Cantares
Las «quadras» portuguesas, equivalentes a nuestros cantares, canciones o coplas, son cuartetas octosilábicas de rima alterna, generalmente populares pero que han sido escritas también a lo largo de los siglos por los poetas «cultos». Uno de estos fue Fernando Pessoa, que junto a sus muchas innovaciones y enriquecimientos de la lírica portuguesa, se mostró fiel a esta forma popular desde su infancia hasta sus últimos días, dejando recopiladas en 1935, el año de su muerte, unos centenares de «quadras», editadas póstumamente y reeditadas en numerosas ocasiones. Pese a ello, no habían sido nunca vertidas al castellano. Su traductor, Jesús Munárriz, hace un paralelo entre estos cantares portugueses y los españoles, remitiéndose a la familia de los Machado, en la que el padre los recogió y publicó, como folklorista, y los dos hijos, Manuel y Antonio, coetáneos de Pessoa, y amigo el ultimo como él de los heterónimos, los asimilaron en su propia obra y los escribieron como poetas. Para el lisboeta, que había adquirido la mayor parte de su formación literaria en lengua inglesa, las «quadras» eran su manera más portuguesa de escribir poesía, la que le ligaba más radicalmente a su idioma. Teorizó sobre ellas y llegó a denominarlas «poemas perfectos de cuatro versos». Dentro de su producción son una parcela peculiar, diferente, menos ambiciosa tal vez, pero no por ello desdeñable, como no lo es ninguna faceta de su inmensa obra literaria.