UN POLI VERDE, UN CUERPO MUERTO Y NINGUNA LEGÍTIMA autoridad aumentaban su frustración. Leary lo intentaba, ella le concedía eso, pero él estaba intentando navegar por lo que era para él terreno completamente desconocido.
Cuando él confesó a Eve que la única persona muerta que jamás había visto había sido a su abuelita en su velatorio, ella no había podido decidir si tocarle el hombro o patearle el trasero.
—Van a enviar un equipo desde Limerick,— dijo él, saltando de un pie a otro mientras el médico que hacía de ME examinaba el cuerpo. —Y mi sargento volverá si es necesario, pero por ahora se supone que yo… he de proceder.—
—Vale.—
—Puede que usted pudiera ayudarme. Sólo darme alguna indicación.—
Eve continuó estudiando el cuerpo. Ella no necesitaba que el ME la dijera la causa de muerte, no con el patrón de moratones por toda la garganta. Estrangulación manual, pensó ella, y sus instintos señalaban hacia una discusión violenta, un crimen del momento, tapado apresuradamente.
Demasiado pronto, sin suficientes datos.
—Obtén la opinión del ME sobre la causa de la muerte, hora de la muerte.—
El ME, quien con su melena de león de pelo nevado y ojos, que ella pensó, que habrían sido descritos como alegres bajo otras circunstancias, miró hacia arriba.
—Ella fue estrangulada, bien y apropiadamente. Golpeada un poco en la cara primero, luego…— Él lo demostró levantando sus manos, curvando sus dedos en un apretón mortal.
—Ella tiene algo de piel y sangre bajo las uñas, así que diría que ella tomó algo de él antes de caer. Y murió justo después de las dos de esta mañana, descanse su alma. No aquí,— añadió él. —No por la forma en que se asentó su sangre. La llevaré dentro, cuando estés listo para ello, y haré el resto.—
—Pregúntale si él lo llamaría homicidio.—
—Seguro que es un homicidio, ninguna duda ahí. Alguien la trajo aquí después, la soltó y la abandonó.—
—Teniente,— Eve dijo automáticamente.
—Um, si ella arrancó piel de él, se notaría, ¿no?— Leary preguntó. —Parece que ella iría a por su cara o sus manos, ¿no? Por lo que él tendría marcas que lo mostrarían.—
Él está pensando ahora, decidió Eve. Intentando verlo.
—¿Y traerla aquí así, sin siquiera intentar enterrarla, no significaría que todo fue hecho presa del pánico?—
—Bueno, yo no soy detective, Jimmy, pero eso parece suficientemente lógico. ¿Qué piensa, Teniente?—
—Incluso una tumba superficial le habría dado tiempo, y el suelo es blando, por lo que no le habría costado mucho trabajo. Ella está registrada en una dirección de Limerick, pero está a millas de allí según mis datos. Pánico y estupidez probablemente se unieran en esto, pero no lo suficiente para creerme que el asesino condujo con una mujer muerta todo este camino.—
—Luego…— La frente de Leary se arrugó. —Ellos estaban por los alrededores cuando él la mató.—
—Diría que es una probabilidad alta. Deberías ejecutarla. Ella está vestida para una fiesta o una elegante noche fuera. Por lo que intenta averiguar dónde pudo haber ido, con quién. Enseña su foto de identificación por ahí, comprueba si alguien la conoce o la vio. Y cuando se lo notifiques al pariente más cercano, pregunta por novios.—
—Notificar…— Él no se volvió verde esta vez, pero sí blanco como el papel. —¿Tengo que hacer eso? ¿Decírselo a su madre?—
—Actualmente eres el primario en esta investigación. Ellos analizarán la piel y sangre bajo sus uñas, y con algo de suerte tendrán una identificación a través de los bancos de ADN.—
Ella dudó, luego se encogió de hombros. —Mira, quien quiera que hizo esto no es muy brillante, y está tan estropeado que probablemente es una primera muerte. Tu ME va a comprobar si hubo asalto sexual, pero ella está completamente vestida, la ropa interior en su sitio, así que no me suena a violación. Va a ser un novio o alguien que quería serlo, alguien que lo fue. Tienes la información— dónde trabajaba ella, vivía, iba al colegio. Investígalo. Bien ella o bien el asesino tenía alguna clase de conexión con el área.—
—¿Tulla?—
—Eso o el área circundante, una de las ciudades dentro, lo más probable, de una hora de viaje. Ejecuta las probabilidades, conecta la información, úsala. Tienes probablemente a tu asesino con lo que hay bajo las uñas de ella, pero hasta que obtengas una identificación, y un sospechoso que someter a entrevista, trabaja en el caso.—
—Bueno, su madre vive en Newmarket—on—Fergus, eso no está lejos en absoluto.—
—Empieza ahí,— advirtió Eve.
—Ir donde la madre y decirle…— Leary miró al cuerpo de nuevo. —Usted lo ha hecho antes.
—Sí.—
—¿Puede decirme cómo, cual es el mejor método?—
—Rápido. Lleva un consejero de duelo, o,— ella dijo, recordando dónde estaba ella, —puede que un sacerdote. Puede que la madre tenga un sacerdote que puedas llevar contigo. Luego lo dices, lo haces, porque cuando ella ve a un poli y a un cura, ella sabe que son malas noticias. Te identificas—rango, nombre, división, o lo que quiera que sea aquí. Lamentas informarla de que su hija, Holly Curlow, ha sido asesinada.
Leary miró de nuevo el cuerpo, sacudiendo su cabeza. —¿De esa forma?
—No hay una buena manera. Haz que ella te diga todo lo que pueda, y cuéntale tan poco como puedas. Cuando vio o habló a Holly por última vez, si ella tenía novio, con quien salía, qué hacía. Tienes que tener cuidado, tienes que guiarla a través de todo.—
—Cristo sálvanos,— murmuró él.
—Usa el sacerdote o el consejero, ofrécete a contactar con alguien para que vaya a estar con ella. Ella seguramente te preguntará cómo, y tú dirás que eso está todavía por determinar. Ella preguntará por qué, y le dirás que tú y el equipo investigador harán todo lo posible para averiguarlo, y para identificar a la persona que la hirió. Ese es el único consuelo que puedes darle, y tu trabajo es conseguir información.—
—Me pregunto si podría pedirle que usted…
—No puedo ir contigo,— ella dijo, anticipándose a él. —Yo puedo librarme de lo que estoy haciendo aquí porque soy un testigo que resulta ser también un poli. Eso me hace, puede que no oficialmente, un asesor experto. Pero no puedo investigar o entrevistar o notificar a parientes. Eso está por encima de la línea.—
Ella metió sus manos en los bolsillos. —Mira, puedes contactar conmigo después de que hayas hecho algo de esto, lo hayas ordenado. Puede que yo pueda darte algunos consejos si los necesitas. Es todo lo que puedo hacer.—
—Ya es un gran favor.—
—Tienes mi información de contacto. Se supone que tengo que ir a Italia mañana.—
—Oh.— Él parecía herido.
—Obtén una identificación a partir de lo que hay bajo las uñas de ella, Leary, y tendrás un sospechoso antes de que caiga la noche. Tengo que volver.— Ella echó un último vistazo a la muerta. —Lo harás bien con ella.—
—Eso espero. Gracias.—
Ella empezó a volver por el parque, un poco nerviosa por andar a través de todos esos árboles verdes— no por asesinos o maníacos, sino por la fauna y las estúpidas hadas en las que ni siquiera creía.
Por lo que ella sacó su enlace para contactar con Roarke. Ella le había pedido que se fuera en vez de esperarla.
—Ahí estás,— dijo él cuando su cara apareció en pantalla.
—Estoy volviendo. No puedo hacer más aquí.—
—Difícil.—
—A un montón de niveles. El policía local está bien. No muy seguro pero con un cerebro decente. Ella tiene restos bajo las uñas, sangre y piel. Si él está en el banco de datos , le identificarán bastante rápido. Leary tiene que notificárselo a la madre, y con algo de suerte ella le dará un nombre o dos. A mí me parece un juego de niños— impulso, estupidez, pánico. El asesino puede intentar huir, pero le pillarán. Está tan verde en esto como Leary.—
Ella escaneaba el área mientras caminaba, en caso de que algo de cuatro patas y peludo hiciera su aparición. —Tiene algunos polis viniendo desde donde ella vivía. Espero que llamen a algunas puertas primero, que obtengan una idea de ella.—
—¿Cuál es tu idea?—
—Joven, quizás un poco salvaje, más tatuajes aparecieron cuando el ME empezó su examen. Más piercings. Bragas sexys, pero todavía estaban puestas por lo que dudo que fuera un asalto sexual. Pero estoy bastante segura de que el asesinato tiene su origen ahí. Ella se fue con el tipo equivocado, o flirteó con alguien, y al tipo con el que estaba no le gustó. Discuten, bofetón, arañazos, puñetazos, pasión y furia, él la estrangula por esa furia o para callarla de una vez por todas— y la mata antes de que recobre el juicio. Pánico. Esto no puede estar pasándome. Auto—preservación. Debe deshacerse de ella, alejarse de ella. Ir a casa y esconderse.—
—¿Ejecutaste probabilidades?—
—Puede.— Ella sonrió solo un poco. —Para pasar el tiempo. Supongo que esto estropeó el día.—
—Ciertamente lo hizo para Holly Curlow.—
—En eso llevas razón. Si vienes a recogerme, podemos volver y hacer lo que quiera que se suponga que fuéramos a hacer el resto del día.—
—Encantado de hacerlo.—
Cuando ella salió del bosque segundos más tarde, con sólo el más ligero estremecimiento de alivio, le vio. Él estaba sentado en el borde de la fuente, mirando hacia ella.
—Te has dado bastante prisa,— dijo ella a su enlace.
—Ningún sentido en entretenerse.—
—¿Cuánto tiempo es eso? ¿Es más que una pausa, menos que dilación?—
Entonces él sonrió. —En alguna parte por esa zona.—
Ella cerró el enlace, y lo deslizó en su bolsillo mientras se acercaba. —La gente debería poder entretenerse cuando están de vacaciones.—
—Deberían.— Él tomó su mano, haciendo que se sentara a su lado. —Este es un excelente sitio para entretenerse.—
—¿No lo estropeó?—
—No.— Él pasó un brazo por encima de sus hombros, dándole un beso en la sien. —¿Quién sabe mejor que nosotros que la muerte sucede incluso en los buenos sitios? Desearías poder terminarlo por ella.—
—No puedo. Ella es de Leary. Técnicamente,— añadió cuando él la besó de nuevo.
—Luego sabes que ella fue afortunada de que estuvieras aquí. Y que si no va como piensas que irá, podemos pasar fácilmente unos pocos días más en Clare.—
Parte de ella quería estar de acuerdo, unirse a él en la oferta. Pero el resto, lo que había evolucionado entre ellos, hizo que ella moviera la cabeza. —No. Éste no es mi caso, y este es nuestro tiempo. Volvamos a la granja. Creo que podría tomarme una pinta.—
Leary contactó con ella tres veces, con información y para buscar consejos. Ella intentó ser discreta sobre ello, yéndose fuera de la habitación para coger la transmisión. Y se guardó las actualizaciones para ella incluso a pesar de que la familia, incluido Sean, quien sonsacaría lo que quisiera en un momento, la miraba fijamente al regresar.
Cuando la luna se alzó, él estaba en el umbral.
—Buenas noches, Señora. Lannigan. Perdón por molestarla, pero me preguntaba si podría tener tan sólo unas palabras con la teniente.—
—Entra, Jimmy. ¿Qué tal está tu madre?—
—Ella está bien, gracias.—
—¿Qué tal una taza de té?—
—De verdad me tomaría una.—
—Sígueme a la cocina.— Sin mirar alrededor, ella señaló con un dedo a Sean cuando él se puso de pie. —Vuelve a sentarte donde estabas, jovencito.—
—Pero, Abuela, yo——
—Y ni una palabra más. Eve, ¿por qué no vienes conmigo? Tú y Jimmy podéis tomar una taza y hablar en privado.—
Quitándose el sombrero de su uniforme, Jimmy entró, miró alrededor. —¿Qué tal va todo entonces?—
—Bastante bien,— Aidan Brody le dijo. —Tuviste un día duro, jovencito. Ve a tomar tu té.—
Sinead alborotó un poco, preparando el té, añadiendo un plato de galletas que llamaban, por razones que se le escapaban a Eve, galletitas. Ella dio a Leary una palmada maternal en el hombro.
—Tomaos el tiempo que necesites. Les mantendré fuera de vuestro camino.
—Gracias por eso.— Leary añadió azúcar y leche a su té, luego con los ojos cerrados tomó un gran sorbo. —Me salté la cena,— dijo a Eve y cogió una galleta.
Él parecía cansado, y considerablemente menos verde, en apariencia y experiencia, que la que tenía esa tarde. —El asesinato normalmente gana a la comida.—
—Lo sé ahora, eso es seguro. Lo tenemos.— Dejó escapar un poco de aire, casi una risa sorprendida. —Tenemos al que mató a Holly Curlow. Quería decírtelo en persona.—
—¿Novio?—
Él asintió. —O uno que pensó que debía ser el único y verdadero para ella, y a quien ella decidió quitarse de encima. Ellos habían estado en Ennis la noche anterior, se enzarzaron en una discusión. Ellos fueron, parece, a una especie de reunión de ella con algunos colegas de la zona. Ellos, Kevin Donahue es el nombre de él, se habían estado viendo durante unos pocos meses siendo él más serio sobre la relación que ella. Fui directo a Limerick cuando obtuvimos el ADN, y ellos lo atraparon. Ella araño ambas mejillas tal y como un gato habría hecho, y bien hecho por ella, pienso yo.—
Él tomó otro sorbo de té. —Acabo de llegar de allí, podría decirse. Ellos me hicieron sentarme en la entrevista, pero fue rápido. Tres minutos entró y él estaba balbuceando como un bebé y contándolo todo.—
Él suspiró esta vez, y Eve no dijo nada, no hizo ninguna pregunta, dejándole ordenarlo en su cabeza.
—Se pelearon en el coche,— Leary continuó, —y ella le dijo que estaba harta y que la llevara a donde su madre, o que tan sólo la dejara salir. Ellos habían estado bebiendo, los dos, y probablemente eso añadió leña al fuego. Él dijo que él se la devolvió, y que se gritaron el uno al otro. Se volvió físico.—
Él abofeteando, ella arañando, luego él dice que se perdió. La golpeó con sus puños, luego ella pateó, golpeó y gritó. Él mantiene que no recuerda haber puesto sus manos en su garganta, y puede que sea verdad. Pero cuando él volvió en sí mismo, ella estaba muerta.—
Leary meneó su cabeza ante la tragedia, adelantándose para encorvarse sobre su té. —Él contó cómo había intentado revivirla de alguna manera, cómo condujo alrededor un poco, intentando hacer como si no hubiera pasado nada. Luego abandonó la carretera entrando al bosque, ya sabes, la llevó dentro, su otro zapato todavía estaba en su coche cuando le detuvieron. Él dice que recitó una oración delante de ella y se fue.—
—Él lo siente mucho,— añadió Leary, con dura amargura en el tono que dijo a Eve que él había perdido mucha de su inocencia ese día. —Él lo dijo, más de una vez, como si eso fuera a volverlo bien y ordenado todo de nuevo. Él sentía mucho haber ahogado hasta la muerte a la chica porque ella no le quería. Maldito idiota.—
Él se sonrojó un poco. —Te pido perdón.—
—Diría que esa es una descripción bastante buena.— Idiota, ella pensó. Tenía que recordarlo. —Hiciste un buen trabajo.—
—Si lo hice fue porque me dijiste cómo hacerlo.— Su mirada se levantó hasta la de ella. —Lo peor de todo fue estar de pie en el umbral de su madre, diciendo lo que me habías dicho que dijera. Ver a esa mujer derrumbarse. Saber, incluso pensar que aunque tú no habías hecho lo que estaba hecho, le habías llevado ese dolor.—
—Ahora les has hecho justicia a ella y a su hija. Hiciste el trabajo, y eso es todo lo que puedes hacer.—
—Sí. Bien, yo podría vivir mi vida fácilmente si nunca tengo que romper el corazón de una madre de nuevo. Pero el resto…—
—Te hizo sentir bien.—
—Lo hizo, sí. Y lo hace. ¿Todavía lo hace cuando tú has terminado?—
—Si no lo hiciera, no creo que pudiera golpear en la puerta de otra madre.—
Él se sentó otro momento, asintiendo para sí mismo. —De acuerdo entonces.— Él se levantó, tendió la mano. —Gracias por toda tu ayuda.—
—De nada.— Ella le dio la mano.
—Si no te importa, saldré por detrás y no molestaré a tu familia de nuevo. ¿Puedes darles las buenas noches por mí?—
—Sí, seguro.—
—Ha sido un placer conocerla, Teniente, incluso en las presentes circunstancias.—
Él salió por detrás, y Eve apartó el té que no deseaba. Como Leary, ella se sentó por un momento en silencio. Luego se impulsó en sus pies y fue donde la familia estaba reunida. La música paró.
Ella caminó hasta Sean, esperó mientras él se levantaba.
—Su nombre es Kevin Donahue. Ellos volvían por aquí de una fiesta y tuvieron una pelea. En el coche después de que hubieran salido, ellos tuvieron una pelea mayor y la mató en lo que él mantiene y probablemente fue lo que llamamos un momento de arrebato.—
—¿Sólo… sólo porque él estaba enfadado con ella?—
—Más o menos, sí. Luego él se cagó y lo sintió, pero era demasiado tarde para sentirlo. Demasiado tarde para pensar yo no quería o desearía que no haberlo hecho. Él es débil y estúpido y egoísta, por lo que él la llevó dentro del bosque y la abandonó allí, y huyó. Tú la encontraste menos de doce horas después de que él lo hubiera hecho. Porque lo hiciste, la policía fue capaz de encontrarle, arrestarle. Él será condenado por lo que hizo.—
—Ellos le pondrán en una celda.—
—Ya está en una.—
—¿Por cuánto tiempo?—
Jesús, pensó Eve, los niños eran implacables. —No lo sé. A veces no parece lo suficientemente largo, pero es lo que tenemos.—
—Espero que le aporrearan primero, bien y adecuadamente.—
Eve escondió una sonrisa. —Chico, si quieres ser policía, tienes que aprender a no decir eso en alto. El tipo malo está en una celda. Caso cerrado. Toma algo de tarta o algo.—
—Una excelente idea.— Sinead se movió para coger la mano de Sean. —Ayúdame a repartir lo que queda, como un buen chico.— Ella echó una sonrisa rápida a Eve. —Eemon, sigue con ese violín. Nuestra yanqui pensará que no sabemos cómo tener una fiesta.—
Eve empezó a sentarse mientras la música volvía a sonar, pero Brian la agarró, haciéndola girar. —Echemos un baile, querida Teniente.—
—Yo no hago eso. Eso de bailar.—
—Lo harás esta noche.—
Aparentemente lo hizo. Y también lo hicieron el resto hasta medianoche, cuando sus piernas eran de goma y apenas podían llevarla a la cama.
Donde el gallo la levantó al alba.
Ellos se despidieron después del desayuno. Una despedida que incluyó muchos abrazos, un montón de besos. O, en el caso de Brian, ser levantada en el aire y besada.
—Compareceré ante el juez en el momento en que termines con ese.—
Qué demonios, pensó ella, y le besó. —Bien, pero él tiene algunas millas todavía.—
Él se rió, girándose para estrechar manos con Roarke. —Bastardo afortunado. Cuídate mucho, y cuídala a ella.—
—Lo mejor que pueda.—
—Te acompaño al coche.— Sinead cogió la mano de Roarke. —Voy a echarte de menos.— Ella sonrió a Eve mientras andaban a través de la fina lluvia. —A los dos.—
—Venid por Acción de Gracias.— Roarke apretó su mano.
—Oh…—
—Nos gustaría que todos vosotros volvierais, como hicisteis el año pasado. Puedo hacer los arreglos.—
—Sé que puedes. Me encantaría. Creo que me muevo sobre seguro si digo que a todos nos encantará.— Ella suspiró, tan sólo apoyándose en Roarke un momento. Luego ella se retiró, besando su mejilla. —De parte de tu madre,— murmuró ella, luego besó la otra. —De la mía.— Luego posó sus labios un momento encima de los de él. —Y de parte de todos nosotros.—
Ella repitió la bendición con Eve antes de parpadear sus empañados ojos.
—Seguid, disfrutad de vuestras vacaciones. Viajad seguros.— Ella agarró la mano de Roarke otro momento, habló en irlandés, luego retrocedió, diciéndoles adiós con la mano.
—¿Qué te dijo?— preguntó Eve cuando entraron en el coche.
—Dijo, aquí hay amor para agarrar hasta que nos volvamos a ver y te dé más.—
Él la miró en el espejo retrovisor hasta que les perdieron de vista.
En silencio Eve estiró las piernas. —Supongo que eres un precioso bastardo con suerte.—
Eso le hizo sonreír, él le echó una mirada rápida, engreída. —Donde los haya,— estuvo de acuerdo él.
—Ojos en la carretera, bastardo suertudo.—
Ella intentó no contener su respiración todo el camino hasta el aeropuerto.