Nota de la autora

 

Creo que muchos lectores, yo como lectora lo hago, apreciáis este tipo de notas al final del libro, detalles en los que me he basado a la hora de redactar esta historia.

Cuando empecé a investigar sobre asesinatos de familias para documentarme para esta novela, me quedé sorprendida por la cantidad de casos existentes. De hecho, encontré unas estadísticas realizadas por el FBI, con conclusiones realmente alarmantes, también es verdad que la mayoría de casos se producen en Estados Unidos, pero en España se empieza a vislumbrar un aumento significativo. Me impactó la cantidad de personas que cometen parricidio, asesinan al padre o a la madre, otros estudios revelaban el alto porcentaje de asesinatos cuyo objetivo son los hermanos o hermanas, sin contar el caso que ocupa este libro, padres, que asesinan a sus hijos y a su pareja, y que estamos hartos de ver en la televisión. Se te quedan los pelos de punta al revisar estos análisis.

La crónica en la que me apoyé para montar la trama de la historia sobre los Ruíz Moreno, fue un asesinato producido en Minneapolis, Minnesota, en el año 2.015. En este caso se dedujo, que Brian Short asesinó a sus hijos y a su mujer, y luego se suicidó, debido a un pico de depresión y ansiedad relacionado con sus negocios. Como veis, es a la misma conclusión a la que llegaba el inspector Navarro y el resto, en el caso Ruíz Moreno de mi historia.

Pero dejemos de hablar de hechos morbosos y continuemos.

Sobre los pueblos a los que hago referencia en el libro, Óbito, Paredes, San Juan, Cubelos y Muros, son ficticios, han sido creados por mi imaginación. Llamar Óbito al pueblo de mi personaje principal, es un toque de humor negro por mi parte, puesto que el significado de esta palabra es muerte.

Aunque es verdad, que cualquiera puede sospechar que todos estos lugares pueden estar situados en cualquier punto localizado entre Castilla y León, Asturias y Galicia. Supongo que mi mente ha viajado a la zona de Sanabria. Hay que tener en cuenta que de ahí es mi familia, por lo que la tengo en gran estima, a la vez que tengo muchos recuerdos, de alguno de ellos se ha apropiado mi heroína, Anya Sáez.

Uno de esos recuerdos es el referente a las dedaleras, quién no se ha encontrado esas plantas por los caminos y ha cogido una campanilla para explotarla en su mano, desde luego yo lo hice mil veces cuando era pequeña y paseaba con mi abuela, mis tías o mi madre. Es ahora cuando he descubierto que las hojas de esta planta, según la dosis administrada, pueden resultar una medicina o un veneno, cuando era pequeña no podía ni imaginar que fuera una planta tan peligrosa. Produce una serie de sustancias activas de gran utilidad en las afecciones cardiacas, la dosis adecuada regula el ritmo cardiaco, pero una dosis incorrecta puede tener graves consecuencias. Parafraseando a Albert Hofmann, ‘La diferencia entre un veneno, una medicina y un narcótico es sólo la dosis’, químico e intelectual suizo, conocido por ser el primero que sintetizó, ingirió y experimentó los efectos psicotrópicos del LSD. O a Paracelso, el famoso médico y alquimista de la Edad Media, precursor de la actual farmacología ‘Todo es veneno y nada es sin veneno, tan sólo la dosis hace el veneno’. Ahí lo dejo.

Respecto a la documentación utilizada para las aclaraciones que le hace el doctor Soler a nuestra protagonista sobre amnesia disociativa, me ha sido de gran ayuda el Manual Merck. El resto de información ha sido obtenida de diferentes artículos publicados, sería un listado muy largo exponerlos todos aquí. Sólo reconocer, que con Internet, el mundo de la investigación resulta mucho más sencillo.

Y para terminar, agradecerte a ti, lector, que has leído esta novela, el haberla tenido en cuenta entre tus lecturas, espero que la hayas disfrutado y te haya hecho pasar un buen rato.