CAPITULO 11

 

 

Mientras que la decoración de Dudley e Hijo era moderna, Intelicore estaba decorada de forma pesada y ornamental. Un montón de curvas y volutas, notó Eve, enormes urnas, un montón de dorado. El haberse puesto en contacto con la compañía por el camino les facilitó las cosas y fueron conducidas de manera muy suave directamente a los sagrados dominios de Sylvester— El Tercero.

Como su homólogo en Dudley, reinaba en la planta superior, o en este caso plantas, ya que unos escalones de mármol unían la espaciosa oficina, de Moriarity con sus aposentos privados.

Les sirvieron un te con tetera de plata y les invitaron a esperar mientras El Tercero terminaba una reunión. Cuando se quedó a solas con Peabody, Eve escaneó todo el área

El sabor del lujo, un amante del exceso bien, así habría podido describirlo Roarke, murmuró ella. Excepto que él iba más a casa que al trabajo

La enorme mesa tallada tenía un corte frente a las triples ventanas— con pantalla de privacidad— y su centro estaba ocupado por la esperada estación de comunicación, así como con recuerdos, un reloj antiguo, una caja pintada.

Gruesas alfombras, desvaídas por el tiempo, se extendían por el suelo, mientras que lámparas con pantallas de vidrio de colores adornaban las mesas de patas curvas. El arte probablemente costaba lo que una fortuna de tamaño medio, y cubría las paredes.

Moriarity entró, exudaba un aire de hombre ocupado— movimientos impecables en un traje impecable. Su anguloso rostro de finos labios tenía un dorado bronceado, su pelo estaba revuelto y veteado por el sol, ojos de verde brillante, audaces, daba la impresión de ser una persona de acción, de ser alguien atlético.

Le ofreció a Eve una mano dándole un apretón superficial y luego asintió hacia Peabody.

—Mis disculpas por hacerla esperar. El incidente de anoche requería una reunión departamental. Espero que tenga alguna novedad sobre el caso.—

—El asesinato de Crapton es una investigación abierta y en activo. La evidencia indica que la identificación de Foster Urich y la línea de crédito fueron comprometidas por la persona que asesinó a Ava Crampton.—

—Entonces él no es sospechoso.—

—En este momento creemos que el Señor Urich estaba en casa, en compañía de un amigo cuando Crampton fue asesinada—

Moriarity asintió con la cabeza. —Si Foster dice que estaba en casa, es que lo estaba. Puedo dar fe y responder de su honestidad sin dudarlo. Él es una parte valiosa de esta empresa.

—Para el registro Sr. Moriarity, ¿Dónde estaba usted anoche entre las nueve de la noche y la una de la madrugada?—

Su mandíbula se tensó y sus finos labios dibujaron un severo gesto. —No sé como eso podría resultar de interés para usted en este asunto

—Es una cuestión de rutina y de recopilación de información. La identificación de un empleado fue utilizada, el servicio de coches de la empresa fue utilizado, la línea de crédito de su compañía fue utilizada, todo ello en relación a un homicidio. Usted es el responsable de la empresa, ¿no, Señor. Moriarity?—

—Una posición duramente...—. Se interrumpió, alzó una mano.— En cualquier caso no es importante. Estuve con un grupo de amigos en mi palco de la ópera. Antes tomamos unos cócteles en una habitación privada en Shizar, después andamos las dos manzanas hasta el Met para ver el espectáculo. Después nos reunimos para una cena tardía en La Carmella. Estuvimos hasta aproximadamente las seis y media de la mañana.—

—Sería de gran ayuda para nuestros registros si pudiéramos tener el nombre de sus amigos—,

Sus ojos se clavaron en los de ella. —Ya es bastante difícil que se me relacione con un asesinato. Y ¿Ahora quiere ponerse en contacto con mis amigos personales para verificar mi palabra? Es insultante.—

—El asesinato es un asunto desagradable para todo el mundo—

Ahora los músculos de su mandíbula temblaron cuando metió la mano en un bolsillo para sacar una agenda. —No me gusta su actitud, Teniente.—

—Me ocurre mucho

—No lo dudo—. El recitó una serie de nombres y contactos, mientras Peabody se apresuraba a meter la información en su cuaderno.

—Gracias. ¿Tiene alguna idea o sospecha como se pudo ver la identidad de Urich comprometida?—

—Acabo de terminar una reunión sobre ese tema y se ha ordenado un examen completo de la empresa y una investigación interna—

—Cree que la violación de seguridad vino de dentro de la empresa—

El soltó el aire por la nariz. —Si no fuera así quiere decir que nuestra seguridad es deficiente, y la seguridad es el corazón de mi empresa. Si así fuera nuestra evaluación sería deficiente y somos analistas, así que de cualquier forma exigimos nuestra propia investigación—

—Espero que nos mantenga informados de los progresos y del resultado—

—Créame Teniente, en cuanto sepamos como se hizo esto y quien lo hizo se lo comunicaremos. No voy a mantener la reputación de Intelicure unida a este asunto. Ahora tengo otra reunión con nuestro departamento de relaciones públicas. Tenemos entre manos una crisis en los medios de comunicación debido a esto. Así que si no quiere nada más...—

—Gracias por su tiempo. Si pudiera dedicarme un momento más e indicarnos su paradero anteanoche, entre las siete de la tarde y la media noche, nos resultaría muy útil.—

Sus mejillas se encendieron. —Esto es simplemente indignante.—

—Puede parecerlo así, Sr. Moriarity, pero estamos siguiendo una línea de investigación, y nos ayudaría mucho, así como también sería de ayuda para usted y su empresa si consiguiéramos esta información para el registro—

—Si quieren saberlo, esa noche estaba en casa. Me dolía la cabeza, me tomé un medicamento y me fui temprano a la cama. ¿Estoy bajo arresto?—

Eve respondió amablemente. —Por ahora no. Le pido disculpas por las molestias y por la intrusión, pero tenemos un cadáver en la morgue con una conexión con su compañía. Le debemos hacer una investigación completa. Una vez más gracias por su tiempo. Peabody, vámonos—

En el ascensor, Peabody se aclaró la garganta. —Supongo que es comprensible que esté molesto, pero solo estamos haciendo nuestro trabajo

Eve se encogió de hombros. —Puede ser un imbécil siempre y cuando tengamos la información. Echa un vistazo a la coartada y así lo podremos tachar—

—Si Señor. Así que... ¿Qué planes tenéis Roarke y tu para esta noche?—

Divertida, Eve arqueó una ceja. —No tenemos planes. De cualquier forma seguramente estaré trabajando hasta altas horas de la madrugada. Voy a ponerme dura con EDD, tenemos un haker por ahí al que le gusta matar gente. Tiene que encontrar el origen en el exterior—, Peabody se deslizó en el asiento del pasajero. —No le gustaría que lo llamaras imbécil si lo hubiera oido—

—Oh, estaba escuchando y esperaba el imbécil o algún insulto similar. Jugó a ello. Dudley fue muy hábil, llevando esto también

—¿Crees que fue todo un montaje?—

—Por lo menos parte de ello—. Repiqueteó con los dedos en el volante mientras conducía. —Si están en esto. Si están juntos en esto ¿Que sentido tiene? ¿Cual es el propósito? Te digo que son demasiado inteligentes para su propio bien. Ambos tienen una coartada perfecta para una noche, ambos se encontraban solos en casa la otra. Desconectados. Pero ¿por qué? ¿Cual es la raíz?—

—¿Qué pasa si el hecho de que el conductor de esa noche fuera Houston estuviera amañado? Por lo que el asesino sabía fue casualidad, pero ¿que pasa si las probabilidades de que fuera Houston estuvieran amañadas?—

—No se siente de esa forma, pero es una idea. Cara de la moneda, cincuenta por ciento de las posibilidades no era tan malo. Sigue con ello—

—Uno de ellos tiene una conexión con Houston. Podría ser que la víctima estuviera metido en una pelea, que tuviera problemas. Podría ser algo más reciente como que Houston ve algo que no debería ver u oye algo que no debería escuchar... Es conductor, una conversación oída por casualidad, intercambio de dinero para algo ilegal. Lo que sea. Con la línea de crédito podría haber sido por celos, por pasión no correspondida.—

—Ninguno de ellos se encuentran en su agenda—

—Bueno sabemos, que si son ellos, pueden cambiarse la ID. Tal vez uno de ellos o ambos utilizaron sus servicios con una identificación falsa. Y, bien, es una forma de relacionarlos—, admitió Peabody, —¿pero porque un par de tipos realmente, realmente ricos sin ningún contacto previo se unen para matar a un par de extraños?—

Maldita buena pregunta, pensó Eve. —Tal vez se aburrían—

—Por Dios Dallas—

Eve notó la consternación en la voz de Peabody y lo vio reflejado en el rostro de su compañera. —Has sido policía desde hace tiempo y llevas en homicidios un par de años. Y ¿Sigues sin comprender que la gente está realmente jodida?—

—El aburrimiento como motivo es algo más que estar jodido. Me quedo en parte con la emoción, pero tiene que haber algo debajo de eso. Los celos, la venganza.—

—Profundiza en ello. En serio—, añadió cuando vio que Peabody fruncía el ceño. —Puede que tengas razón y haya otro motivo en concreto para ello, algún tipo de conexión que aún no hemos visto entre el asesino o asesinos y las víctimas. Haz una búsqueda. Si encuentras algo, habrás dado un gran paso para solucionar el caso. Pero de cualquier forma todo sería un progreso.

—¿Mi propia línea de investigación?—

—Lo que sea. trabaja en ello, en la Central o coge lo que necesites y trabaja en casa. Déjalo reposar un poco antes de ponerte con ello—

—¿Eso es lo que vas a hacer tu?—

—Voy a tratar de entrevistarme con Mira para repasar algunas cosas con ella y luego tengo que dar un informe a Whitney. Después de eso, si, estoy pensando en trabajar desde casa.—

Se separaron en la Central. Eve fue en dirección a la oficina de Mira pensando que tendría que enfrentarse a su ayudante para conseguir una entrevista con ella, pero cuando llegó encontró a una mujer joven en lugar del fiero dragón.

—¿Quien eres?— preguntó Eve

—Soy Macy. La ayudante de la Doctora Mira hoy ha salido. ¿En qué puedo ayudarte?—

—Puedes conseguirme cinco minutos con la Dra Mira—

—Déjeme ver que puedo hacer. ¿Quién debo decirle que quiere verla?—

—Dallas, Teniente Eve—

—¡Oh!— ella se incorporó un poco en su silla y alzó los brazos como si estuviese celebrando algo —¡sé quién eres! leí el libro de Nadine Fusrt. Es simplemente increíble—

Eve empezó a rechazarla. —Gracias, poder consultar con la Dra Mira durante el caso Icove ayudó mucho. Estoy trabajando en otro caso ahora y me vendrían bien conseguir cinco minutos con ella—

—¡Dame un minuto!—, se volvió hacia su comunicador. —Doctora Mira, la Teniente Dallas quisiera tener cinco minutos con usted si está disponible. Por supuesto, sí, Señora— Macy sonrió a Eve, —ya puedes pasar—

—Gracias, Ah ¿Cuanto tiempo estarás en este puesto?—

—Oh, solo un par de días. Desearía que fuera más tiempo ¡Es divertido!—

—Sí—

Mira comenzó a levantarse de su escritorio cuando Eve entró. —No, no te levantes, serán solo cinco minutos ¿Podrían ser dos?

—¿Perdona?—

—Disculpa estaba pensando en voz alta. Dos asesinatos. Dos asesinos. Mis casos—

Mira frunció el ceño. —Con el patrón, la repetición de los elementos, tengo que concluir que ambos asesinatos están conectados—

—Conectados si, pero yo hablo de dos asesinos que trabajen juntos mediante un patrón establecido—

—Interesante. De nuevo los elementos, la ejecución son muy similares, incluso el tono—

—Sí, eso podría ser deliberado, involucrar a uno a través de un empleado, pero al número uno le da la coarta el número dos y viceversa—

—Una sociedad—

—Tal vez incluso un negocio. No se, todavía no, pero ambos Dudley y Moriarity hacen sonar mis alarmas. Son diferentes tipos.— A pesar de que Mira la había invitado a sentarse, Eve paseaba por la oficina. —Por lo menos proyectaban tipos diferentes durante las entrevistas. Sin embargo a la vez tampoco son tan diferentes. Ricos, privilegiados, en ambos casos heredado. Ambos ocupan importantes puestos en corporaciones sólidamente asentadas. Y son amigos.—

—¿Lo son?—

—Sí, Dudley lo confirmó. Amigos pero ninguno de ellos mencionó la situación tan similar en la que se encontraba el otro. Eso suena a falso. Ambos se justificaban para la noche de la suplantación de ID relacionada con su empresa en que estuvieron con amigos prácticamente toda la noche y la otra noche ambos se encontraban solos en casa.—

—Refleja una continuidad.— Mira frunció los labios y asintió con la cabeza. —Tal vez sea eso lo que te llevó a sospechar.—

—Incluso las coartadas son las mismas. Es el mismo patrón en todas partes. Y tienen ese aire satisfecho. No me gusta que sean tan presumidos.— Ella se encogió de hombros. —Estoy a punto de informar a Whitney. Solo quería saber antes tu opinión.—

—Lo que dices, teóricamente podría ser posible. En ese caso tendría que decirte que ambos hombres se tienen un profundo nivel de confianza o de necesidad mutua. Si uno de ellos hubiera fallado o se hubiera echado para atrás, el otro habría sufrido las consecuencias—

—Está bien. Lo tendré en cuenta. Gracias—

—Eve, si tienes razón esto podría haber acabado. Ellos creen que cada uno ya ha hecho su parte.—

—No.— Pensó en el brillo duro de los ojos de Dudley y en la superioridad en los de Moriarity. —Creen haber hecho su parte demasiado bien para haber terminado.—

Organizando sus ideas, Eve se dirigió hacia la oficina del Comandante Whitney. Reconoció el latido tras los ojos como un indicativo de nivel bajo de cafeína y con fatiga. Peabody no era la única que podía cogerse un poco de tiempo

Se bajó del deslizador y cambió al siguiente.

Apenas registraba el llanto tras ella. Llantos, gritos, maldiciones, gemidos, todo ello formaba parte del ambiente de una central de policía. Pero lo que si notó fue al hombre que venía justo de frente con las manos metidas en los bolsillos. Vio los ojos, los dientes al descubierto, la ardiente cólera.

Puso su mano sobre su arma y se puso delante para bloquearle el paso. El cuchillo estuvo fuera de su bolsillo antes de que ella pudiera sacar su arma, no pudo evitar el corte. Sintió el aguijón de la punta en el antebrazo. Oyó de nuevo los gritos y los lloros aterrorizados.

Ella dijo. —Maldita sea— y le dio una patada en los huevos al atacante aun cuando ya había desenfundado su arma. —¡Eres un hijo de puta de mierda!—

Como él estaba acurrucado en el suelo vomitando no pudo responderle.

—Teniente, Jesús, teniente, está herida—

—Ya sé que estoy herida, estoy sangrando. ¿Por qué grita?—, preguntó Eve mientras se agachaba y ponía una rodilla sobre la parte baja de la espalda del atacante que seguía con arcadas. —Repito estoy sangrando.—

—El venía a por ella cuando usted se puso en su camino. Soy el Detective Manson—, dijo. —De Víctimas Especiales. El tonto del culo del suelo es su ex que decidió hacerle una visita ayer y la pegó una paliza y la violó luego le dijo que le arrancaría el corazón si le abandonaba. Cuando salió a por unas cervezas ella huyó. Debe de haberla seguido hasta aquí o algo así. Lo averiguaremos.—

—¿Cómo diablos pudo entrar con un cuchillo?—, mientras lo preguntaba, Manson usó un par de pinzas para recogerlo del suelo

—¡Cristo! es uno de esos tenedores de oferta, de plástico. Lo ha afilado con algo. Diría que estaba esperándola aquí para atacarla. En la maldita Central de Policía. Loco hijo de puta.—

—Consígale un infierno de jaula. Asegúrese de que lo acusan de agresión con intención mortal a un policía. Se agachó para poner su cara cerca del atacante. Con eso te puede caer la perpetua gilipollas. Añádele los otros cargos y lo tienes. Me has costado una buena chaqueta.—

—Tiene que ir a la enfermería señor—

Eve miró la camisa desgarrada, la sangre —¡Mierda!—

En lugar de ir a la enfermería se metió en un aseo arrancó la manga de la chaqueta y formó un apósito de emergencia con ella. Luego, con cierto pesar porque había sido una agradable y servicial chaqueta, empujó lo que quedaba de ella al reciclaje

El pulso constante de dolor del brazo se unió al que tenía tras los ojos, inicio de un dolor de cabeza. Pensó que en cuanto terminara de dar a Whitney su informe se iría a casa. Dos horas de sueño era lo que necesitaba. En casa.

Cuando entró, Whitney estaba sentado tras su escritorio, levantó un dedo para pedirle silencio mientras terminaba de leer un informe. Eve se quedó donde estaba contemplando el paso de un dirigible con su anuncio de neón tras la venta, también vio como pasaban dos lanzaderas siguiendo su ruta habitual y un tranvía lleno de inútiles turistas.

Whitney golpeó la pantalla con su dedo índice y fijo su oscura e intensa mirada en ella.

—¿Cómo se lesiono?—

—Es solo un rasguño—

—Le pregunté como se lo hizo

—Señor. Un imbécil en el décimo nivel en la zona este, estaba al acecho de su ex, que había entrado en la unidad de Víctimas Especiales después de que la golpeara y la violara. El imbécil llevaba un cuchillo de plástico en el bolsillo. Me puse en su camino. El detective Manson lo tiene en custodia.—

—Ese no es un apósito adecuado—

—Conseguiré uno. Estaba de camino a darle mi informe, por lo que...—

Un vez más levantó un dedo y se dirigió a su comunicador para hablar con su ayudante. —Envíe un médico, la teniente Dallas está herida. Herida de cuchillo.—

—Señor realmente no es necesario...—

—Informe—

—Señor. ¡Maldita sea!—

Pasó revista a los hechos, a las medidas adoptadas, a las distintas vías de investigación

—Aun no ha encontrado ninguna conexión entre las víctimas—

—No señor, no hemos encontrado aun nada que las conecte excepto el asesino—

—Y usted cree que ambas víctimas fueron asesinadas por la misma persona—

—La Detective Peabody y yo acabamos de completar las primeras entrevistas con Winston Dudley y Moriarity Sylvester. Creo que esas entrevistas abren una nueva vía de investigación. He consultado con la Dra Mira...—

Se interrumpió por un golpe en la puerta

—Adelante—, ordenó Whitney

Eve miró al médico con instintiva desconfianza. —Señor si pudiera concluir antes...—

—Siéntese. Me puede contar el resto mientras trabaja en usted el doctor...—

—Carver, Señor—, dijo el médico con alegría. —Echemos un vistazo—

No le gustaba la idea de un médico llamado Carver , pero se sentó siguiendo las ordenes

—Buena cura de emergencia—, dijo Carver cuando la retiro. —Herida repugnante. Vamos a arreglarla—

Varios comentarios sarcásticos acudieron a su mente pero los descartó cuando Carver comenzó a limpiar la herida que ya había sido muy bien limpiada en el aseo

—Hay una conexión entre Dudley y Moriarity. Son amigos. De igual estrato social y ambos están a la cabeza de importantes compañías, en ambos casos heredadas. Cada uno tiene —¡mierda!—

Se sacudió un poco y echó una dura mirada a Carver que estaba reponiendo la jeringa en su equipo

—Un pequeño pinchazo, pero es mejor que sufrir una infección—

—Cada uno—, dijo Eve entre dientes —tiene una coartada para la noche en la que se utilizó la ID del empleado de su compañía para atraer a la víctima, y ninguno tiene coartada para la otra noche

—¿Cree que trabajaban juntos? ¿Por qué?—

—El motivo puede salir a la luz a medida que avancemos en la investigación y echemos un vistazo más de cerca a las víctimas y a su relación tanto laboral como personal con ambas empresas. O puede ser algo tan simple como lo obvio que es simplemente por la emoción de matar.

Hizo lo imposible por ignorar el tenue zumbido de la barrita de sutura y de la vaga incomodidad de notar como su piel se iba uniendo de nuevo

—El patrón cuadra—, continuó. —Las victimas representan la riqueza, la posición, la indulgencia. Las armas utilizadas son inusuales y llamativas, los asesinatos cometidos en lugares públicos, arriesgados. En ambos casos se uso una ID falsa que surgió de una de esas empresas, podría haber sido un trabajo hecho desde fuera todo es posible, pero se siente como un trabajo interno—

—¿Y el perfil de Mira?—

—Ambos encajan. En las entrevistas ambos parecía que estaban haciendo teatro. Con sus papeles bien ensayados. Son arrogantes y presumidos y ambos están disfrutando de encontrarse en medio de todo esto. Además tenemos otra pista sacada de una imagen que el EDD pudo recuperar de la seguridad de Coney Island. A partir de ella podemos estimar la altura del asesino y hemos sido capaces de identificar el modelo y número del calzado que utilizaba. Están hechos por Emilio Stefani...—

Como la estaba vendando Carver dejó escapar un silbido.— Son muy caros—

—Cuestan tres mil—, confirmó Eve. —Dudley compró un par de esos zapatos del tamaño adecuado en Marzo. Solo otro par fue comprado del mismo número que nos interesa según pudo deducir McNab de la imagen, fue comprado en la ciudad y pertenecen a un tipo que las noches en cuestión estaba en Nueva Zelanda rodando un importante video. Eso solo nos deja con Dudley—

—Eso está bien pero no le conseguirá una orden de arresto y mucho menso una condena. Si sigue por esa línea de investigación debe conseguir algo más—

—Eso pretendo Señor.—

—Ya está listo.— Carver se levantó —¿Quiere un bloqueante para el dolor?—

—No, no quiero bloqueantes para el dolor—

—Es su elección, pero esto va a estar doliéndole durante algún tiempo. Puedo echarle un vistazo por la mañana y cambiarle el vendaje. Solo tiene que hacer una visita rápida a la enfermería y ya está—

—Estoy bien. Está bien.— Aliviada de que ya hubiera terminado, Eve se puso en pie

—Gracias Carver—, Whitney se echó hacia atrás cuando el médico se tocó la sien con el dedo a modo de despedida y se fue

—Si la bayoneta era de tipo militar pudo pertenecer a algún antepasado de uno de ellos que sirviera en el ejército y luego la dejara en herencia. También debe mirar la ballesta, uno o ambos podrían tener licencia para poseerla—

—Si Moriarity, como sospecho, utilizó el arco, debe de haber practicado con él. Incluso a esa distancia tenía que tener confianza en su tiro y en que no fallaría. Con el segundo asesinato sucede lo mismo. Justo en el corazón, con lo que el sangrado es poco y se controlan las salpicaduras. Se tomó su tiempo para trabajar en sus habilidades, o quizá ya las tenía—

—Necesita más—, repitió Whitney. —Y cuídese el brazo—

—Sí Señor. Gracias Señor.— Reconociendo el despido Eve se marchó

En el camino de regreso a su oficina Eve empezó a investigar la conexión militar. Era una línea que no habían seguido y que debían investigar, admitió. La excusa de que llevaba cuarenta horas sin dormir no le valía como razón para haberlo pasado por alto

Cuando llegó a la oficina común se encontró a Baxter que en ese momento estaba echándose hacia atrás en su escritorio

—Aquí temprano, aquí tarde, ¿Quien eres tú y que has hecho con Baxter?—

—Ja, ja. Acabo de terminar el caso de esta mañana. La fiscal ya se está ocupando de ello. El informe está de camino a tu despacho

—Está bien—

—He enviado al chico a casa. Todavía está saliendo con el bombón del Registro, pero si necesitas un par o dos de manos avísame—

—Te lo hare saber—

—Escuché que tuviste un pequeño incidente—, dijo haciendo un guiño hacia su brazo

—Las palabras vuelan—

—Ah y te he enviado la evaluación mensual de Trueheart. Va a ser un buen detective. Necesita algo más de tiempo, pero si me das luz verde le diré que se empiece a preparar para el examen

—Eso es algo bastante apresurado Baxter—

—Él es rápido, a menos que estemos hablando de mujeres—, él sonrió con ello. —Tiene buenos instintos y piensa bien las cosas. Además, el chico me tiene a mí de entrenador ¿qué puede ir mal?—

—Miraré su evaluación y pensaré en ello—

—Está hecho para homicidios—, agregó Baxter cuando Eve se dio la vuelta

Ella se detuvo —¿Por qué?—

—El mira una base de datos y ve una persona. Nosotros podemos olvidarnos de eso, ya sabes como es. Pero él no lo hace, y no solo porque todavía este algo verde. Es porque es de esa manera. Lo que digo es que este es su lugar, da igual que pienses que aun debe de pasar más tiempo en uniforme.

—Lo pensaré—

Cogió lo que necesitaba de su oficina y se unió al éxodo del cambio de turno.

Dejó el coche en automático para así poder dejar la mente a la deriva

Baxter y Trueheart, pensó. Algunos los habían visto como una pareja dispareja, el detective Baxter lleno de labia muchas veces llegando a ser corrosivo y el novato tímido y de carácter dulce.

Pero ella no, ella pensaba que se complementaban y por eso había asignado a Trueheart como ayudante de Baxter. Creía que ambos se complementaban y que el carácter de Baxter haría madurar y endurecerse a Trueheart.

Y así había sido pero a su vez Baxter se había ...suavizado no era la palabra que emplearía, se había abierto. Baxter siempre había sido un policía sólido. Inteligente, insolente, competitivo. Siempre queriendo ser el número uno.

Pero Trueheart le había cambiado, de forma que ahora eran algo más que entrenador y ayudante.

Se entendían entre sí, se comunicaban sin palabras. Confiaban el uno en el otro. Un policía no podía atravesar una puerta con un compañero si no confiaba en él.

Un hombre no mataba con un amigo a no ser que no hubiera una confianza absoluta. La confianza, el conocimiento, la comprensión y una meta en común.

¿Cual era el objetivo en común?

¿Cómo habían desarrollado la confianza y el entendimiento? ¿Cómo y cuando se decidieron a matar?

La amistad, pensó, tomaba todo tipo de formas, y se formaba por todo tipo de razones. Sin embargo ellos pegaban ¿Se tenían un afecto genuino, una autentica necesidad, o era una solida base en un terreno común?

Teniendo eso cuenta, utilizó el link para contactar con Mavis Freestone.

—¡Dallas! Bella y yo estábamos hablando de ti

Dado que Bella tenía unos seis meses de edad y que lo máximo que decía era ¡ga!, Eve pensó que la conversación habría sido muy corta —¿Si? Mira, yo…—

—Solo le estaba diciendo todas las cosas que podría ser de mayor como presidenta o diosa o todo lo que ella deseara, o también podría ser una estrella de video como mamá o una diseñadora de moda como su papá ¿No sería total que fuera como Roarke o una súper policía patea culos como tú?—

—Lo que tú digas. Yo solo... ¿Llevas una corona?—

Mavis se llevó una mano a la corona de brillo dorado que se encontraba sobre una montaña de pelo que en ese momento era de un tono verde hierba. —Estábamos jugando a los disfraces—

—Mavis tu siempre juegas a disfrazarte—

Mavis se echó a reír, una risa brillante, alegre. —Ser una chica está genial. ¡Oh! ¡oh! ¡Mira, tienes que verlo!—

Eve parpadeó cuando la pantalla del enlace giró volviendo el mundo a un borrón de colores y formas. Finalmente en medio de ella apareció una bebe rubia y gordita que gateaba por el suelo hacia algún tipo de animal de color rojo. Un oso, un perro, una especie de origen indeterminada, decidió Eve.

En cualquier caso Bella se concentró en el y lo agarró fuertemente, luego se dejó caer de culo y lo mordió con fuerza

—¿Es genial, verdad?—, preguntó Mavis. Nuestra Bellamina está creciendo tan rápido

—No llores, Jesús Mavis—

—Es solo que me emociona. Ella ya gatea y como sabe exactamente lo que quiere va a por ello. Esta mañana gateó y eligió ella sola las sandalias de color rosa con estrellas—

—Increíble—. Puede que fuera…. ¿Cómo podía ella saber que decir? Debía de ser una de esas cosas que ella debería saber en base a su amistad con Mavis. La estafadora y la policía no tenían nada en común, por lo menos no en la superficie. Eve suponía que en cierta manera ellas se habían reconocido.

—¿Dónde está Leonardo?—

—Oh, tenía una prueba, comprará algo de comer de camino a casa—

—¿Con quién?, ¿con un cliente conocido?—

—Ah, sí—. Mavis se agachó y recogió a Bella y al mamífero de color rojo, —Carrie Gracia, la reina de la pantalla. ¿Le necesitas?—

—No, pero estoy trabajando en un caso...—

—¡Toma ya! ¿A que sí Bella?—, Bella se rio , como su madre , y agitó la cosa roja en el aire mientras la baba le corría hacia la oreja

—La cosa es que alguien asesina a gente que llama para algún tipo de servicio de lujo o exclusivo. Servicios caros, en la parte superior de la escala de precios.—

—Oh vaya! ¿Cómo mi osito de miel?—

—Sí, como tu osito de miel y como tú Mavis. Solo hazme un favor y no aceptes ninguna entrevista individual o reuniones con gente desconocida hasta que haya terminado con esto. Lo mismo para tu osito de miel. Ningún cliente nuevo.—

—Por eso no te preocupes. Nuestra Bellarina necesita a su mamá y a su papá. Yo tengo que ir a Londres a finales de la próxima semana. Estábamos pensando en la posibilidad de tomarnos algo de tiempo caliente—

—¿Tiempo caliente?—

—Es hora de desconectar. Diversión. Vacaciones—

—¿Por qué no lo hacéis? Cogeros algo de tiempo libre. Hazme saber lo que sea que hagaís finalmente.—

—Diablos tendré hechas las maletas en cinco minutos. ¿De verdad crees que alguien podría intentar hacernos daño?—

—Probablemente no, pero no voy a arriesgarme con vosotros—

—Oh, yo también te quiero—

—¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué nos queremos la una a la otra?—

—Porque somos lo que somos y las dos estamos de acuerdo con ello.

Y eso pensó Eve mientras conducía a través de las puertas de su casa era dar en el clavo

Cuando abrió la puerta del coche, una ola de calor la golpeó desde la espalda a los pies y tuvo que sujetarse a la puerta porque la cabeza empezó a darle vueltas, tenía que admitir que dormir era lo primero en el orden del día. Se estabilizó y entró en la tranquila y fresca casa.

—¿Ha estado peleando otra vez?—, pregunto Summerset, —o ¿esto es una especie de nueva moda?—

Recordó el vendaje en su brazo y la falta de la chaqueta para poder ocultarlo. —No, he perdido una apuesta y he tenido que tatuarme su nombre en el brazo. Me lo he tatuado con una navaja.—

Un poco flojo pensó mientras subía, pero era lo mejor que podía hacer cuando su cerebro pedía desesperadamente desconectar

Dos horas, pensó. Dos horas enteras durmiendo para recargarse y luego se pondría de nuevo a ello totalmente fresca.

Ya en el dormitorio, no se molestó en quitarse el arma ni el arnés, sino que simplemente se dejó caer boca abajo en la cama. Apenas sintió el golpe en el culo cuando el gato aterrizó allí.

Cuarenta minutos después, Roarke llegó a casa

—La teniente luce un vendaje en el antebrazo izquierdo, informó Summerset. No parece grave—

—Ah, bueno—

—Necesitas dormir—

—Lo haré. Bloquea los mensajes durante un par de horas ¿de acuerdo? a menos que sea una emergencia o un aviso para ella.—

—Enseguida lo hago—

Roarke subió y la encontró atravesada boca abajo en la cama, una posición que remarcaba su agotamiento. Desde su posición sobre el culo de Eve, Galahand parpadeó.

—Yo me encargaré de ella ahora si tienes otra cosa que hacer—, murmuró Roarke. Se quitó la chaqueta, la corbata, los zapatos. Cuando le quitó las botas a Eve, ella no se movió un milímetro.

Aunque había pasado la mañana en la oficina de ella, se tumbó a su lado, cerró los ojos y se durmió.