[1] La obra más conocida de Kojève es su Introduction a la Lecture de Hegel (París: Ediciones Gallimard, 1947), que contiene las conferencias dictadas en la Ecole Practique en los años 30. Este libro está disponible en inglés con el título Introduction lo the Reading of Hegel; compilado por Raymond Queneau, editado por Alian Bloom, y traducido por James Nichols (New York: Basic Books, 1989).
[2] En este respecto, Kojève mantiene una posición respecto de Hegel que contrasta claramente con la de los intérpretes alemanes contemporáneos, como Herbert Marcuse, quien, teniendo más simpatías por Marx, consideraba que Hegel era en definitiva un filósofo incompleto y limitado históricamente.
[3] Kojève identificaba el fin de la historia alternativamente con el "Modo de Vida Americano" de la posguerra, pues creía que la Unión Soviética también se dirigía hacia esa forma de vida.
[4] Esta noción se expresaba en el famoso aforismo del prefacio a la Philosophy of History para señalar que "todo lo que es racional es real, y todo lo que es real es racional".
[5] Para Hegel, en verdad, la dicotomía misma entre el mundo ideal y el material era sólo aparente, y ésta sería finalmente superada por el sujeto auto-consciente; en su sistema, el mundo material, de por sí, no es más que un aspecto de la mente.
[6] "En efecto, los economistas modernos, reconociendo que el hombre no siempre se comporta como un maximizador del lucro, postulan una función de la utilidad, la que puede ser el ingreso o algún otro bien que podría maximizarse: ocio, satisfacción sexual o el placer de filosofar. El que el lucro deba ser reemplazado por un valor como la utilidad indica cuán convincente es la perspectiva idealista.
[7] Basta observar el desempeño reciente de los inmigrantes vietnamitas en el sistema escolar norteamericano, en comparación al de sus compañeros negros o hispánicos, para darse cuenta de que la cultura y la conciencia son absolutamente cruciales para explicar no sólo la conducta económica, sino también casi todo otro aspecto importante de la vida.
[8] Entiendo que una cabal explicación de los orígenes de los movimientos de reforma en China y Rusia es algo bastante más complicado que lo que sugeriría esta simple fórmula. La reforma soviética, por ejemplo, fue motivada en gran medida por la sensación de "inseguridad" de Moscú en el campo tecnológico-militar. No obstante, ninguno de los países, en vísperas de las reformas, se encontraba en tal estado de crisis "material" que uno pudiese haber predecido los sorprendentes senderos de reforma finalmente emprendidos.
[9] Aún no está claro si los soviéticos son tan "protestantes" como Gorbachov y si seguirán esa senda.
[10] La política interna del Imperio Bizantino en la época de Justiniano giraba en torno al conflicto entre los así llamados monofisitas y los monoteístas, que creían que la unidad de la Sagrada Trinidad tenía, alternativamente, un carácter natural y voluntario. Este conflicto correspondía hasta cierto punto al que existía entre los partidarios de los distintos corredores del hipódromo de Bizancio, y llegó a un nivel no poco importante de violencia política. Los historiadores modernos tenderían a buscar las raíces de esos conflictos en los antagonismos entre clases sociales o en otra categoría económica moderna, rehusándose a creer que los hombres se matarían unos a otros por la naturaleza de la Trinidad.
[11] No empleo aquí el término "fascista" en su sentido más estricto, plenamente consciente del frecuente mal uso de este término para denunciar a cualquiera a la derecha del que lo usa. La palabra "fascismo" denota aquí cualquier movimiento organizado ultranacionalista con pretensiones universalistas —universalistas no en lo que concierne a su nacionalismo, por supuesto, ya que este último es exclusivo por definición, sino respecto a la creencia en su derecho a dominar a otras personas—. Por lo tanto, el Japón Imperial se calificaría de fascista, pero no así el ex hombre fuerte de Paraguay, Stroessner, o Pinochet en Chile. Es obvio que la ideología fascista no puede ser universalista en el sentido que lo son el marxismo o el liberalismo, pero la estructura de la doctrina puede transferirse de país a país.
[12] Utilizo el ejemplo de Japón con cierta cautela, ya que Kojève llegó posteriormente a la conclusión que Japón, con su cultura basada en disciplinas puramente formales, demostró que el Estado homogéneo universal aún no había logrado la victoria y que la historia tal vez no había concluido. Véase la extensa nota al final de la segunda edición de Introduction à la Lecture de Hegel, pp. 462-463.
[13] Sin embargo, esto no es así en Polonia y Hungría donde los respectivos partidos comunistas han dado pasos hacia el pluralismo y a compartir verdaderamente el poder.
[14] Esto es particularmente cierto respecto del líder conservador soviético Yegor Ligachev, ex Segundo Secretario, quien ha reconocido públicamente muchos de los importantes defectos del período de Brezhnev.
[15] Pienso especialmente en Rousseau y en la tradición filosófica occidental que se desprende de él, la que ha sido muy crítica del liberalismo lockiano y hobbesiano; aunque también podríamos criticar el liberalismo desde la perspectiva de la filosofía política clásica.
[16] Véase su artículo, "Beyond the Cold War", New Republic, diciembre 19, 1988.
[17] Después de la guerra, a las potencias europeas que poseían colonias, como Francia, les tomó varios años admitir la ilegitimidad de sus imperios; pero la descolonización fue una consecuencia inevitable de la victoria de los Aliados, la que se había basado en la promesa de restaurar las libertades democráticas.
[18] Vestnik Ministersiva Inostrannikb Del SSSR, Nº 15 (agosto 1988), pp. 27-46. El "nuevo pensamiento" cumple, naturalmente, la finalidad propagandística de persuadir a la audiencia de Occidente respecto a las buenas intenciones soviéticas. Pero el hecho que sea buena propaganda no significa que sus formuladores no tomen muchas de sus ideas seriamente.
[19] Friedrich A.
Hayek, "The Use of Knowledge in Society, American Economic Review
(Septiembre 1945)
[20] Para hallar un ejemplo de esta línea de pensamiento, Virginia Postrel, "The Future and its Enemies" (New York, Free Press, 1998).
[21] Ver mi artículo "Women and the Evolution of World Politics", en Foreign Affairs (Septiembre/Octubre 1998).
[22]Las drogas relacionadas son dextroanfetamina (Dexedrina) y permolina (Cylert).
[23] Las drogas relacionadas son el paxil de los laboratorios Pftizer Zoloft y Smtihkline Beecham.
[24] La controversia respecto de la Ritalina es tal que los Institutos Nacionales de Salud Mental (National Institutes of Mental Health) fueron forzados a realizar un simposio a principios de 1999 para discutir sobre ADHD y el creciente uso de la droga.
[25] Para leer sobre la discusión, consultar Mary Eberstadt, "Why Ritalin Rules", Policy Review (Abril/Mayo 1999).
[26] Estos ingenieros sociales podrían trabajar para un laboratorio o para un grupo de presión de padres y no para el Estado.
[27] Inmediatamente traducido al castellano: El fin de la Historia y el Ultimo Hombre, Planeta, Barcelona, 1992.
[28] T. KLARE, Michael: La Guerra Sin Fin, Noguer, Barcelona, 1974. Ver p. 82 y ss.
[29] Klare, op. cit
[30] Ver Claves, nº 14, julio-agosto de 1990, pp. 20-33
[31] El País, 24 de mayo de 1995, p. 12.