4 LEE, TAMBIÉN EN VOZ ALTA

    Pocas cosas hay más fáciles que encontrar textos en inglés para leer. En internet tienes muchos más de los que eres capaz de leer por mucho que vivieras mil vidas: artículos de blog o de revista, prensa digital, páginas web de todo tipo...

    Si vas a comprar un libro y la versión original es en inglés, atrévete: no busques una traducción al castellano. Te puede parecer un engorro, pero probablemente vas a entender lo básico y además te va a servir para mejorar en el aprendizaje del idioma. El siguiente lo entenderás mejor. Seguro.

    Leyendo aprendes sobre lo que lees, pero además adquieres nuevo vocabulario y estructuras la gramática en tu cerebro. Todo eso te servirá para cuando escribas.

    Existen libros adaptados para personas que están aprendiendo un idioma, y también hay recursos online con textos preparados. Es positivo que uses esos recursos, pero te recomiendo que no te limites a ellos. El inglés, como cualquier lengua, se usa en situaciones reales: ¿por qué no exponerte a documentos escritos dentro de esas situaciones reales? Al fin y al cabo lo que quieres es aprender la lengua para que te sirva en la realidad, no en un laboratorio (a no ser que seas científico).

    Dicho lo anterior, tampoco te pases. Si te enfrentas a textos demasiado complicados para tu nivel actual, no solo no vas a mejorar mucho porque no comprenderás nada y no podrás intuir el resto, sino que terminarás frustrado y abandonarás esta actividad.

    Si quieres leer libros, en Amazon tienes una oferta muy amplia de títulos. Puedes pagar si te interesa especialmente una obra concreta, pero si lo que quieres es simplemente leer te recomiendo que eches un vistazo a la lista de libros gratuitos para Kindle. Hay otros lugares donde leer libros gratis o a buen precio, pero destaco Amazon porque es donde suelo adquirir los míos. Para obras en dominio público te interesará echar un vistazo al Gutenberg Project.

    Yo en general prefiero leer libros escritos en los últimos años, antes que los grandes clásicos. El lenguaje de los clásicos suele ser muy rico pero en ocasiones es menos útil para situaciones comunicativas comunes de la época actual. No obstante, siéntete libre de no hacerme ningún caso respecto a esta afirmación tan personal. Si prefieres leer clásicos o simplemente libros con cierta edad, adelante. No te harán ningún daño.

    He mencionado que leyendo adquieres vocabulario y gramática, pero ahora quiero añadir que también puedes mejorar tu pronunciación. Sin embargo, eso solo será posible siempre y cuando leas en voz alta.

    Así que ya sabes: elige un texto, enciérrate en una habitación para no molestar a nadie y ponte a reproducir en voz alta todas sus palabras. Muy probablemente, al principio te avergonzará mucho hacerlo (¡incluso aunque estés solo!). Es normal, a nadie le apetece escucharse pronunciando mal una lengua que no se domina. Hazlo de todos modos.

    Este ejercicio te permitirá escuchar como suenas e irte corrigiendo. Te recomiendo que no tengas ninguna prisa: es mejor ser lento pero esforzarse en pronunciar correctamente. No es fácil, pero si quieres hablar de forma fluida vas a tener que conseguirlo o siempre lo harás a trompicones.

    Un detalle importante: no se trata solamente de pronunciar bien las palabras de forma individual, sino también frases completas. Es decir, que deberás ser capaz de identificar la cadencia correcta (a fuerza de escuchar, ver vídeos fijándote en ello y leer, lo vas aprendiendo).

    Lo normal al principio es que leas muy lentamente, parándote a cada instante y sin siquiera comprenderte a ti mismo. Pero no te desanimes, pues es normal. Sigue leyendo y verás como poco a poco te vas soltando. Los músculos de tu cara están acostumbrados a una serie de movimientos relacionados con el idioma que hablas siempre, así que les falta un poco de aceite para hacer otros gestos. Lubrícalos practicando con letras, palabras y frases y verás como mejoras (aunque habrá textos más complicados o sobre temas que no tienes tan metidos en la cabeza en los que verás que te cuesta más que normalmente; no pasa nada, tú a lo tuyo).

    Para finalizar, un último consejo relacionado con este punto: grábate leyendo y después escucha el resultado. Lo normal es que al hacerlo te mueras de vergüenza porque lo has pronunciado todo fatal. Conserva la grabación, sigue leyendo en voz alta y dentro de unos días vuelve a grabarte mientras lees el mismo texto. Compara los resultados con los de la grabación anterior y verás como seguro que habrás mejorado. A partir de ahí, ya sabes: sigue leyendo.