«Wolfstein, un ser marcado por la desgracia y la maldad, va de un lado a otro en busca de un lugar donde poder asentarse en paz. Conoce a Ginotti, un alquimista en busca del secreto de la inmortalidad, quien le ofrece admisión en la secta a la que pertenece, a cambio de que renuncie a su fe».

Segunda novela escrita por Shelley dentro del género gótico y en una ambientación marcada por el secretismo y por la constante presencia del castillo como sólido baluarte de ese mismo secreto. Como apunte final, en la obra no hay referencia alguna a lo rosacruz, entendiendo que su mención en el título estuvo dirigida a despertar el interés del público en aquella época.