3
PASILLOS EXCLUSIVOS:
LAS BRANAS, LOS MUNDOS BRANA Y EL BULTO
I’m gonna stick like glue.
Stick, because I’m stuck on you.
[Estoy prendido, pegado con cola. | Prendido, porque estoy prendado de ti].
ELVIS PRESLEY
Al contrario que Atenea, que era muy estudiosa, Ike casi nunca leía un libro. Normalmente prefería divertirse con juegos, aparatos y coches. Pero Ike aborrecía conducir por Boston, donde los conductores eran imprudentes, las carreteras estaban mal señalizadas y las autopistas se hallaban constantemente en obras. Ike terminaba siempre metido en algún embotellamiento, y esto le resultaba todavía más frustrante cuando veía que por encima de él pasaba una autovía casi vacía. Y aunque la carretera vacía resultara tentadora, Ike no tenía manera de llegar rápidamente a ella, porque, al contrario que las lechuzas de Atenea, él no sabía volar. A Ike, atrapado en las carreteras lentas de Boston, la tercera dimensión no le servía para nada.
Hasta no hace mucho, pocos físicos serios pensaban que mereciera la pena cavilar sobre las dimensiones extras. Era un tema especulativo y extraño: nadie sabía decir algo definitivo sobre ellas. Pero, en los últimos años, las dimensiones extras han visto cómo cambiaba su suerte para mejor. Han pasado de ser rehuidas como unas descaradas indeseables a convertirse en compañía estimulante y muy buscada. Deben su respetabilidad recién adquirida a las branas y a las muchas posibilidades teóricas auténticamente nuevas introducidas por estas construcciones.
Las branas tomaron la comunidad física por asalto en 1995, cuando el físico Joe Polchinski del Instituto Kavli de Física Teórica (KITP), en Santa Bárbara, estableció que resultaban esenciales en la teoría de cuerdas. Pero, incluso antes, los físicos habían propuesto objetos parecidos a las branas. Un ejemplo de éstos eran las p-branas (llamadas así por p-rofesores p-arlanchines), objetos que se extienden hasta el infinito solamente en algunas dimensiones y que los físicos dedujeron matemáticamente usando la teoría de la relatividad general de Einstein. La física de partículas había propuesto también mecanismos para confinar partículas en superficies parecidas a las branas. Pero las branas de la teoría de cuerdas fueron el primer tipo conocido de brana que podía atrapar fuerzas además de partículas y pronto veremos que esto es parte de lo que las hace tan interesantes. Como Ike, atascado en una carretera bidimensional en el espacio de tres dimensiones, las partículas y las fuerzas pueden quedar retenidas en unas superficies de dimensión inferior que llamamos branas, aunque el universo tenga otras muchas dimensiones que explorar. Si la teoría de cuerdas describe correctamente el mundo en el que vivimos, a los físicos no les queda más remedio que aceptar la existencia potencial de estas branas.
El mundo de las branas supone un panorama nuevo y fascinante que ha revolucionado nuestra comprensión de la gravedad, de la física de partículas y de la cosmología. Las branas podrían existir realmente en el cosmos y no hay ninguna razón convincente que impida que estemos viviendo en una de ellas. Las branas podrían incluso desempeñar un papel importante a la hora de determinar las propiedades físicas de nuestro universo y de explicar, en definitiva, los fenómenos observables. De ser así, las branas y las dimensiones extras han venido para quedarse.
Las branas como rebanadas
En el capítulo primero examinamos una manera de considerar el mundo bidimensional de Planilandia: como una rebanada bidimensional de un espacio tridimensional. En la novela de Abbott, el personaje A. Square hizo un viaje a la tercera dimensión, más allá de la Planilandia bidimensional, y se dio cuenta de que Planilandia no era más que una mera rebanada de un mundo tridimensional mayor.
Al volver, A. Square sugirió, con bastante lógica, que el mundo tridimensional que había visto podría ser a su vez una mera rebanada: una rebanada tridimensional de un espacio con más dimensiones. Por «rebanada» entiendo, por supuesto, no solamente una membrana bidimensional, fina como un papel, sino la extensión lógica de algo así: una membrana generalizada, si se quiere. Podríamos pensar en las rebanadas tridimensionales que sugirió A. Square como pedazos tridimensionales del espacio tetradimensional.
Pero su guía tridimensional descartó inmediatamente la especulación de A. Square sobre las rebanadas tridimensionales. Como casi todas las personas que conocemos, este habitante en tres dimensiones, falto de imaginación, creía sólo en las tres dimensiones del espacio que podía ver y ni siquiera era capaz de contemplar la existencia de una cuarta.
Las branas han introducido en la física nociones matemáticas similares a las descritas en Planilandia hace un siglo. Los físicos han vuelto ahora a la idea de que el mundo tridimensional que nos rodea podría ser una rebanada tridimensional de un mundo de dimensión superior. Una brana es una región determinada del espacio-tiempo que se extiende sólo en una rebanada (posiblemente multidimensional) del espacio. La palabra membrana motivó la elección de la palabra brana porque las membranas, como las branas, son láminas que o bien rodean o bien pasan a través de una sustancia. Algunas branas son «rebanadas» que están dentro del espacio, mientras que otras son «rebanadas» que acotan el espacio, como las rebanadas de pan de un bocadillo.
En todo caso, una brana es un dominio que tiene menos dimensiones que el espacio total de dimensión superior que lo rodea o lo limita.[M5] Obsérvese que las membranas cuentan con dos dimensiones, mientras que las branas pueden tener cualquier número de dimensiones. Aunque las branas que más van a interesarnos tienen tres dimensiones espaciales, la palabra brana se refiere a todas las «rebanadas» de este tipo; algunas branas tienen tres dimensiones espaciales, pero otras branas tienen más (o menos).[M6] Usaremos el término 3-branas para referirnos a las branas con tres dimensiones, 4-branas para referirnos a las branas con cuatro dimensiones, y así sucesivamente.
Branas confinantes y branas sumergidas
En el capítulo anterior he explicado por qué es posible que no podamos ver las dimensiones extras. Podrían estar enrolladas en espacios tan pequeños que nunca aparecerían pruebas de su existencia. El punto clave era que las dimensiones extras serían pequeñas. Ninguna de las razones de la invisibilidad de las dimensiones extras invocaba el hecho de que estuvieran enrolladas.
Esto sugiere una posibilidad alternativa: quizá las dimensiones no estén enrolladas, sino que sencillamente se terminan a una distancia finita. Como las dimensiones que se desvanecen en la nada son peligrosas en potencia —no queremos que haya trozos del universo que se caigan al terminarse éste—, tiene que haber fronteras para las dimensiones finitas que les digan dónde y cómo terminar. La cuestión es: ¿qué les pasa a las partículas y a la energía cuando alcanzan estos límites?
La respuesta es que encuentran una brana. En un mundo de dimensión superior, las branas serían las fronteras del espacio total de dimensión superior, que se conoce como el bulto (bulk, en inglés). Al contrario que las branas, el bulto se extiende en todas direcciones. El bulto cubre todas las dimensiones, tanto dentro de la brana como fuera de ella (véase la figura 25). El bulto es, por lo tanto, «abultado», mientras que, en comparación, la brana es plana (en algunas dimensiones), como una torta. Si las branas bordearan el bulto en ciertas direcciones, algunas de las dimensiones del bulto serían paralelas a la brana, mientras que otras dimensiones partirían de ella. Si la brana es la frontera, las dimensiones que salen de la brana se extenderían solamente a partir de uno de los lados.
FIGURA 25. Una brana es una superficie de dimensión inferior con direcciones sobre ella y direcciones que parten de ella, adentrándose en el bulto de dimensión superior.
Para comprender la naturaleza de las dimensiones finitas que terminan en branas, consideremos una cañería muy larga y muy fina. Dentro de la cañería hay tres dimensiones: una larga y dos cortas. Para establecer una analogía más directa con las branas planas, imaginemos que nuestra cañería tiene su sección transversal cuadrada. Una cañería infinitamente larga de este tipo tendría cuatro tabiques rectos infinitamente largos. Si la cañería fuese un universo por derecho propio, se trataría de un universo con tres dimensiones, dos de las cuales estarían acotadas en cada lado por tabiques y otra que se extendería infinitamente lejos.
Sabemos que una cañería larga y fina, cuando la vemos desde lejos o sin la resolución suficiente, parece unidimensional, como la manguera del capítulo anterior. Pero podemos preguntarnos también, como hicimos en el caso del universo de la manguera, cómo sería el universo de la cañería —consistente en la cañería y su interior— para un ser consciente que viviera dentro de él.
Como podemos suponer, todo dependerá de la resolución de este ser. Una mosca que se pudiera mover libremente dentro de la cañería cuadrada experimentaría este universo como un universo tridimensional. Al contrario de lo que supusimos en el ejemplo bidimensional de la manguera, estamos imaginando ahora que la mosca puede moverse dentro de la cañería y no sólo sobre su superficie. No obstante, como en la manguera, la mosca sentiría que la única dimensión larga es distinta de las otras dos. La mosca podría ir arbitrariamente lejos en una dirección (si suponemos que la cañería es muy larga o infinita), mientras que en las otras dos direcciones la mosca podría tan sólo recorrer una corta distancia, la anchura de la cañería.
Pero hay una diferencia entre el universo de la manguera y el universo de la cañería, aparte del número de dimensiones que presenta cada uno de ellos. Al contrario que el escarabajo del capítulo anterior, la mosca de la cañería puede viajar por el interior de ésta. De modo que a veces la mosca encuentra tabiques. Puede ir hacia delante o hacia atrás, hacia arriba o hacia abajo, y llegar a una linde. El escarabajo de la manguera, sin embargo, nunca llegaría a una linde así: en vez de eso, lo que haría es dar vueltas y más vueltas.
Ha de haber reglas que dicten qué le sucederá a la mosca cuando llegue a la frontera de su universo de la cañería. Los tabiques de la cañería determinan lo que va a pasar. La mosca podría chocar con el tabique y quedarse allí aplastada; o la cañería podría ser reflectante, de modo que la mosca rebotase. Si la cañería fuese un auténtico universo limitado por branas, entonces las branas, que serían bidimensionales, determinarían qué es lo que ocurriría si una partícula, o cualquier otra cosa que pueda portar energía, llegase hasta ellas.
Cuando las cosas llegan a una brana confinante, rebotan hacia atrás, exactamente igual a como lo hacen las bolas de billar al llegar al borde de la mesa o la luz al incidir en un espejo. Esto es un ejemplo de lo que los físicos llaman una condición de frontera reflexiva. Si las cosas rebotan al llegar a una brana, no se pierde energía; ésta no es absorbida por la brana ni se desvanece en la nada. Nada pasa más allá de la brana. Las branas confinantes son los «confines del mundo».
En un universo multidimensional, las branas representan el papel de los tabiques fronterizos del ejemplo anterior del universo de la cañería. Como los tabiques, estas branas tendrían una dimensión inferior a la del espacio total; un tabique siempre tiene una dimensión inferior a la del objeto que delimita. Esto es igual de cierto para la frontera del espacio como lo es para la corteza que constituye la frontera de una hogaza de pan. Es también cierto para los tabiques de nuestra casa, que tienen una dimensión inferior a la de la habitación que delimitan; la habitación es tridimensional, mientras que cualquier tabique individual se extiende solamente en dos dimensiones (si ignoramos su grosor).
Aunque hasta ahora en esta sección solamente he considerado branas que hacen de fronteras, las branas no siempre se sitúan en el borde del bulto. Podrían existir, en principio, en cualquier parte del espacio. En particular, las branas podrían estar separadas de la frontera, en el interior del espacio. Si una brana confinante es como una fina corteza en la que termina una hogaza de pan, una brana no confinante sería como una fina rebanada de pan dentro de la misma hogaza. Una brana que no es confinante seguiría siendo un objeto con dimensión inferior, como las que hemos considerado hasta ahora. Pero las branas no confinantes tendrían un bulto de dimensión superior a ambos lados.
En la sección siguiente veremos que sea cual sea el número de dimensiones del bulto o de la brana, y ya estén las branas dentro del espacio o en sus orillas, las branas pueden atrapar partículas y fuerzas en ellas. Esto hace que la región del espacio que ocupan sea muy especial.
Atrapados en las branas
Es muy poco probable que alguno de nosotros explore todo el espacio que está a su alcance. Existen seguramente lugares que nos gustaría haber visitado y viajes que nunca emprenderemos, por ejemplo al espacio estelar o al fondo del mar. Nunca hemos estado en estos sitios, pero en principio podríamos visitarlos. No hay ninguna ley física que lo haga imposible.
No obstante, si viviéramos dentro de un agujero negro, nuestras oportunidades de viajar estarían limitadas mucho más drásticamente, más restringidas incluso que las de las mujeres de Arabia Saudí. El agujero negro (hasta que fuera desintegrándose) nos retendría (o más bien retendría nuestras versiones mutiladas del mundo del agujero negro) atrapándonos en su interior y nunca podríamos escapar.
Hay ejemplos mucho más familiares de cosas con una libertad de movimientos limitada para las que existen regiones del espacio que son realmente inaccesibles. La carga eléctrica de un cable o la cuenta de un ábaco son dos objetos que viven en un mundo tridimensional, pero que se desplazan sólo en una de sus dimensiones. Hay también cosas muy comunes que se encuentran confinadas en superficies bidimensionales. Las gotas de agua que han salpicado la cortina de baño se desplazan sólo a lo largo de la superficie bidimensional de la cortina (véase la figura 26). Las bacterias atrapadas entre dos placas de microscopio también experimentan solamente movimientos bidimensionales. Otro ejemplo es el juego de Sam Loyd de los quince cuadritos, ese juego inquietante que consiste en un marquito de plástico con fichas que llevan letras y que hay que ir desplazando hasta que queden ordenadas de manera correcta en el cuadrado y pueda leerse algo así como «MIRA/YAES/TÁHE/CHO» (véase la figura 27). Si no hacemos trampa, las letras permanecen todo el tiempo dentro de su marco de plástico y nunca pueden moverse en una tercera dimensión.
FIGURA 26. Las gotas de agua adheridas a una cortina de baño bidimensional en una estancia tridimensional.
Las branas, como las cortinas de baño y el juego de Loyd de los quince cuadritos, atrapan cosas en superficies de dimensión inferior. Introducen la posibilidad de que en un mundo con dimensiones adicionales no toda la materia sea libre para desplazarse a cualquier sitio. Así como las gotas de agua sobre la cortina están confinadas en una superficie bidimensional, las partículas o las cuerdas pueden estar confinadas en una brana tridimensional situada en un mundo de dimensión superior. Pero, al contrario de lo que sucede con las gotas de la cortina, ellas sí que están de verdad atrapadas. Y a diferencia del juego de los quince cuadritos, las branas no son arbitrarias. Son actrices naturales en un mundo de dimensión superior.
FIGURA 27. El juego de los quince cuadritos de Sam Loyd.
Las partículas confinadas en las branas están de verdad atrapadas en esas branas por las leyes físicas. Los objetos acotados por una brana nunca se aventuran a salir a las dimensiones extras que se extienden fuera de aquélla. No todas las partículas van a estar atrapadas en las branas; algunas podrían ser libres para desplazarse por el bulto. Pero lo que distingue a las teorías con branas de las teorías multidimensionales sin ellas son las partículas que viven en las branas, las que no se desplazan en todas las dimensiones.
En principio, las branas y el bulto podrían tener cualquier número de dimensiones, aunque la brana nunca tiene más dimensiones que el bulto. La dimensionalidad de una brana es el número de dimensiones en las que las partículas confinadas en la brana tienen permitido desplazarse. Aunque hay muchas posibilidades, las branas que nos resultarán más interesantes posteriormente son las tridimensionales. No sabemos por qué las tres dimensiones son, en apariencia, tan especiales. Pero las branas con tres dimensiones espaciales acaso sean relevantes para nuestro mundo, llegado el caso de que puedan extenderse a lo largo de las tres dimensiones espaciales que conocemos. Estas branas podrían aparecer en un bulto con cualquier número de dimensiones que sea superior a tres: cuatro, cinco o más dimensiones.
Aunque el universo tuviera muchas dimensiones, si las partículas y las fuerzas con las que estamos familiarizados están atrapadas en una brana que se extiende en tres dimensiones, se comportarían de todos modos como si vivieran solamente en tres dimensiones. Las partículas confinadas en la brana se desplazarían solamente a lo largo de ésta. Y si la luz estuviera también atrapada en la brana, los rayos de luz se propagarían sólo a lo largo de la brana. En una brana tridimensional, la luz se comportaría exactamente igual que en un universo de verdad tridimensional.
Además, las fuerzas atrapadas en una brana solamente ejercen su influencia sobre las partículas que están confinadas en esa misma brana. El material del que estamos compuestos, como los núcleos y los electrones, y las fuerzas con las que interactúan estos ladrillos constitutivos, como la fuerza eléctrica, podrían estar confinados en una brana tridimensional. Las fuerzas confinadas en la brana se propagarían solamente a lo largo de la brana, y las partículas confinadas en la brana se intercambiarían y se desplazarían únicamente a lo largo de las dimensiones de la misma.
De modo que si viviéramos en una brana tridimensional así, podríamos desplazarnos libremente a lo largo de sus dimensiones, lo mismo que hacemos ahora en tres dimensiones. Todo lo que esté confinado en una brana tridimensional tendría el mismo aspecto si el mundo fuera de verdad tridimensional. Las otras dimensiones existirían adyacentes a la brana, pero las cosas atrapadas en una brana tridimensional nunca penetrarían en el bulto circundante de dimensión superior.
Pero aunque las fuerzas y la materia puedan estar atrapadas en una brana, los mundos brana son interesantes precisamente porque sabemos que no todo está confinado en una única brana. La gravedad, por ejemplo, nunca está confinada en una brana. Según la relatividad general, la gravedad está entrelazada en el marco del espacio y del tiempo. Esto significa que la gravedad debe ejercerse por todo el espacio y en todas las dimensiones. Si pudiera confinarse en una sola brana, nos veríamos obligados a abandonar la relatividad general.
Afortunadamente, éste no es el caso. Aunque existan las branas, la gravedad se sentirá en todas partes, dentro y fuera de las branas. Esto es importante porque implica que los mundos brana han de interactuar con el bulto, aunque sólo sea a través de la gravedad. Como la gravedad se extiende al bulto y todo interactúa a través de ella, los mundos brana siempre estarán conectados con las dimensiones extras. Los mundos brana no existen aislados: son parte de una totalidad más grande con la que interactúan. Es concebible que puedan existir, además de la gravedad, otras partículas y fuerzas en el bulto. Si existieran, estas partículas podrían también interactuar con las partículas confinadas en una brana y conectar así las partículas confinadas por la brana con el bulto de dimensión superior.
Las branas de la teoría de cuerdas que consideraremos brevemente más adelante tienen propiedades específicas, además de las que ya he mencionado: pueden llevar ciertas cargas y pueden responder en cierto modo cuando algo las estimula. Sin embargo, insistiré rara vez en estas propiedades detalladas cuando hable más tarde de las branas. Será suficiente conocer las propiedades que he considerado en este capítulo: las branas son superficies de dimensión inferior que pueden alojar fuerzas y partículas, y pueden ser también las fronteras del espacio de dimensión superior.
Los mundos brana: estampas de una estructura gimnástica de branas
Como las branas podrían atrapar la mayor parte de las partículas y fuerzas, el universo en el que vivimos podría estar alojado en principio en una brana tridimensional que esté flotando en un océano extradimensional. La gravedad se extendería también por las dimensiones extras, pero las estrellas, los planetas, la gente y todo lo demás que vemos podría estar confinado en una brana tridimensional. Estaríamos viviendo entonces en una brana. Nuestro hábitat podría ser una brana. El concepto de mundo brana se basa en esta suposición (véase la figura 28).
FIGURA 28. Podríamos estar viviendo en una brana. O sea, la materia de la que estamos hechos, los fotones y las demás partículas del modelo estándar pueden estar todos en la brana. Pero la gravedad está siempre en todas partes, en la brana y en el bulto, como ilustran las líneas rizadas.
Si puede haber una brana suspendida en un espacio-tiempo de dimensión superior, no se puede negar la posibilidad de que haya muchas más. Las hipótesis que trabajan con mundos brana suelen involucrar más de una sola brana. Todavía no sabemos ni el número ni los tipos de branas que podrían estar presentes en el cosmos. A veces a las teorías con más de una brana se las vincula a la palabra multiverso (véase la figura 29). La gente suele usar esta palabra para describir un cosmos con trozos que no interactúan entre sí o que interactúan muy débilmente.
FIGURA 29. El universo puede contener múltiples branas que interactúan sólo a través de la gravedad o que no interactúan absolutamente nada. Estos mundos hipotéticos se llaman a veces multiversos.
A mí el término multiverso me parece un poco extraño, ya que por definición un universo es una totalidad que está constituida por la unión de sus partes. Es posible, sin embargo, tener diferentes branas que están tan separadas que ni siquiera pueden comunicarse entre ellas, o que pueden hacerlo sólo débilmente, mediante partículas mediadoras que se trasladan entre ellas. Las partículas de branas distantes resultarían influenciadas entonces por fuerzas totalmente diferentes y las partículas confinadas en una brana nunca tendrían contacto directo con las partículas confinadas en otras branas. Así que cuando haya varias branas con ninguna fuerza en común salvo la gravedad, me referiré ocasionalmente al universo que las cobija con el término multiverso.
Al pensar en las branas se da uno cuenta de lo poco que sabemos sobre el espacio en el que vivimos. El universo podría ser una composición magnífica que enlazase branas intermitentes. Aunque conozcamos los ingredientes básicos, en un multiverso poblado por más de una brana son concebibles nuevas perspectivas exóticas tocantes a la geometría del espacio, así como miríadas de posibilidades para explicar el modo en el que las partículas que conocemos y las que no conocemos se reparten entre ellas. Un solo mazo de naipes puede producir muchas manos diferentes. Hay montones de posibilidades.
Otras branas podrían ser paralelas a la nuestra y albergar mundos paralelos. Pero podrían existir también otros tipos de mundos brana. Las branas podrían cortarse entre sí y las partículas podrían quedar atrapadas en las intersecciones. Las branas podrían tener distintas dimensiones. Podrían curvarse. Podrían moverse. Podrían enrollarse a lo largo de dimensiones invisibles. Podemos dejar volar la imaginación y pintar la escena que queramos. No es imposible que exista una geometría así en el cosmos.
En un mundo en el que las branas están inmersas en un bulto de dimensión superior, podría haber partículas que exploran las dimensiones superiores y otras que permanecen atrapadas en las branas. Si el bulto separa una brana de otra, unas partículas pueden estar en la primera brana, otras en la segunda y otras en medio. Hay teorías que nos describen las múltiples maneras posibles de distribuirse las partículas y las fuerzas por las diversas branas y el bulto. Incluso para las branas que se deducen de la teoría de cuerdas, no sabemos todavía por qué la teoría de cuerdas opta por una distribución concreta de partículas y fuerzas. Los mundos brana introducen nuevas perspectivas físicas que podrían describir el mundo que creemos conocer y también otros mundos que no conocemos en otras branas que tampoco conocemos, separadas de nuestro mundo en dimensiones ocultas.
Podrían existir nuevas fuerzas confinadas en branas distantes. En estas otras branas podrían, quizá, propagarse nuevas partículas con las que nunca lograremos interactuar directamente. Podría haber un relleno adicional distribuido por diferentes branas, o incluso por el bulto y por otras branas, que diera cuenta de la materia oscura y de la energía oscura, que son la materia y la energía que conjeturamos partiendo de sus efectos gravitatorios, pero cuya identidad es un misterio. Y la gravedad podría incluso tener un efecto distinto sobre las partículas al pasar de una brana a la siguiente.
Si existe vida en otra brana, lo más probable es que esos seres, aprisionados en un entorno completamente diferente, sientan fuerzas completamente distintas que serían detectadas por sentidos distintos. Nuestros sentidos están adaptados a la química, a la luz y al sonido que nos rodea. Como es probable que las fuerzas y las partículas fundamentales sean distintas, las criaturas de otras branas, si existieran, no tendrían, posiblemente, mucho parecido con la vida de nuestra brana. Las otras branas serán seguramente muy distintas a la nuestra. La única fuerza que han de compartir es la gravedad, e incluso la influencia de la gravedad puede cambiar.
Las consecuencias de un mundo brana dependerán del número y de los tipos de branas, así como de dónde están localizadas. Por desgracia para los curiosos, las partículas y las fuerzas confinadas en branas distantes no tienen por qué influir sobre nosotros muy intensamente. Podrían determinar simplemente lo que se traslada en el bulto, y emitir señales débiles que a lo mejor no llegan nunca hasta nosotros. Por lo tanto, muchos de los mundos brana concebibles, aunque existan, serán muy difíciles de detectar. En definitiva, la gravedad es la única interacción que sin duda comparte el bulto de nuestra brana con el bulto de cualquier otra brana, y la gravedad es una fuerza en extremo débil. Sin pruebas directas, las demás branas se quedarán enclaustradas en el reino de la teoría y de la conjetura.
Pero algunos de los mundos brana que voy a presentar sí podrían conducir a señales detectables. Los mundos brana detectables son los que tienen consecuencias en los rasgos físicos de nuestro mundo. Aunque la proliferación de mundos brana posibles resulte frustrante en algunos aspectos, es realmente muy estimulante. Las branas podrían servir no sólo para resolver algunos problemas de la física de partículas que están pendientes desde hace tiempo, sino que, además, con un poco de suerte, si una de las posibilidades que voy a describir es cierta, muy pronto aparecerían pruebas de los mundos brana en los experimentos de la física de partículas elementales. Podríamos estar viviendo realmente en una brana, y podríamos, de hecho, saberlo con certeza dentro de una década.
Por ahora ignoramos cuál de las posibilidades, de las muchas que hay, es la auténtica descripción del universo. Dejaré abiertas, por lo tanto, todas las opciones, para no omitir nada interesante. Sean cuales sean los factores que describan nuestro mundo, las opciones que voy a presentar involucran ideas nuevas y fascinantes cuya posibilidad nadie se habría atrevido a defender anteriormente.