CAPÍTULO 24
Pensamiento sombrero negro
COMPLACENCIA NEGATIVA
Es mucho más fácil ser negativo.
Es más divertido ser negativo.
Sí... pero...
La construcción de un ferrocarril es una hazaña compleja de ingeniería. Una simple barra de concreto situada de través en la vía puede descarrilar un expreso. El situar esta barra no es una operación que necesite de una habilidad, extraordinaria. Destruir es siempre mucho más fácil que construir. Lo mismo ocurre con la negatividad. Por eso es necesario, cuando consideramos el pensamiento de sombrero negro fijarse también en los atractivos de la negatividad, que tan a menudo conducen a una "complacencia negativa".
El pensamiento negativo es atrayente porque su logro es inmediato y completo. Probar que alguien está equivocado da esta satisfacción inmediata. Proponer una idea constructiva no ofrece ningún logro hasta que la idea le gusta a alguien o se puede probar que funciona (lo que lleva tiempo)
Atacar una idea da una instantánea sensación de superioridad. Elogiar una idea aparentemente sitúa al que la elogia un poco por debajo del autor de la idea.
Criticar es muy fácil, porque todo lo que tiene que hacer el crítico es elegir un marco para su juicio y luego mostrar que la propuesta no encaja en ese marco en particular.
...Lo que aquí necesitamos es una idea simple, práctica. Su propuesta es demasiado elaborada y .compleja. Nunca daría resultado.
Si la propuesta hubiera sido simple y directa, entonces el crítico podría haber elegido una estructura diferente.
...Esta visión de la situación es demasiado simplista. La propuesta es un disparate propio de jardín de infantes. A mi hijo de seis años de edad se le podría haber ocurrido algo mejor. Tenemos que tener en cuenta todos los factores.
Observe que los dos rechazos abruptos de la propuesta son en cierto modo más fáciles que la formulación de una propuesta nueva. Observe, también, que en realidad la crítica no se basa en la sustancia de la propuesta sino en cierta calidad general, como que es "demasiado compleja" o "demasiado simple". Es sorprendente cuánta crítica es, en la práctica, de este tipo. Esta clase de pensamiento debe situarse bajo el sombrero rojo, no bajo el negro.
...No me gusta su propuesta. Es así de simple.
Hay mucho pensamiento de sombrero rojo que se disfraza de negro.
...Si eso es todo lo que tiene que decir, debemos considerarlo como pensamiento de sombrero rojo, no como pensamiento negro. Tiene usted derecho a sus sentimientos.
Es mucho más fácil hacer un traje que no quede bien que uno que si. Esto conduce directamente al idioma del "sí... pero". Aquí el pensador negativo ignora la mayor parte de la propuesta, que en efecto es valiosa y factible, para concentrarse en algún sector de menor importancia, que puede ser dudoso.
...El libro está bien, pero quisiera saber por qué tuvo que elegir ese título absurdo. No dice nada sobre el libro, no es pertinente. Es la clase de título que se podría encontrar en una mala novelita popular.
...Lo absurdo de todo el presupuesto queda patente en el impuesto al valor agregado sobre la comida que se compra preparada. Si es fría, no tiene impuesto porque es sólo alimento. Si se la ha calentado, sí que hay impuesto: ya no es mero alimento, es "comida".
Generalmente se sostiene que el crítico presta un servicio útil cuando señala los defectos de menor importancia, porque lo que en realidad está diciendo es: "Todo lo demás está bien, así que si corrige ese defecto menor quedará perfecto". Esto vale sin duda cuando un diseñador o un escritor está dando forma al producto, pero cuando éste está listo la expresión del crítico viene a ser: "Tengo que hallar algo que criticar".
En el ejemplo del impuesto a la comida rápida, vemos otro idioma en acción. Aquí el pensador negativo trata de dar la impresión de que se está concentrando sólo en una parte del todo. Al mostrar que la parte es absurda, la implicación es que el todo es igualmente absurdo. Esto es lo mismo que dar a entender: "El que hace una tontería así es un estúpido. Por lo tanto, cualquier cosa que haga es estúpida".
Estas son complacencias obvias e infantiles del pensador negativo. Hay muchas otras, que incluyen adjetivos ("débil", "así llamado", "infantil", etc.) y sarcasmo ("bien intencionado", etc.). También está el refugio tradicional de los que no entienden algo nuevo: "la ropa nueva del Emperador".
En mi nuevo libro, Conflicts; A Better Way to Resolve Them, se explica con mayor claridad y mucho más detalladamente los peligros del pensamiento negativo y del método argumentativo.
El propósito del pensamiento de sombrero negro es ocuparse del pensamiento negativo serio y no de la complacencia negativa infantil que estoy esbozando en esta sección.
El aspecto serió de la expresión "sí, pero" consiste en que a veces es necesario señalar un peligro no muy pro bable pero que sin embargo debe ser señalado.
...Sé que ha probado el rendimiento de los alabes de estas turbinas en el funcionamiento del motor, ¿pero cree que resistirán el impacto lateral del golpe de un pájaro?
...No es muy probable, pero siempre existe la posibilidad de que sea un agente doble. Debemos tenerlo en cuenta.
...Supongo que existe la posibilidad de que ahora los libros se estén volviendo lo bastante caros para que se les considere regalos válidos.
Traté el asunto de la "probabilidad" bajo el pensamiento de sombrero blanco. En tanto algo esté adecuadamente enmarcado (dada la probabilidad), es legitimo hacer comentarios negativos del tipo de "sí... pero". Se los presenta como asuntos para corregir o como asuntos para tener presente.