Conexiones, pensaba Eve mientras observaba a Patrice flanqueada por dos corpulentos uniformados
—Elegiste a hombres grandes para que se sintiera segura—
—Pensé que no le iría mal—, admitió Peabody. —Ha reconocido la foto de Crapton. Han pasado más de doce años pero la ha reconocido—
—Algunas caras nunca se olvidan—. La de su propio padre, pensó Eve, sobre la de ella en la oscuridad mientras empujaba dentro de ella. Comprendía, demasiado bien, como algunos rostros, algunos momentos, algunas pesadillas nunca se desvanecían
—Así que con Crapton no actuó al azar—
Eve negó con la cabeza, hizo un gesto de que la siguiera a su oficina y se dirigió hacia allí. —Lo que ella tuvo, fue pura mala suerte. Y tu instinto te indica que hubo algo más mezclado en todo ello que la convirtió en un blanco.—
—Genial. Incluso aunque no sé el qué, sé que hay algo—
—Y no va a ser fácil descubrirlo y eso es algo con lo que ellos cuentan. Las probabilidades de que consiguiéramos hablar con alguna de sus ex era muy lejana para ellos. Y aunque lo hiciéramos, ninguno pensó que la mujer pudiera hablar, revivir viejas humillaciones—
—Tuvimos suerte—
—No—, corrigió Eve. —Trabajamos en el caso y tuvimos suerte. Ava Crampton no es solo una conexión, sino un punto sensible para Moriarity por fin. Y eso ha añadido una pequeña prima al concurso. El azar no es solo azar y ahí es donde yo estaba confundida, y tú tenías razón—
—Una vez más, genial. ¡Huy! Lo siento, solo lo necesitaba el momento—
—Y el momento se ha ido—
—Está bien. Así que las normas del concurso estipulan que tiene que haber alguna relación entre la víctima y su asesino.—
—Dudley mató a Crampton—, señaló Eve, —y aunque el folló con ella esa noche la conexión es con Moriarity, él la contrató. Su esposa. Su lugar—
—Otra cosa no coincide, otra desconexión—
—Sí, o,— consideró Eve mientras seguía avanzando, —otra bandera por la amistad. Déjame hacer eso por ti, amigo—
—Eso no es amistad, es… Mira tendría una palabra para ello. Una fantástica palabra—
—Cualquiera que sea la palabra, va a haber una conexión entre Dudley y Houston. Tal vez se remonte a un par de décadas atrás, cuando Houston estaba en problemas. Ilegales—, dijo Eve cuando llegaron a homicidios. —Dudley y Moriarity han sido consumidores y apuesto a que Dudley, por lo menos, todavía lo es. Tenían que conseguirlos en alguna parte. Houston consumía y vendía, y todos son de la misma edad. Podrían haber tenido tratos con Houston antes de que tuviera problemas—
Se enfocó sobre ello, dándole vueltas. —Patrice dijo que sus familias se gastaron mucho dinero untando manos para mantenerlos fuera de la cárcel, fuera del sistema. Houston tal vez fue arrestado por un acuerdo, y el acuerdo lo haría Dudley. El padre de Dudley acoquinó para mantener a su hijo fuera de la cárcel, pero estaba muy enfadado y lo castigo de otra manera—
—Eso cuadra para mí. Otro pago con retraso. Ambas víctimas de alguna forma les sirvieron—, propuso Peabody siguiendo a Eve a su oficina. —Después consiguieron el éxito, adquirieron caché, pero todavía ofrecen sus servicios—
—Podría ser eso. Ambas víctimas jugaron en lo que Delaughter llamó su tablero.— Eve se paró y contempló su propio tablero. Sin decir nada, Peabody fue hacia el autochef y programó dos cafés. —Las víctimas no eran nadie, y ahora de repente tienen poder. Ellos les compraron entonces y les compran ahora—
Eve tomó el café, descansando la cadera en su escritorio, continuó estudiando el tablero. —¿Quién va a ser capaz de conectarlos con una LC con la que estuvieron cuando tenían veinte años? Eso es lo que piensan. No figuran en su libro de citas. Y ¿Quién podría hacer la conexión con un conductor de limusinas que les proporcionaba ilegales cuando todos eran apenas unos niños?—
—Incluso conectándolos de esa forma no todo encaja—
—No, pero lo hará. Otro error de su arrogancia — de su pequeña broma privada—
—Y puede, como dices, que aún consuman—
—No hay un puede. Dudley tiene el agujero en la tienda de juguetes, y el nunca se resiste a la toma de muestras. Y con la retorcida relación que tienen, yo diría que Moriarity lo compartiría—
—El sexo es otro ángulo. No estaban en la agenda de la víctima, pero podrían estar en la de otra persona—
Una vez más Eve negó con la cabeza —Demasiado ego para pagar por sexo o demasiado riesgo de que alguien se entere. Están por encima de eso, demasiado arriba en la cadena alimentaria como para tener que pagar en esta etapa. Las mujeres son para ser ganadas, para entregarse a ellos. De cualquier forma, no se trata de sexo. Nunca se ha tratado de sexo. Era, y es, sobre el poder. Dominación, violencia, privilegios. Emociones caras. ¿Un hombre droga a su esposa para poder ver como su mejor amigo la viola? Eso no es sobre sexo. Se trata de su propia diversión, y todavía lo es. Acerca de la relación entre ambos. Ella era solo un nudo más en la cuerda que los une. Son unas jodidas almas gemelas—
—Si drogaron a Delaughter para poder compartirla, podrían haberlo hecho de nuevo. Si usan el sexo como una especie de vínculo—
—Sí, y tendrían mucho más cuidado desde que ella les descubrió ¿Qué tienes sobre el viaje?—
—Lo suficiente para decir que estuvieron por todo el maldito lugar. Pueden tener la base en Nueva York pero solo están aquí la mitad del tiempo. Puede que menos. Estoy investigando tanto los viajes que hicieron juntos, como en los que terminaron en el mismo lugar, pero viajaron por separado. Ambos disponen de múltiples transportes privados por lo que es más difícil. Sumado a ello, ambos tienen numerosas casas, o villas o pieds—á—terre o como se diga eso. Tenemos que investigarlo todo y es mucho trabajo, incluso si nos limitamos aun año atrás—
—Mándame una parte e iniciaré una búsqueda de personas desaparecidas sin resolver—
Se sentó en su escritorio observando su tablero. A continuación contactó con Charles Monroe
—Acabo de enviarte un e—mail le dijo. Estamos deseando ver a todo el mundo el sábado—
—Sábado…de acuerdo ¿Qué demonios había hecho? Bien—
—Y la llamada no es para preguntarme si vamos a llevar ensalada de patata—
—No. Es sobre Ava Crampton. ¿Alguna vez mencionó algún incidente en sus primeros días?. Contratada para un trío, marido y mujer. Joven y rico. Durante el acto, el marido desliza a la esposa un combinado de Prostituta y Conejo, y añade un amigo a la mezcla. El esposo y el amigo se turnan con la esposa.—
—No. Y no lo habría hecho, podría haber perdido su licencia, o haber sido suspendida por no informar sobre el uso de ilegales, sobre todo si la mujer no tenía conocimiento previo del acuerdo y no dio su consentimiento. Eso habría añadido violación y Ava podría haber sido acusada. Y su carrera habría terminado. Informando sobre ellos después podría haberse cubierto diciendo que había participado bajo coacción o por miedo, pero habría quedado constancia en su archivo—
—Eso es lo que pensaba—
—Si pasó eso ¿cómo te has enterado?—
—Me lo contó la mujer—
En la pantalla él sonrió. —Directo y claro—
—Dame un resumen rápido de los motivos del marido. Solo una opinión general—
—Sin conocer a fondo los hechos solo puedo darte una visión general. El uso de drogas de violación indica un deseo de controlar y degradar. Al llevar a otro hombre al acto, sin conocimiento previo de la esposa o permiso, él expande ese control, profundiza en la degradación y al mismo tiempo demuestra al otro macho que la hembra es de su propiedad. Puede hacer con ella lo que le plazca. Básicamente lo que indica es que hay que usarla porque para eso está allí. Al compartirla hace de ella una especie de mercancía, poco más que un plato de carne que podría repartir para cenar. También puede ser una forma de liberación de una homosexualidad latente—
—Porque jodiéndola en tándem, metafóricamente se joden el uno al otro—
—Podrías decirlo de esa manera—
—Interesante. Gracias—
—Para lo que pueda ayudarte—
Por un momento se quedó sentada dejando que los pedazos ajustaran en su mente. Después de actualizar sus notas, las racionalizó en un informe al que añadió copia de las dos entrevistas, sus impresiones, la opinión general de un terapeuta sexual y las vías que pretendía seguir
Envió copias a Whitney y a Mira
Actualizó el expediente del caso, su tablón y se sentó con los pies sobre la mesa, con otra taza de café en la mano y dejó que todo se asentase de nuevo.
Esta noche, pensó, o mañana. No quedaba mucho tiempo antes de la siguiente ronda. Si el patrón que estaba viendo era un patrón, el siguiente le correspondía a Moriarity, lo que significaba que la víctima estaría más conectada al pasado de Dudley y el señuelo sería a través de Dudley e Hijos.
—Y puede ser cualquiera—, dijo en voz alta
No, eso no era exacto. Quien fuera tendría que estar en Nueva York, ya que ambos, Dudley y Moriarity estaban en Nueva York. Así que el objetivo vivía aquí, trabajaba aquí o se encontraba de visita
El objetivo sería alguien con renombre en su campo de trabajo, en el sector servicios, probablemente. ¿Comienzos humildes? Consideró. Ambas víctimas tenían eso en común partían de la zona baja de la escala social e iban escalando puestos
¿Seria ese el juego?
Aún activo en su campo. Alguien que podía ser contratado, llamado, consultado o reservado
Mierda
Alguien iba a perder la vida porque un par de arrogantes tontos del culo querían tener lazos de sangre, y ella no podía probarlo
No tenía sentido obsesionarse con lo que todavía no había pasado, se recordó. Mejor profundizar en lo que ya tenía. Peabody le había enviado algo y comenzó una búsqueda lenta y sistemática de la muerte
Tenía redes de datos en la pantalla cuando Peabody volvió
—Dallas—
Eve miró a tiempo de coger la barrita de energía que Peabody la lanzó
—Estas están asquerosas
—No. Es un lujoso placer. El vendedor lo dice. Además si has generado tantas desapariciones no resueltas como yo necesitaras la energía—
—Tal vez.— Con un poco de reticencia Eve rasgó el envoltorio. La concentración había evitado que notara el sordo dolor de cabeza que ahora si notaba gestándose tras sus ojos. Dio un mordisco y se estremeció. —Jesús ¿Qué es lo que ponen en estas cosas?
—Es mejor no saberlo. Si no vamos a hacer más trabajo de campo, cogeré los archivos y me los llevaré a casa para dedicarles algo de tiempo
—¿Por qué te vas a casa?
—Porque nuestro turno ya ha terminado, y quiero a mi hombre y una comida de verdad
Eve frunció el ceño a su unidad de pulsera. —Maldita sea
—Puedo quedarme si quieres trabajar aquí—
—No, no vete. No me he dado cuenta de la hora que era. Envía todo lo que tenemos a mi unidad de casa, y me voy…— Se levantó cuando vio que había perdido la atención de su compañera. La actitud de esta había cambiado, se estaba alisando el pelo y ponía una sonrisa tonta en su cara
—¿Qué hace Roarke aquí?— Demandó Eve incluso cuando oyó su voz
—Hola Peabody. Me gusta tu pelo. Moderno, eficiente y femenino, todo a la vez—
—Oh—, ella se alborotó un poco más. —Gracias—
—¿La Teniente te hace trabajar hasta tarde?—
—Ya se va—, espetó Eve. —Vete
—Que tengas una buena tarde—, dijo Roarke. —Nos vemos el sábado—
—Allí estaremos—
—¿Tienes que hacer eso?— Murmuró Eve cuando Peabody se escabulló
—¿Qué es eso?—
—Hacer que se vuelva pegajosa y estúpida—
—Al parecer tengo ese poder, aunque a mí no me ha perecido que se viera así.— Entró y se sentó en su escritorio. —Tú sin embargo, pareces cansada y enfadada.— Cogió la barrita energética. —Y esta es probablemente parte de la razón—
—¿Por qué estás aquí en vez de en casa?
—Tomé un riesgo calculado y pensé que mi esposa todavía estaría tras su escritorio. Ahora ella puede llevarme a casa después de que hagamos una parada y consigamos algo para cenar—
—Realmente tengo que...—
—Trabajar, sí. Puede ser pizza—
—Eso es jugar sucio—
—Pelear limpio siempre me pareció un desperdicio.— Tiró la barrita energética al cubo de reciclaje. —Recoge lo que necesites y vamos a comer mientras te cuento sobre la ronda de golf que he jugado hoy
—Odias el golf—
—Más que nunca, por lo que me lo debes. Tú pagas la pizza—
—¿Por qué te la debo? Preguntó mientras organizaba su archivo en un bolso—
—Porque he jugado dieciocho hoyos con tus sospechosos—
Ella se detuvo en seco. —¿Qué has hecho qué?—
—Me las arreglé para encontrar un socio loco por el golf que juega en el mismo club que Dudley y Moriarity. Jugamos los cuatro juntos—
Ella sintió que el temperamento se le inflamaba. —Maldita sea Roarke. Por que…—
Él la interrumpió clavándole un dedo en el vientre. —No quieres comenzar conmigo después de pasarme toda la mañana golpeando una pelota hacia un agujero en el suelo con un palo. Lo cierto es que probablemente lo habría hecho de todos modos, ya que a David le encanta esa mierda de juego, por lo que me pareció correcto hacer un poco de trabajo de campo. De vez en cuando persigo a tus sospechosos aquí y allí—
—Sí, pero…— pensó en ello, y tuvo que tragarse la airada réplica. —Bien. ¿Qué hiciste…—
—Camina y habla—, interrumpió. —Me he puesto de humor para tomar pizza—
—Bien por mí—. Agarró la bolsa y apago el ordenador. —¿Nunca habías jugado con ellos al golf antes?—
—Y nunca volveré a hacerlo—, prometió cuando empezaron a salir. —A pesar de que acabamos ganando por tres golpes, lo cual no hizo que ninguno de los dos estuviera muy contento. Aunque lo disimularon bastante bien—, agregó con resignación mientras se metía en el ascensor con Eve y otra docena de policías.
—No les gusta perder—
—Yo diría que ganar es una especie de religión para ellos. Hacen trampas—
—¿En serio?— Entrecerró los ojos. —No me sorprende realmente ¿Quieres decir que trabajan juntos? ¿Cómo un equipo trampa?—
—Así es. No puedo decir como compiten entre si, uno contra uno, sino como lo hacen contra otros, tienen un sistema—
Las puertas del ascensor se abrieron, dos policías salieron, tres más musculosos entraron. El caluroso verano volvía al aire aceite de cocina
—¿Cómo se hacen trampas al golf?—
Uno de los policías, obviamente un jugador de golf, resopló
—Hermana no es tan difícil—
Ella echó un vistazo por encima del hombro. —Teniente hermana—
—Señor—
—Usan señales y códigos—
Roarke hizo un gesto hacia el policía de uniforme. —Sobornas al Caddie, podría equivocarse con un par de palos. Jugué con un tipo que llevaba las pelotas en el bolsillo. Hicieron que se le cayeran los pantalones. Tonto del culo—
—Ellos utilizan un poco más de tecnología.— Roarke habló directamente con el uniformado ahora. —Usan pelotas trucadas programadas con dispositivos de dirección—
—Jodidos. Un hombre que hace trampas en el golf, estafará a su propia madre quitándole el dinero de la pensión—
—Como mínimo—, coincidió Roarke, lo suficientemente divertido como para aguantar el resto del viaje hasta el garaje.
—Conocen el curso—, continuó, cuando se dirigían hacia el coche. —Obviamente han trazado cada hoyo, programado varias variables. Ellos se señalan el uno al otro, sus posiciones, los ángulos y así sucesivamente. Llega el turno de uno y el otro se acopla con el dispositivo. Lo hacen de una manera sutil. Conduzco yo ya que tú tienes dolor de cabeza—
—No me duele la cabeza…exactamente.— Cuando el dirigió su ceño hacia ella, se dejó caer en el asiento del acompañante. —Tengo un dolor de ojos. Eso es diferente—
El caminó alrededor del coche y se sentó al volante. —Tienen cuidado de no jugar tan bien como para llamar la atención. Son jugadores sólidos, así es como se muestran. Y hoy han tenido un buen partido. Un par de golpes por debajo de su handicap. Hasta el décimo agujero—
—No se lo que eso significa y no quiero saberlo—
—Ni yo particularmente—
—A los empresarios de éxito se supone que les gusta el golf. Es una especie de regla—
—Bueno, para las reglas soy un fracaso total.— Lo dijo alegremente, casi con un toque de orgullo. —En cualquier caso empezamos a acercarnos a ellos en el décimo—
—¿Cómo ganasteis?—
—David es un jugador superior, y se puede decir que me metí en el espíritu de la cosa, me impliqué más—
—Ellos estaban haciendo trampas. Se necesita algo más que un buen juego para ganar a un tramposo—
—No son los únicos que saben como manipular un juego. Me cargué sus dispositivos con uno de los míos. Cada vez que lo utilizaban, se deslizaban o quedaban enganchados—
—¿Cómo peces?—
—Te adoro. De verdad.— Incapaz de resistirse se inclinó y la besó en la mejilla. Ruidosamente. —Me haces sentir como un tonto—
—Bien. Si quieres sentirte así—
—Realmente no.— El se deslizaba a través del tráfico. —Mandaba su pelota a izquierda o derecha, hacia una trampa o al arenero, lo que sumaba golpes en su puntuación. En el golf gana el que tenga el menor número de golpes—
—Eso ya lo sé—
—En cualquier caso, en el agujero trece, mala suerte para ellos, estábamos empatados, y no podían arriesgarse a usar los dispositivos. Así que jugaron sin trampas—
—¿En serio?—
Volvió la cabeza para sonreírle. —Tuve la tentación de quitarnos unos cuantos golpes, solo para restregárselo por la cara. Pero pensé que a David le gustaba el juego y le gustaría más ganarles sin hacer trampas. Se detuvo un momento en una intersección. Y la verdad a mí también—
—¿Cómo reaccionaron al perder?—
—Oh, estaban verdaderamente molestos, lo ocultaban bien tras sus carcajadas y felicitaciones llenas de gracia, incluso nos invitaron a una ronda de bebidas en el hoyo diecinueve. A Dudley las manos le temblaban de rabia. Tuvo que meterlas en los bolsillos para poder controlarlas. Por cierto que se controla con cualquier cosa que pueda esnifar o beber en un viaje al baño.—
—Sí, apuesto a que esnifa, bebe, o fuma mucho. Pero me refería a como se tomaron perder frente a ti en particular.—
Nada detenía a su policía, pensó. —Yo diría que han pasado del desprecio al odio. Si fuera del tipo sensible, me habría quitado su odio con una espátula, porque era espeso y pegajoso, pero el hecho es que lo disfruté mucho
—Eso era porque al beber con ellos y unirte a sus risas realmente les estaban enseñando el dedo—
—Y con una molesta sonrisa de solo tuve un poco de suerte—
—Los ordeñaste—
—Como si fueran un par de vacas de enorme ubres—
—Ewww—
—Tal vez deberías de haber estado allí. Estarías interesada, creo, en saber que Dudley descargó un poco de su rabia en su vestuario cuando ya no estábamos alrededor de él, lo ha destruido—
—¿Cómo lo sabes?—
—He sobornado al mayordomo, por supuesto—
—Por supuesto, por supuesto. Y los vestuarios de todos los clubs del mundo incluyen mayordomos—
—También rompió su transmisor. Encontré algunos fragmentos en el suelo del vestuario que usó—
—Temperamento, temperamento. Puedo usar eso—
—Me lo imaginaba. Te ha mencionado. Me dijo que te había conocido, y trató de averiguar como de implicado estoy en tu investigación. Le he hecho creer que este caso no tenía ningún interés en particular. Solo una LC y un chófer de limusinas, no merecen mi esfuerzo, y que creo que tampoco es muy importante para ti. Eso no le agradó mucho tampoco—
Ella no dijo nada durante un momento mientras el conducía entre el lento río de vehículos. —Eso estuvo bien. Fue una jugada bastante buena. Le hace querer implicarse emocionalmente, le hace querer crear algo más importante, con más noticia. No puede ser algo ordinario, ese es el punto. Si estás en lo cierto y ellos me quieren a mi en particular, y parece que a ti también, no es bueno que no estemos interesados, y que solo sea otro día de trabajo normal para mí—
—El caso Icove fue enormemente sonado, en los medios de comunicación, en la atención del público. Dijiste que mencionó el caso, el libro cuando hablaste con él. Hizo lo mismo conmigo—
—Mierda.— Se paso las manos por la cara. —Podría haber sido parte de su inspiración—
—Habrían hecho esto tarde o temprano. Pero creo que el caso, el libro y la próxima película les hicieron considerar lo excitante que podría ser si fueran convertidos en una película o un libro. Tendrían este juego, y generarían más interés, más notoriedad que ningún otro caso.—
—La emoción les duraría mucho tiempo.— Puede que también iniciaran el juego por eso, pensó ella. Ser simplemente mejores
Él se metió en un aparcamiento subterráneo privado, del tipo del que ella, por principios, se negaba a pagar el precio
—Podrías haber encontrado un sitio en el nivel de calle—
—Vive un poco cariño. Hay un sitio a pocas manzanas de aquí. Es una buena noche para dar un paseo, y te puedo garantizar que la pizza es excelente—
La tomó de la mano mientras caminaban hacia el exterior
—Eres propietario del lugar—
—Desde que mi esposa tiende a vivir de pizza la mitad del tiempo, parecía una buena idea tener un lugar cerca de casa donde además sirven un pastel excepcional—
—Eso es difícil de discutir—
El brillante sol de la tarde hizo que la gente saliera en masa. Turistas que acarreaban bolsas dando un paseo mientras miraban sorprendidos los rascacielos y el tráfico aéreo. Y también pensó Eve, mucha gente con sitios a los que ir lo que les hacía ir zigzagueando, esquivándolos para poder seguir su propio camino. Era una especie de ballet extraño y caótico, decidió, que estaba marcado por el estruendo de las bocinas, el parloteo de los vendedores ambulantes, y los sonidos de los enlaces y de los auriculares
Un par de niños iban en airboard, riendo como hienas. Y en la esquina el vendedor del carrito deslizante estalló en una canción
—Creo que esto fue una buena idea—, decidió Eve
—Te ha quitado el dolor de cabeza, lo siento, el dolor de ojos.— Hizo una pausa seleccionando unas flores de color negro y rojo en una pantalla de la acera. Le dio el precio al comerciante, y le entregó las flores a Eve mientras la voz del comerciante se elevaba en algún tipo de aria italiana.
Fue un momento agradable, maldita sea, pensó Eve. Un maldito buen momento en el bonito Nueva York
—Creo que esto hace que sea una cita—
Roarke rió, la rodeó por la cintura y tiró de ella hacia un llamativo beso que hizo que el vendedor de flores estallara en aplausos. —Ahora es una cita—
Media manzana más abajo le mostró una mesa en la parte exterior de una pizzería en un sitio poco bullicioso. Dio unos golpecitos en la que aparecía como reservada. —Tú reserva. Vale la pena preparar las cosas. También he elegido con antelación para que estén preparados para servirnos lo que pidamos. Ahora que te he hablado de mi día, puedes contarme acerca del tuyo—
—Fue un poco duro—
—No veo ningún moretón—
—No ese tipo de dureza—
Comenzó con la entrevista a Greenwich. Antes de que terminara de contárselo, un camarero les trajo una botella de vino tinto y una botella de agua con gas y una ingeniosa bandeja de antipasto
—Yo diría que ella tomó una decisión sabia y que por suerte consiguió escapar—
—Aún mantiene esa pequeña bola de miedo escondido, lo suficientemente profundo que espero que se pueda olvidar de ello durante largos periodos de tiempo. Pero siempre habrá algo que se lo termine recordando o tendrá un mal día y aflorará. Pero había algo acerca de él, algo a lo que ella pudo acercarse lo suficiente para ver, y que hace que no sea capaz de abandonar ese circuito de miedo.—
—Bueno, él es un monstruo ¿no?—
—¿Por qué lo dices?—
—El hombre que secuestra a mujeres y tortura hasta la muerte es un monstruo. Los Icove con sus retorcidos egos y su ciencia también lo eran. Él no es más que uno de ellos. Utiliza una posición, que nunca ha ganado, para intimidar, humillar o asustar porque le hace sentir más importante. Y ahora ha aumentado su diversión y mata por deporte, por entretenerse. Le han entregado riqueza y posición, y en vez de hacer algo con ellas, o simplemente vivir de ellas, las utiliza como un arma y considera que el arma es lo que le corresponde y el asesinato es su derecho—
—Eso es difícil de discutir.— Estudió la pizza que el camarero puso entre ambos. —Esto parece muy grande. La segunda entrevista fue peor que la primera. ¿Seguro que quieres oír hablar de esto durante la cena?—
—Esa es nuestra forma de hacer las cosas, ¿no?— Pero vio algo en sus ojos. Si lo prefieres puedo esperar.
—Creo que preferiría no hacerlo .Esperar, quiero decir.—
Así que se lo contó, sobre la pizza, la traición, la crueldad y la violación. Era mejor, de verdad, sacarlo todo, y se lo contó con la ciudad zumbando en torno a ellos, con la comodidad de los alimentos, con su mano sobre la de ella cubriéndola en un gesto de comprensión absoluta
—Uno siente una conexión con ellos, sobre todo con Patrice DeLaugther—
—Tal vez más de lo que debería—
—No, el cubrió su mano de nuevo. No más de lo debido—
—No tienes que convencerme de nada, ambas eligieron mal. Al igual que Ava eligió contarle a Patrice lo que habían hecho con ella cuando vio que podía llegar a ocupar su lugar. Hicieron lo correcto, y no puede haber sido fácil—
—Ya que las dos están vivas, con sus familias, creo que les será más fácil ahora. Creo que cuando todo haya terminado, esas pequeñas bolas de miedo terminarán por desaparecer—
Bebió un poco de vino, y pensó. No, las bolas de miedo realmente nunca llegan a desaparecer. Pero no lo dijo
—Ambos son monstruos: Los asesinos no siempre los son—, agregó
—Algunos matan por razones egoístas, pero no son monstruos. El idiota de Irlanda era estúpido y egoísta y acabó con la vida de Holley Curlow porque ella hirió sus sentimientos. Pero él nunca va a saber porque lo hizo. Repetirá esos momentos en su cabeza durante el resto de su vida, porque el no es un monstruo.—
Y tú recordaras el nombre de ella, recordarás su cara, pensó Roarke
—Algunos matan porque están mal orientados, vencidos, son codiciosos o están asustados. Pero estos dos matan porque, creo que de alguna manera, se sienten con derecho a ello. Es más, bajo el esmalte está el monstruo, pero bajo el monstruo hay una especie de feo niño mimado—
—Ahora los conoces mejor—
—Los conozco—, estuvo de acuerdo. —Conozco algunas de sus debilidades, los defectos en su esmalte. Su próximo objetivo…habrá una conexión en algún lugar, en algún momento. Peabody tenía razón en eso, y lo vamos a encontrar. No sé si nos ayudará a detenerlos, pero me ayudará a cerrar la puerta de la jaula una vez los haya detenido—
—Te ayudaré cuando lleguemos a casa. Nos repartiremos esas búsquedas y veremos que sacamos de ellas.— Le sirvió un poco más de vino. —Creo que tienes razón. Han practicado antes—
—No puedo hacer nada respecto a los anteriores, a excepción de usarlos para evitar que sigan matando. Pero Roarke, no tengo lo suficiente para pararlos antes de que vayan a por el siguiente. En mi interior sé que ya es demasiado tarde. El reloj de alguien se detendrá dentro de poco—
Miró a su alrededor, al bullicio, a los turistas, al resto de la gente que estaba en las mesas bebiendo vino al aire libre
—Tal vez también esté cenando, tal vez tomando un buen vino. O está trabajando hasta tarde o preparándose para salir esta noche. Probablemente está haciendo algo ordinario, lo que puedes hacer en una calurosa tarde de Nueva York. No saben el poco tiempo que les queda. No saben que el monstruo está en su puerta, y que yo llegaré demasiado tarde—
—Tal vez eso sea cierto, y sé que sufrirás por ello si lo es. Pero Eve, los monstruos no saben que estás respirándoles en el cuello. No saben que su reloj va también a pararse. Debo de recordártelo, para que lo tengas en cuenta—
Le levantó la mano y se la besó. —Vamos a ir a casa, y tal vez, solo tal vez, consigamos llegar a la puerta los primeros—