La ciudad en llamas
«Hacía calor y frío al mismo tiempo, un calor y un frío insoportables. Skar había creído saber lo que les aguardaba, pero había olvidado lo espantosa que era la tempestad de fuego de Combat, lo cortante que resultaba el viento que, aspirado por la fuerza de la ciudad en llamas, les azotaba la cara, y lo ardiente de aquel calor que, incluso contra el ímpetu del huracán, se arrastraba detrás de ellos y los quemaba.»Esa era Combat, la ciudad que ardía sin cesar en castigo al desacato de sus habitantes a los dioses. Pero en ella se hallaba oculta una inefable piedra que, según una antiquísima leyenda, conferiría un poder desconocido, pero probablemente absoluto, a quien la poseyera.Vela, la todopoderosa errish, quería esa piedra a cualquier precio, y para llevar a cabo su propósito eligió a Skar, el casi invencible satái, porque nadie más era capaz de una misión semejante. Skar y sus acompañantes emprenden un camino lleno de terribles peligros y mortíferos cambios de temperatura, monstruosas arañas de hielo y, sobre todo, un abominable dragón, capaz de quemar y destruir todo aquello que roce con los polvos que expele con su aliento.