LOS MUERTOS PREMATUROS

SABES QUE LOS AHOGADOS SE ARRASTRAN EN EL MAR

y que siguen muriendo todavía,

pero tú piensas que estás vivo

porque has oído en la televisión esa mohatra

del bautismo de fuego o el bautismo del miedo.

Sabes que somos sombras que ya no pueden encontrar su cuerpo,

pero tú piensas que eres libre

porque tienes ahora el mismo aburrimiento que te dio sueño anoche,

y te has desheredado de vivir.

Sabes que ocurren cosas:

hay palomas que a veces usan sujetaligas,

serpentinas azules que parecen dejar su lástima en el cuello y están ahogando a un niño,

y yo he visto en La Habana que una viga llevada por el viento traspasaba una ceiba.

Todo puede ocurrir, pero tú crees

que has conseguido la estabilidad,

y ya no tienes tentación alguna porque estás muerto sin saberlo,

ya no le puedes dar tu corazón a nadie.

Vives para regarte las plantas de los pies,

amigo mío,

y sientes la humedad que deja en tus pupilas

un andamio de lágrimas

y un sello,

pero no te equivoques,

los ojos lloran porque ven

y hoy he tenido un sueño alucinado.

He visto que en el cuarto de baño donde estoy afeitándome,

en el cuarto de baño en donde me desnudo de ser hombre,

hay cuerpos que yo tuve que se acercan a mí con las manos vacías

y ojos andando para verme mejor,

pero no pueden recordarme ya que nunca me vieron como ahora,

y su mirada me produce una dislocación,

una simple dislocación que distiende mis huesos

y los desbarajusta,

mientras caigo con ellos de año en año hasta llegar a la vejez,

y caigo hacia adelante

igual que los atunes en la almadraba pasan ¡y están tan vivos! desde el bichero a la sentina;

y después,

un poquito después,

he visto que mi rostro se sume en el espejo encristalándose,

y mi boca se pliega,

y mis rasgos se van desdibujando

hasta que sólo queda frente a mí la mirada de nadie,

y en la mirada una tensión

que ya está siendo, únicamente,

esa luz que destierra los ojos del suicida.

Sin embargo, es igual;

esto ha de ser así, pues ya lo vivo:

hay amortizaciones cada vez más presentes en mi cuerpo,

y tal vez no he tenido una alucinación,

ni una aguja de fiebre,

estaba muerto desde antes,

desde hace muchos años, como la mayoría de las personas que conozco.

Ésta es mi herencia anticipada y soy un muerto prematuro,

yo también,

yo también,

quien no vuelve a nacer todos los días en las manos de alguien es indudable que descansa en paz;

todos vivimos de algo muerto,

de algo ya terminado y terminante,

puesto que el corazón ama una sola vez,

el corazón tiene tan sólo un día y luego tienes que heredarlo;

sólo se hereda a un muerto,

ya lo sabes.

19 de agosto de 1977