La filosofía y el barro de la historia
En este libro esencial, José Pablo Feinmann aborda los grandes nombres de la filosofía occidental (Descartes, Hegel, Marx, Nietzsche, Heidegger, Sartre, Foucault, Adorno y Horkheimer, Derrida) no como cristalizados «héroes del pensamiento» sino como representantes de cada época en la que les tocó vivir. La convicción que ha motivado este trabajo es que la filosofía tiene que ayudar a comprender la historia, ya que cada filosofía es hija de una época, que a la vez expresa, refleja e ilumina. La de Feinmann es una mirada crítica y reclama que la filosofía vuelva a pensar en el sujeto, en la historia y en la política, que salga a la calle, al riesgo, a participar activamente en los tumultuosos problemas del ser humano.Como dice en el prólogo el filósofo (y traductor de Ser y tiempo al italiano) Franco Volpi: «Lo que encontramos en estas páginas apasionantes es un inagotable tanque de ideas, un formidable gimnasio para pensar, un ejercicio de lucidez e inteligencia crítica. Dialogar con los filósofos que Feinmann presenta nos entrena a pensar, a plantear problemas, a poner en cuestión y a averiguar la consistencia de las convicciones según las cuales vivimos. Nos enseña a vigilar, a luchar contra la resistencia tenaz de los prejuicios, a liberarnos de la tiranía de lo obvio y de lo habitual. Dialogar con los grandes filósofos que Feinmann nos presenta, entrar en sus teorías, seguir sus argumentaciones, es una excelente escuela de pensamiento pues nos obliga a enfrentarnos con lo que nosotros mismos no habíamos pensado. Son los mejores maestros con los que podemos aprender, los mejores interlocutores con los que podemos dialogar, los libros que debemos leer. En suma, un patrimonio inestimable de sabiduría. Por eso, estas páginas no son neutrales: nos dejan más fuertes o más débiles, más felices o más tristes, más seguros o más inciertos, nunca como antes».Desde sus primeras páginas, La filosofía y el barro de la historia nos interpela: En estos tiempos de reinado del sujeto absoluto comunicacional, en los que resulta difícil descifrar los sofisticados métodos del poder para dominar la existencia, es hora de volver a la filosofía, para que su lucidez y su relación crítica nos vuelvan a iluminar. Y Feinmann nos contagia su pasión con admirable claridad expositiva.