17
Caston
Traducido SOS por Gaz
Corregido por Amalfii
No puedo creer que ese idiota fuera a hablar con la prensa sensacionalista y vender su historia. Bueno, supongo que puedo, pero no tan rápido. Marqué un texto a Terrance y cerré mi teléfono en el mostrador.
—Cariño, la ira, ¿en serio?
Mi espalda se puso rígida.
—Madre, siempre en el mejor momento. —Me ajusté, ya que todavía estaba duro por tener a Sabrina sentada en mi regazo, lo creas o no, la ira no ayuda a que retroceda.
—¿Dónde está la chica nueva, Caston? —preguntó mi padre mientras se acercaba por detrás a Beverly, colocando un brazo alrededor de su cintura.
—Se está cambiando. Acaba de llegar a casa después de clase. ¿Puedes, por favor, actuar con normalidad a su alrededor? —Suspiré.
Mi papá se rió y se acercó a golpearme en la espalda.
—Hijo, lo haré. Es por ella por la que tienes que preocuparte —dijo, señalando a Beverly.
—Sí, lo sé. Eso es lo que me preocupa —le dije en voz baja—. Ella ya asustó a Sabrina la última vez que apareció.
Mi papá y yo simplemente vimos mientras mi madre se servía una copa de vino de la botella que Jules había dejado sobre el mostrador. Sin reconocer que estábamos hablando de ella, tomó la botella con ella y se la llevó a la sala de estar. Sacudí la cabeza y me dirigí al refrigerador para tomar una cerveza para mí y mi papá.
Mientras se la entregaba me preguntó:
—Dime, ¿por qué ella? ¿Qué la hace diferente?
Nos sentamos en la barra del desayuno. Abrí la botella, manteniéndola alejada y tomé un largo trago de la cerveza.
—Papá, ella es diferente. Es pura. La vi bailar hace unos meses y su imagen estaba atascada en mi cabeza. Su sonrisa me derritió. Supongo que se podría decir que fue amor a primera vista. —Me encogí de hombros y seguí—: Al principio solo la quería para mi revista, pero luego me encontré con ella en una fiesta y mi mundo cambió. Es todo lo que necesito para estar completo. Papá, ella es mi otra mitad. Mi pareja. La amo. Sé que solo han sido un par de semanas, pero nunca, jamás, me había sentido así antes. Ella me necesita y yo la necesito a ella. Haría cualquier cosa por ella. Sabrina no quiere mi dinero. Ella ve lo bueno en mí. Me necesita para protegerla, y quiero hacerlo. Haría cualquier cosa por ella. Ella llena algo en mí que ha estado ausente durante tanto tiempo. —Suspiré y me volví hacia mi padre—. Supongo que suena ridículo, ¿verdad?
Bajando la cabeza, esperé su respuesta. Estaba seguro de que diría que era un idiota y que tenía que dar un paso atrás para despejar mi cabeza. Pero, para mi sorpresa, me agarró del hombro para que le mirara.
—Hijo, todo lo que acabas de decir tiene perfecto sentido. Parece que finalmente has encontrado el amor. Estoy tan feliz por ti. Cuida de ella y trátala como a una princesa. Sabes en tu corazón que has encontrado a la elegida. No dejes que se escape, como yo lo hice. —Vi que sus ojos se llenaban de lágrimas, y miró hacia otro lado antes de continuar—. Nunca me perdonaré por dejarla escapar.
Envolví a mi papá en el abrazo más grande que pude. Agradecido de que me entendiera y estuviera de mi lado. A pesar de todo, amo a mi papá. Escuché un carraspeo detrás de mí, y me di la vuelta para ver a Sabrina en la puerta. Apartándome de mi padre, me acerqué a ella.
Se veía hermosa. Su cabello estaba recogido en una coleta desordenada en la parte superior de su cabeza con mechones cayendo alrededor de su cara. Llevaba una camiseta blanca que abrazaba sus curvas y mostraba solo un poco de escote. Su falda jean era corta pero modesta.
Mi cabeza se mareó un poco preguntándome lo que llevaba debajo. Sus piernas desnudas y los pies descalzos me debilitaron las rodillas. Parándome frente a ella, le agarré la cara y le di el beso más grande que pude. Hablar con mi papá me hizo darme cuenta, aún más, de lo mucho que la quiero. Pude sentirla tensa, sabiendo que mi padre miraba, pero rápidamente se relajó envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura. Por último, alejándome la miré a los ojos y dije:
—Lo siento, pero estás tan hermosa que no me pude resistir.
Una sonrisa tímida y rubor se levantaron sobre sus mejillas. Amaba eso. Le di otro beso en la mejilla antes darme la vuelta para acompañarla a conocer a mi papá. Envolví mi brazo alrededor de su cintura, tirando de ella hacia mí mientras la presentaba.
—Papá, quiero que conozcas a mi Sabrina. Sabrina, este es mi padre, James Holden.
—El placer es todo mío, Sabrina —dijo mi padre con su voz suave—. Por favor, llámame James. —Él tomó su mano entre las suyas y se inclinó para besar la parte posterior de la misma.
—Lo hiciste bien, hijo. Es una belleza. Guárdatela para ti —dijo mirando hacia mí.