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. Jano, en latín Ianus era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por ello se le consagró el primer mes del año (de ianuarius se pasó a Janeiro y de ahí a nuestro actual enero). Era un dios con dos caras, protector de los arquitectos y una de las pocas deidades romanas sin equivalencia en la mitología griega.
Su importancia radica en que su templo tan solo permanecía abierto cuando Roma estaba en guerra en algún territorio, lo que provocó que estuviese abierto durante periodos de 400 años ininterrumpidamente.
Entre la fundación de Roma y el ascenso al poder de Octavio Augusto, tan solo había estado cerrado dos veces, sin embargo, durante su mandato llegaría a cerrarlo en otras dos ocasiones.