Miradle, tras la tapia del jardín acechando

con su horrible sonrisa de sincero cariño:

ya comienza a llegar el dueño del mañana,

el vecino admirable, el tierno carcelero,

el benéfico espía de la razón y el orden.

JOSÉ Mª VALVERDE

No sé yo para qué lo escribo así tan tibiamente, porque unos tres o cuatro soldados que se habían hallado en Italia, que allí estaban con nosotros, juraron muchas veces a Dios que guerras tan bravosas jamás habían visto.

BERNAL DÍAZ DEL CASTILLO
Verdadera historia de la conquista de la Nueva España

Ah, las paredes de la celda.

De ellas me duele entretanto, más

las dos largas que tienen esta noche

algo de madres que ya muertas

llevan por bromurados declives,

a un niño de la mano cada una.

CÉSAR VALLEJO