Las Misiones
A la mañana siguiente él no parecía acordarse de lo que había pasado y lo que había dicho… así que ella, que se había despertado de nuevo excitada, comenzó a besarlo y él enseguida respondió, y comenzaron a hacer el amor, esta vez más lento, para terminar en la ducha, donde terminaron felizmente satisfechos.
Eran las diez y el teléfono de Jeff comenzó a sonar, salieron de la ducha, era Albert, preguntando “si estaba vivo” y cuando escuchó su voz, supo que había pasado “algo” y que él estaba francamente bien.
Después de desayunar ella quiso hablar con él. Le dijo que había tenido un mal sueño y que cuando ella le había preguntado por qué, le había contestado con unas frases algo extrañas.
El la miraba perplejo pues no se acordaba de nada, y además de revelarle cosas que todavía no quería decirle, vio que ella le había preguntado y él le había contestado. Y lo que es más grave, había podido decirle cualquier cosa que ella le hubiera preguntado.
Sin embargo, lo dejó pasar…
La semana pasó sin más incidentes. Jeff fue a una corta misión de tres días. Vino herido, en un costado, pero le comentó que no tenía importancia. Pasaron de nuevo el fin de semana juntos. Disfrutando del momento, de su amor y de la felicidad que ambos necesitaban.