Capítulo IV
1 No medí el tiempo, pues en el bistró siempre era noche temprana
2 Pudieron haber pasado días mientras la stripper me hablaba de Nuestro Tallarinesco Maestro y Su benevolencia, sabiduría y frescura
3 Durante aquél tiempo me contó ella todo lo que algún día os contaré, para que podáis ser discípulos en Pasta, para que podáis difundir la palabra, y para que podáis pasar el parmesano
4 Estaba allí el Monstruo de Espagueti Volador que creó a nuestros pequeños amigos, los Retaquetes.
5 Estaba allí el Monstruo de Espagueti Volador que creó a nuestros pedregosas amigas, las montañas.
6 Estaba allí el Monstruo de Espagueti Volador que creó a nuestros amigos de madera, los árboles.
7 Pero no necesariamente en ese orden.
8 Hay allí más que eso, pero lo cubriré en una posterior misiva, tal vez.
9 A pesar de que ella me habló mucho, y aunque no tenía yo lápiz ni papel con el que tomar notas, me acordé de todo lo que la stripper me dijo, incluyendo que ella decía "hasta" mucho, así que lo utilizaré en mí hablar cotidiano este día.
Continuará…