Capítulo 10 - ¡Tengo una entrevista, cariño!

Estableciendo un paralelismo entre hacer el amor y buscar trabajo, el orgasmo sería conseguir una buena oferta y estar en la habitación solos los dos, sería la entrevista de trabajo. Los preliminares.

Yo no te voy a decir cómo hacer una entrevista de trabajo. Si no lo sabes ya, puede que sea el motivo por el que esto se está alargando un poco… Hay más manuales que días. Libros a cascoporro y ya si te metes en Internet, puedes llegar a encontrar el mil y un truco de cómo hacer una buena entrevista. Cómo ir vestido o desvestido. Hipnotizar al entrevistador con un escote de vértigo, ir más apretada que los tornillos de un submarino o los truquillos del experto sobre comunicación no verbal. Y si te pasas de buscar, empiezas a ver consejos exactamente opuestos a los que ya has leído. Y entras en un bucle, que cuando te sientas delante del entrevistador, no sabes si eres o estás. No sabes si abrazarle o molerle a palos.

¡Puff! Yo creo que a estas alturas de campeonato, tú ya lo sabes. Los preliminares son importantes. Sabes lo que tienes que hacer, sabes qué tienes que llevar puesto, sabes qué tienes que decir y qué tienes que callar… Y yo creo que te ayudo más si no amplío este elenco de posibilidades.

Eso sí, te voy a dar un par de recetas mágicas que no fallan a la hora de ir a una entrevista.

La primera: sonríe. Así, en general. Vete sonriendo por la vida. La gente amable está demostrado que le va mejor. Y ya en particular, en un momento clave de tu vida, como es una entrevista de trabajo cuando estás en el puto paro, la sonrisa es tu mejor aliado. Nadie contrata a un cara de acelga. No mola.

Ojito que no digo que te hagas el gracioso o la graciosa. ¡No la he “cagao” yo veces por este motivo! ¡Madre mía del amor hermoso! Me podía haber metido la gracia por el culo. Hay mogollón de gente sin sentido del humor, gente triste. Van por la vida como Marco el día de la Madre. Y yo tengo la mala costumbre de reírme de todo y eso la verdad, no hay mucha gente que lo entienda. Y menos en una entrevista. Yo me río hasta en los funerales, pero es que creo que soy un poco rarito, aunque me ayuda mucho a desdramatizar, relativizar y ver en seguida el lado positivo de las cosas. Ahora, después de varios momentos “trágame tierra” he dejado de hacer bromas en las entrevistas. ¡Soy un incomprendido!

Y el otro consejo sin parangón, que difícilmente encontrarás en los valiosísimos manuales del perfecto entrevistado es el siguiente: Folla antes de la entrevista. Sí, sí, has leído bien. F-O-LL-A-R. O hacer el amor, si eres muy tierna. ¿Por qué? Estadísticamente tengo demostrado que ayuda mucho a sonreír, salvo que te tengas que esconder en un armario en pleno acto. El que va bien follado por la vida, aleluya, va con otro talante y se le nota. No se cabrea por tonterías, sonríe por doquier, le salen palabras amables, piropos, aplica la palabra corazón, amor, cielo, cariño al final de cada frase. Deja pasar un coche en el “ceda el paso”… Vamos que se siente bien consigo mismo, “a gustito” con la vida, todo le va bien…

Me viene a la cabeza la directriz esa del Mister de no dejar follar a los jugadores de fútbol antes de un partido. Digo follar porque los musculados jugadores no ponen tanto sentimiento como nosotros, los de abdomen depresible. Lo suyo es más físico. Lo hacen como lo hacían los rudos Vikingos en el 820. Pues no sé por qué la verdad. ¿Será que corren más cuando saben que después hay premio? Van más calientes que las barandillas del infierno… Obviamente hay un desgaste energético en el coito, qué duda cabe. Pero si haces la posición del perro cansado y tumbado que bebe en la orilla del río, el desgaste es nimio.

No estamos hablando de un rendimiento deportivo de élite, para el tema que nos ocupa, es mejor ir relajado así, a priori. ¡Bah! Bien mirado, también a posteriori, qué coño, sería un detalle de tu pareja, como un incentivo por completar la prueba.

Sólo espero que mi madre no lea este capítulo. Va a pensar que en vez de hacer entrevistas estoy todo el día dale que te pego… tampoco es eso. Ya más de cuatro seguidos (sin sacarla) ya no aguanto. Y que tampoco lo lean los “Head Hunters”, que si me guiñan un ojo con sonrisa picarona al entrar, no voy a saber interpretar bien a qué lenguaje corporal se están refiriendo.

El caso es que la combinación de las sonrisas y el fornicio hacen que tu estado anímico sea mucho más propenso para ser captado en algún trabajo. Si fueras un empresario, ¿no te gustaría que tus empleados trataran con amabilidad a los clientes? Eso es lo que dicen todos. Y ¿también a sus compañeros y a los proveedores? ¿E incluso a ti?, perro explotador, que sólo vislumbras sonrisas temerosas e interesadas... Pues eso, no vayas con la amargura por delante, aunque la tengas.

Esto simplemente es un complemento a la actividad regular, no se malentienda. Un más a más. Cuanto más entrevistas, más posibilidades.

Ya sé que llevas un rato pensando que eres más feo que un pie y que eso de follar no es lo tuyo. O que ya no estás para trotes, o que no tienes pareja, o que tu pareja no puede, no quiere, no la conoces todavía, la tiene pequeña, o no me cabe o este cura no es mi padre… ¡excusas! si hay que follar, se folla. El sexo no conoce impedimentos. Es como el agua, siempre encuentra un camino. Y esto es por una buena causa. Otras veces has encontrado la forma. Vuelve a aplicar el cuento de la pena, o que te lo ha recomendado el Dr. Castells. Y si no queda más remedio, volvemos al onanismo, que para una urgencia está bien, pero chico, follando conoces gente, te relacionas, sales, yo que sé… es mejor.

Ahora hay un término nuevo que está estudiando la RAE, que es el “follamigo” o “follamiga”. El concepto es totalmente revolucionario, es un amigo o amiga que al igual que tú, no dispone de pareja conocida y para poder ir a las entrevistas, descarga con otra/o en su misma situación. Oye me parece muy bien. Sin compromisos ni ataduras. ¿En tu casa o en la mía? Pin Pan Toma Lacasitos. Es una simbiosis moderna. Dios, si yo hubiera tenido internet en mis años mozos…

Hay gente que se casa por internet. Se me ha ido la pinza otra vez… Volvamos para dentro… ummm, ¿dónde estábamos? Ya, que hay que ir contento a la entrevista, sin tensiones, sin desesperaciones, sin ansias, sin súplicas… todo esto no te ayuda. Al contrario, te perjudica. Vete “tranqui”, suave…

Las entrevistas son como las angulas, escasas. Si has tenido la suerte de llegar a una es que tienes posibilidades. Los de recursos humanos están hartos de recibir curricula, las selecciones se hacen cada vez más dificultosas tanto por el número de candidatos como por lo bien cualificados que están. Por lo que si estás entre los elegidos para hablar, ¡joder, aprovecha la oportunidad! Véndete como no te ha vendido ni… ¡tu propia abuela! y para eso tienes que ir tranquilo, con capacidad de pensamiento, de reacción.

Las situaciones de estrés bloquean, los nervios te atenazan y no dejan que puedas exhibir todo el esplendor de tu plumaje. Ya sé que es difícil y nadie, por muchas tablas que tenga, está exento de tener un ataque de pánico, porque han puesto tanto al otro lado de la balanza que son incapaces de articular palabra, se les encoje la garganta. Hay que darlo todo en muy poco tiempo.

¡Mañana tengo entrevista! Vete bien “follao”, que quieres que te diga. Y seguro que la sonrisa te sale, aunque sólo sea por la "moviola" de las mejores jugadas, cariño.