía no han llegado y ya algunos declaran que para qué cojones van a ir a la universidad si ya tienen tres empresas, son ricos y todo lo aprendieron gracias a Google. De hecho, ya dan charlas en esas mismas universidades rebatiéndolo todo. Ya saben que no todo es cuestión de dinero. Ya os avisé, ojito que vienen fuerte. Muy fuerte.

Por ejemplo, los jóvenes que he conocido en esta plataforma nueva de Neupic son entusiastas, divertidos, retadores, emprendedores y les brilla la mirada cuando hablan de lo que les apasiona y disfrutan con lo que hacen. Es muy alentador pasar tiempo con ellos y dejar que se te impregne ese buen rollo. Cada bocanada de juventud que les robo me quita un par de años. Se meten en proyectos con mensaje, que contribuyan a mejorar lo que sea. Han retado al sistema. Y no me cabe duda de que se lo llevarán por delante. Porque son valientes y creen en ellos mismos. Ven las cosas desde otro punto de vista, de otro prisma diferente al nuestro. ¡Mola mazo bro!

Son jóvenes adultos antes de tiempo. Con mucho vivido y visto en múltiples pantallas de realidad. Llevan la palabra éxito escrita en la etiqueta. Yo me di cuenta, pero con las mujeres. ¿Qué raro? Cuando llevo a los niños al cole, me pongo malo. Veo cada madre... ¡que para qué! Todas están buenísimas. La gran mayoría trabaja, no como sus maridos, que estamos en el paro. En realidad y con los avances de la estética es como si nuestros hijos tuvieran una madre con diez años menos de su edad biológica. Y con esos "tunnings"... son las llamadas MILF's, que distan mucho de lo que en mis tiempos era considerado una madre con peinado de madre y ropa de madre.

Cuando les dije a los chavales que quería buscar una editorial para publicar mi libro se "despollaron". Me dijeron que eso ya no se llevaba, que lo hiciera vía Crowdfunding. Levanté la ceja y me dije... ¿qué coño será eso? ¡Dios, si no sé ni pronunciarlo! A mirar en internet, al dios Google. Juanan, otro joven me dijo: "Tío, tío, tío hazlo viral con pequeños vídeos en YouTube para que lo vea la peña". Y pensé, ¿por qué no? Mi forma de pensar es que para que exista un libro hay que tocarlo en papel, pero reconozco que me atrae adentrarme en este mundo desconocido, en el que cuando te pones es fácil entrar. Sólo hay que vencer el miedo a caerse de la bici. Y ¿qué tengo que perder? Poco o nada. Lo haré todo. Esa es la forma.

¿Cómo poder dar el salto? Como los que me leen. Aprendiendo de ellos, pero recuperando tu joven yo, tu pizca de rebeldía si es que te queda algo. Sé que la tienes. Por eso os pido respeto en el titular. Y no a las canas, sino a las ganas. Eres joven por edad o por espíritu, da lo mismo. Sabes lo que está bien y mal desde lo más simple, desde tu sentido común. Con eso vale. Cuestionándolo todo, como los niños.

Y ellos saben medirlo, porque si les hace sentir bien, está bien. Y si les provoca un sentimiento malo... está mal. El yin y el yang en estado puro. De lo que os he hablado tanto. Ellos sólo buscan una cosa y es un mundo mejor. Lo que ven no les gusta (ni a mí, ¡joder!) y lo van a cambiar. Porque ellos sí tienen la capacidad de cambiarlo. Nunca fue tan fácil. Lo van a hacer.

¿Imaginad cómo será el trabajo en el futuro? Probablemente trabajaremos los fines de semana y descansaremos durante el resto de la semana... Trabajos por proyectos. Muy bien pagados, pero escasos. Habrá que saber administrar lo ganado para subsistir el resto del año. Como los camareros de las zonas de playa. Trabajaremos desde nuestras casas, o desde HUB's alquilados con los servicios necesarios: videoconferencias táctiles con olor, teletransporte de cosas desde impresoras 4D a 4D... tengo que cambiar de camello...

Entonces Vicente, ¿cómo pego rueda?, ¿cómo me pongo a su rebufo? Muy fácil, ponte a sus órdenes. Contrata un jefe más joven que tú, con menos experiencia y con un espíritu de esos que dan miedo. Y a chupar, como de la teta de una madre. A absorber como una esponja. Por el contrario, la actitud arrogante te llevará al otro lado y serás de los primeros en caer. Tienes que entender a la nueva generación, ellos sólo nos contratarán por necesidad, no por pena. Así que mejor ser útil y sobre todo complementario. Hay cosas que ellos no tienen y que van a necesitar. Y ahí es donde vamos a tener algún valor y oportunidad.

Ya sé que no es fácil entenderlo y que a veces me explico como un libro cerrado, pero empieza por aprender a hacer un tuit, a crearte una cuenta en Instagram, a hablar con los amigos de tu hija (no como padre o madre), sino como un mero aprendiz... Aprende de ellos.

Las nuevas generaciones van a necesitar Generales para cambiar esto, para poner sus planes en marcha... y ahí amigo, ahí es donde una vez transformados tendremos esa oportunidad. Yo me voy a auto proclamar el "General Custers" (lo tengo que patentar). Digo transformados y limpios, porque tendremos que quitarnos toda esa mierda de encima incluidos todos los prejuicios que nos ha tocado vivir. Ponernos a sus órdenes y comulgar con lo que van a hacer con o sin nosotros. Ahí está el trabajo del futuro inmediato. Y sino al tiempo.

El resto de tropa y mandos serán aniquilados en el sentido más apocalíptico de la palabra. Los métodos mentirosos, manipuladores, interesados... no caben en un mundo mejor. Serán exterminados. "Si no estás conmigo estás contra mí" rezará San Mateo en la puerta de su colegio.

¡Sube la música! Be water my friend