Hasta aquí mi cometido. Con las pruebas que he puesto a su disposición, el resultado de su juicio será tan válido como el mío. Ahora disponen ustedes de la cadena completa, eslabón a eslabón. ¿Es una cadena de puras coincidencias accidentales o señala con terrible certeza una serie de delitos excesivamente horrible de considerar por su naturaleza y su modo de ejecución? Esta es la primera pregunta que deben hacerse, y confieso que yo soy incapaz de responderla. La segunda es más extraña y quizá más difícil aún. Suponiendo que la anterior sea cierta, ¿se pueden aportar pruebas fehacientes de un delito de estas características? O, aunque se demostrara, ¿son pruebas por las que se pueda imponer una pena al delincuente?