1839-1840
Un extranjero fallece. Se le entierra y, muchos años después, dos forasteros se presentan, buscan su tumba y la abren.
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La extraña sensación de alguien que se siente objeto de un intenso interés, de una desmesurada atención por parte de otro individuo, y que nota cómo el otro interpreta de mil maneras hasta su más mínimo gesto.
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El niño Foster Haven tenía la costumbre de espiar dentro de la boca de E. P. P. a fin de ver de dónde provenían sus sonrisas.
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Letras con forma de rostros humanos. De lejos sólo se distinguen las palabras conformadas por estas letras. De más cerca sólo los rostros son visibles, sin percibirse como letras. Las cosas tienen un sentido positivo, relativo o compuesto según desde qué distancia las miramos.
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El egoísmo es uno de los rasgos que consiguen inspirar amor. Esto podría dar pie a un extenso desarrollo.
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Un muchacho busca la felicidad, encarnada en una persona que él espera hallar entre la multitud y que debe reconocer a partir de ciertos signos. Estos indicios le son revelados, en las circunstancias más variadas, por un personaje que siempre acude disfrazado. El muchacho comprende tardíamente que es la misma persona que él buscaba.
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Si las ciudades estuviesen hechas de música, algunos edificios parecerían hechos de solemnes tonos graves, y otros nacidos al son de una música leve y soñadora.
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Introducir, en un cuento de hadas, ciertos utensilios o armas de metal que conservan el calor de las llamas del infierno.
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Un personaje muy fantasioso pide que, al morir, lo entierren en una nube.
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«Se cuenta que un príncipe indio le envió a Alejandro una hermosa mujer alimentada con acónito y otros venenos, con la intención de destruirlo, ya sea por obra del diálogo, de la copulación o por simple contacto cutáneo» (sir Thomas Browne).
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El diálogo entre los seres no nacidos se parece al de los muertos o al que se da entre los niños muy pequeños.
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Un claro indicio de muerte es cuando el enfermo pierde su propio aspecto para adquirir los rasgos de su familia, ocultos tras su rostro en tiempos de salud.
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Unos paseantes encienden un fuego sobre el monte Ararat con los vestigios del arca.
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Tener hielo en la sangre.
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Urdir una historia sobre todas las cosas extrañas o imposibles, como la salamandra o el ave fénix.
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Una imagen parecida a un rostro humano se forma, por lusus naturea, en la falda de una montaña o en la sinuosidad de una roca. El rostro despierta curiosidad durante años o aun siglos, hasta que un día nace un niño cuyos rasgos poco a poco van cobrando el aspecto de ese retrato. En un momento la semejanza llega a ser perfecta. Una suerte de profecía podría estar ligada a este hecho.
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Un hombre causa la muerte de un ser amado al tratar de que alcance un grado de perfección imposible entre los mortales. Sin embargo, halla consuelo al pensar en lo trascendente y lo sagrado de tal objetivo.
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Un monstruo es el hijo de un amor sin amor entre dos personas de suma belleza.
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Un ser anónimo, consciente de haber sentido la tentación de un grave delito, pone un cartel en una iglesia pidiendo a los fieles que recen para librarlo de su tentación.
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Cierto objeto que dos enamorados atesoraban en secreto, respetándolo y rindiéndole culto, es expuesto en público y se vuelve el blanco de las burlas de la gente, de sus reflexiones y risas.
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Un cuento sobre un espantapájaros dotado de extraños atributos. Según cómo se lo mira, parece cambiar de sexo, se vuelve anciano o anciana, cazador, campesino, el Diablo, etcétera.
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Un individuo consagra su vida y sus esfuerzos más denodados a fabricar cierta baratija mecánica: por ejemplo, la construcción de un carro en miniatura tirado por unas pulgas o un juego de mesa del tamaño del carozo de una cereza.
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El deseo de prosperidad económica es consecuencia de la muerte. Si el hombre supiera que ha de vivir por siempre, no le preocuparía tanto su descendencia.