Per a molts pares, l’hora de menjar dels nens es converteix en un infern. La boca tancada, que no s’obre ni quan traiem totes les joguines, és el nostre pitjor malson. Vist l’èxit del seu mètode per resoldre els problemes de l’insomni infantil, el doctor Eduard Estivill es va preguntar si hi hauria també un mètode que pogués aplicar-se al problema de l’alimentació infantil. Per això va sol·licitar l’ajut d’una pedagoga, la Montse Domènech, i entre tots dos van desenvolupar un mètode senzill, pràctic i amb unes sòlides bases científiques per ensenyar a menjar bé, i de tot, als nens.

Gina, una muerte luminosa es posible. Mi nombre es Gina y morí a los 11 años el 16 de enero de 2014, a las 15 h, en brazos de mi madre, en presencia de mi familia, y en casa. Así es como todo el mundo desearía morir. Tenéis que saber que viví mi muerte más como un triunfo de la vida y como una oportunidad para estar acompañada que como un fracaso, y eso fue gracias al equipo de curas paliativas pediátricas del Hospital Sant Joan de Déu. Estoy convencida de que mi familia seguirá viviendo, y lo hará con alegría. Y yo también seguiré viviendo, después de que hayan entendido que la muerte no destruye, solo transforma, porque hay una forma más luminosa de entender la muerte. Gina murió hace un año. Después de su muerte, inevitablemente, su madre, Elisabet Pedrosa, empezó a escribir Seguiremos viviendo.

Cuando Alexandra Jensen se presentó en la oficina del multimillonario, Andreas Durr como la salvadora de su primo, nunca imaginó que su vida cambiaría drásticamente. El robo de su primo a la empresa del magnate y la delicada situación de salud de su tío, era justo lo que Andreas utilizaría a su favor. La propuesta del arrogante empresario por un millón de dólares era atractiva, pero a cambio Alexandra le vendería un año de su vida. Andreas no buscaba amor, solo necesitaba salvar su imperio y ella únicamente se entregaría por amor. La chispa del deseo era innegable entre ellos. Si Alexandra aceptaba su propuesta, serían trecientos sesenta y cinco días luchando para no ceder a los encantos de Andreas. Sin embargo, para Andreas eran trecientas sesenta y cinco oportunidades para intentar hacerla suya y el tiempo… estaba a su favor.