Cautiva del deseo
Cathryn de Bourgh
Prólogo
Eran los últimos años de paz en Francia y no eran tiempos tranquilos, el descontento de los pobres y de los astutos burgueses tramaron la feroz venganza.
Los nobles vivían en su mundo de fiestas y riquezas, nadando en la opulencia mientras una masa muda de campesinos observaban hambrientos el banquete sin poder participar.
Muchos nobles llegaron a tener más poder que el rey y a cometer abusos impunemente pero nadie se había atrevido a enfrentarles. Eran un pequeño grupo de pares de Francia que tenían en sus manos el poder y hacían y deshacían en sus feudos sin rendir cuentas a nadie.
El rey solo había muerto, y su nieto Luis XVI era el monarca menos respetado de la historia, y su esposa, María Antonieta era extranjera, y aunque contaba con la adoración de sus cortesanos, puertas afuera del palacio era odiada.
Los revolucionarios repartieron panfletos e hicieron dibujos de la reina mostrándola como una ramera semidesnuda, lamida en sus partes pudendas por una cola de cortesanos que aguardaban su turno.
El matrimonio había tardado mucho en consumarse porque el rey padecía fimosis.
Un rey débil, y una corte que gastaba fortunas en vestuario y diversiones para entretener a los nobles.
Ninguno imaginó que ese mundo estaba a punto de terminar, que el pueblo hambriento tomaría las armas instigados por hábiles hombres que vieron la oportunidad de hacerse con el reino de Francia. Algunos escaparon vestidos de campesinos, sobrevivieron sus hijos, pero todo aquel que fuera noble pagaría con su sangre esa noche nefasta y sus cabezas serían colgadas en la ciudad de Paris, y durante años rodarían en la guillotina. Ese invento piadoso que prescindía de los verdugos daría la muerte rápida al condenado.
Cuando años después rodaron las cabezas del rey y la reina supieron que nadie más podría escapar.
Y en esos tiempos convulsos, antes de que llegara el período más negro de Francia dos jóvenes se atrevieron a enamorarse.
Agnes Guerine de Montfault era una joven huérfana, criada por una tía malvada que planeaba enviarla a un convento luego de robar su dote. La mantenía recluida en su habitación vistiendo las ropas que su mimada hija Rosaline desechaba.
Cuando el joven Etienne de Pinaud vio a la joven Agnes en el bosque pensó que era la dama más hermosa que había visto en su vida y un deseo ardiente se apoderó de todo su ser.
Pero su tía se negaba a entregarla en matrimonio, y debió sobornarla con un cofre de joyas para tener a la joven.
Ahora sería cautiva de su deseo y se propuso dominar a la asustadiza joven y no se detuvo hasta que se rindiera a sus caricias y gimiera de placer…