Lata y papel
La mujer de cabellera llana
llama al olfato
con la prudencia del callado
Su mueca contra el piso es una llamarada de
salivas
Incita entre la comisura de sus labios
anhelos despiadados
rememora la falta de aseo en su mirada
y
llegas tú a deponer olvidos
Qué ruin la tarde a cuestas.
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