Capítulo 9
Un pequeño buen Boggy Mun
El cielo era color avena. El viento golpeaba los viejos árboles. Me abofeteó, pero yo lo abofeteé de regreso y seguí adelante. No debía perder mi oportunidad. El Boggy Mun sólo se muestra a medida que la niebla de la tarde aumenta, y tiene un estricto horario de trabajo.
Una V de gansos volaba por encima, extendidos desde el pico hasta la cola, como si tuvieran un alambre. Las Llanuras se volvieron los Rápidos y devoraron mis pies. En mi bolsillo llevaba un cuchillo de pelar. Pearl mantiene los cuchillos de cocina brillantes y afilados. Si confías en la justicia y en un mundo en el que todo encaja, pensarías que tropezaría y moriría con mi propio cuchillo. Pero lo había envuelto en varias hojas del Chismoso de Londres y lo transportaba con la punta hacia abajo.
Llegué al pantano del Boggy Mun justo cuando la niebla se levantaba. Una puesta de sol se agrupaba en el horizonte. La niebla se espesaba por encima de la oscura apertura del pantano. Esta se fue volviendo todavía más y más espesa. Coloqué papel periódico retorcido en una isla de musgo. Y en contra de eso recosté el cuchillo.
Un burbujeo en el agua… indicaba que el Boggy Mun se movía. Un gemido en el viento…
indicaba que el Boggy Mun estaba ascendiendo.
Abrí el periódico retorcido, salpicando sal en el musgo. Luego vino el cuchillo. ¿Qué mano usar, la izquierda o la derecha? Mi mano izquierda es más ágil, pero mi cicatriz reduce mi rango de movimiento. Tomé el cuchillo con la mano derecha.
Cortarse a uno mismo es más difícil de lo que parece. Mi piel no se corta, no como el pan o el queso. Mi carne se extiende hacia atrás. Es resistente, como la piel de las setas.
Empujé el cuchillo. Mi piel seta retrocedió.
Pensé en lo que le hice a Rose. Pensé en lo que le hice a Madrastra. Empujé a través de la piel seta. El odio hacía mi misma era poderoso: salió sangre, y con ella salpiqué la sal.
—Boggy Mun, yo, Briony Larkin, he venido a pedirte un favor. —¿Debía decirle que soy una bruja, o ya lo sabe? ¿Si sabía que yo era uno de los Antiguos, sería más probable que me concediera mi petición? ¿Un descuento comercial, por así decirlo?
El agua tapaba sus labios, el viento gemía.
—Tú has enviado la tos del pantano a la gente de Swampsea. Nuestros seres queridos están muriendo y muertos. Si quitas la tos del pantano, me comprometo a visitar este lugar todas las noches, darte nuestra sal y darte mi propia sangre.
El viento gemía.
—Todas las noches —dije—. Te prometo fidelidad.
—¿Y los días de iglesia? —dijo una voz un poco seca.
Una bruja puede sentir la sorpresa, pero le tomó a ella tan sólo un minuto contenerla.
—Días de iglesia también.
El agua le envolvía los labios.
—La sangre no me satisface —dijo el Boggy Mun.
—¡Pero es mi propia sangre! —dije, porque así era como le gustaba a los Antiguos... un toque personal—. Y aún está caliente.
—Tengo algunos años de experiencia con humanos sabelotodo —dijo el Boggy Mun—.
Sííí, algunos años. Aprendí más de tus sabelotodo de lo que ustedes aprendieron por sí mismos.
La niebla me envolvió, como si el aire se hubiera espesando. Como si la niebla tuviera espesas barbas, la barba del Boggy Mun. Me senté sobre los talones, pero la barba de la niebla se apretaba contra mí.
—Eres una chica adorable —dijo el Boggy Mun—. Oh, sí. Una chica encantadora.
Me di cuenta de que me estaba hablando a mí. Me podía ver.
—¿Resulta que esta encantadora chica tiene novio?
Negué con la cabeza.
—Tú puedes verme, pero yo no puedo verte.
—Lo dispuse de esa manera —dijo el Boggy Mun—. Pensé que sería un gran sistema.
¿Qué piensas, chica encantadora?
—Grandioso —dije.
—Yo te veo, lo suficiente —dijo el Boggy Mun—. Y el que te vea me dice que no eres simplemente una mortal, aunque inconfundiblemente, tienes sangre de los Antiguos.
—Soy una bruja.
—Sin embargo, existe una cantidad mortal en ti. No ha sido el aprendizaje de los mortales de todos estos años lo que hace que sepa que hay alguien que necesita salvarse. ¿Estás segura que no tienes ningún novio?
—Ningún novio.
—Pero hay alguien en particular en tu mente a quien deseas salvar.
—Mi hermana —dije—. Mi hermana gemela. —Pensé en Rose en la Casa Parroquial y en la preocupación de Pearl. Pearl que ha jurado mantener sus ojos en Rose, excepto para parpadear—. Somos idénticas, ella y yo.
—¿Cómo se llama tu hermana?
—Rose Larkin.
En el momento en que dije esas palabras supe que había cometido un error.
El cielo se inclinó sobre mis hombros, todo ceniza y humo.
—Sólo se necesita un momento para golpear el cuerpo con la tos del pantano. —El Boggy Mun hizo una pausa—. Allí, ahora está hecho. Esa hermana, fue golpeada con la tos del pantano. Si no está en tu mente salvarla, mejor poner fin a esos mortales sabelotodo que toman el agua de mi casa. Agua que es mía.
El Boggy Mun se había ido. Me levanté, la tierra temblaba bajos mis pies. Era una tonta.
Había pensado hacer un trato con el Boggy Mun, pero él le había lanzado a Rose la tos del pantano.
Yo pretendía hacer caso a las advertencias de Madrastra sobre el pantano, pero rompí mi promesa. ¡Y mira lo que pasó! El Sr. Dreary murió. Rose fue golpeada con la tos del pantano.
Mis pensamientos flotaban como la fría ceniza. No quería que me colgaran. Yo era responsable de Rose. Le prometí a Madrastra que cuidaría de Rose. Pero no quería que me colgaran.
Es extraño como una persona puede tener diferentes tipos de repugnancia hacia sí mismo, pero ella todavía dominaba su vida.
Me odio a mí misma.
Eso no importa, Briony. Tienes que recordar cómo lastimaste a Rose, porque ahora has herido a Rose de nuevo.
Relátate a ti misma la historia. Recuérdate a ti misma como heriste a Rose. Recuérdate a ti misma lo de los columpios, la espuma en las enaguas, los gritos de Rose. Debes recordártelo. Debes odiarte a ti misma.
Recuérdate lo que Madrastra te dijo, no una sino muchas veces. ¿Recuerdas cómo te vio ella, cuando dijo: “Nunca se lo digas a tu padre”.
Recuerda cómo esas palabras recorrieron con un bandazo tu corazón y cortaron tu respiración.
“Yo te protegeré”, diría Madrastra. “Yo mentiré si tengo que hacerlo”. Ella me dijo que si padre sabía lo que le había hecho a Rose, me entregaría a la policía.
“Él es un hombre honrado, tu padre“, diría ella. “Él no eximirá a su propia hija de la ley”.
En lo alto, los chorlitos pregonaban. ¡Luna llena! ¡Luna llena! Los Rápidos se convirtieron en un garabato de carbón.
Recuerda lo que le hiciste a Rose, recuerda lo que Madrastra hizo por ti. Ella escondió tu maldad. Ella también trató de detenerla. Ella sabía que no debías entrar al pantano.
Tú desde el principio pensaste que era una tontería. Discutiste con ella. Señalaste que no estabas en el pantano cuando llamaste a Rostro Mugriento, pero ella te recordó que estabas parada en el mismísimo borde del río. Que no importaba que hubiese estado al lado de la Casa Parroquial, porque incluso en el pantano, no podrías haber llegado más cerca de Rostro Mugriento.
Señalaste que las oscilaciones no se encontraban en el pantano, pero Madrastra te recordó que colgaban tan cerca del pantano como podían estar.
En el momento en que llegué a las Llanuras, la luna se había levantado. ¡Luna llena! ¡Luna llena! Estaba a medio paso cuando la vi, vi la Chime Child, a la deriva a través de las Llanuras. Permanecí congelada, sin moverme, y una muñeca de papel cortó la luz de la luna. Ella no debía verme. Me deslicé entre las sombras. Si la Chime Child me veía, querría saber mi asunto en el pantano, cosa que estaba poco dispuesta a contar.
No quiero que me cuelguen. Que no te cuelguen implica mantener la boca cerrada, algo en lo que sobresalgo. No quiero que Rose muera, pero si Rose vive, significa que Briony morirá. No quiero que me cuelguen.
Supliqué que no se girara, pedí que no me viera.
¿Por qué estaba tan decidida a aferrarme a la vida? A menudo deseaba dejar de respirar y dejarme ir.
La Chime Child fue a la deriva de vuelta al pueblo. Oré que no lo hiciera, pero en realidad no creo en las plegarias. Más bien creo en la buena suerte. No quiero ser ingrata, pero si hay alguien por ahí respondiendo a súplicas, las mías no están en la parte superior de la lista.
Regresando a mis días de chica lobo, a menudo me topaba con la Chime Child en el pantano. Casi lo había olvidado. Ella y yo éramos las únicas personas que lo visitábamos regularmente. ¿Pero a quién le importaba de todos modos? Esta bruja en particular tiene otras cosas en las que pensar, por ejemplo, si está dispuesta a revelar que es una bruja con el fin de salvar a su hermana.
Esperaría hasta llegar al río. Entonces decidiría.
La luz de la luna flotaba sobre el agua como la crema derramada. El puente se extendía ante mí. Cruzaría el puente, entonces lo decidiría. Recuerda Briony, recuerda como gritaba Rose. Debes recordarlo siempre.
El puente se abría paso reflejándose en el río. Mis pies me llevaron a las tablas. Mis pies me empujaron hacia la decisión. Mis pies estaban convirtiendo la orilla en una orilla cercana; ellos estaban convirtiendo luego en ahora. ¿Cuál era el punto de todos modos?
Por supuesto que lo haría. Tenía que salvar a Rose. Lo había sabido todo el tiempo, por supuesto. Sólo había estado aparentando.
Se lo diría a alguien mañana. Me daría tiempo hasta mañana.
***
Padre no es una especie de clérigo de fuego y azufre, pero a veces habla acerca del Infierno.
Yo creo que el Infierno es un mito, pero no le digan a Padre que se los he dicho. Pienso que los hilos del Infierno se tejen en nuestro mundo cotidiano.
Toma este ejemplo.
Cuando abrí el jardín de la Casa Parroquial, el olor a menta y manzana se elevó de mis pies. Lo reconocí de inmediato.
—Te dije que te fueras.
No lo miraba, no, no al Brownie, arrastrándose alrededor de mi falda sobre sus horribles y pegajosas piernas.
—Lo hiciste, ama —dijo el Brownie—. Pero ahora, con Madrastra muerta y enterrada...
—¡No hables de ella! —le dije.
Yo había desterrado al Brownie después del incendio de la biblioteca. No discutí con Madrastra sobre ese momento, no cuando ella dijo que el Brownie y yo éramos una peligrosa combinación —igual que la menta y la manzana del Brownie— y que el Brownie tenía que irse. No cuando ella dijo que la biblioteca no estaba cerca del pantano, lo que significaba que mi ira de bruja tenía poder sobre el Brownie para llamar al fuego: él era el único Antiguo cercano. De hecho, él siempre estaba muy cerca. Solía seguirme.
El Brownie se arrastró hacia mí con sus dobles piernas articuladas.
—¡Fuera!
Silencio.
—¡Fuera!
Silencio.
Cerré estrepitosamente la puerta de la Casa Parroquial detrás de mí, pero esto sólo fue para alardear. Las puertas no significaban nada para un Brownie. Él se retorció al interior en su propio camino grasiento. El Brownie estaba de vuelta, el que me había ayudado a llamar al fuego. Ahí hay un pedacito del Infierno para ti.
***
Otra vertiente del infierno:
Regresé de mi visita al Boggy Mun, sabiendo que Rose tenía la tos del pantano. La Casa Parroquial parecía vacía. Pearl la había dejado por la noche. Camino alrededor; allí hay una luz debajo de la puerta del salón. ¿Debía llamar?
Adelante, Briony, golpea. Eso es lo que una persona normal haría y, realmente, no es tan difícil. Pero estaba mintiéndome a mí misma.
Siempre miento.
Padre está sentado junto a Rose. Eldric está sentado al lado del Dr. Rannigan. Casi había olvidado que Eldric vive aquí, que ha dormido aquí durante diez noches enteras.
—¿Cómo estás Rose? —dije.
Vino una larga pausa, y Padre responde por mí. Me dice que Rose tiene la tos del pantano.
Dice que la tos no es terriblemente mala —nunca lo es al principio— y que los científicos en Londres están trabajando en una cura, y que seguramente antes de que Rose esté muy mal, los científicos habrán encontrado un remedio.
Padre siempre miente.
El Dr. Rannigan sabe que Padre está mintiendo. Él dice que no hay nada que hacer cuando la tos del pantano se vuelve grave, a excepción de las inyecciones de estricnina para estimular su corazón. Y la morfina, por supuesto, la morfina al final, para facilitar su muerte.
Facilitar su muerte. Las palabras suenan en mi cabeza como las locas campanas de una catedral. Morfina para facilitar su muerte.
—Rose —dije—. Tengo la intención de visitar al cuerpo de bomberos mañana. ¿Quieres venir conmigo? —Padre miró al Dr. Rannigan. El Dr. Rannigan asintió y dijo que un poco de aire fresco no estaría mal, y nos dijo como abrigarla y cuanto tiempo podía estar fuera, pero estaba demasiado ocupada lamentando mi oferta como para escuchar. Rose está perdidamente enamora del cuartelillo de bomberos y de los bomberos, y una Rose embrutecida es algo verdaderamente fastidioso.
Morfina para facilitar su muerte.
Padre miró a Rose y se volvió hacia mí otra vez. Por primera vez desde que murió Madrastra se dio cuenta de mi ropa. El murmuró algo entre dientes que sonaba notablemente como:
“¡Dios mío!”. Él dijo que nosotras no podíamos ir vestidas como la versión gemela de La niña de los fósforos9; y que ciertamente, no podíamos testificar en el juicio de Nelly Daws así; y que Pearl sabría cómo arreglarnos.
Nosotras tendríamos ropa nueva.
9 Original en inglés: The little match girl.
Íbamos a tener ropa nueva porque yo traté de negociar con el Boggy Mun y él se burló de mí. Me debería sentir culpable, pero no lo hago. Padre se debería sentir culpable, pero no lo hace. Íbamos a tener ropa nueva porque hice enfermar a Rose.
Esto, para mí, es el Infierno.
Una y otra vez sonaban las campanas como locas.
***
Los eventos en las historias de los libros venían de a tres. Así que, al parecer, era el Infierno.
Éste era el tercer hilo del Infierno que tejía esta noche. Estaba en la cama, escuchando la tos de Rose. Era húmeda, tos raspando piel, muy diferente a la tos de antes. Rose nunca había tenido la tos del pantano. Era una tonta.
Era una tonta, pero era inteligente.
Era la inteligente Briony la que había llamado a la muerte. La llamó para así poder entrar al pantano y salvar al Sr. Dreary, quien no estaría muerto si no la hubiera llamado. Esto era un círculo bastante insoportable.
Sin embargo, hay círculos más insoportables.
Fue la inteligente Briony que soñaba con un plan para salvar a Rose. Soñaba con un plan para poder entrar al pantano, para poder salvar a Rose, que no hubiera contraído la tos del pantano si no hubiera entrado al pantano.
La inteligente Briony sabe que cuando entra al pantano, la gente muere. La inteligente Briony tenía la intención de reducir la tos del pantano de Rose. Ella siempre ha estado celosa de Rose.
Esto para ella era el tercer hilo del Infierno.