Pertenece al género de la novela de terror, o más específicamente al de la novela de fantasmas. Unos fantasmas que no son espantajos de ululante protoplasma, sino realidades que hallan sentido en los repliegues más oscuros y abyectos del espíritu de todo ser humano. El terror, pues, no se busca aquí a través del susto fácil, del mero entretenimiento, sino en la conmoción profunda que genera el horror auténtico.