ANAKIN SE DIRIGIÓ DE nuevo a la galería de entrenamiento. Con un grito de frustración, lanzó un robot contra la pared, pero Yoda lo detuvo antes de que pudiera estrellarse y partirse en pedazos.
—Cuidadoso debes ser. Al odio la ira conduce. Al Lado Oscuro…
Anakin no estaba de humor para sermones y lo interrumpió:
—… el odio conduce. Sí, ya lo sé.
—Sabes, mas no aprendes.
—Es que no es justo.
—No justo. No justo. —Yoda sacudió la cabeza—. Hablar siempre. Escuchar nunca.
—Pero ¿y si no soy yo quien debe escuchar? —preguntó, apartando la vista de Yoda.
—Tener paciencia debes. De Kenobi el respeto ganarás.
—¿Cuándo? —refunfuñó Anakin, volteando hacia el maestro, pero este se había ido.
FIN