Tonada
Ya llegó tu medio amante
que medio andaba perdido.
Medio te viene a buscar
porque medio te ha querido.
Medio arrepentido vengo.
Te vengo a medio a decir
que si medio tú me admites
medio me verás morir.
Con una media razón
te digo media verdad
y con media voluntad
te entrego mi corazón.
Cuando medio te ausentaste
medio tiempo de mi lado
tu medio muerto te fuiste
yo media muerta he quedado.
Cogollo
Viva la media compaña,
medio cogollo de trigo,
penosa medio lo paso
teniendo medios amigos.
Tonada
Cuando te vais a casar
mándame a avisar con tiempo
para hacer dos fiestas juntas,
mi muerte y tu casamiento.
Cuando te vais a casar
avísame ante con ante
para alumbrarte el camino
con «rubides» y «llamantes».
Cuando vayas a la iglesia
te acompañará la gente
y a mi me acompañarán
en una capilla ardiente.
Cuando a ti te estén poniendo
el anillo de brillantes
a mí me estarán poniendo
cuatro luces incesantes.
Cuando te vengan a ver
algunos de tus parientes
a mí me estarán diciendo
misa de cuerpo presente.
Cuando a ti te esté casando
el cura y su ministerio
a mí que me estarán rezando
misterio sobre misterio.
Cuando a ti te estén poniendo
el paletó de mansú
a mí estarán poniendo
mi cuerpo en un ataúd.
Cuando a ti te esté diciendo
bendición el señor cura
a mí me estarán poniendo
mi cuerpo en la sepultura.
Cogollo
Para toda la compaña,
florcita de rosedá,
yo soy la rosa rosada
que se murió abandoná.
Tonada
Escucha, vidita mía,
mis suspiros y lamentos,
que yo por quererte a ti
olvidé los mandamientos.
El primero amar a Dios,
yo no lo amo como debo,
porque tengo puesto en ti
todo mi amor verdadero.
El segundo no jurar,
yo juro que te querido,
porque tengo puesto en ti
todos mis cinco sentidos.
El tercero que es la misa,
no la oigo con devoción
porque tengo puesto en ti
alma vida y corazón.
El cuarto que es la obediencia,
a mis padres les perdí,
a mayores y menores
sólo para amarte a ti.
El quinto es no matar,
de buena gana lo hiciera,
le quitaría la vida
a la que contigo viera
y a uno que mal me pagara
una muerte cruel le diera.
Cogollo
Viva la noble compaña,
hojita de pensamiento,
el que ama con alma y vida
no sabe de mandamientos.
Tonada
Amada prenda querida
que has sido mal pagadora,
tanto como te quería
te tenía en la memoria.
Te tenía en la memoria
con el fin de no olvidarte
más ahora yo he sabido
que tu amor está en otra parte.
Que tu amor está en otra parte
cansada estoy de saberlo
de la hora en que lo supe
yo no he tenido consuelo.
Yo no he tenido consuelo
muy penosa lo he pasado
del ver que en tan poco tiempo
de mí te hayas olvidado.
De mí te hayas olvidado
yo no te he dado motivo
y más como no te ruego
bien puedes buscar tu alivio.
Cogollo
Que viva la…[5]
siempre la quisiera ver
con una rosa en las manos
y un clavel en cada pie.
Tonada
Miren como corre el agua,
batallando por la arena,
así batalla mi amor
cuando le ponen cadenas.
Ingrato desconocido,
te haces que no me conocés,
me estoy muriendo por ti
y te estoy llamando a voces.
Cielito, cielito, cielo,
cielito del horizonte,
también se suele quemar
con su propia leña el monte.
Cielito, cielito, cielo,
cielito, cielo celeste,
voy alcanzar el olvido
aunque la vida me cueste.
Cogollo
Para toda la compaña,
ramo de verde ciprés,
presente se halla el ingrato,
no quiero decir quien es.
Tonada
Un hortelano de amor
planta una planta y se va,
otra la riega y la goza,
de cuál de los dos será?
De cuál de los dos será?
pregúntale al alma mía,
ella te responderá
al tiempo de la partida.
Al tiempo de la partida,
después de tener la flor,
la viste y la dejaste,
qué cosa es tener amor?
¿Qué cosa es tener amor?
en eso no hay que confiar,
aquello que bien se quiere
poco se llega a gozar.
Poco se llega a gozar,
yo la habré gozado menos,
es malo poner amor
en prendas que tienen dueño.
En prendas que tienen dueño
toda mi afición gasté,
ahora me está pesando
el tiempo que no logré.
El tiempo que no logré
que se acabe, que se acabe,
ya se va haciendo la hora
de a mi corazón la llave.
Tonada
Adonde vas jilguerillo
con ese abreviado vuelo,
anda y llévale un suspiro
a la imagen de mi dueño.
Andate de rama en rama
hasta llegar a su puerta,
de allá no te has de venir
hasta que te den respuesta.
El otro día en la rama
vi cantar un jilguerillo,
me dije éste es el correo
con quien mandé mi suspiro.
Me acerco y le pregunté
por qué cantaba tan triste,
por qué no tuve respuesta
del suspiro que me diste.
Calla, jilguero, no cantes,
no me estés dando tormento,
dile al ingrato que acuda
tan sólo por un momento.
Jilguerillo volador,
anda y llega a su ventana,
dile por segunda vez
que el pecho ya se me inflama
Cogollo
Viva la noble compaña,
ganchito de cardenillo,
correo más lisonjero,
no habrá como el jilguerillo.