Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco
Esta entrega poética de Ch. Bukowski constituye, a pesar de la reducida extensión, una muestra bien representativa, suerte de concentrado donde el lector encontrará sus temas habituales (la angustia existencial y creativa, los excesos etílicos, el sexo ligero y los amores dolientes, la crítica feroz al sistema político y económico, cultural y literario, o la observación fraterna de los marginados) y el estilo con que los expresa, caracterizado por un tono prosaico, con aire de relato o diálogo, al que subyace sin embrago un ritmo netamente lírico que logra mediante una trabajada y rara versificación. En suma, cristaliza aquí el singular contraste distintivo del Bukowski poeta, que funde la provocación burlona con la tierra empatía, la confesión introspectiva con el testimonio de la vida y el prójimo, el tono coloquial de conversación con destellos de lírica pura, todo ello aderezado de sinceridad brutal, pasión, locura casi, como quien tocara borracho un piano convertido en tambor hasta hacerse sangre.