ELECCIONES

Cuando, en un intento desesperado por salvar a su pueblo del asesinato y la locura, la raza Psy decidió adoptar el protocolo del Silencio y eliminar la emoción de sus vidas, no fue una decisión fácil. Sangre fue derramada. Inocentes y culpables murieron por igual. Se destruyeron corazones y el dolor dividió la Psy Net en dos. Pero tal vez el más cruel de los aspectos de silencio fue que forzó a las personas a escoger. Aceptación o rebelión, padre, madre o amante, hermana o hijo. No había término medio. Los que se quedaran dentro de la Red nunca más sabrían de los que se alejaran. Y los que se fueran al exilio siempre vivirían con la angustia de saber que a sus seres queridos se les enseñaría a devaluar el amor. Dolía, como un hematoma que no sanaba, pulsando dolor con la memoria, con la pérdida. Ahora, en el año 2080, la herida se ha desvanecido, las opciones se han hecho, y los de la Psy Net viven una vida de frio Silencio. El amor ya no es algo que entiendan, y mucho menos el deseo. Porque amar es ser defectuoso. Y los Psy no permiten que nada defectuoso viva.

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CAPÍTULO 1

Para sobrevivir, debes ser más silencioso que el Consejo, tener el corazón de hielo, tu mente debe ser un prisma perfecto. Pero no lo olvides, los prismas dan una luz doble, cambia la dirección de lo que se conoce, genera fracturas en la belleza. En última instancia, un prisma crea sus propias verdades.

-De una carta manuscrita y firmada por "Iliana," alrededor de junio 2069

Al final, la retracción había sido simple. Al francotirador se le habían dado las coordenadas exactas del coche que viajaba por la desierta carretera rural, sabía exactamente cuántas personas estaban en el vehículo, y, donde se sentaba el niño. Según su información, el niño tenía los ojos vendados, pero el francotirador todavía no sabía cómo hacer esto con un inocente en el vehículo.

Sin embargo, si lo deja en manos de sus captores, el niño se convertiría en el instrumento inconsciente de la peor clase de mal. Y luego moriría. El francotirador no mataba a la ligera, pero para mantener a un niño seguro, haría eso e incluso más.

"Vamos" , dijo el francotirador en el aire, el sonido fue captado por el auricular y transmitido.

Un viejo camión se salió fuera del carril contrario sin previo aviso, chocando contra el coche blanco en un golpe suave que obligó al vehículo a salirse de la carretera, pero sin hacer daño a las personas de dentro, no podían permitirse el lujo de dañar al niño. Más que eso, ellos se rehusaban a dañar al niño. Pero éste no era el que se encontraba en el punto de mira del francotirador tan pronto el coche paró.

Un solo disparo preciso y el parabrisas quedó destrozado.

El conductor y su pasajero adulto murieron en los siguientes dos segundos, un limpio agujero de bala en el centro de sus frentes. Las balas estaban diseñadas para no salir, lo que minimizaba el peligro para los pasajeros del asiento trasero.

Un instante después, las puertas traseras se deslizaron y dos hombres salieron, uno de ellos miró directamente al francotirador, a la ubicación en las ramas de un pino antiguo. El francotirador sintió una fuerza contundente entrar en su mente, pero el guardia había tardado demasiado en su ataque telepático. Una bala se alojó en la garganta del macho Psy con una precisión mortal cuando éste centraba su poder. El cuarto hombre cayó con una silenciosa bala en el pecho mientras intentaba localizar a la pareja del francotirador.

El francotirador ya estaba en movimiento en el momento en que el último cuerpo cayó al suelo, con su rifle en la mano. Fue borrando el rastro de quién era, y al llegar al coche, ya no había nada. “¿Alguna alerta psíquica?” , preguntó al observador invisible.

"Probablemente. La carretera sigue despejada, pero tenemos que actuar con rapidez, los

refuerzos estarán aquí en cuestión de minutos si el Consejo tiene a mano a un ‘TK’.”

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El francotirador miró a través de las puertas abiertas y vio al pasajero restante. Un niño pequeño, de apenas cuatro años y medio de edad. Él no sólo tenía los ojos vendados. Sus oídos habían sido tapados y sus manos atadas a la espalda. Casi una total privación sensorial.

El francotirador gruñó y se convirtió otra vez en un hombre llamado Dorian, su frío control cayendo al exponer la naturaleza profunda de protección de su bestia. Él podría haber nacido sin la capacidad cambiante de cambiar a forma animal, pero llevaba al leopardo en su interior.

Y el leopardo se llenó de ira por el cruel trato dispensado a ese niño indefenso.

Avanzando alcanzó el cuerpo rígido de miedo en sus brazos, su control mucho más suave de lo que nadie hubiera creído. “Lo tengo”.

Otro vehículo apareció de la nada. Esta vez era un coche plateado, elegante, nada como la actual camioneta vieja, aunque el conductor era el mismo hombre. “Vamos”, dijo Clay, con sus ojos de color verde.

Al entrar en el asiento trasero, Dorian se quitó la máscara y guardó el arma antes de cortar las ataduras del niño con la navaja que llevaba a todos lados. Sangre manchó sus dedos y se retiró tan rápido, que se hizo un delgado corte en su propia mano. Pero cuando miró más de cerca, se dio cuenta de que no había cortado accidentalmente al niño, el niño había estado luchando contra sus ataduras por lo que debieron ser horas. Sus muñecas estaban en carne viva.

Tragándose un juramento, Dorian deslizó el cuchillo en sus pantalones y sacó los tapones de los oídos del niño, eliminó la venda de los ojos unos segundos más tarde. Inesperados ojos azules grisáceos lo miró, eran sorprendentes en una cara con la piel del color del oro viejo, un oscuro color marrón que casi brillaba. “Keenan”.

El muchacho no dijo nada, su rostro en una calma que resultaba sobrenatural. Tan joven y ya había comenzado el camino hacia el silencio, ya empezaba a aprender a reprimir sus emociones y convertirse en un buen Psy, robótico. Sin embargo, dejando la fachada de calma a un lado, era demasiado joven para ocultar su escalofrío de miedo que el cambiante vio, ese miedo era un insulto a los sentidos de Dorian. Los niños no estaban destinados a ser atados y usados como peones, no era una pelea justa.

El coche se detuvo. La puerta del lado del pasajero se abrió y Judd se deslizó en el interior, su arma a la espalda.

"Tenemos que hacerlo ahora o van a seguirle la pista a través de la Psy Net. " Los ojos del otro hombre eran de un frío marrón cuando se quitó su propia máscara, pero sus manos se movieron con cuidado al tocar el rostro del muchacho. "Keenan, tenemos que cortar el enlace

de red."

El muchacho se puso rígido, se inclinó hacia Dorian. "No."

Dorian le pasó un brazo alrededor de su frágil cuerpo. "Sé valiente. Tu madre te quiere a

salvo".

Unos ojos sorprendidos lo miraron. "¿Quieres matarme?"

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Dorian miró a Judd. "¿Le va a doler?"

Una ligera inclinación de cabeza.

Dorian tomó la mano de Keenan, la sangre del niño mezclada con la suya propia, donde se había rajado la palma de la mano. "Te va a doler como una mierda, pero luego vas a estar

bien."

Los ojos de Keenan se abrieron ante la vulgaridad, tal y como Dorian había previsto. En ese momento de distracción Judd cerró los ojos. Dorian sabía que el Psy estaba trabajando furiosamente para desbloquear la protección del niño y entrar en su mente, para poder reducir el enlace de Keenan con la PsyNet, la red psíquica que contactaba a todos los Psy del planeta, menos los renegados.

Un segundo más tarde, el chico gritaba, era un sonido de sufrimiento tan brutal que Dorian quiso matar a Judd por ello.

El sonido se cortó tan abruptamente como había comenzado, y Keenan se dejó caer en los brazos de Dorian inconsciente.

"Jesús", dijo Clay desde la parte delantera, entrando en una carretera muy transitada, mientras hablaba. " El chico, ¿está bien? Tally me van a matar si tiene un solo rasguño. "

Dorian echó hacia atrás el pelo del niño. Era lacio, a diferencia de los rizos de su madre. Había tenido que domarlo en una trenza la primera y única vez que la había visto a través del alcance de su rifle, pero él había sido capaz de decirlo. “Esta respirando”.

"Bueno", Judd hizo una pausa, líneas formaban un paréntesis en su boca "eso fue

inesperado".

"¿Qué?" Dorian se quitó la chaqueta y cubrió Keenan en su calor.

"Se suponía que debía tirar de él a nuestra red familiar". El otro hombre se frotó distraídamente su sien mientras miraba a Keenan. "Pero se fue. . . a otro lugar. Puesto que él

no está muerto, supongo que está vinculado a la red secreta de los Dark River, esa que yo no

debería conocer.”

Dorian negó con la cabeza. "Imposible". Todos sabían que los cerebros de los Psy eran diferentes de los cambiantes o los humanos, los Psy necesitan la retroalimentación que proporciona una red psíquica.

Si se cortaba esa red la muerte era casi instantánea, razón por la cual los desertores de la PsyNet eran pocos y estaban alejados entre sí. La familia de Judd logró salir uniéndose para formar la pequeña LaurenNet.

Sus dones psíquicos hacían que pudieran manipular esa red y aceptar a nuevos miembros.

Pero la Net de DarkRiver, la red de Estrellas, era diferente.

"No hay forma en que pueda haber entrado en nuestra web" Dorian frunció el ceño. "Está

construida de cambiantes."

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Creada por la lealtad, de unos pocos, leopardo centinelas que habían hecho el juramento al alfa de Dark River, Lucas y sus compañeros.

Judd se encogió de hombros y se recostó contra el asiento. "Tal vez el chico tiene un poco de

sangre cambiante".

"Sabría cambiar de forma si hubiera gran parte de ella", señaló Clay. "Además, mi bestia no

siente en él a ningún animal. Él es Psy.”

"Todo lo que sé, es que tan pronto como la PsyNet fue cerrada para él, su conciencia fue

directamente de mi a Dorian. No puedo ver la red, pero creo que está vinculado a ti.” Asintió con la cabeza hacía Dorian, “Y, a través de ti, a tu red. Podría tratar de cortar ese vínculo”,

continuó, su renuencia abierta, “obligarle a entrar en nuestra red familiar, pero eso solo lo

traumatizaría de nuevo.”

Dorian miró al chico y sintió como el leopardo atrapado en su interior se ponía de cuclillas para protegerlo.

"Entonces creo que es mejor que se quede con nosotros. Bienvenido a Dark River, Keenan

Aleine".

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A kilómetros de distancia, en un laboratorio ubicado en las entrañas de la tierra, Ashaya Aleine se tambaleaba bajo un golpe mental devastador. Un corte repentino y se fue, su hijo, el vínculo se había ido. Keenan estaba muerto o…

Recordó la primera de las dos notas que había recibido a través del pozo de los desperdicios del laboratorio la semana anterior, una nota que había sido trasmitida por una humana llamada Talin McKade, por lo que había sido leales a Ashaya en vez del tiránico Consejo gobernante.

Te escribo para pagar mi deuda.

En el mejor de los casos fueron Talin McKade y sus amigos los que habían ido a por él. Los pensamientos de Ashaya viajaron de regreso a la noche, hacía dos meses, cuando había puesto en peligro su vida por liberar a un adolescente y a una niña del peligro mortal del laboratorio antes de que se convirtieran en las últimas víctimas de una serie de experimentos genocidas dirigidos por otro científico.

Fue cuando regresaba al laboratorio que lo había encontrado, el francotirador no identificado con una voz tan fría como la de cualquier asesino Psy.

"Tengo una pistola en tu sien. Yo no fallo. "

"He salvado la vida de dos inocentes. No me vas a matar”

Un indicio de risa, pero ella no podía estar segura. "¿Qué desea por ello?"

"Eres un hombre. Por lo tanto, no eres Talin McKade ".

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"Soy un amigo. Ella está con los otros. Y nosotros pagamos nuestras deudas”.

"Si quieres pagar su deuda" , dijo, "secuestren a mi hijo".

Con su nota, había establecido que el evento estaba en movimiento. Entonces ella cobraría todos los favores que le debían y establecería salvaguardias psíquicos y protegería a Keenan de que lo recuperara a través de la PsyNet.

Pero Keenan ahora se había ido, lo sabía más allá de cualquier sombra de duda. Y no podría sobrevivir fuera de la red Psy.

Sin embargo, otra parte de ella le recordó, que en la manada de leopardos de los Dark River había dos miembros Psy que habían sobrevivido muy bien. ¿Podría ser que los amigos de Talin McKade fueran los gatos? Esa suposición era solo conjeturas por su parte, no tenía nada en que basar su teoría o como verificar su conclusión. Ella estaba bajo un apagón psíquico y electrónico, y su entrada en los pocos recursos de la PsyNet era vigilada por los comandos telépatas del consejero Ming LeBon.

Así que ella, una mujer que no confiaba en nadie, tendría que confiar en que el francotirador había dicho la verdad, y Keenan estaba a salvo.

La cabeza todavía le daba vueltas por ese corte del vínculo inexplicable, se incorporó diez minutos después absolutamente congelada, consiguiendo poner su cuerpo bajo control. No podría permitir que nadie notara que había sentido la reacción, que sabía que su hijo ya no estaba en la PsyNet. Ella no debía conocerlo. Cada individuo Psy era una unidad autónoma.

Incluso en la oscuridad de la red, cada mente existe como una estrella ardiente psíquica despojada de las limitaciones físicas, encerradas en sí mismas por múltiples pantallas, quedando separadas.

No había límites borrosos, ni formas de atar una conciencia a otra. No siempre había sido así, de acuerdo a los registros ocultos que había descubierto en sus días de estudiante, la PsyNet una vez había reflejado los enredos emocionales de las personas involucradas. El Silencio había cortado esos lazos de afecto, hasta que el aislamiento era todo lo que eran… o lo que aceptaba la opinión. Ashaya siempre habría creído que era una mentira.

Debido a Amara.

Y ahora, a causa de Keenan.

Keenan y Amara. Su gemela, el arma de doble filo que se cernía sobre ella cada segundo del día. Un error, uno solo, y era todo lo que se necesitaría para hacerla derrumbarse.

Una puerta se abrió a su espalda . "¿Sí?" , Dijo con calma, aunque su mente estaba llena de recuerdos que por lo general se encontraban detrás de muros impenetrables.

"El consejero LeBon la ha hecho llamar".

Ashaya miró a la rubia esbelta que había hablado . "Gracias".

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Con una inclinación de cabeza, Ekaterina se alejó. Ellos sabían que no debían hablar palabras traidoras dentro de estas paredes. Había muchos ojos, muchos oídos. Cambió la pantalla de su equipo al modo comunicaciones, y aceptó la llamada. Ya no tenía la capacidad de llamar. El bloqueo del laboratorio había sido ordenado después de la fuga de los niños, aunque, oficialmente, Jonquill Duchslaya y Hassan Noor figuraban como fallecidos por parte de Ashaya.

Sin embargo, sabía que Ming sospechaba. En lugar de tortura, la había encerrado en esa tumba de hormigón, toneladas de tierra sobre su cabeza, sabiendo que tenía un defecto psicológico, que reaccionaba negativa a la idea de ser enterrada.

“Consejero”, dijo cuando los ojos del color del cielo nocturno del consejero Ming apareció en la pantalla , “¿Qué puedo hacer por ti?”

"Esta semana había previsto una visita de tu hijo."

Ella se centró en regular su pulso, una secuela de la desconexión repentina de Keenan.

Para que este plan tuviera éxito, tenía que permanecer fría como el hielo, más silenciosa que el propio Consejo. "Es parte del acuerdo."

"Esa visita se retrasará."

"¿Por qué?" Ella tenía muy poco poder ahí, pero ella no estaba completamente bajo el poder de Ming, ambos sabían que era la única Psy-M capaz de completar el trabajo sobre el Protocolo I.

"El padre biológico del niño ha pedido una formación especializada. La solicitud ha sido

concedida."

Ashaya sabía con absoluta certeza que Zie Zen nunca habría dado ese paso sin consultarla.

Sabiendo que no le había dicho si Keenan si estaba vivo o muerto . "El retraso complicará la

formación que le estoy dando. "

"La decisión ha sido tomada." Miraron los ojos de obsidiana de Ming, las estrellas blancas se ahoga en un negro profundo. "Debes centrarte en la investigación. No has hecho ningún

progreso significativo en los últimos dos meses”.

Dos meses. Ocho semanas. Cincuenta y seis días. El período de tiempo desde la huida de los niños. . . y su eficaz entierro en el laboratorio del implante.

" He resuelto el problema de estática", le recordó, peligrosamente consciente de la creciente opresión de su pecho, una reacción al estrés, un indicador más de las grietas que por la repentina desaparición de Keenan se estaban formando en su armadura psicológica.

"No se puede utilizar el implante en trabajo si nos bombardean constantemente los

pensamientos de otros."

Eso era lo que el Consejo quería de la PsyNet, que se convierta en una mente de colmena enorme e interconectada y sin problemas. Ningún renegado, nada más que conformidad.

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Sin embargo, la conformidad pura no era un objetivo viable. En términos simples, una colmena no puede sobrevivir sin reina. Razón por la cual Ashaya había sido instruida para diseñar varios grados diferentes de implantes. Los implantados con el grado más alto poseerían la capacidad de tener el control total sobre los demás individuos de la colmena, hasta el punto de poder entrar en sus mentes a voluntad, dirigirlos con la facilidad de un titiritero. Los pensamientos no serían privados, no habría ningún desacuerdo.

Ming dio una ligera inclinación de cabeza . "Su gran avance con la estática es impresionante,

pero no compensa la falta de progreso desde entonces."

"Con todo respeto," dijo Ashaya : "No estoy de acuerdo. No hay nadie que se haya si quiera

acercado a la eliminación de estática. Los teóricos lo declararon una tarea imposible.” Pensó rápidamente dando un paso más en su precaria cuerda floja. Iba demasiado lejos y Ming no dudaría en matarla. Muy poco y la habían puesto como débil, expuesta a la explotación. “Si

quiere acelerar el proceso, lo haré. Pero si el implante se avería, no me eche la culpa a mí. Lo

quiero por escrito.”

"¿Está segura que desea tenerme como enemigo, Ashaya?" Le pregunto con el tono tranquilo, desprovisto de cualquier énfasis y sin embargo la amenaza era una sombra siniestra presionando en su mente. ¿Estaría Ming flexionando sus músculos telepáticamente?

Probablemente, dado que él era un telépata cardinal preparado para el combate mental.

Podía convertir su cerebro en una masa con un solo pensamiento.

Ashaya supuso que si hubiera sido humano o cambiante, hubiera sentido miedo. Pero ella era Psy, condicionada desde el nacimiento a no sentir nada. Duro e intransigente, el condicionamiento no sólo le permitía jugar a la política con Ming, actuaba como escudo, escondiendo secretos que nunca podría revelar. "No es un caso de enemigos, señor, "dijo ella, dejando caer los hombros solo un poco. Cuando volvió a hablar, fue en una corriente rápida de fuego. "Estoy intentando con todas mis fuerzas, pero he golpeado con lo que

parece ser un obstáculo importante, y yo soy la única con la habilidad para resolverlo, he

estado trabajando todo el día y he estado bajo tierra durante dos meses sin acceso a la

PsyNet y… "

"Necesitas una revisión médica." La postura Ming había cambiado, pasando a estar en alerta.

"¿Cuándo fue la última vez que dormiste "

Ashaya presionó las yemas de los dedos sobre sus párpados . "No me acuerdo. Estar bajo

tierra me hace difícil hacer un seguimiento.” Una condición debilitante, como la claustrofobia que había convertido que muchos de los Psy fueran ‘rehabilitados’, sus cerebros borrados, sus personalidades destruidas.

Ashaya se había quedado solo sólo porque su cerebro era más valioso en buen estado. Por ahora.

"Creo que dormí una noche completa hace aproximadamente una semana." Lo podía comprobar en sus registros. Ella había interferido deliberadamente con sus propios patrones de sueño, construyendo la historia, teniendo fe en el honor de un ser humano.

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. . . nosotros pagamos nuestras deudas. . .

Pero incluso si el francotirador había cumplido su palabra, estaba claro que algo había salido mal. A pesar de su anterior teoría, era muy probable que Keenan estuviera muerto. Dejó caer su mano y se quedó mirando a la cara de Ming, dejando que se le notara la fatiga. Si Keenan estaba muerto, ya no tenía nada que perder al poner en marcha este plan.

"Voy a enviar un equipo de recolección," dijo Ming. "Esto te llevará a un centro

especializado."

"No es necesario." Dijo Ashaya cerrando su mano sobre el organizador, el pequeño dispositivo donde guardaba todos los datos de los experimentos y los personales. "Uno de mi equipo me

puede ver, todos estamos médicamente entrenados”.

"Quiero que seas evaluada por los médicos en el Centro."

Se preguntó si, incluso ahora, la estaba amenazando. El Centro era donde los Psy eran enviados para la ‘rehabilitación’ . “Ming si cree que estoy comprometida, por favor, tenga la

gentileza de decírmelo a la cara. No soy una niña para salir gritando y corriendo.”

Excepto, por supuesto, que los niños Psy no gritaban mucho después de su primer año de vida.

Se preguntó si Keenan había gritado al final. Su mano se apretó, la fría dureza del organizador convirtiéndose en su anclaje. ‘Silencio’, recordó, debes tener un ‘Silencio’ Perfecto. Una fría autómata sin emoción ni corazón. Era la única cosa que podía ser.

La expresión de Ming no cambió. "Hablaré contigo después de la evaluación." Él salió fuera de la pantalla. Sabía que sólo tenía unos minutos, si es que los tenía.

Sabía que tenía sólo unos minutos, si eso. Ming tenía acceso a los surtidores de aire y era capaz de teletransportarse. Si quería llevarlo a cabo aquí, así seria. Pasó por encima de su organizador, deslizó hacia abajo la tapa y sacó el chip de un centímetro cuadrado donde se guardaban los datos. Sin dudarlo, se tragó el chip, sus movimientos calculados para parecer inmóvil, mirando a la cámara.

Metió la mano en el bolsillo, donde se encontraba un chip con datos suficientes para disipar la sospecha, al menos durante unos días, y ganar tiempo. Notó un parpadeo por el rabillo del ojo.

Giró para encontrar a un hombre de pie allí. Estaba vestido de negro, con una insignia en oro de dos serpientes en pleno combate colocadas en su hombro izquierdo. El símbolo personal de Ming.

"Señora, mi nombre es Vasic. Soy el acompañante para ir al Centro. "

Ella asintió con la cabeza, se levantó. Sus ojos no revelaban ningún movimiento mientras se deslizaba el organizador en el bolsillo de su bata de laboratorio, pero sabía que él había advertido de su colocación. Ming tendría tiempo de sobra para ir a por ella mientras ella estuviera siendo analizada. “No me esperaba ser recogida por un TK”.

No era así, por lo que el otro Psy no respondió.

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"¿Necesita tocar?", Preguntó, llegando a su lado. Los Psy no tocaban por regla general, pero algunas potencias se veían reforzadas por contacto.

"No", dijo, lo que demostraba su sospecha de que Ming había enviado a uno de sus hombres más fuertes. Lo que le extrañaba era que tenía los ojos grises, en vez del color del cielo nocturno de los cardinales, excepciones como Ming a un lado, los cardinales eran a menudo demasiado cerebrales para ser buenos en el aspecto práctico de las cosas. Como matar.

El hombre la miró a los ojos . "Por favor, baja tus escudos básicos".

Así lo hizo y un segundo más tarde, sus huesos parecían derretirse desde dentro hacia fuera.

Parte de ella, la científica, se preguntó si los telequinesicos sentían la misma pérdida de sí mismos, si sentían como su cuerpo se licuaba en la nada. Poco después la sensación terminó y se encontró frente a una puerta que no existía en ninguna parte del laboratorio.

"Gracias", dijo, reparando sus escudos.

Él asintió con la cabeza hacía la puerta. "Por favor, entre."

Ella sabía que iba a hacer guardia, asegurándose de que no intentara escapar. Eso le hizo preguntarse por qué se había teletransportado fuera de ella, en lugar de en el interior de la habitación. Ya que, pasara lo que pasara, este era su último día como jefa Psy-M del equipo de implante.

Su respuesta fue inesperada. "Yo no juego en equipo".

Ella lo entendió, pero no supo cómo. ¿Ming estaba probando su lealtad? ¿Estaba tratando de tentarla con lo mismo que utilizaban los rebeldes para comunicarse entre ellos? “Me temo que

no lo entendí. Tal vez pueda explicármelo más tarde.” Sin esperar respuesta empujó y entro a través de la puerta, sentía un hormigueo en la puntas de los dedos de las manos y pies.

El chip que se había tragado no sólo contenía cerca de un terabyte de datos, el resultado de años de investigación. Sino que también contenía otra cosa: una capa de veneno puro, sin diluir. Había pasado horas, cuando debería haber estado trabajando en el implante, perfeccionando las propiedades únicas del veneno.

El cálculo era simple: Ashaya tenía que eludir el laboratorio de implante.

Con la mayor seguridad, la única manera de escapar era morir.

Así que Ashaya iba a morir.

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CAPÍTULO 2

Amara sintió que algo se erizó dentro de ella. Enfadada por la interrupción, buscó en su mente la fuente de la perturbación. Le tomó unos segundos para encontrar entre la mayor parte de su cerebro que estaba ocupada con la complicada tarea que llevaba entre manos.

El transportista estaba muerto.

Eso la detuvo por unos segundos. ¡Qué lamentable! Tenía que asegurarse de tener entre sus manos algún tejido de Keenan. Tenía todos los resultados de la prueba, por supuesto, pero sabía que podría haber mutado cuando pudiera obtener una muestra. Realmente era una lástima que el experimento de Amara hubiese llegado a ese precipitado final, había hecho muchos de sus mejores trabajos allí.

Pero, pensó, haciendo una pausa en su examen de las culturas en fila delante de ella, no era una pérdida total en el esquema general de las cosas. Había maneras de conseguir muestras de tejido, sólo tenía que asegurarse de que nadie se infectara durante el proceso de recuperación. Ella no quería que un inferior se colara, cuando ella aun podía conseguir el código perfecto.

Miró otro hilo dentro de su mente, se encontraba sólido. Ashaya todavía estaba viva.

Excelente.

Sólo Ashaya tenía una mente suficientemente brillante para comprender el valor del trabajo de Amara. Los demás, sabían muy poco, entendían aún menos.

Convencida de que no había nada realmente mal, volvió su atención al trabajo.

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CAPÍTULO 3

Estoy segura de que el francotirador que acudió al rescate de Jonquill Duchslaya y Noor

Hassan casi me disparó. Está en el lado del bien, la parte que protege a los niños, pero estoy

un noventa y nueve por ciento segura de que esta noche, en la oscuridad, casi apretó el

gatillo que hubiera puso fin a mi vida.

Tal vez por eso no puedo dejar de pensar en él.

-De los archivos cifrados personales de Ashaya Aleine-

Ashaya se acostó en la mesa inclinada de instrucción, sus ojos se centraron en el techo. A pesar de su visión se mantenía estable, sus dedos estaban entumecidos. Su brazo temblaba, así como su corazón se esforzaba por mantener un ritmo constante.

Humano y cambiantes, pensó, mientras que el personal sanitario exponía los instrumentos y le explicaban el procedimiento, ellos sí que lo tenían fácil. Podían fingir su muerte de un gran número de formas, caerse con el coche por un acantilado, dejar un charco de sangre para que otro lo encuentre, o incluso, escribir una simple nota de suicidio y desvanecerse entre la multitud.

Sin embargo, un Psy estaba ligado a la PsyNet por un cordón umbilical, por un enlace que era necesario para vivir, pero que también funcionaba como un grillete. Si tu coche se caía por un acantilado, no podías hacerte pasar por muerto, no cuando se podía ver el faro de la vida en tu estrella psíquica. Incluso cuando un Psy está en coma, el vínculo se mantiene, el cuerpo lucha por mantener la conexión que le da la vida.

Ashaya sintió que su corazón comenzaba a tartamudear, su visión nublosa, mientras el veneno se propagaba por su sistema como un cáncer maligno.

Pero ese tipo de cáncer tenía el potencial para salvar su vida. Porque si esto funcionaba, iba a entrar en un estado más allá de un coma.

Algunas personas podrían llamar a lo que ella estaba tratando de lograr, hibernación, pero que no sería técnicamente correcto, durante la hibernación el oxigeno seguía circulando, aunque el individuo pareciera muerto. Eso no era suficiente para Ashaya. Ella necesitaba morir durante un tiempo, y solo había una forma para lograrlo, una suspensión criogénica.

Mientras que estuviera suspendida, el cuerpo, literalmente se detenía y con él todo lo demás, incluso el cerebro… y el enlace psíquico no podría ser encontrado mientras el cerebro no funcionase. Un plan sencillo, práctico, salvo que, aunque era relativamente fácil entrar en estado de criogenia, casi ningún individuo de su raza tuvo éxito, los que lo habían hecho no habían conseguido volver, y los que lo hicieron fue para quedar en estado vegetativo.

Ashaya no había hecho el gran avance del siglo, no había descubierto ningún método infalible para revertir el estado se suspensión. En su lugar, había cogido los principios de la criogenética y los había aplicado de forma abstracta manera abstracta. En lugar de confiar en temperaturas bajo cero para reducir su frecuencia cardíaca y actividad cerebral, había rastreado la neurotóxina de una peligrosa garrapata de Australia, que causaba parálisis a sus víctimas.

Luego había modificado y vuelto a modificar la neurotoxina, usando sus habilidades para pág. 13 http://www.carpedreams.blogspot.com

cambiar un poco cada vez, hasta que tuvo el veneno perfecto. Se paralizaría su cuerpo, incluyendo el cerebro, poniendo así fin a su vínculo de la red. Si funcionaba como estaba previsto, se despertaría de ese estado semejante a la muerte pasadas diez horas exactas. Si ella no se despertaba… bueno era un riesgo que tenía que tomar.

La verdadera prueba vendría después de la vigilia. Tan pronto como su cerebro volviera a la vida, instintivamente buscaría e intentaría conectarse con la PsyNet. No había forma de que Ashaya pudiera detenerlo. Estaría inconsciente mientras eso pasara, el enlace a la red era más importante que respirar. Los primeros segundos después de que volviera a vincularse serian los más vulnerables.

Era el momento en que sus aliados la protegerían o la dejarían para que la capturaran.

Algo le pinchó el codo, miro hacia abajo, pero allí no había nada. El personal médico a su alrededor comenzaron a hacerle preguntas a un alto volumen, intentó hacer un contacto telepático que se desvió por la confusión. Su mente estaba funcionando bien, pero su respiración empezaba a perder terreno, sus ojos se cerraban. Incluso entonces sabía que todo esto era parte del plan, tenía que pasar.

La PsyNet era una construcción psíquica, pero ésta tenía un componente físico, un Psy en Europa no ocupaba la misma sección de la red que un Psy en las Filipinas. Si estaba lo suficientemente lejos de su última ubicación conocida cuando se despertara, el vínculo se haría en una zona no sometida al bloqueo de las tropas de Ming. Sin embargo, en el instante en que tuviera una conciencia plena, su mente trataría de asentarse, volver a donde

‘pertenecía’. Pero no sabía si las cosas iban según lo planeado, excepto qué… Su cerebro estaba confuso, incapaz de lidiar con los complejos conceptos psíquicos. Se dio cuenta de que ya no sentía su cuerpo, ya no sentía el aire entrar en sus pulmones. Podría haber roto el Silencio en ese mismo instante y entrar en pánico, pero era demasiado tarde.

Ashaya murió.

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En las profundidades de las Montañas Rocosas canadienses, a Amara se le cayó un frasco de vidrio. Se rompió en mil pedazos, pero no escuchó nada, su cabeza se hacía eco del vacío absoluto y total que quedo cuando Ashaya dejo de existir. ¡No!

El cristal se clavo en la palma de su mano, y se dio cuenta de que había caído al suelo. Su sangre, pensó, estaba muy roja.

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Dorian puso a Keenan en la cama, en la casa de Tamsyn, la sanadora de Dark River. El plan original había sido llevar al niño hasta la guarida de los SnowDancer, ubicada en las profundidades de las montañas de Sierra Nevada. Pero con él en la ‘red de estrellas’, Judd había sugerido que debía estar más cerca de DarkRiver.

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Y así fue como Dorian se encontró en lo de Tammy. Situado aproximadamente a una hora de San Francisco, la casa estaba aislada al final de un largo camino y daba a una gran zona boscosa, pero aún así, no llegaba a ser tan segura como la guarida de los SnowDancer.

"Hay más posibilidades de lo que se ve aquí." A su gato no le gustaba que el chico estuviera tan expuesto.

Tammy metió una manta suavemente en torno al niño. "Talin quería llevárselo a su casa, allí

es más difícil de encontrar, pero Sascha dijo que no.”

"¿Sascha dijo eso?" La Psy renegada que se había emparejado con el alfa de DarkRiver, Lucas, adoraba a los niños.

"No sabemos lo que el niño puede hacer," le recordó Tammy "y Talin tiene a Jon y a Noor que

viven con ella. Jon probablemente estaría bien, pero no estamos seguros de qué tan bien se

puede cuidar Noor a sí misma. Keenan podría influir telepáticamente sin querer. "

Dorian asintió con la cabeza, el leopardo se retiró. Keenan ahora era suyo para protegerlo, pero también lo era Noor.

"Cierto" Los cambiantes tenían escudos mentales sólidos, pero Noor no era una cambiante, y, aunque tenía algo de ADN Psy, la mayor parte era humana, vulnerable. "¿Qué pasa con tus

hijos?"

“Los voy a enviar con sus abuelos durante un tiempo.” Apartó el pelo de Keenan fuera de su frente. "Pobre bebé, tan pequeño, ¿Cómo pudieron hacerle daño?" Su tono era peligroso, salvaje.

Dorian se acercó para tomarla en sus brazos. "Shh, ahora lo tenemos."

"Voy a arrancar los intestinos a cualquiera que trate de dañarlo otra vez.” Escondió la cabeza para su barbilla, dejando que la calmara. “Yo no sé quién es Ashaya Aleine, pero si ella no es

buena, la dejó fuera.”

El corazón de Dorian le dio una patada.

Salvé dos vidas inocentes. Usted no me va a matar.

"¿está Sascha de camino?", preguntó, ignorando el destello del recuerdo. Era mucho más difícil ignorar la imagen que estaba grabada en su cerebro, una fría silueta recortada contra el cielo nocturno.

"Ella debe estar llegan…" Los dos lo escucharon al mismo tiempo. El sonido de un coche que venía por la carretera. "Eso va a ser ella."

"Espero que pueda ayudar a los niños a salir adelante." No era un deseo vano. Mientras Tammy era una sanadora en sintonía con los cambiantes leopardos, Sascha era una Psy-E, empática, nacida con la capacidad de detectar y curar las heridas emocionales.

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Tammy se echó hacia atrás, lo besó en la mejilla en señal de agradecimiento. "Sascha dijo que

está conectado a ti. ¿Cómo? "

Dorian había estado pensando en eso. Levantó la mano y le mostró a Tammy el corte que ya se estaba curando . "Los juramentos de sangre son cosas de gran alcance y le prometí que

estaría bien. Tal vez por eso, cuando mi sangre se mezcló con la suya, le dio la opción de

decidir a dónde quería ir." Y había elegido confiar en Dorian. Era una confianza tanto hacía el leopardo como al hombre.

Sascha llegó en ese instante, alta y con la preocupación en los ojos blancos sobre un negro lleno de estrellas de terciopelo. "Esa es tan buena conjetura como cualquier otra," dijo ella, acercándose para acariciar suavemente la frente de Keenan. " Él está en la ‘red’, pero sólo a

través de ti. Tu eres su línea de vida. "

El instinto protector de Dorian hacia el niño se intensificó. Si tenía una debilidad, eran los vulnerables, aquellos que no podían luchar solos contra los monstruos. " Él va a tener miedo

cuando despierte " Todavía podía sentir los frágiles huesos temblando cuando el chico trató de ocultar su insoportable miedo.

"Él va a dormir un rato todavía." Sascha envió a Dorian una mirada de preocupación cuando Tammy se excusó con el fin de hacer las maletas para la estancia de sus cachorros con sus abuelos. "¿Por qué no sales a correr? Ha sido un duro día." En los ojos de la Psy había una pregunta que él leyó fuerte y claro.

"No hay de qué preocuparse, querida Sascha." Él sonrió reprendiéndola, sabiendo que tenía debilidad por él . “No voy a perder el sueño por los disparos de hoy, ellos tenían a un niño de

rehén.” El leopardo gruñó en su interior, recordando la sangre en las muñecas de Keenan.

Sascha se mostró satisfecha con eso, su atención volviendo a Keenan. "Él está a salvo."

Su voz se quebró y él se preguntó qué emociones habría sentido del chico. "Protegido".

"Gracias a su madre." Los pensamientos de Dorian volvieron a Ashaya Aleine, una mujer que había visto como una sombra en la oscuridad hacía dos meses… y no había podido olvidarla desde entonces . “¿Crees que ella podrá salir?”

"Yo tengo mis dudas." Dijo Sascha cerrando su mano alrededor de la de Keenan. “Por lo que

Judd comenta, el Consejo la necesita. Y ellos tienen sus maneras de conseguir lo que

quieren.”

"Yo creo que la estas subestimando" Dorian recordó el tono helado de la voz de Ashaya, también, lo duro que esa voz lo había golpeado. Jodiendole un golpe en estomago. Sí, el leopardo dentro de él casi enseñó los dientes ante ese pensamiento, pero su parte humana no estaba de humor para escucharlo. “Hasta el momento, ella se las ha arreglado para salvar a

tres chicos de una amenaza potencialmente fatal, Jon, Noor, y ahora, Keenan.” La mujer podría ser lo suficientemente fría como para que un congelador quemara, pero también era inteligente como el infierno.

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Sascha asintió con la cabeza. "El problema es que no tenemos ninguna pista en cuanto a su

motivación. Quiero creer que ella lo hizo por amor a su hijo. . . pero ambos sabemos que las

madres no siempre los protegen en la Net.”

Dorian no podía discutir eso. Ashaya era Psy. Los Psy no sentían. Así que ¿por qué el Consejo había sido capaz de utilizar a Keenan como palanca para garantizar el buen comportamiento de su madre? Eso era un misterio.

A Dorian siempre le habían gustado los misterios. Lo que a él no le gustaba eran los Psy de la red, los Psy que adoraban al Dios frio e insensible que era ‘El Silencio’. Psy como Ashaya Aleine.

Su sangre tronó con una oleada de negra rabia. Fue una sensación conocida, una de los del

‘Silencio’, un cardenal telequinetico llamado Enrique Santano, había matado a la hermana de Dorian, utilizándola como un lienzo en el que tallar sus enfermas fantasías. Dorian había desgarrado al asesino con sus propias manos, pero eso no había calmado la rabia en el corazón del animal, el tormento de su alma humana.

El cuerpo de Kylie aun había estado caliente cuando llegó hasta ella.

"Dorian". La voz de Sascha cortó a través del dolor y la rabia . “No”.

No te castigues por el crimen de un monstruo, no dejes que te mate.

Eso es lo que le había dicho durando los dos meses posteriores a la ejecución de Enrique, y Dorian, había tratado de escucharla. Durante un tiempo, él había creído que había superado la ira, pero solo había estado oculta. Ahora volvía a la vida, palpitando, provocada por la visión de la sangre en las muñecas de Keenan… Provocada también por el recuerdo de la fría voz de Ashaya Aleine.

Se puso de pie. "Me voy a correr, Cuida de Keenan." Incluso Sascha, con todos sus dones, no podía borrar su culpa. Debido a que la ira, no era solo dirigida a los Psy, había fallado a Kylie, había fallado a su pequeña hermanita. Si él hubiera podido cortar una vena, arrancarse el corazón, o dado su alma, y sabiendas de que la iba a traer de vuelta, lo habría hecho sin pensarlo.

Pero no podía, por lo que había aprendido a vivir con el dolor, aprendido a vivir a pesar de la culpa, ni siquiera había engañado a la manada haciéndoles pensar que estaba mejorando. Tal vez incluso se dejaran engañar.

Hasta ella.

Casi había disparado Ashaya Aleine a primera vista.

No porque fuera mala. O porque la hubiera considerado un comodín peligroso. No, la única razón por la que había casi puso una bala a través de ella, se debía a que en el instante en que había capturado su esencia, su polla se había puesto tan dura como una roca de mierda. La reacción fue inesperada y no deseada dejándolo furioso, enfadado, sintiéndose culpable, hasta que el lazo se apretó alrededor de su garganta, haciéndole arder el corazón. Tolo que él quiso era destruir la causa de su traición al recuerdo de Kylie.

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¿Atraído por uno de los silenciosos?

Su boca se apretó en una línea sombría. Se cortaría las bolas antes de aceptarlo.

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CAPÍTULO 4

Él me persigue. El francotirador. En mis sueños, es una sombra negra con los ojos centrados en la mira de un rifle. A veces, él deja el arma y camina hacia mí. A veces, incluso me toca.

Pero casi siempre, aprieta el gatillo. Y me mata.

-De los archivos cifrados personales de Ashaya Aleine

Ashaya recuperó la conciencia sabiendo que algo había salido muy mal. Su mente estaba funcionando, pero su cuerpo no. Estaba paralizada. Un ser humano o un cambiante, criaturas emocionales, abrían entrado en pánico. Ashaya estaba en silencio y el pensando sobre la situación.

A menos que se hubiese quedado ciega, sus ojos estaban cerrados, posiblemente tapados, aunque no tenía sentidos para comprobarlo. Taparle los ojos significaba que estaba en una instalación médica de algún tipo, ya fuera una sala de la clínica o en el depósito de cadáveres.

Su cuerpo no estaba recibiendo sensación de frío o de calor, por lo que no pudo comprobar que sea.

Su audiencia no estaba funcionando.

Su nariz no estaba funcionando.

Su boca no estaba funcionando.

Fue entonces cuando la claustrofobia mordisqueó en los bordes de su conciencia. Estaba enterrada de igual manera, dentro de su propio cuerpo. Sus miembros estaban completamente inútiles, por lo que era imposible escapar. No, pensó, poniendo sus pensamientos bajo control antes de que se rompiera el frio ‘silencio’ que había mantenido vivo tanto tiempo.

Ella no era humana, ni cambiante. No había un mundo abierto para ella. Dentro de su mente, sentía el encale a la PsyNet. Allí estaba, firme e inquebrantable. Lo que había salido mal, no había afectado a sus habilidades psíquicas.

Tras el enlace, bajó con cautela sus escudos y observó con su ojo psíquico a través del área que ocupaba en ese momento. Mentes familiares comenzaron a aparecer en cuestión de segundos. Se retiro rápidamente. Ese era el problema con la PsyNet. A pesar de que su posición inicial se basara en lugar donde estuviera físicamente, en el instante en que bajó sus escudos, ésta comenzó a cambiar para adaptarse a ella, como si cada versión de la red fuera exclusivamente de cada persona.

No tenía ningún sentido lógico, ya que la PsyNet no seguía las leyes de la física o las matemáticas. Nadie lo sabía, no habían descubierto las reglas que seguía, sin embargo una cosa estaba clara, Ashaya no podía aventurarse a la Net de nuevo sin tomar precauciones para asegurarse de que ninguno de sus ‘conocimientos’ se filtrara.

Podía hacerlo, Amara le había enseñado algunos de los mecanismo para conseguirlo.

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Comenzó a moverse y a cambiar su escudo mental, concebido a prueba de fallos. La próxima vez que abriera los ojos psíquicos, vería todo a través de una niebla opaca. Sus escudos eran tan voluminosos que impedían cualquier intento de navegar por la red, pero estaba bien. En ese momento, eso quería decir que era un punto invisible entre millones de otros puntos. Naie la conocería.

Teniendo la oportunidad, cortó un pequeño espacio en sus escudos y escuchó la charla de la red.

Filtró miles de fragmentos de conversaciones, pero como nada de eso era importante, se obligó a si misma volver a la concha de su mente, la prisión claustrofóbica de su cuerpo, preguntándose cuanto le dolería arrancar la cinta de sus ojos. El dolor era un concepto relativo. Perder a Keenan le había enseñado con más claridad hasta que punto Amara era cruel.

Cinta.

Ella podía sentirla ahora, pegajosa y abrasiva en sus párpados. Concentrándose, comenzó a repasar paso a paso su cuerpo. En la primera pasada, se encontró con sus pies muertos, pero sus pantorrillas empezaban a despertarse, mientras que su torso estaba adormecido. Para el segundo paso, las dos piernas tenían fuertes calambres y su estomago se sentía como si estuviera tratando de salirse por su garganta. Al tercer paso, todo su cuerpo le dolia.

La agonía revestía sus intestinos, como si arrancaran la piel de su carne. Y aún así se forzó a quedarse inmóvil. Ella no era un soldado entrenado, no había sido torturada para aprender a soportar el dolor. Ella estaba congelada por una razón: quería volver a ver a su hijo.

Porque si ella estaba viva, entonces había una posibilidad de que Keenan hubiera logrado salir con vida.

Una caricia psíquica.

Amara.

Ashaya se retiró profundamente en el ‘silencio’, fortaleciendo su mente detrás de otro muro de hielo, así como su cuerpo la castigaba con el aguijón de la muerte. La velocidad con la que la había seguido Amara no era sorprendente, la conexión entre ambas había sido débil, pero había estado. Ashaya la intención de que siguiera siendo así.

No sabía cuánto tiempo duraría el dolor.

Cuando todo terminó, se quedó inmóvil y dejó que el filtro del mundo pasara a través de sus sentidos. Ella estaba en una mesa de acero en frío. Así que no estaba en un examen o en una habitación de paciente. Un depósito de cadáver de algún tipo.

Aire susurró en su cuerpo. Desnuda. Ella estaba desnuda.

Este profundo silencio, no le molestaba. Notó olor antiséptico en el aire, tranquilidad absoluta.

Pero tentador como era moverse, no lo hizo. Tenía que haber cámaras. Su cuerpo estaría siendo vigilado, nunca la hubieran dejado sin vigilancia.

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Ellos tenían que estar escaneándola ahora. No estaba en pedazos, eso significaba que la capa protectora del chip había funcionado, o que, el retraso era por el proceso normal de la autopsia.

Su mente instantáneamente regresó a un fragmento de información que había absorbido durante su mirada hacia la PsyNet.

Una fuerte gripe había barrido en varios sectores sin previo aviso, aumentando los temores de una pandemia.

A menos que ella hubiese cogido un muy afortunado descanso, cosa improbable, parecía que Zie Zen había conseguido la nota que había logrado sacar de contrabando y se preparaba para actuar. Eso dejaba las cámaras, había que tener en cuenta la posibilidad de que el propio depósito de cadáveres no estuviera controlado. ¿Por qué sería?

Pero justo cuando estaba a punto de tratar moverse, oyó pasos. Se abrió una puerta, suave y silenciosa, deseo en el aire.

Un solo par de pies, botas contra el suelo haciendo clic. Llegaron a su lado.

Yacía inmóvil. . . se dio cuenta de que respiraba.

" Sra. Aleine, ¿está consciente? Sé que estás viva".

Todo había sido para nada. Negandose en mostrar ninguna reacción, se llevó la mano a los ojos y se quitó la cinta, parpadeando contra la blanca luz. La mujer de pelo rojizo que la había despertado estaba cogiendo un pequeño paquete y poniéndolo a su lado. Ropa, zapatos y calcetines.

Ella se sentó. Tragando. "¿Los líquidos?" Su voz era áspera, como si hubiera trabado cristales rotos.

La muer puso una botella en su mano, nada más que eficiencia en sus fríos ojos marrones.

"Zie Zen envía saludos. " Abrió la palma de la mano para mostrar a Ashaya una moneda de oro pequeña sellada con el carácter chino de su unidad.

Sólo había diez. Cada una la llevaba un individuo digno de confianza.

Ashaya no necesitaba más pruebas. "Encontró mi nota".

Un guiño a corto. " Disponemos de un tiempo limitado", dijo la mujer. "El pánico que hemos creado con el agente biológico viral está empezando a apagarse. El consejero LeBon estará aquí muy pronto para hacerse cargo de tu cuerpo.”

Acabado el zumo, Ashaya salió de la mesa, sosteniéndose con las manos en la mesa. Su cabeza daba vueltas, y sabía sin lugar a dudas, que estaba a punto de vomitar. Tambaleándose fue hacia el fregadero, llegó justo antes de que su estomago se revelara. Lo que surgió fue el zumo, pero tenía espasmos y sentía como sus músculos se rasgaban.

"¿Estás bien?" El extraño pasó a Ashaya una caja de pañuelos y otra botella, esta vez de agua.

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"Sí." Dijo con la voz ronca. "Dame un minuto".

Cuando la otra mujer se volvió, Ashaya se centró en el contenido de la pila, para su alivio, encontró el chip que se había tragado, su aparato digestivo se había apagado, como el resto de su cuerpo, dejando el chip encerrado en su estómago. Se enjuagó a la vez que lavaba el fregadero, envolvió el objeto de valor incalculable en un pedazo de tejido y volvió a la mesa.

El desconocido había colocado un traje, y Ashaya no perdió tiempo en ponerse ropa interior, vaqueros y camiseta que blanca que tenia una de las mangas larga y azul y la otra corta azul más oscuro.

La primavera era calurosa, pero las noches podían ser frescas dependiendo de su ubicación.

Puso el chip en un bolsillo, se trenzó el pelo y lo metió bajo la boina negra que su salvadora le tendió. Las lentes de contacto que vinieron después. Sus ojos de color azul grisáceo eran inusuales por su tono de piel oscura. Ahora se volvieron marrones. Una vez hecho esto, se puso los calcetines y unas zapatillas de deporte que estaban en el suelo de la morgue.

Restos del veneno seguían enviando punzadas a través de su cuerpo, y su estómago estaba hecho un lio, pero nada comparado con cuando había despertado.

"Hay una pequeña maravilla en el bolsillo delantero, es un arma, estas capacitada para utilizarla ¿No?” Sin esperar respuesta, la mujer ayudó a Ashaya con el paquete. Se ajustaba perfectamente en su espalda, las correas sobre su pecho y alrededor de las caderas.

"Los cosméticos y la joyería barata están en el otro bolsillo. Utilízalos para mejorar el disfraz.

Confusión es la clave. Ya no eres Ashaya Aleine, Psy-M, eres Chantelle James, estudiante de arte. Estoy transmitiendo el perfil telepáticamente. "

"Lo tengo". Dijo Ashaya, pero no tenía ninguna intención de usar ese perfil, de escapar de una jaula sólo para entrar en otra. Para obligar a su hijo, él tenía que estar vivo, a una vida mirando siempre por encima del hombro, una vida llena de secretos y mentiras… no, no le haría eso a keenan. Ya lo habían herido lo suficiente

"Ajústese al perfil, y mantenga sus escudos PsyNet al máximo. Hemos sido capaces de ocultar su reingreso en la Red, pero no puedo prescindir de la mano de obra para darle protección por mas de veinticuatro horas.”

"Lo entiendo." Se volvió hacia su salvador . "Gracias".

"Mantengase a salvo." Los ojos de la mujer estaban a oscuras, pero no había una conciencia extraña en ellos. "Cuando esto explote y la guerra comience en serio, vamos a necesitar de sus habilidades para combatir contra los bio-agentes que utilicen contra nosotros.”

Esto. El Silencio. El protocolo los mantendría cuerdos, mientras eliminaran las emociones. El protocolo ponía a sociópatas en la parte superior de la jerarquía. Pero cuando ‘El Silencio’

cayera, las mentes se iban a agrietar. La emoción no podía volver rápidamente… no sin causar permanentes daños, fracturas irreversibles en la psique. Ashaya lo sabía demasiado bien.

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"Voy a tratar lo mejor posible." Pero ella no se desviaría del camino que se había establecido.

“¿Cómo puedo salir de aquí?”

"Un teletransportador te llevará." Dijo sin moverse "Nos hemos quedado sin tiempo."

El mismo hombre que había transportado a Ashaya al Centro, Vasic, apareció de repente a su lado. Un instante después, sus huesos se fundieron y estaba cayendo. Se tambaleó y estuvo a punto de caer de rodillas cuando llego a su destino. “¿Dónde…?” empezó a decir, pero Vasic ya estaba desapareciendo.

Se frotó la frente, adivinando lo que había pasado rápidamente. Lo más probable era que Vasic había vuelto para sacar a la otra mujer. El hombre tenía que ser el más raro de los raros, un viajero. El más fuerte de los tekenitecos, ni siquiera un TK cardinal podía hacer a tanta velocidad y sin esfuerzo. Eso solo lo podía hacer un teletransportador de verdad. Un viajero.

Designado Tk. Subdesignado V.

Pero, ¿a dónde la había traído ese viajero?

Ella se volvió, con la esperanza de ver algún indicio de su ubicación. Sin embargo, no había carreteras. Ningún edificio. Tampoco luces. Solo árboles, miles de ellos en todas direcciones.

Un sólido muro de color verde. Lo entendió, claramente Vasic tenía que haberla dejado en un lugar cerca con el fin de volver a tiempo para rescatar a la otra mujer. Como resultado, ella estaba sola en el desierto, cuando había pasado la mayor parte de su vida detrás de las paredes del laboratorio.

Entonces, algo gruñó, el sonido era tan letal, que los pelos de la nuca se levantaron en señal de advertencia. Esas reacciones, incluso en los Psy eran naturales. Otro gruñido, seguido de un silbido que la congeló en su lugar.

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Dorian se dirigía de regreso a Tammy después de su carrera cuando la llamada llegó. "¿Sí?"

"¿Qué tan cerca estás de la arboleda?" Era la voz de Vaughn.

“A una hora corriendo, más o menos. ¿Por qué? "

"Mierda". Vaughn murmuró algo a una tercera persona, y luego volvió a la línea. "Tú eres el que está más cerca. Intenta llegar lo antes posible.”

¿Quién o qué diablos estaba allí? El Grove era una gran extensión de tierra en las profundidades de su territorio, el hogar de las criaturas salvajes con una gran sed de sangre.

“Estoy en camino”. Dijo mientras cambiaba de dirección.

"¿tienes un arma?"

"Pregunta estúpida". Iba armado siempre, una compensación automática por su falta de capacidad de convertirse en felino.

"Espero que no sea necesario que la uses. Corre rápido ". Vaughn colgó.

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Dorian metió el teléfono en el bolsillo y corrió lo más rápido que pudo. Dado que Vaughn no le había dado detalles acerca de la camioneta, el objetivo tenía que ser obvio, ya fuera muy visible, ruidoso, o con un aroma distintivo. Tenía la esperanza de que, infiernos, de que no fueran ninguna de las últimas dos. Había oscurecido hacia más de una hora, la luna estaba nublada, la visibilidad era baja. Sus ojos de felino eran fuertes, pero incluso un cambiante leopardo no podía encontrar una aguja en un pajar muy grande por arte de magia.

Un rastro de olor aceleraría las cosas.

Aunque, eso era un punto discutible.

Porque si había una persona por ahí, entonces él o ella estaba en la mierda. Esa área era el hogar de una población de linces agresivos. Verdaderos lince, no cambiantes. Podían ser unos viciosos cabrones cuando se les provocaba. Si el sujeto cometiera ese error, lo único que enconaría Dorian sería un montón de huesos, sin carne, ni sangre.

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No habían ojos a su alrededor, brillando, al acecho. Ashaya se quedó en su lugar, mirando sus opciones por enésima vez y dando con la misma respuesta: no tenía ninguna. Ella tenía un grado de 9.9, pero su poder era médico. No tenia capacidades de combate, ni siquiera un indicio de Telekinesis para paralizar o telepatía. Su estado de Tp apenas era de 1.1, lo suficiente para mantener su vinculo a la PsyNet.

Ella podría intentar atacar con ese pedacito ínfimo de telepatía, pero aunque ganara algunos segundos, ¿qué podía hacer? Ella lo estaba considerando mientras trataba de llegar a la maravilla de su mochila. Sin embargo, en el instante en que su mano se movió, los dientes castañearon en alerta. Le hizo preguntarse por qué no había sido ya atacada.

Encontró la respuesta al volver a explorar la zona, varios de los troncos de los árboles tenían marcas de garras. Algo grande había pasado por aquí hacia poco, dejando tras de sí lo suficiente de su presencia de depredador, a juzgar pequeños, por la altura a la que estaban sus ojos. Pero eso no iba a durar. Ella era una presa cálida y viva. La querían.

Piensa, Ashaya, se dijo, con la calma fomentada por el silencio. ¿Qué haría Amara? La pregunta era estúpida, algo en que reparo al segundo siguiente. Amara tenía un diferente conjunto de habilidades, una manera diferente de pensar. ¿Qué es lo que tenía ella?

Médica. Telepatía básica. Psicometría básica. Algunas otras habilidades pasivas Psy. Ninguna de ellas útil en esta situación.

Los animales ¿felinos? Se escuchaba el susurro furtivo de garras contra la seca vegetación de la alfombra del bosque.

Elimina las habilidades psíquicas y ¿que tenía?

Una mente rápida, un cuerpo en buenas condiciones. . . y el don genético de la velocidad.

El único problema era, que los depredadores eran más rápidos que ella.

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CAPÍTULO 5

Cosas que hacer. . . . . . Personas para matar.

Escrito en la parte delantera y trasera de la camiseta favorita de Dorian Christensen (regalo de McKade Talin)

En el momento en que entró en Grove, olió la sangre en el aire, seguida por los sonidos del lince luchando contra algo. Sus manos se movían con una gracia letal, lanzaba los cuchillos golpeándose las palmas de las manos mientras se preparaba para lo que fuera que iba a encontrar.

Normalmente su olor era suficiente para intimidar a felinos más pequeños, pero si hubiera una matanza de sangre, pudiera ser que el animal estuviera furioso.

El olor se burló de él, fuerte, rico en hierro. Pero bajo el chorro de sangre yacía una feminidad exótica, intrigante, seductora. . . fría, maldita. "¡Mierda!" Sudor rodaba por su espalda mientras cubría la distancia restante a una velocidad extrema.

No le permitiría morir, pensó, su rabia una llama de color rojo oscuro. No hasta que hubiese saciado ese hambre feroz de su sistema. Pero cuando él siguió el olor a un pequeño claro, no descubrió nada más allá que a un pequeño grupo de linces agresivos y salpicaduras de sangre fresca. No olió el pánico que se sentiría cuando estabas al bode de la muerte, cuando te arrancaban los intestinos. Ni siquiera un poco de pánico sudoroso. A los Psy les gustaba fingir ser fríos hasta la muerte, pero él sabía muy bien que gritaban, como todo el mundo. Enrique Santano había gritado… hasta que Dorian le había cortado la lengua.

Puso los cuchillos en su lugar de siempre, entró al claro. El grupo de linces se volvió, sus gruñidos primetiendo dolor. Él esperó a que lo reconocieran. Dudaron, el tiempo suficiente para dejar de vapulear lo que fuera que tenían bajo sus garras. Él sabía lo que estaban pensando. Sólo había uno de él, y diez de ellos.

-Gruñó, dejando que el leopardo atrapado en él emitiera el sonido a través de sus cuerdas vocales. Era un gruñido de rabia, furia y dominación. Los linces se encogieron, pero no se movieron. Maldita sea. Él no quería matarlos. Esta eran sus tierras tanto como suyas. Ella era el intruso aquí y en su vida, jodiendo sus sueños. Pero ya tenía suficiente mierda consigo mismo. No lo tenía fácil, no se iba a quedar de brazos cruzados mientras que a ella la estaban haciendo pedazos.

Volvió a gruñir, esta vez amenazadoramente. O se iban, o morían. Ellos lo conocían y sabían que la advertencia sería llevaba a cabo. No importaba que no pudiera cambiar a forma de leopardo, estaba latente. Cazaba como tal. Y, mataba como tal.

Uno por uno, los felinos fueron emitiendo gruñidos de descontento y alejándose. Esperó, los cuchillos en la mano, hasta que estuvo seguro de su entrega. Luego se acercó al árbol donde estaban devastando a su presa. Se detuvo. La concentración de olor era mala. Se congeló analizando lo que sus sentidos le decían. Casi sonreía. Se deslizó en las sombras más profundamente, tan rápido que si hubiera unos ojos mirándolo solo habría visto un borrón.

Se encubrió a sí mismo en la oscuridad, trasladándose a medida que hablaba, muy consciente de que un Psy podía matar con un solo golpe mental . “Le sugiera que venga a menos que quiera que yo salga de aquí. La sangre es una atracción irresistible para los linces”

Silencio. ¿Pensaba que no sabía dónde estaba?

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"Lo que quiero saber es ¿dónde aprendió un Psy a escalar?” Se detuvo en un ángulo desde donde veía la rama donde estaba posado, veía un pie en zapatillas de deporte.

"Una máquina de gimnasio de escalada," fue la respuesta fría. "Me temo que voy a tener dificultades con el viaje de regreso. "

Él no se movió, luchando contra la necesidad instintiva de su bestia de proteger "¿Garras?"

"O mordida. En mi pantorrilla. "

Podía oír el movimiento ahora, sabía que estaba tratando de hacer su camino de vuelta. El gato en él era machista. Le gustaba ayudar a las mujeres. Y a esta mujer, quería morderla, saborearla, degustarla.

Pero el felino, a pesar de su atracción sexual inexplicable y profunda hacia la fría Aleine Ashaya, era un frio depredador, calculador, al que uno de los ‘silenciosos’ había matado a sangre de su sangre, al corazón de su corazón. Perdonar era imposible.

"Aquí estamos", dijo, permanecer en el lugar. " La deuda ha sido pagada. "

Una pausa. "¿Mi hijo está a salvo?"

No hay emoción en ello. Así que ¿por qué había hecho la pregunta? "Cumplimos lo que prometemos."

"No sé quién es usted. Sólo que es amigo Talin McKade." Una ráfaga olor de sangre, seguida por el sonido de la tela deslizándose sobre la madera.

La vigilaba, listo para atraparla si se caía . "¿Cómo conseguiste que los felinos no subieran?”

Hay sangre por todo el tronco, y a lo largo de la rama".

Ella no le devolvió la andanada verbal durante varios segundos y oyó su dificultad para respirar. "Le pegué con ráfagas de TP, suficientes para disuadirlos.”

A él se le erizaron los pelos. "¿Por qué no rompiste su mente?¿Por qué no dejaste su cerebro echo papilla?” Un Psy había hecho exactamente eso en el pasado. Por eso los cambiantes tenían la política de mata primero y preguntar después, con la raza Psy.

Otra pausa, respiraba dolorosamente. Supuso que había llegado al tronco, y que se estaba forzando a sí misma para bajar. El olor a hierro se había intensificado, enriqueciéndose. Ella estaba sangrando mucho

El instinto y la furia chocaron, luchando, consiguió salir arañada y rota.

"No todos los Psy nacen iguales", dijo ella con voz tensa por el dolor. "Sólo tengo lo suficiente de Tp para mantenerlos lejos de mi uno por uno. Intenté un gran estallido pero apenas fue suficiente para darme tiempo de subir, incluso entonces, se recuperaron rápidamente.”

"Tú no tienes que ser una poderosa telépata para matar." Él estaba subiendo al árbol antes de que consciente de que había decidido ayudarla.

"No, pero hay que tener la capacidad de enfocar las otras habilidades de una manera letal. Es un talento en sí mismo. Uno que no tengo." Su voz se tranquilizó "¿Por qué estoy dando tanta información?"

Llegó a la cima a buscarla con los ojos cerrados, sus piernas a horcajadas en la rama. "Porque", dijo mirándola a los ojos, “estás cansada y débil por la pérdida de sangre” la atrajo hacia él.

“Pasa la pierna por encima.”

Ella obedeció, hasta que estuvo sentada con las piernas en un lado. "Puede que no tenga la fuerza para bajar.”

Él puso un brazo debajo de sus muslos, y el otro en la espalda. Y saltó. Él cayó de pie, absorbió el choque del impacto súbito con la gracia felina incorporada en sus genes. Confundía al personal médico, lo había hecho desde la infancia. Todo en él era el gato, salvo que no podía pág. 26 http://www.carpedreams.blogspot.com

ser la misma cosa que era. Él nunca había corrido a cuatro patas, nunca había sentido el roce del viento a través de su piel, nunca había mordido en el cuello de una presa, nunca había sentido esa ráfaga furiosa de adrenalina y hambre.

"Impresionante".

Él miró a la mujer en sus brazos, pero no habló mientras bajaba su cuerpo al suelo. Se sentó, con las manos en su pantorrilla derecha. Había mucha sangre, Clay sabía que iba a necesitar al menos dos puntos de sutura. Agarró la mochila que el lince había estado golpeando y comenzó a abrirla. “¿Tienes un botiquín de primeros auxilios?” Hecho de un material duradero, la mochila había sobrevivido relativamente indemne. Si no había un kit, al menos podría coger algo con lo que cubrirle la pierna ensangrentada.

"No lo sé", dijo Ashaya.

Lo primero que encontró fue un pequeño paralizador. No le molestó, era demasiado rápido para ser un blanco fácil. Y, ya que ella parecía no tener garras, tener un arma era inteligente.

Sin embargo, “No te han hecho muy bien la mochila.”

"Desafortunadamente, parecen haber olvidado prepararla para un ataque de animales salvajes."

Hielo y herída. Ambas provocaban sus nervios como un relámpago salvaje. Cuando se encontró con su mirada, se dio cuenta de que sus ojos eran oscuros. Solo la había visto una noche anterior, pero estaba completamente seguro que esos ojos no eran de su color verdadero.

“Bueno disfraz,” comentó deshaciendo la sección principal de la mochila, “sería aún mejor si te deshicieras de la trenza. Los Psy nunca dejan que su pelo quede incontrolable en lo más mínimo.”

"La mía es más que un poco incontrolable".

Podía sentir que ella lo estaba mirando al pasar por sus cosas. La suerte estaba con ella, se encontró con un pequeño equipo adornado con el símbolo de la cruz roja, reconocido a nivel mundial en cuestión de segundos. El tubo antiséptico en seco estaba en la parte superior.

"Acuéstate sobre tu estómago. Es la forma más sencilla de hacer esto " El mantuvo su voz controlada, aunque su leopardo estaba tratando de empujar a través de su piel, agitado por el olor de su sangre. "Rápidamente".

Ella se volvió y se acostó en la alfombra de agujas de pino seco sin hablar. Utilizando uno de sus cuchillos, cortó el material destrozado por encima de la herida y vertió el antiséptico sobre ella.

El medicamento era de acción rápida, la coagulación de la herida pasó en cuestión de segundos . "Esto nos dará tiempo para llegar a un médico.” El antiséptico era una medida de emergencia. No curaba nada, su función era evitar que una bacteria se pusiera en contacto con la sangre. El hecho de que estuviera surgiendo efecto significaba que el lince no la había dañado nada importante.

El kit también venía con una pila de ‘pieles finas’ vendas. A pesar del apodo, los vendajes eran duros como el acero estirado. “¿Algún dolor?”, preguntó mientras envolvía una alrededor de su pantorrilla, inexplicablemente, enfurecido por el daño que habían hecho a esa piel suave.

"Nada de importancia médica".

Se sentó de cuclillas y vio como ella se sentaba. Sus ojos fueron al trabajo que había hecho.

“Has tenido algún tipo de formación.”

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Se mordió las ganas de gruñir por su tono frío. El hielo era un puño alrededor de su polla, despertándolo contra toda lógica, contra todo sentimiento. "Primeros auxilios". Se encogió de hombros, metiéndolo todo en la mochila, se detuvo “¿Necesitas algo de aquí?”

"Todo".

"Resistente." Hizo las correas. "Tengo que llevarte, ya que est…"

"Yo puedo…"

"Sí, tú puedes rastrear", le espetó, "pero eso no me va a llevar a casa a tiempo para coger unas pocas z ". Y nada era lo suficientemente cerca o rápido para contener los intentos que enfurecían al leopardo dentro de su piel. Él no podía cambiar, nunca había sido capaz de hacerlo. Pero el gato no sabía que estaba atrapado. En ese momento, ni siquiera estaba seguro si quería dañar a Ashaya o follarla. “Ya que no puedo dejarte aquí, quiero deshacerme de ti lo más rápido posible.”

Era un intento deliberado de provocarla, pero su rostro, un rostro que lo había perseguido en sueños por más de dos meses, se mantuvo inexpresivo. Dos meses maldita sea, pensó de nuevo. Interminables noche de vigilia, sudando, frustrado y duro. Y enfadado, muy enfadado.

Lo único que había impedido salir a cazarla, era que estaba furioso y en contra del tirón sexual que estaba comenzando a convertirse en una obsesión.

Ahora, aquí sentada, mirándolo fijamente con aquellos ojos que no eran del color correcto, y esa descarada mentira, solo avivaba su ira.

"Hay una gran cantidad de antipatía hacia mí."

No, lo que había era un caso grave de lujuria. Pero él no era un animal en celo. Y dejando a un lado su estúpido error de borrachera en la universidad, no dormía con mujeres que podían congelarle las pelotas por la noche. "Voy a guardar tu maletas en las ramas. El lince no se acercará ahora que tiene mi olor. Alguien puede cogerla mañana. "

Ashaya no discutió, sabiendo que ella no tenía nada con que negociar. "¿Otra deuda?" Había reconocido su voz, la del francotirador. Después de todo, había estado escuchándola en sus sueños desde hacía ocho semanas.

"No te preocupes. Vamos a recogerla." Con esas palabras, se encogió de hombros, recogió la mochila y comenzó a subir.

No podía creer la forma en que se movía. Era tan suave, que parecía que lo hacía sin esfuerzo.

Él era diez veces más rápido de lo que ella había sido, y, cien veces más graciosa. Si hubiera tenido alguna duda en cuanto a lo que era, habrían sido borradas por lo que veía.

“Cambiante”, dijo mientras él saltaba hacía bajo. “Felino”.

Él levantó una ceja, sus ojos azules despiadados, incluso en la oscuridad, se preguntó po su existencia. «Miau».

Algo provocó que los recuerdos volvieran, y, se encontró pensando en el hermoso francotirador. Oscuridad, ella siempre lo había envuelto en tinieblas, pero era un dios de oro.

"¿Cómo sabes que yo estaba aquí?" Su aliento rozó sus pantalones mientras se las arreglaba para ponerse de pie, apoyando una mano contra el tronco del árbol. Su palma aterrizó sobre algo pegajoso. Su propia sangre.

"Soy un Psy-F." La respuesta era burlona. "Vas a tener que montar en la espalda. Trata de no molestarme mientras estas en ella.” Se acercó a ella y se volvió.

En el instante en que puso las manos sobre sus hombros, se quedó inmóvil. Ella no había tenido ese tipo de contacto con otro ser por más tiempo del que podía recordar. Incluso con Keenan, había mantenido la distancia, consciente de que solo la frialdad del ‘silencio’ podía pág. 28 http://www.carpedreams.blogspot.com

mantenerlo a salvo. Pero no había ningún punto de comparación entre su preocupación pot Keenan y éste cambiante que parecía despreciarla.

Y sin embargo, la fascinaba a un nivel que era una locura ni siquiera considerarlo.

Tan cerca, podía ver que tenía el pelo de un rubio tan claro que parecía oro blanco, pero que era lo único suave en él. El cuerpo bajo su mano era duro con elegantes músculos.

Bruscamente se dio cuenta de que él podía partirla en dos sin pensar en ello. Su estomago se apretó en una reacción al peligro, una reacción que debería haber sido capaz de suprimir.

“¿Quieres una invitación por escrito?" Hizo la pregunta perezosamente, pero podía sentir su inteligencia sondeándola.

"No" llego a la conclusión que esos pensamientos erróneos eran por la pérdida de sangre, cambio su peso… y casi de cayó. “No puedo saltar.”

Sus manos se deslizaron alrededor de ella, en la parte posterior de sus muslos. "Ahora".

Mientras la levantaba, ella trató de empujar hacia arriba con su pierna sana. Su contribución no fue necesaria, él era tan fuerte, había puesto sus piernas alrededor de él con un solo tirón.

"Agarrate." Esa fue su única advertencia antes de que empezara a correr.

Sus brazos se apretaron instintivamente. Ella era claramente consciente de que él se movía a un ritmo equivalente al de un vehículo de alta velocidad. Si se estrellaran contra uno de los grandes árboles que aparecían delante, se rompería el cuello. Hubiera cerrado los ojos pero no podía. Necesitaba ver a dónde iban, aunque no supiera donde fuera eso. Sintió una punzada en su mente, alguien estaba tratando de encontrarla.

Amara

Ella reaccionó de forma casi automática, basándose en años de experiencia para lanzar escudos por el frio ‘silencio’ impenetrable. No había manera de que pudiera ocultar el hecho de su ‘resurrección’ a Amara, pero no podía permitirse que entrara en su mente, enterándose de que Keenan aún estaba vivo.

"¿Duermes?" El francotirador giró la cabeza para mirarla, apenas evitando un tronco de árbol.

Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, y se dio cuenta de que sus entrenadores le habían mentido. No era posible suprimir todas las respuestas físicas ni aunque tuviera la suficiente fuerza de voluntad. Ashaya había convertido su sangre en hielo durante los últimos años, y aún así, su cuerpo reaccionó ante la amenaza de dolor

"¿No crees que deberías estar atento por dónde vas?”

Sintió la risa más que oírla. Vibró en la inquietante intimidad de sus cuerpos alineados, amenazando su acondicionamiento a un nivel que podía resultar mortal. Y sin embargo, ella no le pidió que parara, eso reía mostrar demasiado, y era poner su plan en peligro.

Sin embargo ella cedió a otro impulso, había nacido de la parte de su mente que había despertado a los catorce años y nunca había vuelto a dormir. “¿Cuál es tu nombre?”

Él le dijo algo que fue arrebatado por el viento. Decidió guardarse las preguntas para otro momento, pero consciente de que podía escucharla con sus labios tan cerca de la oreja, le dijo:

"Creo que mi pierna está sangrando otra vez. "

Él disminuyó la velocidad lo suficiente como para mirarla. "Puedo olerlo. ¿Qué tan mal? "

Oyó algo en ese tono. . . una ventaja sutil que resonó en el interior de la cosa sin nombre de ella. " Estoy bien ahora, pero en pocos minutos, vamos a empezar a dejar un rastro".

"Entonces, agárrate fuerte." Y volvió a moverse. Si había pensado que lo de antes era rápido , no era nada en comparación con la velocidad de ahora. Esta vez cerró los ojos, obligada por el viento que le hacía llorar los ojos. En la oscuridad que siguió, todo en lo que podía pág. 29 http://www.carpedreams.blogspot.com

concentrarse era en el cambio de los músculos del cuerpo que la llevaba. Puro poder. Una fuerza increíble. Y estaba completamente a su merced.

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CAPÍTULO 6

Ming LeBon se quedó mirando el espacio vacío donde el cuerpo de Ashaya debería haber estado.

"¿Las grabaciones?"

"En blanco por un período de quince minutos. Pasó desapercibida porque…"

Ming lo cortó con la mano. "No hay excusas".

"Sí, señor."

"Trae a Vasic"

Un minuto más tarde, Vasic reemplazó al oficial de seguridad. " Señor".

"¿Está seguro el organizador de Aleine?"

Vasic asintió con la cabeza. "Tan pronto como perdió el conocimiento. Por las órdenes anteriores, lo transportado a su escritorio. ¿Quiere recuperarlo? "

"No." Ming se quedó mirando al otro hombre, uno de sus soldados de elite. Como un ‘flecha’, la lealtad de Vasic debería haber estado fuera de toda duda. Nada era dejado al azar, sus

‘flechas’ eran constantemente medicados con fármacos destinados a hacerlos maquinas de matar. “No se tropezó con ninguna alarma, ni pasó delante de los otros monitores, solo los de esta sección fueron manipulados. ¿Qué es lo que piensas?”

"A Tk con capacidad de tele transportación", dijo Vasic, completamente inmóvil. "Oficialmente, no había ninguno en las inmediaciones en ese momento.”

"¿Extraoficialmente?"

Vasic echó un vistazo a los dispositivos de grabación en la habitación, lo "golpeó"

telepáticamente. Cuando Ming le dio permiso para ponerse en contacto de esa menara, el soldado le dijo: -La insurgencia está ganando fuerza. Es posible que hayan rebeldes con habilidades de la que no son conscientes.

-Hasta ahora se ha registrado un TK fuerte.

Entonces, Vasic respondió, todavía tranquilo como todas las ‘flechas’

-será un traidor.

-Abre tu mente para un análisis.

-Negativo, señor. Eso me dejaría indefenso.

Las ‘flechas’ nunca quedaban indefensas. Era parte de su formación. Ming les había enseñado la lección.

-¿Dónde estaba usted en el momento pertinente?

-En Europa.

Los datos fluyeron de la mente de Vasic hacia Ming.

-Después de tele transportar el organizador de la Psy-M a su escritorio, me reuní con mi equipo como parte de una operación para profundizar en el reciente aumento de las alianzas humanas. -

Ming asintió con la cabeza, después de haber comprobado la información. Vasic, no sólo era el más poderoso tele transportador que había conocido, el hombre era incorruptible, ya no quedaba nada de él para corromper.

Sin embargo, Ming no confiaba en nadie

-A partir de ahora estás unido a mi. Te quiero en modo de espera.

-Sí, señor.

Retirándose del contacto mental, Ming despidió a Vasic y miró a la losa fría de la mesa de la morgue. La desaparición de Ashaya solo podía explicarse de dos maneras.

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Uno, que había muerto, pero su cuerpo había sido extraído porque contenía alguna información valiosa. Esa era una posibilidad muy real.

Ella había estado comportándose de forma incorrecta desde hacía unas pocas semanas, puede que incluso se hubiese implantado a sí misma como sujeto de prueba.

La segunda posibilidad era aún más peligrosa. Que Ashaya Aleine estaba viva y fuera del control del Consejo.

No podía permitir que fuera así.

A pesar de que Ming centró su atención en la búsqueda de Ashaya, varios hombres bajaron de un chorro de aire en San Francisco International Airport. Su trabajo consistía en mezclarse y ver, leopardos, lobos, pero sobre todo a los Psy.

Nadie había notado nada. Entonces. O más tarde.

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CAPÍTULO 7

Se está convirtiendo en una obsesión, mi fascinación por el francotirador. Hoy, en el laboratorio, he sentido su aliento en mi nuca. Se extendió como fuego a través de mi piel. Yo soy una científica, un ser de lógica y razón, pero parte de mí está convencida de que era real, que podría haber levantado la mano y rozar con la punta de los dedos sus labios.

-De los archivos cifrados personales de Ashaya Aleine-

Cuando el cambiante al fin se detuvo, Ashaya no estaba segura de si él la sujetaba. Su cuerpo sentía como si aun estuviera en movimiento. Forzó a abrir los ojos, se encontró cerca de una pequeña cabaña iluminada desde el interior. Agujas de pino rodeaban la casa, y lo que parecían flores trepaban por una pared, aunque en la oscuridad no podía estar segura.

"¿Puedes mantenerte de pie?" Le preguntó su salvador mientras la ayudaba a bajar de su espalda.

"No." Sus piernas amenazaron con doblarse cuando bajó de su espalda, una lesionada, la otra inútil, rígida por la forma en que las había tenido colocadas alrededor de él.

Un brazo de él le rodeó la cintura antes siquiera de que ella viera lo que iba a hacer. “Te tengo.”

"Gracias".

Tranquilidad. Era un lugar tranquilo a diferencia de lo que sentía en la red, llena de emociones maltratadas por la fuera implacable del acondicionamiento.

La puerta de la cabaña se abrió mientras luchaba por mantener su abrazo al mortal ‘silencio’.

"Dorian? ¿Quién está contigo?" La que habló era una mujer, con el pelo de un rojo vibrante que le cubría toda la espalda.

"¿No recibiste un mensaje de Vaughn?" El francotirador, Dorian, su nombre era Dorian. La llevó a la cabaña y la puso en una silla delante de la chimenea. Sus palabras podían haber sido duras, pero tenía cuidado con ella, era casi... suave.

La mujer cerró la puerta, frunciendo el ceño. "No, yo acabo de volver de… ¡Ella es Psy!"

"Es la madre de Keenan" Cuando él volvió su atención a Ashaya, el azul absoluto de sus ojos se sintieron como llamas lamiendo en ella, un arma contra la que no tenía defensa. “ella está lesionada. Necesita puntos.” Las palabras eran como mordidos.

"Dame el kit. Tú sabes dónde está. "La mujer se trasladó a Ashaya . "Mi nombre es Mercy.”

Ashaya luchó contra el impulso de mantener a Dorian en su línea de visión. Él era peligroso para todo lo que le importaba, y aunque hubiera salvado su vida esa noche, no estaba segura de que le siguiera dejando vivir . “¿Eres médico?”, preguntó a Mercy, mientras escuchaba el regreso de Dorian.

"No, pero he tenido algún tipo de formación adicional." Ella se inclinó hacia abajo para una mirada rápida. "No puedo hacer mucho con las herramientas que tengo a mano. ¿Te importa una cicatriz? Siempre puedes eliminarla más adelante.”

Dorian regresó, con el botiquín en la mano. "Estás viva", dijo encogiéndose de hombros y caminando una gracia puramente felina, una gracia que llevaba una promesa letal. Ese hombre sería un enemigo despiadado.

"No me quejo.”

"No." Ella se preguntó si él se hubiese encogido de hombros de la misma manera si hubiera encontrado su cuerpo mutilado. Probablemente. "Todo lo que importa es que la pierna funciona."

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"Esa es la actitud. Dorian, ¿puedes. . .?" Mercy sacudió la cabeza en dirección al sofá.

Dorian se movió sin hablar para hacer de los muebles una cama. Mercy la cubrió con una gruesa capa e hizo como si fuera a ayudar a Ashaya. Pero Dorian ya estaba allí, su brazo fuerte y cálido alrededor de su cintura, el calor intenso era una indicación de su salvaje energía cambiante.

"No eres tan huesuda como la mayoría de los Psy en la Red".

Ella había estudiado las emociones, las comprendía mejor que otros de su raza, pero no sabía cómo responderle, como comprender los matices de su voz, la extraña dulzura de su control.

Así que ella simplemente dijo la verdad. "El metabolismo y la genética." Mientras hablaba, se dio cuenta de las implicaciones de la distinción que había hecho entre los Psy de la red y los que estaban fuera.

"Sobre su estomago", dijo Mercy al llegar a la cama. Una vez que ella estaba en la posición, la otra mujer le dio una almohada para la cabeza y luego le colocó varias toallas debajo de la tibia derecha. "Esto va a ser duro, no te muevas de esta postura. Tú gente puede mirarte más tarde.”

Ashaya escuchó como algo se rasgaba, y se dio cuenta de que la pelirroja había arrancado lo que quedaba de sus pantalones de rodilla para abajo.

"No tengo a gente."

" Huh." Un movimiento rápido y la venda cayó. "Linces. No suelen atacar a los humanos. ¿Qué has hecho para enfadarlos”

"Creo que pensaban que yo era la comida."

Dorian hizo un sonido de desacuerdo. "Creo que habían cachorros cerca."

"Ya veo." Y así lo hizo. "Ellos estaban protegiendo a sus crías." Apretó la cara contra la almohada mientras Mercy tocaba la herida con una herramienta que no podía ver.

"Lo siento, ¿Quieres un anestésico?"

"No," dijo Ashaya inmediatamente. "El cuerpo de los Psy no manejan muy bien los anestésicos.”

"Me parece haber oído hablar a Sascha de algo así."

La sospecha que ella tenía. "Ustedes son parte de DarkRiver." La manada de leopardos que tenía a dos Psy como miembros, una de las cuales era Sascha Duncan, hija de la consejera Nikita Duncan.

"No es ningún secreto", dijo Mercy, pero Ashaya detectó como aumentaba la tensión, después de toda una vida franqueando las aguas con el Consejo, sus instintos de supervivencia eran muy nítidos.

La voz de Dorian cortó la tensión con la eficacia de una letal hoja de acero. “Ponte en trance”

Era una orden. Una que Ashaya optó por no obedecer. Ya estaba vulnerable. Si se ponía en trance, que era la versión Psy de la anestesia, estaría poniendo su vida al completo en sus manos. Prefiriendo permanecer consciente, apretó los dientes y hundió la cara en la almohada. La elección, se dijo, no tenía nada que ver con el hecho de que se trataba de Dorian, el que selo había ordenado.

Los ojos de Dorian se estrecharon ante el desafío de Ashaya. “Ella no está fuera.” Estaba seguro de que ella no podía oírlo. Sus gritos retenidos tenía que ser una pared sólida en sus oídos.

Mercy no detuvo lo que estaba haciendo. "Su elección. Ella está manteniendo su pierna inmóvil, eso es todo lo que importa. "

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"Y la gente me llama duro." Empujó su impulso instintivo de protegerla, pero sus manos se apretaron, las garras raspando el interior de su piel. El leopardo se agitó, tratando de romper la cáscara humana que nunca había logrado bajar. La necesidad asfixiaba, pero había aprendido a vivir con ello, no había tenido otra opción, pero esta hambre, no lo había tenido desde la infancia. Algo más de lo que culpar a Ashaya Aleine. “¿Te gustaría una sierra de arco Dr. Frankenstein?”

Mercy frunció el ceño. "Que me concentre. La escuela de medicina fue hace mucho tiempo, ya sabes. Y yo sólo fui un par de años. "

-Gruñó, pero no la interrumpió de nuevo. Mientras trabajaba, se encontró incapaz de moverse de su posición al lado de la cama, el leopardo insistiendo en que velará por Ashaya. Pero incluso ese gato obstinado entendía que ella no era nada como las dos mujeres Psy que conocían y respetaban. Ambas Sascha y Faith, tenían corazón, tenían honor. Ashaya, por el contrario, había sido una mascota del consejo, la Psy-M encargada de la creación de un implante, que convertiría a los individuos de la PsyNet en una verdadera mente de colmena.

También era, una parte de él le insistió en recordarle, la mujer que había salvado la vida de dos niños de una situación de riesgo, la madre de un niño al cual Dorian había prometido proteger… Y la única mujer que había despertado la furiosa necesidad sexual del leopardo sin nada más que su olor.

Había soñado con ella.

Siempre el mismo sueño. Noche tras noche.

Estaba en las ramas de ese árbol una vez más, la cara de Ashaya en su punto de mira. Un apretón ligero del gatillo y ella dejaría de existir, de complicar su vida. Pero luego se echaba a reír, sus ojos brillantes, y él sabía que sólo era un juego.

Ahora estaba de pie delante de ella, tirando de sus trenzas para meter la mano en su pelo y deshacerlas. Ella seguía riendo cuando tomaba sus labios, los labios sensuales, suaves. Labios fríos, muy fríos

El leopardo se enojaba, la empujaba de él. Se quedaba allí, inmóvil. Luego alzaba las manos y empezaba a desvestirse. Era hermosa luz de la luna, su piel brillaba con las caricias eróticas en la noche. En trance, se acercaba a ella. Ella ponía los brazos alrededor de su cuello, presionando besos en su pulso.

Mientras sus manos tomaban sus pechos, la calidez de sus lixiviados. Sus ojos se volvían helados… y se daba cuenta de que ella se estaba convirtiendo en hielo en sus brazos.

¡Qué sueño tan jodido!, pensó, mirando la parte posterior de la cabeza de Ashaya. Lo peor fue que a pesar del horror de los gritos de ella, siempre se despertaba con una pulsante erección, su cuerpo sudando, el corazón corriendo a cien millas por hora. Hambre, tenía mucha hambre después de dos meses de sueños, y, sin alivio a la vista.

Y lo que también lo molestaba, era que no podía acercarse a otra mujer sin que su mente le recordara la sinuosa mujer que lo perseguía todas las noches. Si no hubiera estado completamente seguro de que los Psy no podían manipular a los cambiantes durante tanto tiempo y con tanta sutileza, habría pensado que lo sugestionaba telepáticamente.

El deseo de tocarla, tomar de ella, era un golpe constante en su sangre. Le hacía tambalearse, brutalmente. No conocía a esa mujer, definitivamente no le gustaba, no todo lo que estaba a su alrededor. Pero las ansias del leopardo lo amenazaban en ser un traidor, no solo con su gente, sino con su propio sentido del honor, la clave la tenía alrededor de la polla.

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Infiernos. Se había convertido en un centinela a pesar de su latencia, obstinado, su inquebrantable voluntad era su marca registrada. Si Ashaya Aleine trataba de usar la fuerza sexual entre ellos para hacerlo caer, se encontraría cara a cara con el francotirador a sangre fría que estaba dentro de él.

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CAPÍTULO 8

El consejero Kaleb Krychek miró por la ventana de su oficina en Moscú y se quedó mirando como un airJet se acercaba. “Lenik”, dijo por el intercomunicador en vez de usar la telepatía.

Su secretaria trabajaba mejor cuando no tenía que intentar protegerse por el rumor que había sobre Kaleb y su talento, decía que podía inducir a la locura . "¿Tengo alguna cita esta mañana?"

"No, consejero. Usted es libre hasta la reunión con la manada BlackEdge a las cuatro.”

Apagó el intercomunicador y consideró las posibilidades. No podía ser de Nikita, la consejera con la que casi tenía una alianza. Ella estaba en Nara, Japón, en una reunión con un hombre que se ganaba la vida robando información en la segura base de datos de la PsyNet.

Información como el historial de formación de Kaleb.

No se había eliminado la fuga en la fuente. Había algunas cosas que Nikita quería saber.

Una pequeña luz se iluminó en la superficie lisa y negra de su escritorio cuando el airJet aterrizó en el techo. Pasó la mano por esa sección, mostrando las cámaras de vigilancia que rodeaban la pista de aterrizaje.

Su visitante no era lo que él habría esperado.

Sin embargo, en el momento Henry Scott entró en su oficina, Kaleb estaba preparado para cualquier cosa que el otro consejero lanzara en su camino. “Consejero Scott.” Se apartó de la ventana y asintió con la cabeza a modo de saludo.

"Krychek." Henry esperó hasta Lenik hubo cerrado la puerta tras de sí para avanzar. Su piel de ébano se extendía sin problemas sobre el óvalo de su cráneo, parecía que se fundía con la luz, pero era la línea aristocrática de su rostro lo que llamaba la atención.

Según los medios humanos, Henry Scott era considerado apuesto y distinguido.

Por eso era la cara del Consejo, junto con su "esposa", Shoshanna, lo que el público no sabía, era que el matrimonio era una cáscara vacía, un acto fríamente calculado, diseñado para

"humanizar" al Consejo a ojos de las razas emocionales. De acuerdo con la ficción, los Scott rara vez se veían por separado, y en el interior del Consejo, Henry era considerado como el miembro beta, Shoshanna su pareja.

"¿Quieres una silla?" Ofreció Kaleb, permaneciendo junto a la ventana.

Henry negó con la cabeza, cerrando la distancia hasta que estaban separados sólo por un corto tramo de alfombra. "Iré directamente al grano."

"Por favor." No tenía idea de por qué Henry estaba aquí. Los Scotts nunca estaban de acuerdo con ningún pacto, salvo el suyo propio. Shoshanna quería a Kaleb muerto, de eso no tenía ninguna duda. Pero eso no era nada raro, todos los Consejeros, excepto uno, eran implacables en su ambición. Anthony Kyriakus era el enigma que confirmaba la regla. “Una visita personal es bastante inusual.”

"Yo no quería arriesgarme a que esto se sepa en la PsyNet." El otro hombre puso las manos detrás de sí, la postura de un antiguo general. Un movimiento practicado, diseñado para contener a la población con facilidad, de manera que sutilmente reforzaba la imagen de Henry como un gobernante benévolo.

"Con Marshall muerto, he tomado conciencia de que estoy siendo presentado como el presidente del Consejo. "

"No tenemos presidente".

"Los dos sabemos que Marshall controlaba las cosas hasta cierto punto.”

Kaleb inclinó la cabeza en reconocimiento. "¿no deseas hacerte cargo de la corona?"

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"No quiero ser usado como un pretexto."

¿Cuándo se había convertido en Henry el astuto? En el instante en que el pensamiento pasó por su cabeza, Kaleb se dio cuenta de que había hecho lo impensable. Había juzgado a Henry por el personaje que había creado, no como consejero. Uno no se convertía en consejero sin tener una considerable cantidad de sangre en sus manos. Kaleb lo sabía mejor que nadie. “Eres el miembro más visible” , respondió sin problemas, mientras se preguntaba cuanto sabría Henry. Si era demasiado, tendría que ser sacado de la ecuación, Kaleb había cruzado demasiadas líneas en las últimas dos décadas, podría con una más.

"Tú y Shoshanna eligieron ese papel".

"Los dos sabemos Shoshanna lo elegió." La mirada de Henry estaba de alguna manera…

apagada, pero Kaleb no sabía por qué. Tal vez era que el hombre estaba demostrando sus verdaderas intenciones.

"Le advierto que eso está a punto de cambiar.”

Kaleb se dio cuenta de Henry estaba hablando de las apariciones en los medios. “¿Por qué no avisa a todos? ”

Mientras esperaba una respuesta, los ojos de Henry cambiaron a negro puro. El consejero estaba recibiendo un mensaje telepático. Al igual que Kaleb. Pero su control psíquico era mejor que el de Henry y sabía que sus ojos se habían quedado del color del cielo nocturno de cardenal.

-El cuerpo de Ashaya Aleine falta. Es posible que haya fingido su propia muerte.-

-Ming,- esta vez era la distintiva voz mental de Nikita, -es un problema urgente, pero no lo suficiente como para interrumpirnos a todos sin previo aviso. Ella es una científica, incluso si está en lo cierto y, esta viva, carece de las habilidades necesarias para sobrevivir escondiéndose mucho tiempo. Pero yo soy más propensa a creer que su cuerpo ha sido robado.--

Ming respondió a la declaración de Nikita. – Su organizador estaba listo para borrar todos los datos si intentaban hackearlo--

--¿Cómo es eso posible?—Interrumpió Tatiana, -- Acorde a mi información, Aleine no tiene mucho nivel de conocimientos informáticos.

-- El organizador tiene por lo menos siete años. Sospecho que alguien lo configuró. Sin embargo, el punto es discutible, el chip de su organizador era de juguete.---

Ming no se molestó en esperar a que las ondas de lo dicho se desvanecieran para continuar.

- Buscamos en su habitación del laboratorio, así como en la de Keenan Aleine, y no había nada.

Si está viva, tiene ese chip. Si está muerta, lo más probable es que esté escondido dentro de su cuerpo. Tenemos que encontrarla antes de que los datos se hagan públicos, eso podría provocar la caída del Protocolo de implante.--

-Y ¿Aleine?-- preguntó Nikita.

--Nuestra prioridad es recuperar el chip.--

El tono de Shoshanna era helado. -- ¿Nos estás ordenando matarla, Ming?--

--Tomar su vida sería el mejor de los casos. Sin embargo, si se resiste, eliminarla. Pero sólo después de dar con la ubicación del chip. Si necesitan ayuda para el interrogatorio, me llaman.-

Nadie le preguntó por qué pensaba que su asistencia haría alguna diferencia. Todos sabían que Ming era un ‘flecha’ con una antigua instalación innata de un alto nivel de combate mental.

Había hecho de la tortura una arte.

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CAPÍTULO 9

Sólo aquí, en este diario que debería haber eliminado años atrás, es que consigo mantenerme cuerda. Puedo admitir cada acto, cada movimiento, cada plan para él, mi hijo.