-“Cuánto tiempo tiene ella trabajó para ustedes?”
Eve sabía la respuesta,
pero
era más fácil dirigir a Deann sobre terreno
suave antes de que se movieran a las rocas.
-“Dos años. Dos
años. Yo-nosotros-mi marido viaja mucho, y decidía que quería
personal de servicio interno en lugar de personal de día y los
droids. Más por la compañía, supongo. Contraté a Elisa porque me
gustó ella.”
Se pasó una mano por la cara e hizo un esfuerzo obvio para continuar. “Era
calificada, por supuesto, pero nos caímos bien enseguida. Si
contrataba a alguien que viviría en mi casa, sería una parte de mi
familia, yo quería que fuera alguien que se sintiera cómodo a nivel
personal. El otro factor decisivo fue Vonnie. Yvonne, su hija.
Tengo una niña pequeña, Zanna. Son la misma edad, y pensé que
serían amigas. Lo son. Son como de la familia. Son de la familia.
Oh dios, Vonnie.”
Ella presionó sus manos sobre la boca, y ahora
las lágrimas cayeron. “Ella solo tiene cuatro años. Es apenas un
bebé. Cómo le diré que su madre…. Cómo le diré?”
-“Podemos hacer eso, señora Vanderlea.” Peabody se sentó.
“Hablaremos con ella, y tenemos un consejero de Protección del niño
disponible para ella.”
-“Ella no les
conoce.” Deann se levantó, cruzo la habitación, a un cajón, sacó
pañuelo. “Estaría más asustada y confundida si lo oyera… de un
extraño. Tengo que decirle. Tengo que encontrar la manera de
decirle.”
Ella frotó sus mejillas con un
pañuelo. “Necesito
un segundo.”
-“Tómese su tiempo,”
le dijo Eve.
-“Somos amigos. Como
Zanna y Vonnie. No era… nuestra relación no era como patrón y
empleado. Sus padres…”
Deann respiró, larga y
profundamente. Eve le dio puntos por el control cuando volvió a la
mesa. “Su madre vive en el centro de la ciudad, con el padrastro de
Elisa. Su padre, ah, él está en Philadelphia. Puedo…. Puedo ponerme
en contacto con ellos. Pienso, que ellos necesitan oír esto de mí
primero. Necesitan…. Tengo que llamar a Luther. Tengo que
decirle.”
-“Seguro que desea
hacer esto usted misma?” le preguntó Eve.
-“Ella lo habría
hecho por mí.” Cuando su voz se quebró, ella apretó los labios,
agachándose. “Ella habría cuidado de mi bebé, y cuidaré del suyo.
¿Tendría… oh, dios, cómo pudo suceder esto? ”
-¿“Ella le mencionó algún
problema? Le habló acerca de que alguien la molestaba o la
amenazaba?”
-“No, no. Ella lo
habría hecho. A la gente le gustaba de Elisa.”
-“Ella estaba
implicada con alguna persona románticamente,
socialmente?”
-“No. Ella no estaba
saliendo con nadie en este momento. Había tenido un divorcio
difícil, y estaba interesada en crear un hogar estable para su
hija, y dando -como ella lo dijo- a los hombres un
descanso.”
-“Hubo alguien que
ella rechazó o desalentó?”
-“No que yo…. era
fue violada” Las manos de Deann golpearon la mesa.
-“El examinador
médico todavía tiene que determinar” Eve interrumpió cuando la mano
de Deann salió disparada, agarrando la suya.
-“Ustedes saben, y
no tienen que ocultarme. Ella era mi amiga.”
-“Las indicaciones
son de que ella fue violada, sí.”
La mano se tensó sobre la de Eve, tembló una
vez violentamente, entonces la soltó.
-“Lo encontrarás. Lo
encontrarás y lo harás pagar.”
-“Esa es mi
intención. Si quiere ayudarme a hacer eso, necesito que piense. Si
hay algo, no importa lo insignificante que le parezca. Si ella dijo
alguna cosa, casualmente.”
-“Ella habría
luchado,” indicó Deann. “Su marido era abusivo, y ella consiguió de
asesoramiento, consiguió ayuda, y lo dejó. Ella aprendió a
defenderse a sí misma. Ella habría luchado.”
-“Ella hizo. Donde
está el exmarido?”
-“Quisiera decir que
está sudando en infierno, pero él está en el Caribe con su tonta
actual. Él vive allí, maneja con una especie de tienda de buceo. No
ha visto a su propia hija, no una vez, no nunca. Elisa estaba de
ocho meses embarazada cuando ella solicitó el divorcio. No lo
dejaré tener a esa niña.”
Una luz combativa brilló ahora intensamente en
su cara, y el calor de ello endureció su voz. “Voy a luchar con él
si intenta tomar la custodia. Puedo hacer eso por ella. ” -“Cuando
fue la vez última que ella recibió noticias de
él?”
-“Hace unos meses,
creo, cuando el pago de la manutención de la niña estaba atrasado
otra vez. Se quejaba y se quejaba por tener que darle su dinero
cuando ella tenía esta ubicación acogedora aquí.” Ella respiró
largamente otra vez. “El dinero entró directamente en una cuenta
para Vonnie, para su educación. No es que él pensara en
eso.”
-“Alguna vez lo
conoció?”
-“No, se me negó ese
dudoso placer. Que yo sepa no ha vuelto a Nueva York en cuatro
años. No estoy pensando muy claramente todavía,” ella admitió.
“Pero lo voy a hacer. Puedo prometerle, pensaré muy claramente, muy
cuidadosamente, y hacer cualquier cosa que pueda ayudarle. Pero
ahora necesito llamar a mi marido. Necesito hablar con Luther -y
estar sola, por favor. Estar sola para encontrar la manera correcta
de decirle esto a Vonnie cuando despierta. Para decirle a Vonnie y
a mi propia niña.”
-“Necesitaremos ver
su habitación, mirar sus cosas. Tal vez mañana. Es eso un
problema”
-“No. Les dejaría
hacerlo ahora, pero…” miró hacia la puerta. “Quisiera que Vonnie
durmiera, mientras pueda.”
Eve se levantó. “Si usted quiere ponerse en
contacto conmigo por la mañana y….”
-“Lo voy a hacer. Lo
siento, he olvidado totalmente sus nombres.”
-“Dallas. Teniente
Dallas. Peabody detective.”
-“Está bien. Está
bien. Admiré su vestido cuando llegó a mi puerta. Parece que hace
años ya.” Se levantó, frotándose la cara mientras estudiaba a
Eve.
-“Usted me parece
familiar. No puedo determinar si es porque parece que ustedes han
estado aquí por años, o si es porque la conozco.”
-“Creo que nos hemos
vistos antes, en una cena de caridad o algo así.”
-¿“En una cena de
caridad? Oh, por supuesto. Roarke. Usted es la esposa de Roarke. La
poli de Roarke, como gente le llama. No tengo todos mi
ingenio.”
-“No hay problema.
Siento encontrarle de nuevo bajo estas circunstancias.”
Su mirada ahora afiló, y el
brillo del guerrero todavía se encendió la cara. “Cuando la gente
habla de la poli de Roarke en sus cócteles y canapés, dicen que
ella asusta un poco, un poco, quiero decir, es muy implacable. Es
esa una descripción justa?”
-“Bastante
cercana.”
-“Bien. Bien.” Deann
le tendió la mano, tomando la de Eve con firmeza. “Porque ahora
eres mi poli, también.”
***************
-“Ella tiene un camino
difícil durante los próximos días,” comentó Peabody cuando
caminaron hacia el vestíbulo. “Ella me parece del tipo que lo
manejará cuando consiga equilibrarse.”
-“Ella tiene la
fortaleza,” estuvo de acuerdo Eve. “Averigüemos sobre el exmarido.
Podría ser que él decidió subir a Nueva York. Habla con los padres
de la Vic, otros amigos. Consigue un cuadro más claro de su rutina
con Vanderleas.”
-“No era un
asesinato ocasional. La mutilación lo saca de la caja para mí. La
disposición, la actitud. Si no era personal, en algún aspecto, fue
planeado, por lo menos.”
-“Estamos de
acuerdo.” Cruzaron el vestíbulo, y dirigieron hacia fuera a esperar
al blanco y negro. “Ella sacaba a pasear al perro de Maplewood en
la noche. Una rutina, un modelo. El asesino la nota, nota el patrón
y la espera. Eso me dice que él conocía que el perro no lo atacaría
o que tenía una manera de incapacitar el perro.”
-“¿Alguna vez has
visto a uno de esos pequeños caniches?” Peabody juntó las manos para formar una pequeña
taza.
-“Todavía dientes,
verdad?”
Se paró fuera del
coche, explorando el barrio. Bien iluminado.
Los droids de seguridad patrullarían
regularmente. Porteros de servicio 24/7. Habría un poco de tráfico
de vehículos a aquella hora de la noche, durante el
ataque.
-“Ella paseó el
perro en el parque. Apenas por los bordes, probablemente, pero
entró. Se sentía segura. Ella vive aquí, conoce el lugar.
Probablemente se quedó cerca de la calle, pero no lo suficiente. Él
tendría que ser rápido. Tendría que estar esperando, casi con toda
seguridad.”
Ella dejó la misma acera,
imaginándose.
-" Deja que el perro huela alrededor de los árboles, hacer
lo que hace el perro. Es una noche
agradable Ella se relajaría, lo
disfrutaría. Ella y Vanderlea puede ser que hayan sido amigas, pero
ella todavía trabaja allí adentro y duro. Se podría ver por sus
manos. Ella disfrutaría de un poco de tiempo aquí afuera con el
perro, solo caminar, pasar el rato.”
Ella alumbró sobre la hierba, hacia el punto de
agarre rodeado por las barricadas. -“Él esperó hasta que ella
estuviera fuera de la vista de la calle. Apenas suficientemente
lejos. Mató al perro o el perro se fugó.”
-“Mató al perro?” La
desolación inmediata de Peabody hizo que Eve sacudiera la
cabeza.
-“Un individuo
golpea, viola, estrangula, y mutila a una mujer, yo no creo que él
vea que el matar a un perro como cruzar cualquier
línea.”
-“Jesús”.
Eve dirigió de nuevo hacia el coche. Podría ir
a casa, cambiarse. La casa estaba más cerca que la Central. La
ahorraría la indignidad de caminar a través de la Central en su
vestimenta actual. Un punto que no podría ser
sobrevalorado.
-“El blanco y negro
puede llevarnos a mi casa. Podemos juntar lo que tenemos, dormir un
par de horas y comenzar frescas por la mañana. ”
-“Oigo eso. También oigo lo
que no dices. No quieres ir a la Central con tu vestido de
fiesta.”
-“Cállate, Peabody.
”
***************
Eran después de las cinco
de la mañana cuando Eve se arrastró al dormitorio. Se fue quitando
la ropa mientras se acercaba a la cama, dejándola tirada donde caía
y después se arrastró desnuda a la cama.
Ella no había hecho ni un sonido, apenas hundió
el colchón, cuando el brazo de -Roarke rodeo su cintura, y apretó
su espalda contra él.
-“No quise
despertarte. Voy a dormir un par de horas. Peabody se ha largado a
su cuarto de huéspedes preferido.”
-“Relájate,
entonces.” Sus labios rozaron su pelo. “Solo
duerme.”
-“Dos horas,”
murmuró. Y se apagó.
Su siguiente pensamiento, no era muy coherente:
Café.
Podría
olerlo. El seductor aroma se subió a su
cerebro para dormir como un amante en un enrejado sembrado de
flores. Entonces ella parpadeó,
abrió los ojos y vio Roarke.
Él siempre estaba delante de ella, y como de
costumbre ya estaba vestido con uno de sus trajes de amo del mundo.
Pero en vez de estar en la sala de estar del dormitorio, como era
su costumbre, explorando los informes de valores y comenzando su
desayuno, él estaba sentado en la cama, mirándola.
-¿“Qué pasa? ¿Algo
sucede? ¿Hay otro?”
-“No relájate.” Él
presionó una mano en su hombro para detenerla cuando ella comenzó a
levantarse. “Soy su llamada para despertar, con el café.” Acercó la
taza a su línea de visión.
Y vio los ojos brillantes de
anhelo.
-“Dame
más.”
El retrocedió, se lo entregó, esperó a que tomara su primer trago desesperado.
-“Sabes, querida, si alguna
vez la cafeína está en la lista de illegals, vas a tener que
registrarte como adicto.”
-“Si intentan hacer del café un
ilegal, voy a matarlos a todos, y no será un problema. ¿Cómo puedo
valorar café en la cama?
-“Te amo.”
-“Sí, lo sé.” Ella
tomó otro trago, hizo muecas. “Tonto.”
-“Esa no es forma de persuadirme
para conseguirte una segunda taza.”
-“Te quiero de
vuelta”
-“Eso probablemente
podría funcionar.” Él frotó un pulgar a lo largo de las sombras que
perseguían ya a sus ojos.-“Necesitas más de dos horas, teniente.
”
-“Es todo lo que puedo ahorrar. Ya lo compensaré. Eventualmente. Tomaré una ducha. ”
Ella se fue y tomó lo que
quedaba del café mientras estaba en el cuarto de baño. La escuchó
pedir chorros al máximo, al ciento uno. Y sacudió la cabeza ante su
hábito de hervirse despierta cada mañana.
Él vería que ella consiguiera un poco de
combustible y esperaba no tener que atarla y alimentarla por la
fuerza. Acababa de comenzar a programar el AutoChef para el
desayuno, cuando oyó unos pasos rápidos detrás de
él.
-“Juraría que hay un chip en tu
cabeza que señala siempre que alguien siquiera piensa en la
comida.” Roarke echó un vistazo
abajo al gato
rechoncho que se frotaba esperanzadamente contra su pierna.
“Apuesto a que ya has sido alimentado ya en la cocina.” Galahad
ronroneó como un motor y se frotó más duramente. Ignorándolo por el
momento, Roarke seleccionó la tostada francesa para Eve, algo que
le sería difícil resistirse, Añadió un par de
lonjas de tocino, conociendo su propia debilidad cuando se trataba
del gato.
Eve salió vestida con una túnica corta de
toalla blanca. “Solo voy a tomar algo en la central cuando…” ella
olfateó el aire, vio el plato de las tostadas francesas.- “Eso es
bajo.”
-“Sí.” Le dio unas
palmaditas al asiento junto a él, después movió el gato cuando
Galahad lo tomó como una invitación. “No es para ti. Siéntate, Eve.
Puedes ahorrar quince minutos para un poco de
desayuno.”
-“Quizá. Además,
debo informarte de un par de cosas. Dos pájaros de un tiro,
eficacia del tiempo.” Ella se sentó y vertió abundante jarabe sobre
el pan.
Le dio un mordisco y
un pequeño codazo en la espalda del gato
cuando él intentó deslizarse hacia su plato, después tomó el café
recién servido por Roarke.
-“La víctima trabajaba para
Luther y Deann Vanderlea.”
-“De antigüedades
Vanderlea?”
“-Eso es lo que decía cuándo corrí sus datos.
¿Como de bien los conoces? ”
-“Utilicé a Vanderlea
ampliamente para amueblar esta casa, y otras.
Consultado con su padre para la mayor parte de
ella, pero conozco a Luther y a su esposa. No los llamaría
amigos personales,
sino conocidos ciertamente amistosos.
Él está bien informado sobre su negocio, y muy
implicado en el funcionamiento de él en esta etapa. Es gente
bastante agradable, y ella es muy brillante y encantadora. Son
sospechoso?”
-“Luther estaba en
Madrid a la hora del asesinato. Por lo que puedo confirmar en este
momento. La esposa no está en mi lista. De hecho, a menos que ella
sea una actriz premiada, ella y la víctima era tanto los amigos
como el jefe y empleada.
Más. Ella lo tomó duramente, pero le hizo
frente. Me gustó ella.”
-“Puedo
decirte que, de lo
que sé de Luther, no puedo verlo violando a una mujer, mucho menos
asesinarla y sacarle los ojos.”
-“Él el tipo que
pudo intentar un romance con la criada debajo de la nariz de su
esposa?”
-“Uno nunca sabe lo
que puede intentar un hombre para engañas a su esposa bajos sus
narices con la criada, pero no me parece, hasta donde lo he
tratado, no. Me parecen muy felices juntos. Creo que tienen un hijo
chico.”
-“Chica, cuatro años
de edad. La misma edad que la hija de la víctima. Deann Vanderlea
que tiene una mañana muy dura.”
-“La víctima tiene
un cónyuge?”
-“Ex. Vive en el
Caribe. Historia abusiva. Lo miraremos cerca. ”
-“Amante
actual?”
-“No según Deann. La
víctima, Elisa Maplewood, presumiblemente salió, entre las diez y
la medianoche, a pasear al caminar el pequeño perro caniche.
Conseguiremos la hora exacta de la seguridad del edificio. Daba un
paseo por el parque donde él la asió. La esperaba -tenía esperarla
- la atacó, violó, estranguló, después la acarreó sobre las rocas
para ponerla en pose y acabar su trabajo. ¿Los ojos son un
símbolo?” se preguntó. ¿“Espejos del alma, ojo por ojo? ¿O un
torcido ritual religioso? Quizá solo un recuerdo.”
-“Querrás a
Mira.”
-“Oh sí.” Eve pensó
en la mejor perfilista de la ciudad. “Estoy tirando de ella por
esta mañana.”
Ella había limpiado su plato mientras hablaba y
se levantó para vestirse.
-“Podríamos tener suerte y
esto ser un trabajo de una sola vez.”
-“Porqué piensas que
no lo es?”
-“Muy organizado y
preciso. Demasiados símbolos. Los ojos, cinta roja, la
actitud. Tal vez nos encontramos con que
todos estos se aplican directamente de alguna manera a Elisa
Maplewood, pero creo que se aplican a la causa de muerte en lugar
de la víctima. Que significan algo
para él, personalmente. Elisa pudo haber
sido un tipo: físicamente, su ubicación, su origen, algo por el
estilo. O pudo haber sido suficiente que ella sea mujer y estuviera
disponible.”
-“Quieres mi ayuda
con Vanderleas?”
-“Puede ser, en
algún momento.”
-“Déjenme saber.
Querida, no esa chaqueta.” Más resignado que horrorizado, él se
levantó para tomar la que había sacado de su armario, y después de
un estudio rápido, sacó una con cuadros azul claro sobre crema.
“Confía en mi.”
-“No sé lo que hice
antes de que fueras mi consultor de moda,” le
dijo.
-“Yo tampoco, pero
no me gusta de pensar en ello.”
-“Conozco una burla cuando oigo una.” Ella se sentó para tirar de sus
botas.
-“Mmm.” Él deslizó
sus manos en sus bolsillos, y tocó un pequeño botón gris. Uno que
había caído posiblemente del más poco atractivo, traje femenino que
él había visto nunca. Uno que había llevado la primera vez que él
había puesto los ojos en ella.
-“Tengo una
'conferencia del vínculo pronto, después estaré en el centro la
mayor parte de el día.” Se inclinó y puso sus labios sobre los de
ella. Los dejó allí por un largo y satisfactorio momento. “Cuida de
mi poli.”
-“Ese es mi
plan. Sabes, he oído tus amigos dicen
que tu policía es miedo, malo, e
implacable. Qué les hace decir eso?”
-“Teniente, tus amigos dicen lo mismo. Da lo
mejor de mi a Peabody,” añadió cuando salía.
-“Voy a hacer lo
mejor posible,” ella dijo en voz alta, “y le daré lo que queda.”
Ella lo oyó reír, y decidió
que era cada pedazo tan bueno como el café para
levantarla.
***************
Arreglar una cita con la
Dra. Mira era su primera tarea cuando llegó a su oficina en la
central. La lista de tareas pendientes de Peabody incluía confirmar
que Luther Vanderlea había estado en Madrid, y determinar el
paradero del exmarido.
Eve alimentó con los datos conocidos a su
ordenador de oficina y funcionó con un control el IRCCA para buscar
para cualquier otro crimen
parecido.
El número de homicidios sexuales que implicaban
la mutilación no la sorprendió. Ella había sido poli demasiado
tiempo. Incluso el número que implicaba, el daño, la destrucción, o
la eliminación de los ojos de las víctimas no pusieron un tirón en
su zancada.
Eliminó esos donde el autor
estaba en una jaula, o en la tierra, y paso su mañana estudiando
los sin resolver o no condenados.
Su 'vínculo señaló varias veces a los
reporteros sobre la pista. Y a éstos ella los ignoró
fácilmente.
Dejó que los datos acumulados se cocinaran y se
desplazó de nuevo a la víctima.
¿Quién era Elisa Maplewood?
Educación pública estándar, leyó. Ninguna
universidad. Una boda, un divorcio, un niño. Madre profesional a
través del estipendio los dos primeros años.
Padres divorciados cuando ella tenía trece.
Madre, también una doméstica, padrastro un trabajador. Padre en el
Bronx, desempleado y con una hoja, Eve meditó.
Y miró más detenidamente a Abel
Maplewood.
Pequeños robos,
bebida y desordenes, recibir propiedad robada, asalto conyugal,
juego ilegal, obscenidad
pública.
-“Bien, bien, Abel,
eres un pequeño desgraciado, no es así?”
No hay agresiones sexuales en el expediente,
pero siempre hay una primera vez. Los padres violan a sus hijas.
Ella sabía eso muy bien. Las forzaban, las golpeaban,
rompían sus huesos y
se empujaron contra su propia carne y sangre.
Ella se tranquilizó lentamente lejos del
escritorio cuando sintió su corazón comenzar a correr.
Cuando sintió los recuerdos, la pesadilla de los recuerdos, comenzar a
descender sobre su mente.
Fue por agua en vez de café, la bebió, lentamente
también, de pie en su única y estrecha ventana.
Ella sabía lo que Elisa había sufrido durante
el dolor de la violación-, el terror que era más que la degradación
y el choque del dolor-. Ella sabía, de la única manera que otra
víctima conocía.
Pero ella tenía que utilizar ese conocimiento
para encontrar al asesino, para encontrar justicia, o ella era no
buena. Si ella dejaba que esos recuerdos fueran demasiado duros,
empañaría su enfoque, lo que no era bueno.
Es hora de volver al
campo, se dijo. Volver al campo y hacer el
trabajo.
-“Dallas?”
Ella no dio vuelta, y no se preguntó cuánto
tiempo Peabody había estado allí, viéndola hallar su
control.
-“Confirmaste a
Vanderlea?”
-“Sí, sir. Él estaba
en Madrid, según lo anunciado. Ahora está camino de su
casa.
Canceló su último día de negocios después de
que su esposa lo contactara. Él estaba en un desayuno de reunión
por la diferencia horaria, entre aquí y Europa – las siete, hora de
Madrid. Es casi imposible para él haber regresado a casa, matado a
Maplewood, regresar nuevamente y haber hecho esa
reunión.”
-“El
ex?”
-“Brent Hoyt
Está claro. En vista
de que pasó la noche en la celda con tres borrachos en Santo Tomás,
no se encontraba en Nueva York
-“Todo bien. Maplewood Abel, el padre tiene una hoja. Necesitaremos
investigarlo. Vamos a ver a
Vanderleas primero.”
-“Ah, hay alguien
aquí que quiere hablarle.”
-“Es
pertinente?”
-“Bien…”
-“No tengo tiempo
para charlar.” Eve se volvió. “Iremos con Morris al depósito de
cadáveres y después a la parte alta. Tengo que estar de vuelta aquí
para cumplir con Mira.”
-“Sí, bien, ella es
muy insistente. Afirma tener información. Parece
normal.”
-¿“En comparación
con? Si alguien entra con información con respecto a la
investigación actual, porqué solo no lo dices.”
-“Porque” Peabody
debatió si dejar a Eve descubrirlo por sí misma, o proteger su
propia piel. Fue un breve debate. “Ella dice que ella es una
psíquica.”
Eve se detuvo en seco.-
“Oh, vamos. Pásala al enlace. Tu sabes que hay que dejar los locos
adentro.”
-“Ella está
registrada y tiene licencia. Y sacó la tarjeta de un
amigo.”
-“No tengo amigos
psíquicos. Es una política firme.”
-“No, se refiere a
un amigo en común.”
-“Mavis tiene todas
las clases de amigos locos. No los dejo entrar en mi
oficina.”
-“No, no Mavis. Ella dice
ser amiga de Louise. De la Dra. Dimatto. Es realmente normal,
verdadera. Y ella está sacudida, Dallas. Le tiemblan las
manos.”
-“Infiernos. Le
damos diez minutos.” Ella comprobó su unidad de la muñeca, y puso
su alarma para sonar en diez minutos. “Tráela
adentro.”
Eve se sentó, meditando. Esto es lo que sucedía cuando uno hacia amigos.
Tenía que salir y hacer amigos, y luego esos
amigos se insinuaban de alguna manera en su vida, o en su trabajo.
Antes de que te dieras cuenta estabas
metido hasta las cintura con un montón de gente.
Y la mitad de ella estaba
loca.
Muy bien, se corrigió. No todos los psíquicos
estaban locos o eran estafadores. Algunos de ellos -unos muy poco
-eran de fiar. Ella era bien consciente de que la policía utilizaba
a veces psíquicos con buen resultado.
Pero ella no los utilizaba. Ella creía en hacer
el trabajo con el procedimiento investigador, procesos
tecnológicos, estudio de la evidencia, deducción. A continuación,
utilizaban el instinto, la suerte, y unas patadas en el
culo.
Eso funcionaba muy bien para
ella.
Se fue a buscar café. Cuando volvió del AutoChef, con la taza en la mano, vio a
una mujer parada en la puerta con Peabody.
Ella parecía normal. Su pelo era largo, agitado
más allá de sus hombros en una sombra perfectamente normal de
marrón. Un marrón oscuro y brillante que parecía que podría haber sido el único por el que Dios optó
cuando los puso juntos. Su piel era
oscura y suave, sus ojos de un verde claro y pálido - que mostraba
sus nervios, pero parecían
sanos, cuando miraron a Eve
directamente.
La cara era fuerte y atractiva con una de esas
bocas enormes y una nariz fina, aquilina. La sangre mexicana o
española, Eve asumió. Antepasados que habían cocido en el calor y
las guitarras rasgadas. Exótica.
Eve la puso en los 35 años. Le juzgaba cerca de uno sesenta con una estructura firme y
delgada.
Llevaba pantalones casuales y bien cortados,
con una camisa larga, ambos el color de las amapolas del verano, un
par de anillos con las piedras de colores intensos y colgantes de
oro en las orejas.
-“Teniente Dallas.
Ésta es Celina Sánchez.”
-“Está bien,
MS Sánchez, tome
asiento. Estoy presionada por el tiempo, así que ¿porqué no vamos
derecho a ello.”
-“Muy bien.” Ella se
sentó, cruzó las manos muy juntas en su regazo. Respiró hondo y
exhaló una vez. “Él tomó ojos.
-“Bueno, ahora que tengo su atención…”
Celina soltó sus dedos para presionar dos a su sien derecha, como
si fuera a comprimir un dolor. “Podría tomar algo de ese
café?”
Eve permaneció donde estaba, sorbiendo su café.
No habían publicado los detalles de la mutilación a los medios.
Pero había escapes, ella sabía. Siempre había
escapes.
Su voz era débil y no tenía ningún acento. Era
ronca, una sombra en el lado provocativo. -“Cómo consiguió esa
información, MS Sánchez?”
-“La vi, y no es una
imagen que disfruté.”
-“Usted
vio a la víctima en
el Central Park?”
-“Sí. Pero no estaba
en el parque. Estaba en mi casa. Estoy aquí explicárselo a usted. Le
agradecería realmente el café.”
Eve le hizo a Peabody un breve cabeceo. “Usted
conocía a Elisa Maplewood?”
-“No. Antes de que
vayamos más lejos, nunca he trabajado con la policía. No es lo que
hago y no es lo que aspiro.”
Ella utilizaba sus manos cuando hablaba,
levantándolas, gesticulando de una forma que le dijo a Eve que era
habitual. Entonces las juntó en su regazo como si quisiera
mantenerlas quietas.
-“No quiero ver lo que
usted ve, teniente. No quiero vivir con esas imágenes en mi cabeza.
Sobre todo, hago consultas y fiestas privadas. No soy un a loca o ni
una buscadora de gloria, aunque por lo que me ha dicho Louise sobre
usted, me imagino que ustedes piensa que lo soy.”
-“Cómo conoce a
Louise Dimatto?”
-“Fuimos a la
escuela juntos, y hemos seguido siendo amigas desde entonces.
Gracias.” Ella tomó la taza de café que Peabody le dio. “Usted es
más abierta a las áreas paranormales, detective. Tiene
sensitivas en su
familia?”
-“Ah,
yo”
-“Guardemos esto
acerca de usted,” interrumpió Eve.
-“Muy bien.” Celina
probó el café, y sonrió por primera vez desde que había entrado a
la oficina. “Esto es maravilloso, y puedo decirles que,
francamente, necesitaba la sacudida. Tenía un
sueño.”
-“Uh-huh.”
La sonrisa de Celina solo
se amplió. “El snarkiness me calma. Quién sabe, Louise también dijo
que me gustaría usted, teniente Dallas. Por extraño que parezca,
pienso que probablemente ella tiene razón.”
-“Eso es muy bonito.
Podemos permanecemos aquí en la línea?”
-“Por supuesto. En
el sueño vi a una mujer. Era joven, atractiva, pelo castaño claro,
creo. Pelo lacio, apenas rozando sus hombros. Parecía marrón claro
en las farolas. Ella salió de un edificio, llevando un pequeño
perro blanco con una correa. Llevaba pantalones vaqueros y una
camiseta. Había un portero, e intercambiaron algunas palabras. No
podría oír; estaba demasiado lejos.”
-“Ella cruzó la
ancha calle con el pequeño perro
haciendo cabriolas delante de ella. En
el sueño, mi corazón comenzó a golpear con miedo. Quise gritarle
para que volviera, para que volviera adentro del edificio, pero no
podría hablar. La vi tomar el perro en el parque. Ella frotó su
brazo, y pensé que ella pensaba que debería haber tomado una
chaqueta. Las noches son cada vez más frescas. Ella volverá por una
chaqueta, y quizá todo va a estar bien. Pero ella no
hizo.”
Las manos de Celina
temblaron de nuevo cuando levantó la taza a sus labios. “Ella
siguió caminando, con el perro tirando de la correa. La sombra cayó
sobre ella, pero ella no la veía, ella no sabía. Él llegó a ella
por la espalda. Yo no podría verlo, solo sombras. Él había estado
esperando, observando, como yo estaba mirando. Oh, podría sentir su
entusiasmo, su locura , al igual que podía sentir su miedo. El suyo
era rojo, rojo, oscuro, vicioso, y el suyo plata. Sombras rojas,
luz de plata.”
La taza se sacudió cuando la dejó a un lado.
“Esto no es lo que hago. Esto no es lo que
quiero.”
-“Usted está aquí.
Acábelo.”
Ella había perdido todo el
color, y sus ojos pálidos estaban vidriosos. “Él la golpeó, y el
pequeño perro corrió lejos cuando él lo pateó. Ella intentó luchar,
pero él era muy fuerte. Él la golpeó en la cara, la tiró al suelo.
Ella intentó gritar, pero él siguió golpeándola.
Siguió…”
Su respiración se hizo un
poco más profunda cuando se pasó una mano sobre el corazón. “Él le dio una
patada y la golpeó, y la arrastró más profundo en las sombras. Ella
perdió un zapato. Él envolvió una cinta, una cuerda, alrededor de
su cuello. Rojo por el poder. Rojo por la muerte. Firmemente. Ella
luchó por el aire, ella luchó, pero él era demasiado fuerte. Él le
rasgó la ropa. Perra, puta, concha. Odiándola, odiándola, él la
violó. Apretó la cuerda, apretó más y más fuerte, hasta que ella se
quedó inmóvil. Hasta que ella estuvo muerta.”
Las lágrimas
corrieron por las mejillas de Celina. Sus manos
estaban de nuevo en su regazo, apretadas como cables. “Él le había
mostrado para que ella era buena.
Mostrado quien estaba al mando. Pero lo
aprendió. Recogió la
cogió ropa, la puso en un pequeño bolso. Y lo llevó y a ella, a lo
más profundo del parque. Él es fuerte, muy fuerte. Él cuida de sí
mismo. ¿Qué
es más importante, después de todo?”
Su respiración
continuaba lenta y débil y. Sus ojos
miraban fijamente.
-“Hay un castillo,
un castillo en un lago. Él es rey del castillo. Él es rey todo. Él
la tira sobre su hombro, sube por las rocas. Y la pone allí, muy
cuidadosamente. A ella le va a gustar allí. Tal vez, ella
permanecerá allí.”
Mirando fijamente, Celina levantó las manos, las unió y presionó entre sus pechos.
-“Descansa en la paz, puta.
Y le cortó los ojos. Dios, dios, él cortó sus ojos y los puso en
una pequeña bolsa, y la bolsa en el bolso. Hay sangre corriendo por
su cara. Sangre en sus manos. Y él, él se inclina y la besa.
Desperté, yo desperté del sueño con el frió de esa boca sangrienta
sobre la mía.”
La unidad de muñeca de Eve
emitió un sonido breve y agudo, y sacudió a
Celina.
-“Y luego que
hiciste?” le preguntó Eve.
-“Qué hice yo. Bien,
después de que terminé temblando, tomé un tranq. Me dije que era
una pesadilla. Me conozco mejor, pero quería que fuera una
pesadilla, no una visión. Mi don nunca me había llevado a un lugar de
tanta oscuridad, y tenía miedo.
Tomé un tranq y lo utilicé para bloquearlo.
Cobarde, pero no tengo la pretensión de ser valiente. No
quiero ser valiente, no si se trata de algo como
esto.”
Ella tomó su café otra vez.
“Pero esta mañana, prendí la pantalla. Tiendo a evitar los canales
de noticias, pero me vi obligada a comprobar. Tenía que saber. Y vi
el informe. Pasaron la foto de una mujer bonita, con el pelo marrón
claro. Dijeron su nombre. No quise venir aquí. La mayor
parte del policía nacen escépticos. Es por eso que son lo que son. Pero tuve
que venir.”
-"Usted dice que vio esta visión de la víctima. Pero no vio a su atacante?”
-“Vi… su esencia, se podría
decir. Vi una forma.” Su garganta se movió al tragar. “Me asustó,
más de lo que me he asustado nunca en mi vida. Y, francamente, no
iba a venir aquí. Iba a intentar dejarlo de lado. Saber eso sobre
mí misma hizo que sienta pequeña y vil.”
Ella levantó una mano, jugando con una cadena
alrededor de su cuello. Sus uñas estaban pintadas de un rojo
intenso y brillante, con medias lunas de color blanco vibrante.
"Por eso vine, debido a que Louise me habló de usted. Y voy a
tratar de ayudar.”
-“Cómo se prepone
ayudar?”
-“Puede ser que vea
más si toco algo el suyo, algo que él había tocado. No sé.” Un
parpadeo de la irritación corrió encima su cara. “Éste no es mi
campo. Es un nuevo camino para mí, y usted no está haciendo esto
más fácil.”
-" No es mi trabajo hacer que sea fácil,
Sra. Sánchez. Mi trabajo es investigar."
"Bueno, entonces, investiga
todo lo que quieras," replicó ella. "Sólo puedo decirle lo que sé.
Se que el hombre que hizo esto es grande, o piensa de sí mismo de
esa manera. Sé que es fuerte. Muy fuerte. Yo sé que él está loco. Y
sé que esta mujer, Elisa Maplewood, no era la primera. Lo ha hecho
antes. Él no tiene la intención de que ella sea la última.
"
-"¿Cómo lo sabes?"
-"No puedo decirte porque no lo entenderías." Ella se inclinó hacia adelante ahora, con urgencia. -"Es lo que yo sentía de él. La odiaba, y el odio le emociona y le asusta. El odio y el miedo, el odio y el miedo. Esos son primordiales. Él odia a todas ellas y les teme también. Yo no sé por qué la vi, lo vi. Tal vez ella y yo estuvimos conectadas en alguna otra vida, o lo estaremos en un futuro. Pero tengo miedo. Tengo más miedo de lo que he tenido siempre, que estoy conectada, de algún modo, a él. Tengo que ayudar a detenerlo, porque creo que me voy a volver loca si no lo hago."
-" Y tu tarifa?"
Labios de Celina torcida en una sonrisa tensa.
-" Soy muy cara y bien valgo la pena. Pero me gustaría hacer esto pro bono. Con una sola condición."
-" ¿Cuál es? "
-" No quiero, bajo ninguna circunstancia, que mi nombre sea entregado a la prensa. No quiero que nadie sepa, más allá de aquellos que son absolutamente necesarios, que yo estoy involucrada. No sólo porque es el tipo de publicidad que encuentro irritante, no sólo porque esa exposición genera interés en el tipo de clientela que trato evitar, sino porque tengo miedo de él."
-"Se lo haremos saber. Gracias por venir ".
En una medio sonrisa, Celina se puso de pie." Eres siempre tan difícil? "
-" Usted dígame. Usted es el psíquico."
-“No leo mentes.”
El tono de Celina adquirió
un borde cuando tiró el pelo hacia atrás. “Y no leo a la gente sin
su permiso.”
-“Puedo prometerte,
que nunca conseguirás la mía. Tengo un trabajo de hacer,
MS Sánchez. Añadiré
lo que me dicho y su oferta en la mezcla. Estaremos en
contacto.”
-“Al parecer Louise
estaba equivocada después de todo. No me gusto usted.” Se volvió
y caminó rápidamente hacia fuera.
-“Bueno,
caramba, no tenía
que venir y dañar mis sentimientos.”
-“Fuiste un poco
dura con ella,” comentó Peabody. “¿No le creíste?”
-“No dije eso. Mi
veredicto sobre ella es reservado hasta que la investiguemos.
Córrela.”
-“Sir, ella no puede
tener licencia si tiene una hoja.”
-“Ella no puede
tener licencia si la han condenado,” corrigió Eve y se dirigió
hacia fuera. “Córrela. A fondo. Y rastrea a Louise Dimatto. Quiero
ver lo que ella tiene que decir.”
-“Bien pensado. Lo
cuál, por supuesto, es evidente,” añadió Peabody cuando Eve le
envió una mirada fría. ¿“Si compruebas que está limpia, la vas a
utilizar?”
-“Utilizaría un mono que de dos cabezas que habla si me ayuda a agarrar a este tipo. Pero ahora, vamos a hacer nuestro tedioso trabajo de poli de camino a nuestro aburrido trabajo de poli. ”
***************
El depósito de cadáveres
fue su primera parada. Ella podría contar con el Jefe Médico
examinador Morris para hacer el trabajo y darle los datos que ella
necesitaba, sin mucha burocracia.
Ella lo encontró en autopsia, con su equipo de
protección sobre un juego traje de color azul acero de tres piezas.
Mirándolo más de cerca, vio un chaleco decorado con dibujos
abstractos de mujeres desnudas.
No consideraban a Morris una pieza de moda sin
causa. Su pelo largo y oscuro estaba recogido en una trenza
brillante que colgaba cuidadosamente entre sus omóplatos. Todavía
tenía el bronceado de sus vacaciones En ese momento, sus manos
selladas estaban manchadas con sangre y líquidos corporales.
Tarareaba una melodía alegre mientras trabajaba.
Él echó un vistazo cuando
Eve y Peabody entraron, y detrás de sus gafas, sus ojos oscuros
sonrieron.
-“Me has costado
casi veinte años.”
-“Cómo hice
eso?”
-“Aposté a Foster
que estarías antes de las once. Estuviste cerca.”
-“Me colgaron un
psíquico. ¿Cuál es su posición sobre ese tipo de cosas?
”
-“Creo que todos nacemos
con dones innatos, habilidades, potencialidades y algunos de esos
dones no son fáciles de explicar. También que creo que el noventa
por ciento de los que dicen ver son sucios mentirosos
putrefactos.”
-“Subiría esa última
pasada un par de puntos de porcentaje, pero es mi parecer,
también.” Ella miró el cuerpo ahora. “Qué ves?”
-“Una mujer joven
muy desafortunada que, dependiendo de sus filosofías personales, ya
no ve nada, o ahora ve todo. Trauma severo,” comenzó. “Pre-mortem.
Él se ensañó con ella, Dallas. La agredió sexualmente sin dejar
ninguno de sus líquidos atrás. Se
había sellado para la
violación.
Estrangulación, es la causa de la muerte. El
arma del asesinato es la cinta. La mutilación era post mortem.
Cortes limpios. Alguien que ha estado
practicando.”
-¿“Cómo de limpios?
¿Quirúrgico?”
-“Si él es doctor
–un cirujano-
no se graduó primero en su clase. Diría que utilizó un
escalpelo láser y con buena habilidad, pero no una habilidad excepcional.
Varias pequeñas puntas.” Hizo un gesto a un segundo par de
microgoggles. ¿“Quieres ver? ”
Sin decir nada, Eve se puso
las gafas, inclinándose sobre el cuerpo con
Morris.
-¿“Veas aquí? ¿Aquí?” Él hizo un gesto con la cabeza hacia
la pantalla donde las heridas estaban magnificadas para que Peabody
pudiera estudiarlas también. “No es preciso. Le tiembla un poco la
mano, diría yo. Y encontré el líquido. Él melló el globo del ojo
izquierdo un poco, aunque haremos que Dickhead lo confirme en el
laboratorio.”
-“Está
bien.”
-“No he encontrado
ningún rastro de él en ella. Hierba, suciedad, algunos filamentos
de pelo, ninguno humano. Querrás
a Dickhead en eso. Algunos podrían ser caninos, pero eso es una conjetura
puesto que ella era dueña del perro. De
ella era toda la sangre. ” -“Eso es malo malditamente malo.
Fibras?”
-“Algunas, debajo de
sus uña, en su persona. Ella no cayó fácilmente. Están en el
laboratorio, pero me parece que son de tela, lo más probable es que
sean de su propia ropa. Algunos son probablemente de su camisa
porque hay un poco de sellante en ellos, también.”
Eve se enderezó, quitándose las gafas. “Has visto
algo como esto antes?”
-“De mi lugar,
Dallas, se ve cada cosa maldita. Pero esto precisamente, no. ¿Y
tu?”
-“No con todos los
elementos juntos.”
Pero sus tripas le dijeron que los vería
otra vez.
***************
Ella está limpia, Dallas.
Sánchez. Ninguna detención, ni antecedentes
criminales.” Peabody estudió la lectura mientras que Eve conducía a
la parte alta. “Quieres oír el informe?”
-“Los puntos
culminantes.”
-" Fecha de Nacimiento 3 de febrero de 2026,
Madison, Wisconsin. Brrr. Ambos padres viven en
Cancún. Eso está mejor! No hay hermanos. Las
escuelas privadas hasta el final. El matrimonio no. Una
COHAB, por un período de tres años que terminó hace unos catorce
meses. Sin hijos.
Registrada y con licencia como sensible.
Trabaja por su cuenta.”
-“¿Cuánto tiempo ha tenido
la licencia?”
-“Quince años.
Totalmente limpia. Algunos juicios civiles presentados contra
ella, todos juicios a favor del demandado. Eso es bastante normal para
el trabajo psychics. La gente se molesta porque algo no funcionó de
la manera que querían y los demandan.”
-“La gente
demandaría a las nubes si llueve en su comida
campestre.”
-“Ella hace mucho
trabajo corporativo. Fiestas, convenciones. Consulta privado. Se
gana muy bien la vida con eso. Cerca de siete, ocho veces que este
humilde detective de homicidios. Dirección actual: reside en el
Soho desde hace doce años. También tiene una residencia en
Oyster Bay.
Agradable. Me suena a legit.”
-“Uh-huh. Rastreaste
a Louise?”
-“Ella está en el
refugio hoy.”
-“Oh.” Eve había
estado en la clínica del Canal Street. Sin embargo había estado
esperando para presentarse personalmente en el refugio para mujeres
que Roarke había fundado.
-“Iremos a la
residencia de la Vic primero. Si nos sobra tiempo, pasaremos y
hablaremos con Louise.”
-“He estado
queriendo ver por mí misma Dochas,” comentó
Peabody.-“Charles dice que Louise está en su salsa realmente
allí.”
-“Hablas con
Charles?”
-“Claro. De vez en
cuando.”
Como Charles,
compañero profesional y autorizado, era el amigo de Louise, y había
sido el amigo de Peabody, sin la diversión sexual le parecía a Eve como
extraño.
Pero los recovecos de las relaciones siempre le
parecieron extraños. La suya, incluida.
-“Ha habido suerte
con la cinta?”
-“Si llama suerte al
hecho de que más de treinta distribuidores al por menor en la
ciudad de Manhattan la tengan, entonces sí. Tengo a los
fabricantes, los distribuidores. Es un artículo bastante común,
Dallas, en tiendas de artesanía , los almacenes para
fiestas.
Algunos de los mejores grandes almacenes lo
llevan en su departamento de preparar regalos. Va a ser difícil
encontrar su origen.”
-“Si fuera fácil,
todos serían polis. ”
***************
No fue nada fácil interrogar a Deann Vanderlea otra vez. La mujer parecida agotada, enferma y agobiada por la preocupación y la pena.
-“Lo siento tenemos que
revisar.”
-“Está bien. Luther,
mi marido, está retrasado. Tráfico aéreo. Lo haría mejor si
estuviera aquí. No
puedo hacerlo mal.”
Ella hizo un gesto hacia
las sillas en la sala de estar. La túnica de descanso había sido
substituida por pantalones negros slouchy y una camisa blanca, de
gran tamaño, pero su -pelo todavía estaba revuelto y sus pies
desnudos.
-"No he dormido, y
me estoy colgando de las uñas en este momento. ¿Tiene usted alguna
noticia? ¿Ha encontrado al hombre que hizo esto?"
-"No. La investigación está en curso, y estamos utilizando todos los recursos."
-"Era demasiado esperar.” Ella miraba alrededor,
distraídamente.
“Debo hacer café, o té. O algo.”
-“No se preocupe.” Peabody habló suavemente, un
tono que Eve nunca lograba con la misma facilidad. “Si quisiere
algo, me gustaría conseguírselo.”
-“No gracias, no Vonnie -ella está durmiendo
otra vez. Ella y Zanna. No sé si ella entiende, entiendo realmente,
que su madre no va a volver. Ella lloró. Lloró y lloró. Todos lo
hicimos. Ella se quedó dormida, agotada y la puse de nuevo en la
cama. A Zanna, también. Las puse juntas, así que ninguna de las dos
se despertarán solas.”
-“Ella tendrá asesoramiento, señora
Vanderlea.”
-“Sí.” Deann asintió con la cabeza hacia
Peabody. “He hecho llamadas. Estoy tomando las medidas. Quiero, yo
necesito… a dios. Luther e yo, queremos tomar hacer los arreglos
para Elisa. Por su memoria. No estoy segura de con quién tengo que
hablar sobre eso, o cuándo, o…. Necesito hacerlo.”
Un estremecimiento corrió a través de ella. -“Yo estaré bien, siempre y cuando siga haciendo algo."
-“Pondremos a alguien en
contacto con usted,” le dijo Eve.
-“Bueno. He llamado
a nuestros abogados también, para arreglar la custodia de
emergencia de Vonnie. Para comenzar procedimientos para hacerla
permanente tan pronto como nos sea posible. Ella no va a ser
arrancada del único hogar que ella ha conocido. He hablado con los
padres -bien, la su madre y el padrastro de Elisa.
Su madre...”
Su voz se rompió otra vez, y ella sacudió su
cabeza ferozmente como si se negara el lujo. “Van a venir aquí hoy
más tarde, para que podamos sentarnos y hablar sobre que es lo
mejor. De alguna manera.”
-“Elisa estaría muy agradecida que tomando a su
cuidado a su hija. Estaría muy agradecida de que nos esté ayudando
a hacer nuestro trabajo.”
-“Sí.” Deann enderezó sus hombros ante las
palabras de Eve. “Eso espero.”
-¿“Qué sabe acerca de Abel
Maplewood? El padre de Elisa.”
-“Un hombre difícil, en mi opinión. Pero él y
Elisa lograron mantener una buena relación. No he podido
encontrarlo para avisarle. Él está en el oeste, en alguna parte.
Omaha, Idaho, Utah…. Estoy tan dispersa.” Ella se pasó ambas manos
por el pelo. “Él ha estado allí hace una semana o algo así,
visitando a su hermano, creo. Probablemente limpiándolo, para ser franca.
Elisa siempre le daba dinero. Su madre que va a intentar alcanzarlo
hoy.”
-“ Sería bueno si teníamos su
paradero. Solo rutina.”
-“Veré si les puedo conseguir la información. Y
se que necesitan mirar sus habitaciones. Puse a las niñas en el
cuarto de Zanna, así que las no perturbarán.” Ella comenzó a
levantarse, pero Peabody le puso una mano en el
hombro.
-“Porqué no se queda aquí, y trata de
descansar. Sabemos donde están sus habitaciones.”
La dejaron allí. “Graba,
Peabody.”
Entraron en una habitación pequeña, alegre
pintada con colores llamativos. Había unos pocos
juguetes dispersos
alrededor, y una pequeña cesta con un
cojín rojo que Eva supuso era una especie de cama para el
perro.
Caminaron por ella y el
dormitorio de Elisa. “Toma nota para que
EDD eche un vistazo a sus" vínculos y sus unidades de datos.” Ella
fue a la cómoda primero y luego comenzó
a revisar sus cajones.
Ella ya tenía una impresión
de una mujer muy trabajadora asentado, contenido.
La búsqueda en sus habitaciones no hizo nada
para cambiar eso. Había una serie de fotografías enmarcadas, la
mayor parte de la niña. Había flores y las pequeñas de las
baratijas que a mujeres les gusta tener alrededor.
Su guardarropa era casual, con dos buenos
trajes, dos buenos pares de zapatos.
No había nada en él que hablara de un
hombre.
Ella comprobó el vínculo de su cabecera ',
levantado el último entrante. Era de su madre, una conversación,
cariñosa que incluía al
niño hacia el final, cuando la niña corrió
por la habitación y balbuceó lejos de su gamma.
-“Dallas, creo que encontré algo.”
Peabody levantó una cesta. Esto estaba en el armario debajo de la pantalla
del entretenimiento del living.
-“Qué es eso?”
-“Una cesta de coser. Material para trabajo
manual. Ella hacía manualidades.” Peabody levantó una madeja de
cinta. No era roja, sino que era el mismo tipo básico con que la
habían matado.
Eve se adelantó para tomarlo cuando una niña
entró en la habitación. Ella era pequeña, con el pelo rizado tan
rubio que era casi blanco alrededor de una cara bonita, mofletuda.
Ella se restregó los nudillos en los ojos.
-“Eso es de mi mamá. Se supone que no deben
tocar la cesta de la costura de la mamá, así dice al
menos.”
-“Ah…”
-“La tomaré,” Peabody murmuró, y dando la cesta
a Eve, se agachó a nivel de la niña. “Hola, tu eres Vonnie?”
La niña se encogió de hombros. “Se
supone que no debo hablar con extraños.”
-“Así es, pero está bien hablar con la policía,
no es así?” Peabody sacó su insignia, se la dio a la niña. “Tu mamá
te habló sobre la policía?”
-“Ella ayuda a gente y agarra a chicos
malos.”
-“Así es. Soy la detective Peabody, y ésta es
la teniente Dallas. ”
-“Whatsa
Loonat?”
-“Es un trabajo,”
dijo Peabody sin perder el ritmo. “Significa que ella es un policía
que atrapa a montones de chicos malos.”
-“Está bien. No puedo encontrar a mi mamá.
Duermo con tía Deann. Ustedes pueden ustedes encontrar a mi
mamá?”
Los ojos de Peabody se encontraron con los de
Eve por sobre la cabeza de la niña.
-“Porqué no vamos a buscar
a tu tía Deann?” sugirió Peabody.
-“Ella está durmiendo.” Su voz era aguda y sus
labios comenzaron a temblar. -“Ella me dijo que un hombre malo
lastimó a mi mamá y ella no puede volver a casa. Quiero que mi mamá
vuelva a casa ahora.”
-“Vonnie...”
Pero ella se soltó de Peabody y se plantó
delante de Eve. “¿Un hombre malo lastimó a mi
mamá?”
-“Debes venir conmigo ahora,
Vonnie.”
-“Quiero que ella me diga.” Ella señaló con su
dedo meñique a Eve, empujado hacia fuera su labio inferior. “Ella
es el Loonat.”
Jesús, pensó Eve. Oh, Jesús. Ella sacudió su
cabeza, señalando a Peabody que buscara a Deann, después aspiró y
se agachó como Peabody lo había hecho. “Sí. Lo
siento.”
-“Porqué?”
-“No sé.”
Las lágrimas llenaron los grandes ojos del
color de las campanillas. “Ella fue al doctor?”
Eve pensó en Morris, la tabla de acero, las
luces frías, claras del depósito de cadáveres.
-“No
exactamente.”
-“Los doctores te ponen mejor. Ella debe ir al
doctor. Si ella no puede volver a casa, puedes llevarme con
ella?”
“No puedo. Ella es… ella está en un lugar donde
no podemos ir. Todo lo que puedo hacer es encontrar a la persona
que la lastimó, así él puede ser castigado.”
-“Él tendrá que permanecer en su
habitación?”
-“Sí, así que él no puede dañar nunca más a
ninguna persona.”
-“Entonces ella puede volver a
casa?”
Eve la miró impotente, desamparada y débil de
alivio cuando Deann entró precipitadamente.
-“Vonnie. Ven conmigo, bebé.”
-“Quiero a mi
mamá.”
-“Lo sé, bebé. Lo
sé.” Deann la alzó, la acurrucó con ella
cuando la niña comenzó a llorar en su hombro. “Me quedé dormida. Lo siento.”
-“Sé que es duro. Sé
que es un mal momento para todos. Necesito preguntarle adónde ella
consiguió los suministros de esta cesta.”
-¿“Su cesta de
costura? Aquí y allí. Le gustaba hacer cosas. Fui con ella algunas
veces. Ella trató de enseñarme pero me desesperaba. Había un lugar
en la Tercera -ah, Dios-um, ¿Qué Coser?. Y una casa de suministros
grande en el centro, cerca de Unión Square. Artesanias
Totales, creo. Y otra en el Centro
Comercial Sky. Lo siento.”
Ella se meció hacia adelante y hacia atrás
sobre sus talones, frotando ligeramente el pelo de Vonnie. “Si
pasaba por una tienda, ella entraba y raras veces salía con las
manos vacías.”
-“Usted sabe dónde compró
esto, específicamente?” Eve levantó la cinta.
-“No, no lo
se.”
-“Voy a organizar
todo para llevar su equipo de datos y de comunicación. ¿Todas sus
transacciones y transmisiones se hicieron y recibieron en estas
habitaciones?”
-“Podría haber
llamado a su madre, por ejemplo, de uno de los otros 'vínculos.
Pero ella hacía todo su trabajo personal en su propia unidad.
Necesito llevar a Vonnie abajo.”
-“Adelante.” Eve
estudió la cinta.
-“Es un buen avance,” dijo
Peabody.
-“Es un avance.”
Ella puso la cinta en su bolso de pruebas. “Vamos a
correrlo.”
La puerta principal del
ático se abrió mientras que Eve volvió a la sala de estar. El
hombre que entró tenía un mechón de pelo dorado, una cara pálida,
cansada.
Vio a Deann
levantarse del sofá donde sostenía a Vonnie, y con el niño todavía
en sus brazos, saltar hacia él.
-“Luther. Oh, dios,
Luther.”
-“Deann.” Él los
envolvió en sus brazos, y dejó caer la cabeza en
el hombro de su esposa. “¿No es un error?”
Ella sacudió su cabeza, y soltó el llanto que
Eve imaginó había estado conteniendo por horas.
-“Siento
entrometerme. Soy el teniente Dallas.”
Él levantó la cabeza. “Sí. Sí, le reconozco.
¿Deann? Amor, lleva a Vonnie al dormitorio.” Él los besó a ambos, y los dejó ir.
-“Siento mucho su
pérdida, Sr. Vanderlea.”
-“Luther. Por favor.
¿Qué puedo hacer? Hay algo que debo hacer?”
-“Ayudaría si usted
contestara algunas preguntas.”
-“Sí. Está bien.” Él
miró en la dirección que su esposa se había ido. “No pude llegar
aquí más rápido. Me pareció una eternidad conseguir llegar a casa.
Deann me dijo…. Todavía no lo tengo muy claro. Elisa-ella sacó a
pasear al perro, y ella fue… Deann dijo que la violaron y que fue
asesinada. Violada y asesinada en el parque.”
-¿“Le habría dicho
si alguien la molestaba, o si estaba preocupada por
algo?”
-“Sí.” Lo dijo sin
vacilación. “Si no a mí, ciertamente le habría dicho a Deann.
Estaban muy cercanas. Nosotros…. Somos familia.” Él se sentó, dejó
caer su cabeza hacia atrás.
-“¿Eran ustedes y MS
Maplewood muy cercanos?”
-“Usted está
preguntándome si
Elisa y yo teníamos una relación sexual. Me preguntaba si lo haría
y me dije que no me sentiría insultado. Estoy intentando no
sentirme así.
No engaño en mi esposa, teniente. Ciertamente no me aprovecharía de
una mujer muy vulnerable a mi servicio, una mujer que me gustaba
mucho, una mujer
que trabajó muy duro para dar a su niño una
buena vida.”
-“No pretendo
ofenderle. ¿Porqué caracteriza a MS Maplewood como
vulnerable?”
Él pellizcó el puente de su nariz, bajó su
mano. “Porque era un una madre que había sido maltratada por su
marido, que dependía de mí para su sueldo, para tener un techo
sobre su cabeza, por eso. No es que ella no habría podido encontrar
otro empleo. Ella sabía trabajar. Pero ella podría no haber encontrado una
situación que permitiera a su niña crecer en un hogar como este,
con una amiga, con gente que la quería. El bienestar de Vonnie era
lo primero para Elisa.”
-“Era amenazada por
su exmarido?”
Él sonrió, sin humor. “No más. Era una mujer
fuerte, que lo puso en su lugar. En el pasado.”
-“Usted conoce a
alguien que quisiera lastimarla?”
-“Absolutamente no.
Ésa es la verdad de dios. No puedo resignarme, no completamente, al
hecho que alguna persona lo hizo. Sé que ustedes tienen un trabajo
de hacer, pero yo también. Mi esposa me necesita, los niños me
necesitan. ¿ Podemos dejar para más adelante cualquier otra cosa
que tengamos que hacer?”
-“Sí. Quiero llevar
esto.” Ella sacó el rollo de cinta. “Puedo darle un
recibo.”
-“No necesario.” Él
se levantó, frotados sus manos sobre su cara.
-“He oído que usted
es buena en su trabajo.”
-“Soy buena en
él.”
-“Dependo de usted.”
Le ofreció la mano. “Todos lo hacemos. ”
***************
Recorrieron todas las
tiendas de artesanías, cruzando Manhattan en el camino al de la
ciudad.
Eve no tenía idea de que había tantos
implicados en la fabricación y confección de cosas tan fácilmente
disponibles. Cuando expresó su opinión, Peabody sonrió y toco unos
hilos brillantes de colores que se vendían en
madejas.
-“Hay mucha
satisfacción en hacer algo por uno mismo. Seleccionar los colores, los
materiales, el modelo. Personalizarlo y verlo
nacer.”
-“Si tu lo
dices.”
-“Hay muchos
artesanos y artistas en mi familia. Va con toda la filosofía del
Libre-Ager. Yo misma soy bastante hábil, pero no tengo mucho
tiempo para ello. Todavía tengo el acogedor de té a crochet que mi
abuela me ayudó a hacer cuando tenía diez años.”
-“Ni siquiera se lo
que es eso.”
-“Qué, el acogedor
de té o el crochet?”
-“Cualquiera, y me
encuentro con que no tengo ningún interés en descubrirlo.” Ella
estudió los estantes y los exhibidores, llenos de suministros y
productos. “Muchos los vendedores con los que hemos hablado
recuerdan a Maplewood. No se ve a muchos hombres en estos
lugares.”
-“La costura sigue
siendo sobre todo el trabajo y/o la afición de la mujer. Es una
lástima. Puede ser muy relajante. Mi tío Jonás hace punto hasta en una
tormenta y dice que es una de las razones por las que tiene ciento
seis años vitales. O siete. O quizá ocho.”
Eve no molestó responder pero salió de la
tienda. -“Nadie, hasta el momento, recuerda a algún hombre molestar
a Elisa o a cualquier otro cliente por este asunto. Nadie haciendo
preguntas acerca de ella, merodeando alrededor. El mismo tipo de
cinta. Tiene que haber una conexión.”
-“Él habría podido
comprarla en cualquier lugar, en cualquier momento. Puede haberla
visto en uno de los almacenes y después volvió a comprar la
suya. Tú sabes, tienen tiendas de artesanía, también. Él habría
podido toparse con ella en una de esas. Apuesto a que ella iba a
las ferias, quizá llevaba a los niños.”
-“Esa es una buena
línea. Compruébala hacia con los Vanderleas.” Ella se paró en la
acera, con los pulgares en los bolsillos delanteros, con los dedos
golpeando ligeramente en sus caderas mientras la gente caminaba a
su alrededor. “Haz eso más tarde. Ellos necesitan un poco de
espacio. Estamos solo a algunas
cuadras del refugio. Preguntaremos a Louise
sobre la bruja. ”
-“Una sensitiva no es
necesariamente una bruja, al igual que las brujas no son
necesariamente sensitivas. Hey, hay un deslizamiento del
carro!”
-“Espera, espera!”
Eve presionó una mano a su sien, mirado fijamente el cielo. “Estoy
teniendo una visión. Eres tu con un perro de soja relleno en la
boca.”
-“Iba a ir por un
pincho de frutas y tal vez una ensalada pequeña. Pero ahora has
puesto el perro maldito en mi cabeza y tengo que tenerlo.
”
-“Lo sabía. Consígueme algunas papas fritas y un tubo de Pepsi.”
-“Sabía eso,” contestó Peabody. Pero estaba demasiado feliz con la idea que conseguiría realmente almorzar para quejarse por tener que pagar.
No parecía un refugio, pensó
Eve.
Se veía, del
exterior por lo menos, como un edificio bien mantenido, modesto,
de varios residentes. Apartamentos con ingresos medios, sin portero.
El observador ocasional no notaría ninguna cosa especial sobre él,
incluso si él molestaba en mirar.
Y eso, se recordó Eve, era exactamente el
punto. Las mujeres y los niños que huían allí, no querían que
ninguna persona lo notara.
Pero si fuera un poli, probablemente
observarías y aprobarías la seguridad de primer nivel. Exploración
completa de ropas, hábilmente disfrazadas en adornos y molduras
simples. Pantallas de aislamiento activadas en todas las
ventanas.
Si eras un poli y conocías a Roarke, podrías
estar seguro que había sensores de movimiento en cada acceso, con
alarmas de primer nivel. La entrada requeriría la identificación de
la placa de palma, código del teclado numérico, y/o la
autorización desde adentro.
Había seguridad -probablemente las veinticuatro
horas al día humana y del droid- y podrías apostar su culo a que el
lugar entero se cerraría como una cámara acorazada ante cualquier
intento de forzar la entrada.
No solo era un refugio, sino una
fortaleza.
Dochas, en gaélico “esperanza,” era tan segura,
-probablemente más segura debido a su anonimato- como la Casa
Blanca.
¿Si ella hubiera sabido que
existían esos lugares, ella habría huido a uno de ellos en vez de
vagar por las calles de Dallas, como una niña rota, traumatizada y
perdida?
No El miedo la habría
llevado a correr lejos de la esperanza.
Incluso ahora, conociendo mejor, se sentía
incómoda caminando hasta la puerta.
Los callejones eran más fáciles, pensó, porque
sabías que había ratas en la oscuridad. Uno las
esperaba.
Pero llegó y tocó el
timbre.
Antes de que pudiera hacer una señal, la puerta
se abrió.
La Dra. Louise
Dimatto, ese paquete rubio de energía, la saludó.
Llevaba un abrigo azul pálido de laboratorio
sobre una camisa sencilla y un pantalón negro.
Dos aros minúsculos del oro brillaban en su
oreja izquierda, con un tercero en la derecha. No tenía anillos en
sus competentes dedos y una unidad de muñeca lisa, en su mano
izquierda.
Nada sobre ella gritaba dinero, aunque provenía
de grandes mares del verde.
Era bonita como postre helado de la fresa,
elegante como flauta de cristal de champán, y una reformadora nata
que vivía para luchar en las trincheras.
-“Ya era la maldita
hora.” Agarró la mano de Eve y tiró de ella hacia adentro. “Había
comenzado a pensar que tendría que llamar al 911 para conseguir que
vinieras aquí.
Hola, Peabody. Muchacha, te ves muy
bien.”
Peabody le dijo. “Gracias.” Después de una
considerable experimentación, había encontrado lo que le gustaba
pensar como su imagen de detective con líneas simples, colores
interesantes, y los airsneaks o las sandalias que
hacían juego.
-“Apreciamos que te
tomaras un momento,” comenzó Eve.
-“El tiempo se hace
constantemente. Mi meta es hacer lo suficiente porque hay
veintiséis horas al día. Eso debería ser casi mediodía. ¿Qué tal
una gira?”
-“Necesitamos”
-“Vamos” Mantuvo la
mano de Eve atrapada en la suya. “Déjenme mostrarles un poco. El
remodelado y la rehabilitación finalmente están completos, aunque
Roarke me dio carta blanca para decorar o para el equipo adicional. El
hombre ahora es mi dios.”
-“Sí, a él le gusta
esa parte”
Louise rió, y enganchó sus brazos en Eve en un
lado y en Peabody del otro. “No tengo que decirte que la seguridad
es impecable.”
-“No hay seguridad sin
defectos.”
-“No seas un poli,” se quejó y le dio a Eve un
pequeño golpe en la cadera. “Tenemos salas comunes aquí. La cocina
y un gran comedor, la biblioteca, una sala de juegos, y lo que
llamamos la sala de estar.”
Eve podría oír ya la charla cuando Louise las
llevó a través de un vestíbulo, haciendo un gesto hacia las
habitaciones. Las mujeres y los niños charlaban, pensó Eve. El tipo
que siempre la hizo sentir torpe y nerviosa.
Olía a chicas, demasiado -sobre todo porque veía- a un par de chicas jóvenes que corrían a medio galope hacia lo que era probablemente el área de la cocina
Había olores de cera y las
flores y lo pensó podrían
ser productos para el cabello. Tonos de limón,
vainilla y caramelo, olor que siempre se asociaba a los grupos de
mujeres.
Había mucho color en el lugar así como mucho
espacio. Colores alegres, muebles cómodos, lugares para sentarse
solo y lugares para conversar.
Ella vio inmediatamente que
la sala de estar era el lugar popular.
Había alrededor de una docena mujeres de
diversas edades y las razas reunidas allí. Sentadas en los sofás,
en el piso con los niños, que tenían también diversas edades y
razas. Hablaban, o se sentaban en silencio, miraban la pantalla del
entretenimiento o hacían juegos malabares a bebés en sus
regazos.
Ella se preguntaba porqué
la gente rebotaba siempre a los bebés cuando ellos parecían –según
su cuidadosa observación- que el movimiento constante le provocaba
solo que lo que tenían en sus sistemas digestivos fuera arrojado
hacia fuera. Por cualquiera de los extremos.
No todos los bebés aparecían apreciarlo,
tampoco. Uno de ellos burbujeaba lo qué podía haber sido alegría,
pero dos otros hacían sonidos que recordaban a los caños de escape
de los vehículos.
No parecía molestar a nadie en particular.
Ciertamente no el grupo de niños en el piso, jugando o discutiendo
sobre la elección de sus actividades.
-“Señoras.”
La conversación murió a medida que las mujeres
miraban hacia la entrada.
Los niños se cerraron como almejas.
Los bebés continuaron lamentándose o burbujeando.
-“Quisiera
presentarles a la teniente Dallas y a la detective Peabody. ” En la
pausa del momento, Eve vio la reacción ante la idea de la polis. La
imagen en sí misma, el parpadeo nervioso de ojos, el acercamiento
entre sí de los niños.
El abusador podía ser el
enemigo y la Dra. Louise la aliado, pero los polis, pensó Eve, eran
lo desconocidos y podían caer en cualquier campo.
-“La Teniente Dallas
es la esposa de Roarke, y ésta es su primera visita. ” Hubo alivio
para algunas- alivio de la tensión en las caras y en los cuerpos,
incluso sonrisas provisorias. Y en otras, continuó habiendo
sospecha.
No era solo una mezcla de edades y de razas.
Había también una mezcla de lesiones.
Contusiones frescas, descoloridas. Huesos
reparados. Vidas en reparación.
Ella conocía su
aprehensión; la sentía ella misma. Y odió que mientras que Louise
la miraba expectante, su piel se estuviera enfriando y su
garganta cerrando.
-“Es un bonito lugar
el que tienen aquí,” les dijo.
-“Es un milagro.” La
mujer que habló se levantó. Cojeaba levemente mientras cruzaba la
habitación. Eve la fijó aproximadamente en los cuarenta años y por
el aspecto de su cara, había tenido un golpe desagradable y
reciente. Ella le tendió una mano a Eve.
-“Gracias.”
Ella no quería tomar la mano ofrecida. No
quería la conexión, pero no tuvo opción cuando la mujer la miró con
expectativa, y horriblemente, con gratitud. “No hice
nada.”
-“Usted es la esposa
de Roarke. Si hubiera tenido el valor de venir a un lugar como
este, ir a la policía, buscar ayuda antes, mi hija no estaría
lastimada.”
Ella dio vuelta levemente, señalando con un
gesto hacia una muchacha con el pelo oscuro rizado y un skincast en
su brazo derecho. “Ven y dile hola a la teniente Dallas, Abra.
”
La muchacha obedeció y
aunque presionó su cuerpo contra las piernas de su madre, miró con
curiosidad a Eve. “La policía detiene a la gente que te lastima.
Quizá.”
-“Sí. Ella lo
intenta.”
-“Mi papá me dañó,
así que tuvimos que salir.”
Había un sonido horrible a
roto cuando el hueso se rompía. Un dolor terrible y
brillante. Una náusea grasienta que te inundaba. Una neblina roja
de shock sobre los ojos.
Eve lo sentía todo otra vez mientras estaba
allí, mirando a la muchacha. Quería dar un paso atrás, lejos, muy
lejos detrás. Lejos de ella.
-“Tú estás bien ahora.” Su voz sonó fina y distante bajo el
rugido en sus oídos.
-“Él lastima a mi
mamá. Él se enoja y la lastima. Pero este vez no me oculté en mi
habitación como ella dijo, y él me lastimó,
también.”
-“Le rompió el
brazo.” Las lágrimas inundaron los ojos magullados de la mujer.
“Necesité eso para despertarme.”
-“No te culpes,
Marly,” dijo Louise suavemente.
-“Podemos quedarnos
aquí con la Dra. Louise, y nadie te hará daño, gritará o lanzará
cosas.”
-“Es un buen lugar.”
Peabody se agachó, tanto
para apartar la atención de Eve como para
hablar con la niña. Su teniente parecía enferma. “Apuesto que hay
muchas cosas para hacer.”
-“Tenemos tareas, y
profesores. Tienes que hacer tus tareas e ir a la escuela. Entonces
puedes jugar. Hay una señora en el piso de arriba, y ella está
teniendo un bebé.”
-“Eso es así?” Peabody miró
a Louise. “Ahora?”
-“Está en trabajo de
parto. Tenemos servicios de obstetricia y parto y una partera en el
personal a tiempo completo. Trata de mantenerte fuera en esta
etapa, tanto como sea posible por otras veinticuatro horas,
Marly.”
-“Lo voy a hacer. Es
mejor. Mucho mejor. Todo es mejor.”
-“Necesitamos
realmente hablar contigo, Louise.”
-“está bien, solo…”
Louise se calló cuando ella miró la cara de Eve. “Estás
bien?”
-“Bien. Estoy muy
bien. Un poco presionada por el tiempo, eso es
todo.”
-“Vamos a mi
oficina.” Deliberadamente, puso sus dedos en la muñeca de Eve
mientras que caminaban hacia las escaleras. -“Tu piel está húmeda,”
murmuró. “El pulso es rápido y filiforme, y estas pálida. Déjame
hacerte un examen.”
-“Solo estoy
cansada.” Ella se calmó. “Solo tuvimos dos horas de sueño. No
necesito un doctor, necesito la entrevista.”
- “Está bien, está
bien, pero no conseguirás la entrevista a menos que ustedes tragues
un refuerzo de proteínas.”
Había actividad en la segunda planta también.
Voces detrás de las puertas cerradas. Y llanto.
-“Sesiones de
terapia,” explicó Louise. “A veces pueden ponerse intensas. ¿Moira,
tienes un momento?”
Dos mujeres estaban de pie
afuera de lo que Eve presumió era otra sala de terapia u oficina.
Una se volvió y su mirada saltó sobre Louise y atrapó a Eve. Ella
murmuró algo a su compañera, le dio un largo abrazo y después
comenzó a avanzar por el pasillo.
Eve sabía quién ella era.
Moira O'Bannion, anteriormente de Dublín. La mujer que había conocido a la
madre de Roarke, y que después de más de treinta años le hubiera
dicho que qué él había sabido de sus orígenes era una mentira
basada en un asesinato.
La descompostura apretaba el vientre de
Eve.
-“Moira O'Bannion, Eve
Dallas, Delia Peabody.”
-“Estoy muy contenta
de encontrarlas. Espero que Roarke esté bien.”
-“Él está bien. Está
muy bien.” El sudor comenzó a deslizarse como la grasa fría por su
espalda.
-“Moira uno de
nuestros tesoros. Yo la robé.”
Moira rió. -“Reclutado, diremos.
Arrastrado sin
embargo no está muy lejos. Louise es feroz. Ustedes están haciendo
una gira.”
-“No exactamente. No
es una visita social.”
-“Ah. Debo dejarles
entonces que atiendan su asunto. ¿Cómo está el trabajo de
Jana?”
-“Cuatro centímetros
de dilatación, ha pasado el treinta por ciento, según el último
chequeo. Ella tiene un largo camino por delante.”
-¿“Hazme saber
cuándo está lista, está bien? Todos estamos excitados con este
nuevo bebé.” Moira sonrió a Peabody. “Es bueno encontrarlas a
ambas, y espero que no se sientan extrañas. Mis mejores deseos para
Roarke,” le dijo a Eve y siguió su camino.
-“Moira es
brillante,” dijo Louise dijo mientras que abrió camino al siguiente
nivel. “Está haciendo una gran diferencia aquí. Ha sido capaz de
atrapar a algunos de los mejores terapeutas, doctores, psiquiatras,
y consejeros en la ciudad. Bendigo el día que pisaste mi clínica en
el centro de la ciudad, Dallas. Fue el comienzo de un camino
sinuoso que me trajo aquí.”
Ella abrió una puerta, e hizo un gesto para que
entren. “Sin mencionar que me llevó a Charles.” Rápidamente se
dirigió a un gabinete, y lo abrió para revelar un minifridgie. “Que
me recuerda, estamos preparando una cena que quiero realizar.
Mañana a la noche en la casa de Charles, que es más acogedora que
la mía, a las
ocho. ¿Vendrán tú y McNab, Peabody?”
-“Claro. Suena
divertido.”
-“Lo he preparado con
Roarke.” Le dio a Eve y a Peabody un refuerzo de proteína
embotellada.
Ella habría preferido agua helada y una ventana
abierta así podría asomarse y solo respirar. -“Estamos en medio de
una investigación.”
-“Entendido. Los doctores y
los polis aprenden ser flexibles y a vivir con compromisos sociales
cancelados. Salvo emergencias, les esperamos. Ahora
siéntense, beban sus
proteínas. Limón saborizado.”
Porque era más rápida que discutir y podía
hacerlo de una vez, Eve abrió la botella y bebió.
La oficina era un avance con relación a la que
Louise tenía en su clínica. Más amplia, más lujosamente decorada.
Eficiente, como era de esperar, pero con estilo.
-“Qué lugar más
ostentosos tienes aquí,” comentó Eve.
-“Roarke insistió, y
confieso, que no me tuvo que torcer el brazo. Una de las cosas que
buscamos aquí es la comodidad. Hominess. Queremos que estas mujeres
y estos niños, se sientan a gusto.”
-“Has hecho un buen
trabajo.” Peabody se sentó y saboreó su bebida. “Se siente como
hecha en casa.”
-“Gracias.” Ladeando
la cabeza, Louise estudió a Eve. “Bueno, te ves mejor. Tienes mejor
color.”
-“Gracias, doc.” Eve
descargó el envase vacío en la ranura del reciclador. “Ahora dime,
Celina Sánchez.”
-“Ah, Celina. Una
mujer fascinante. Le he conocido por años. Fuimos a la escuela
juntas por un par de años. Su familia está cargada, como la mía.
Muy, muy conservadores, como los míos. Ella es la oveja negra. Como
yo. Así pues, naturalmente somos bastante amigas. ¿Porqué la buscas
a ella?”
-“Ella me hizo una
visita esta mañana. Ella dice que es una
psíquica.”
-“Ella lo es.”
Louise frunció el ceño, y se consiguió una botella de agua con gas.
“Una sensible muy dotada, que practica profesionalmente. Es por eso
que ella es la oveja negra. Su familia la desaprueba y se siente
muy avergonzada por su trabajo. Como dije, son muy conservadores.
¿Por qué ella fue a verte? Celina se especializa en consultas
privadas y trabaja en fiestas.”
-“Ella dice que fue
testigo de un asesinato.”
-“Mi dios. Ella está
bien?”
-“Ella no estaba
allí. Ella tuvo una visión.”
-“Oh. Eso debe haber
sido horrible para ella.”
-“Tu lo compras. Al
igual que…” Eve chasqueó sus dedos.
-“Si Celina fue a
verte y te dijo que había visto un asesinato, es que vio uno. ”
Cuidadosamente, Louise sorbió su agua. “Ella no oculta su don, sino
que mantiene todo muy
profesional y se podría decir,
superficial.”
-“Define superficial,” dijo
Eve.
-“Ella disfruta haciendo lo que hace, y lo ha orientado más
hacia el entretenimiento que a la asesoría, digamos. Ella lo
mantiene ligero. Nunca he sabido que esté implicada en algo
similar. ¿Quién murió?”
-“Violaron,
estrangularon y mutilaron a una mujer en el Central Park
anoche.”
-“Oí hablar de eso.”
Louise se sentó detrás de un escritorio brillante y femenino.“No
dieron muchos detalles. ¿Es tu caso?”
-Sí. Celina tenía muchos de los detalles que no
fueron comunicados. Tú das fe de ella?”
-“La doy. Sí, le
creería, sin ninguna duda. ¿Ella puede ayudar?”
-“Eso aún está por
determinarse. ¿Qué sabe de ella, en un aspecto
personal?”
Louise levantó la botella de agua de nuevo y se
tomó su tiempo bebiendo. “No me gusta hablar de mis amigos,
Dallas.”
-“Soy poli. No
hablo.”
Louise dejó escapar un suspiro. -“Bien, como
dije, ella es de una familia rica, conservadora que no apruebe lo
que hace. Se necesita mucha fuerza de carácter abandonar el dinero
de su familia.”
Ella se recostó, bebió.
“Del lado de su padre son aristócratas de México, aunque él se
trasladó a Wisconsin por varios años para un negocio u otro. Ahora
viven en México, y Celina está anclada en Nueva York, lo hizo su
lugar mientras aún estábamos en la universidad. Más aún diría que
ella quiere a esta ciudad, porque esta ciudad particular esta a
varias miles de millas de su familia, sin embargo en el mismo
continente.”
Ella se encogió de hombros, considerando.
“Diría que ella es sencilla, orientada hacia sus metas. Estudió
parapsicología en la universidad, y otros temas relacionados. Ella
quería saber todo lo que podía sobre su don. Para un sensible, ella
es una mujer lógica, algo lineal. Es leal. Se requiere lealtad para
mantener los amigos por una década o más. Ética. Nunca le he visto
invadir psíquicamente o utilizar su talento para explotar. ¿Ella
conocía a la mujer que fue asesinada? ”
-“No, dijo, en esta vida
particular.”
-“Hmm. Recuerdo
haber tenido discusiones con ella sobre conexiones, pasado,
presente, futuro. No tu estilo, lo sé, solamente una teoría válida
y aceptada, incluso en algunos círculos
científicos.”
-“Qué pasa con las
relaciones personales?”
-“Con excepción de
las amistades, quieres decir. Ella estuvo implicada con alguien
por
algunos años. Compositor, músico. Un hombre
encantador. Rompieron hace un tiempo. Alrededor de un año.” Ella
encogió de hombros. “Es una pena. Me gustaba.”
-“Nombre?”
-“Lucas Grande.
Razonablemente exitoso. Tiene una serie de canciones publicadas y
producidos y trabaja regularmente como músico de sesión. Hace vids,
también.”
-“Porqué
rompieron?”
-“Que siente como
plato. Cómo se relaciona con esto?”
-“Todo se relaciona
hasta que sepa que no se relaciona.”
-“Básicamente, las
cosas se enfriaron entre ellos. Simplemente no eran más felices
juntos, así que se fueron por caminos separados.”
-“Fue
mutuo?”
-“Nunca he oído a Celina hablar
más que lo hace una mujer cuando ella
rompe con un individuo. No veo la veo muy a menudo, no hay tiempo
suficiente, pero de lo que pude ver, ella lo maneja bastante bien.
Se amaron, después no hicieron. Siguieron
adelante.”
-“Alguna vez te
mencionó a Elisa Maplewood.?”
-¿“Es la mujer que
fue asesinada? No. Nunca oí el nombre antes de esta mañana en las
noticias.”
-“Luther o Deann
Vanderlea?”
-“Antigüedades?”
Louise levantó las cejas con interés.-“Los conozco un poco. Creo
que uno de mis tíos juega al golf con el padre de Luther, o algo
así. Es posible que
Celina los conozca, socialmente. Porqué?”
-“La víctima
trabajada para ellos. Doméstica.”
-“Ah. Estás
llegando, Dallas.”
-“Sí, pero nunca se
sabe lo que vas a tomar por allí.”
***************
-“Debes estar muy
orgullosa,” dijo Peabody cuando regresaron al
coche.
-“Huh?”
-“Me gusta este lugar.” Miró hacia Dochas. “Lo
que Roarke ha hecho aquí.”
-“Sí. Él pone su
dinero donde mucha gente no se molesta incluso en poner su
boca.”
Cuando Eve comenzó a salir, Peabody puso una
mano en su brazo. -¿“Qué? ”
-“Ahora somos socios,
verdad?”
-“Como tú siempre me lo recuerdas.”
-“Somos
amigos.”
Dudoso, Eve golpeó ligeramente sus dedos en el
volante. “Es esto por estar descuidada?”
-“La gente tiene cosas privadas. Tiene derecho.
Pero los amigos y socios a descargarse en amigos y socios. No
querías entrar allí.”
No debía mostrarlo, pensó. No se permitía
mostrarlo. “Entré allí.”
-“Porque ustedes
eres un as en hacer cosas que no quieres. Cosas que otra gente se
negaría a afrontar. Solo digo que si algo te ocurre, pueden
contarme. Eso es todo. Y no iría más allá de mí.”
-“¿Me ves hacer
alguna cosa que interfiera con el trabajo?”
“No. Yo solo…”
-“Algunas personas
tiene cosas personales que no se pueden borra con un poco de
corazón a corazón y ricos helados.” Ella se alejó de la acera,
cortó a un taxi, y atravesó
una amarillo. “Porque son
personales.”
-“Está
bien.”
-“Y si vas a
enfurruñarte porque no estoy llorando sobre tu hombro, puedes
absorber eso.” Se desvió por una calle lateral sin pensar en el
destino. “Eso es lo que hacen los policías. Lo absorben, hacen el
trabajo, y no andan por ahí buscando a alguien para acariciar su
cabeza y para decir, “está bien, está bien”. No necesito que
juegues al amigo comprensivo para que pueda descargar mis tripas
por todo el piso para que las examines. Tan solo… mierda, mierda,
cogida.”
Ella dio un tirón al volante, estacionó en
doble fila, e ignorando las ráfagas furiosas de las bocinas,
encendió la luz de En
Servicio.
-“Fuera de línea.
Fuera de órbita. Salida. Nada de esto me pediste.
Nada.”
-“Olvídalo.”
-“Estoy cansada,”
dijo, mirando fijamente por el parabrisas. “Más allá del refuerzo
de las proteínas estoy cansada. Y estoy nerviosa. Y no puedo conseguir todos
los porqués de ello. Solo no puedo.”
-“Está bien. Dallas,
no me estoy enfurruñando. No estoy empujando.”
-“No, no estás.” No
lo estaba, admitió Eve. “Y no me estás dando un puñetazo, incluso
cuando lo merezco.”
-“Tú me golpearías
la espalda y golpeas más duro.”
Con una risita, Eve se frotó las manos en la
cara, después se desplazó de asiento, bajo la mirando a Peabody.
“Tu eres mi socia, y mi amiga. Eres buena en ambas áreas. Tengo… lo
que los psiquiatras llamarían problemas. Tengo que tratar de ellos.
Si ves algo en mi comportamiento que afecte a una investigación,
espero que me digas. De lo contrario, tengo que pedirte, como mi
socia y amiga, lo dejes en paz.”
-“Está
bien.”
-“Está bien. Vamos a
movernos antes de que haya un alboroto, y nos arrastren fuera del
coche y nos pisen hasta matarnos en la calle.”
-“Estoy para
eso.”
Ella condujo la siguiente cuadra en silencio.
“Voy a bajar en casa,” dijo Eve.“Necesitamos
dormir.”
-"¿Eso significa que
vamos a casa para trabajar en el caso en paz?"
-“No” Eve sonrió un
poco. “Voy a reunirme con Mira, después iré a casa y dormiré un poco.
Trabajaré algo esta noche. Si quieres hacer lo mismo, podrías
investigar un poco más. Y verificar el paradero Abel Maplewood en
la noche de ayer.”
-“Lo puedo hacer.
¿Qué vamos a hacer con Sánchez?”
-“Voy a dormir con
ella.”
Como su cabeza estaba muy
perturbada, Eve pensó que era un buen momento para ver a un
psiquiatra. O realmente un mal momento. De cualquier manera, no era
inteligente faltar o cancelar una cita con Mira.
Mira lo tomaría bien, pero su
admin. le
castigaría.
Así que en vez de
estar boca abajo en una superficie plana, tratando de capturar un
muy necesario sueño, estaba sentaba en una de las acogedoras sillas
de la cucharada de Mira, aceptando una taza de té que no
quería.
Mira tenía una cara suave y bonita rodeada por
un cabello suave, bonito de color del visión natural. Le gustaban
los trajes atractivos, monocromáticos. El de hoy era de tono verde
como un buen helado del pistacho. Llevaba un trío de collares de
cuentas con él, en un tono más oscuro del verde.
Sus ojos era el
mismo azul que sus sillas y aunque siempre amable, raramente se
perdía un detalle.
-“Estás agotada. ¿No
has dormido nada?”
-“Un par de horas.
Bebí un refuerzo.”
-“Está bien. Pero el
sueño es mejor.”
-“Lo siguiente en mi
lista. Háblame sobre él.”
-“Enojado y
violento, con esa cólera y violencia dirigida hacia las mujeres. No
creo que el uso de la cinta roja sea accidental. Escarlata, la
marca para las putas. Hay una dualidad en su opinión sobre las
mujeres. Las putas para ser utilizadas y abusadas, sí, pero la
actitud, la ubicación, indican un temor de ellas. Una actitud
religiosa, un castillo. Madonna, reina, puta. Él elige sus
símbolos. ”
-“Porqué Maplewood,
específicamente?”
-“Tu crees que fue
agredida concretamente. Que no fue al azar?”
-“Él la esperó.
Estoy segura de ello.”
-“Ella estaba sola y
desprotegida. Ella tenía una niña, pero ningún marido. Esto puede
desempeñar un papel. Ella puede también representar, por
su aspecto, por su
forma de vida, por sus circunstancias, la mujer que influyó en su
vida. El homicidio sexual con la mutilación ocurre lo más a menudo
posible cuando el autor fue abusado, humillado o traicionado, de
alguna manera por una figura femenina fuerte. Madre, hermana,
profesora, cónyuge o amante. Es poco probable que tenga o haya
podido mantener una relación sana e íntima a largo plazo, con una
mujer.”
-“Y a veces son solo
unos hijos de puta asesinos.”
-“Sí.” Mira sorbió
tranquilamente su té. “A veces. Pero hay una raíz, Eve. Siempre hay
una raíz, ya sea real o fantasía. La violación es sobre
el poder, más que sobre la violencia, ciertamente más que sobre el
sexo. La penetración por la fuerza, para su propia satisfacción
mientras causa miedo y dolor. No es solo forzarse a otra persona,
pero es por eso. El asesino tiene ese poder a otro nivel. El último
control sobre otro ser humano. El método, la estrangulación, es muy
personal, muy íntimo.”
-“Pienso que él
consiguió gozar con eso. Él la estranguló cara a cara. Él la miró
morir.”
-“Estaría de
acuerdo. No podemos saber si eyaculó pues no había semen, pero no
creo que él sea impotente. Él puede serlo sin la violencia, pero si
él hubiera no podido al orgasmo, veríamos más lesiones, pre- y post
mortem. ”
-“Cortarle los ojos es
bastante perjudicial.”
-“Un símbolo otra
vez. Él disfruta con los símbolos. Él la cegó. Ella no tiene ningún
poder contra él pues ella no puede ver -o él le permite ver solo lo
que él quiere. Esto es un símbolo potente para él, y posiblemente
el más importante. Él le sacó los ojos y los llevó lejos de ella-no
que los destruyó, que habría sido más rápido y fácil-y más
violento-pero con un cierto cuidado. Los ojos son importantes para
él. Tienen un significado.”
Ella había tenido ojos azules, pensó Eve. Ojos
oscuros de campanilla, como su hija.
-“Tal vez los
arregla. Podría ser un oculista, una técnico, un consultor.
”
Mira sacudió la cabeza.
“Me sorprendería si él
pudiera trabajar, tratar o interactuar con las mujeres en vi vida
cotidiana. Es más probable que viva solo, trabaje en un empleo
donde puede estar solo o sobre todo con hombres. Es organizado,
pero también es arriesgado. Y es orgulloso. Él no sólo atacó y mató
en un lugar público, la dejó allí, exhibiéndola.”
-“Miren mi trabajo y
tengan miedo.”
-“Sí. Si lo de Elisa
Maplewood fue más simbólico que un objetivo específico, su trabajo
no ha terminado. Es lo suficientemente
organizado como para tener a su próxima víctima en cuenta
ya. Habría estudiado sus hábitos,
sus rutinas y elaborado estrategias sobre la mejor manera de
tomarla"
- “Su padre parecía una
posibilidad, por casi diez segundos. Él tiene una hoja, pero los
informes son él están fuera de ciudad. Verificamos eso, pero no
siente como si fuera personal en ese nivel.”
-“Debido a los
símbolos.” Mira asintió. “Sí, estoy de acuerdo, a menos que
encuentres que los símbolos se relacionan entre el padre y la hija.
Las probabilidades son de que él no conocía a Maplewood a un nivel
personal, solo lo qué ella simbolizó para él.”
-“Voy a correr las
probabilidades. Estamos rastreando la cinta. Es un buen avance.”
Pero ella reflexionó. “Qué piensan de los
psíquicos?”
-“Bueno, pues tengo
una hija que es una sensible…”
-“Oh sí. Está bien.”
Ella reflexionó un momento más mientras Mira esperaba
pacientemente. “Tuve una visita esta mañana,” comenzó, y contó de
Celina.
-“Tienes alguna
razón para dudar que ella estaba diciendo la
verdad?”
-“Aparte de la
renuencia a creer, no. Ella está siendo comprobada. Es un poco
molesto admitir que ella es la mejor ventaja que tengo.”
-“Hablarás con ella otra
vez?”
-“Sí. Los prejuicios
y la repugnancia personales no pertenecen al trabajo. Si ella es un
avance, la utilizaré.”
-“Hubo una época que
eras casi tan reacia a consultar conmigo.”
Eve miró hacia arriba y se encogió de hombros.
“Quizá por las mismas razones. Tú siempre vistes demasiado para
adaptarme.”
-“Tal vez todavía lo
hago. No sólo pareces agotada, Eve, también pareces
triste.”
Hubo una época que ella se
habría encogido de hombros también, y salido.
Pero ella y Mira habían recorrido un largo
camino. -“Resulta que Louise que Dimatto conoce a la psíquica. Son
viejas amigas. Necesitaba hablar con ella sobre eso. Ella está
haciendo guardia en Dochas hoy.”
-“Ah. Eso es engañar
a un psiquiatra. ¡Ah!".
Puso el té a un lado,
levantándose para caminar por la oficina, haciendo sonar los
créditos sueltos en sus bolsillos. “Y funciona. Es una cosa
asombrosa lo que Roarke ha hecho, y es más asombroso -para
mí-cuando piensas en las razones por las que lo hizo. Algunas por
sí mismo, seguro, viendo como lo golpearon muchas veces de niño.
Otras más por mí –por lo que pasé. Pero en conjunto más por
nosotros. Debido a quién y qué somos ahora.”
-“Juntos.”
-“Jesús, lo amo más
que… no debe ser posible sentir de esa manera acerca de alguien. Y
aún así, sabiendo lo que había hecho allí, sabiendo que era importante para
él tener parte en ella, he evitado ir allí.”
-"¿Crees que no
entiende por qué?"
-“Otra cosa que no debería ser posible es la manera que me entiende. Es un buen lugar, Mira, y el nombre da justo en el blanco. Y me sentí enferma todo el tiempo que estuve allí. Enfermo en el corazón, en mis tripas. Enferma, temblorosa y asustada. Yo quería salir, lejos de las mujeres con sus golpes, esos niños con sus rostros desamparados. Uno de ellos tenía un brazo roto. Uno de los niños. Una niña, de seis años. No soy buena con las edades de los niños."
-“Eve.”
-“Podría sentir el
hueso romperse. Podía oírlo. Y me costó no arrodillarme y
gritar.”
-“¿Y estás
avergonzada por eso?”
¿Vergüenza? Ella no estaba segura. ¿Eran
vergüenza lo que sentía, o ira, o una mezcla desagradable de
ambas?
-“Tienes que superarlo en
algún momento.”
-“Porqué?” Aturdida,
Eve se volvió y la miró fijamente.
-“Bueno… porque buscar superarlo y conseguirlo son dos cosas muy diferentes.” Mira habló con fuerza ahora, porque quería levantarse, acercarse y tomar a Eve en un abrazo que no sería apropiado, o entendido. “Sí, debes esforzarse por superarlo. Para sobrevivir, tener una vida, ser feliz, ser productiva. Tú has hecho todo eso y mucho más. Pero no, no estás obligada a superarlo. Para obtener más por haber sido golpeada, maltratada, violada y torturada. Pides más de ti, Eva, de lo que pedimos a nadie en el mundo.”
-“Era un buen
lugar.”
-“Y en este buen
lugar viste un niño al que alguien había intentado de lastimar. Te
hizo daño. Pero no te fuiste.”
Ella suspiró, sentándose otra vez.
-“Peabody me atrapó a la
deriva. Cuando estábamos fuera, ella
actuó como un amigo,
se ofrece a escuchar si necesito descargare. Entonces, ¿cómo puedo
responder a eso? "
-“Arrancándole la cabeza,
me imagino,” dijo Mira dijo con una pequeña
sonrisa.
-“Sí. La taladré. Le
di un buen golpe, del tipo –métete en tus cosas de mierda-,
las palabras saltaron de mi boca.”
-“Te habrás
disculpado.”
-“Lo
hice.”
-“Ustedes trabajan
juntas, como una unidad. Y tienen una amistad fuera del trabajo. Es
posible que desee considerar decirle, por lo menos algo de
esto.”
-“No veo qué bien
haría a cualquiera de nosotros.”
Mira se limitó a sonreír. “Bueno, es algo en que
pensar. Ve a casa, Eve. Duerme un poco.”
Puesto que todo lo que
Eve quería eran unas horas de olvido, el consejo de Mira no fue
difícil de seguir. Cruzó a través de las puertas de su
casa.
El verano todavía reinaba aquí, con las flores
perfectas del verano en colores profundos del verano, con la hierba
verde brillante que parecía extenderse por millas, y altos árboles
frondosos que extendían su sombra fresca.
La casa con sus torres, picos y elegantes
terrazas dominaba sobre ellos: en parte castillo, en parte
fortaleza, todo el hogar.
La mejor parte de ella estaba allí adentro, en
una cama, con su nombre en ella.
Dejó el coche frente
a loas escaleras de entrada y cuando se dio cuenta que había
olvidado llamar a requisiciones, le dio a la puerta una patada
irritada al salir.
Luego lo olvidó y se
arrastró por la escalera hacia la casa.
Él estaba al acecho. Summerset era el campeón
universal de la acechanza. Estaba parado en el hall de entrada,
huesudo de negro, su nariz presumida en el aire y el gato gordo en
sus pies. En opinión de Eve, el mayordomo de Roarke nunca perdía
la ocasión de pincharla.
-“Usted llegó antes
de lo esperado y parecen haber conseguido pasar el día sin destruir
ninguna ropa. Debo anotar este acontecimiento en mi
calendario.”
-“Chilla cuando
llego tarde, chilla cuando llego temprano. Usted podría ir al
círculo de quejas.”
-“Su actual
transporte ofensivo no ha sido debidamente
estacionado.”
-“Su actual cara
ofensiva todavía no ha sido reducida a pulpa por mis puños tampoco.
Marque eso en su calendario, Creepshow.”
Él tenía un par más en su bolsillo, pero
decidió ahorrarlos, ya que vio círculos de agotamiento debajo de
sus ojos, y ella ya comenzaba a subir las escaleras. Esperemos que
a la cama. Bajó la mirada hacia el gato.
-"Eso debería hacer
por el momento." Él meneó un dedo hacia las escaleras, y Galahad
trotó encima de ellas.
Ella pensó en ir a su oficina primero, poner
sus notas y pensamientos en un informe, tal vez el check-in con el
laboratorio, correr algunas probabilidades.
Pero sus pies la llevaron directamente hacia el
dormitorio en donde el gato aterrizó justo detrás de ella. Él subió
corriendo las escaleras de la plataforma, dio un salto y aterrizó,
con gracia considerable, para una tina de manteca de cerdo, en la
cama.
Y se sentó, con los ojos de dos colores
fijos en el rostro
de Eva.
-Sí, buena idea. Estoy detrás de
ti.
Ella se quitó la chaqueta, la tiró en el sofá
de la sala de estar, se quitó el
arnés de armas, y lo tiró
con la chaqueta. Entonces se sentó
en el brazo, tirando de sus botas,
y decidió que era lo bastante bueno.
Ella no saltó sobre la cama, sino que más bien
se arrastró. Extendiéndose sobre su estómago, ignorando al gato que
se deslizó en su trasero e hizo un círculo dos
veces
antes de establecerse, se dio la orden de no
pensar. Y se dejó caer en el sueño como
una piedra a un pozo.
***************
Sentía el sueño que venía.
Sentía que rezumaba de su sistema como la
sangre
de una herida. En el sueño ella se movió y sus
manos se apretaron en puños. Pero ella
no podía luchar y se la llevó. La llevó hacia
atrás.
No era el cuarto en Dallas, el lugar que más
temía. Era oscuro, sin el lavado de la luz roja sórdida, sin el
aire helado. En su lugar había sombras, y una especie de calor
húmedo, pegajoso, un olor pesado de flores que van a
descomponerse.
Ella podría oír voces, pero no podría
distinguir las palabras. Oyó llorar, pero no podría localizar la
fuente. Parecía como un laberinto, esquinas agudas, callejones sin
salida, cientos puertas todas cerradas y
bloqueadas.
Ella no podría encontrar la salida, o entrada.
Su corazón tronaba en su pecho. Ella sabía que había algo más en la
oscuridad, algo cerca detrás de ella, algo horrible a la espera del
golpe.
Ella debía darse vuelta y luchar. Siempre era
mejor estar de pie y luchar, para hacer frente
a lo que venía detrás y te golpeaba
de nuevo. Pero tenía miedo, tanto miedo,
y corrió en su lugar.
Rió, bajo.
Su mano temblaba cuando tomó su arma,
sacudiéndose tan fuerte que apenas podía sujetarla. Ella le
mataría, si la tocara, ella le mataría.
Pero ella siguió corriendo.
Algo salió de las sombras, y con un grito
entrecortado tropezó hacia atrás y se cayó de rodillas. Los
sollozos obstruían su garganta cuando ella levantó su arma, con el dedo
sudoroso listo para disparar.
Y vio que era un niño.
La que tenía el brazo roto. La niña, Abra, sostenido su brazo cerca de
cuerpo.
-“Mi papá me rompió
el brazo. ¿Por dejas que me lastime?
-“No lo hice. No era
yo. No lo sabía.”
-“Me
duele”
-“Lo sé. Lo
siento.”
-“Se supone que
debes hacer que se detenga”.
Más sombras se movieron, rodeándola, tomando
forma. Vio donde estaba ahora. En la habitación de la casa que se
llama Esperanza, la sala llena de
mujeres maltratadas con moretones y niños de
ojos tristes, rotos.
Se la quedaron mirando, y sus voces llenaron su
cabeza.
Él me
cortó.
Él me violó.
Él me quemó.
Mira, mira mi cara. Era
bonita.
¿Dónde estaba cuando él me lanzó por las
escaleras?
¿Por qué ustedes no viniste cuando
grité?
-“No puedo. No
puedo.”
Elisa Maplewood, ciega y ensangrentada, se
acercaba más. Él tomó mis ojos.
¿Por qué no me ayudas?
-“Lo haré. Lo voy a
hacer.”
Es demasiado tarde. Él ya está
aquí.
Las alarmas sonaron, las luces brillaron. Las
mujeres, los niños dieron un paso atrás, de pie como un jurado en
la sentencia. La niña llamada Abra negó con la
cabeza.
Se supone que nos proteges. Pero no
puedes.
Él dio un paso adentro.
Caminó con una gran sonrisa aterradora en su rostro y el vil y
cruel brillo en sus ojos. Su
padre.
Échale un vistazo a ellos, niña. Hay muchos de ellos, y siempre
hay más.
Las putas solo piden, ¿así que, que es lo que
un hombre debe hacer?
-"Aléjate de mí." De rodillas, levantó el arma de nuevo. Sin
embargo, sus manos temblaban. Todo
se sacudió. "Manténte alejado de ellos."
Esa no es forma de hablar a su padre, niña.
Se volvió a cabo,
rompiendo su rostro con el dorso de
la mano de un golpe que la envió sobre su espalda. Las mujeres
comenzaron a tararear como las abejas atrapadas en una
colmena.
¿Tengo que enseñarte una
lección, no? Tú nunca aprendes.
-“Te mataré. Te maté antes.”
¿Lo hiciste?
Él sonrió y ella habría jurado que sus dientes
eran colmillos. Entonces apenas tendré
que devolverte el favor. Ven a casa con papá, tú pequeña concha sin
valor.
-"¡Atrás. Manténte alejado". Cuando ella levantó su arma, era sólo una una navaja en la mano temblorosa de una niña. "No. No. Por favor, no!"
Ella intentó arrastrarse
lejos, lejos de él, lejos de las mujeres. Él se agachó y con
naturalidad, como un hombre puede tomar naturalmente una manzana de
un cuenco, le rompió el brazo.
Ella gritó, una niña aterrorizada y
desconcertada grito, pues el dolor candente destellaba y
quemaba.
Hay siempre más de ellos.
Hay siempre más de nosotros.
Y él se cayó sobre ella.
-“Eve. Despierta. Despierta ahora.” Su cara era blanca hueso
y su cuerpo estaba rígido cuando él la dio vuelta para despertarla.
Un instante antes de que ella gritara.
Una lengua helada de pánico lamió la columna
vertebral de Roarke. Sus ojos estaban abiertos de par en par, ciego
del shock y el dolor. No estaba completamente seguro de que
respirara. "Despierta te dije!"
Su cuerpo se
arqueó, y ella aspiró el aire como una
mujer que se ahoga. ¡“Mi brazo!
Él me rompió el brazo, él me rompió el
brazo.”
-“No. Es un sueño.
Oh, bebé, es un sueño. Vuelve ahora.”
Él tembló tanto como ella lo hacía mientras la
meció. Sitió un movimiento y levantó su cabeza cuando Summerset
entró precipitadamente. “No. La tengo.”
-“Está
herida?”
Él sacudió su cabeza, frotando ligeramente su
pelo mientras ella lloraba contra él.
-“Pesadilla. Una
mala. Yo cuidaré de ella.”
Summerset dio un paso atrás y después paró en
la puerta. -“Consiga un soother adentro
para ella, lo que
tome.”
Roarke asintió con la cabeza, esperó hasta que
saliera Summerset y cerró la puerta detrás de él. -“Está todo bien
ahora. Estoy aquí.”
-“Estaban todos
allí, a mi alrededor en la oscuridad.”
-“No está oscuro
ahora. Tengo las luces encendidas. ¿Las quieres más brillantes? ”
Ella sacudió su cabeza, enterrándola en él. “No les ayudé. No lo
detuve cuando él entró. Como siempre entra. Su brazo estaba
quebrado, el brazo de la niña estaba quebrado, casi como el mío. Y
él rompió el mío otra vez. Lo sentí.”
-“Él no hizo.”
Roarke besó la parte superior de su cabeza, apretándole la espalda
incluso
cuando ella intentó aferrarse. “Ahora mira
aquí. Eve, mira aquí. Tu brazo está bien. Lo ves?”
Aunque ella intentó acunarla contra su cuerpo,
él lo sacó, deslizando su mano suavemente desde la muñeca hasta los
hombros. -“No está quebrada. Era un sueño. ”
-“Era tan real. Sentía
que…” ella dobló su brazo en el codo, mirándolo fijamente. Los ecos
de ese dolor fantasma aún se propagaban a través de ella. -“Lo
sentía.”
-“Lo sé.”
¿Él había oído su grito?
¿Había visto el choque vidrioso en
sus ojos?
Él se besó la mano, su muñeca, su codo. -“Lo
sé. Vuélvete a acostar ahora.”
-“Estoy bien.” Lo
estaría. “Solo necesito sentarme aquí un minuto.”
Miró abajo,
a medida que el gato se abría paso entre ellos. Su mano
no era del todo
firme cuando lo acarició a lo largo de su
espalda. "Supongo que lo asusté como la mierda a
él."
-“No bastantes para
hacer que se fuera. Él estaba contigo, golpeando su
cabeza
contra tu hombro. Haciendo lo que podía, diría,
para despertarte.”
-“Mi héroe.” Una
lágrima cayó su mano, pero ella estaba más allá de estar
avergonzada por eso. “Supongo que valora algunos huevos o algunos
de peces de lujo.” Ella respiró profundamente, mirado a los ojos de
Roarke. “Tu, también.”
-“Vas a tomar un
soother.” Incluso cuando ella abrió su boca para discutir, él tomó
su barbilla en la mano. “No discutas y por el amor de Dios, no
hagas que lo vierta en ti. Vamos a comprometeremos esta vez, y
partir uno. Yo lo necesito tanto como tú o casi.”
Podía verlo ahora. Estaba tan pálido y sus ojos
eran como el fuego azul contra
el blanco de su piel. “Está bien. Es un
trato.”
Él se levantó, fue al AutoChef, y pidió dos
vasos cortos.
Cuando él regresó, ella tomó el que él le dio.
Entonces los cambió.
-“Solo en caso que
hayas puesto disimuladamente un tranquilizante en el
mío. No quiero salir
otra vez. ”
Después de que ella había
hecho lo mismo, puso los dos vasos a un
lado.
"Me gustaría señalar, que te conozco, cada
centímetro sospechoso y cínico de ti.
Y si hubiera un tranquilizante en una de las
copas, me lo he tomado, porque sabias muy bien que lo iba a
cambiar.
Ella abrió la boca y la
cerró de nuevo. “Maldito seas.”
-“Pero no hice.” Él
se inclinó hacia adelante, besando su nariz. “Un trato es un
trato.”
-“Te asuste. Lo
siento.”
Él tomó su mano otra vez, sosteniéndola
suavemente. -“Summerset me dijo que llegaste poco antes de las
cinco.”
-“Sí, supongo.
Necesitaba dormir.” Ella echó un vistazo hacia la
ventana.
-“Debes haber
conseguido hacerlo. Está oscuro. ¿Qué hora es?”
-“Casi las nueve.”
Él sabía que ella no dormiría otra vez. Ahora no. Él habría
preferido que lo hiciera. Si pudiera
solo estar a su lado, manteniéndola cerca,
mientras ambos dormían, dejando afuera la
escora de las pesadillas.
-“Podrías comer
algo,” decidió él. “Y así yo podría tener lo que quiero aquí
"
-“Eso funciona para
mí. Podría utilizar algo más antes.”
-“Qué es lo que
quieres?”
Puso sus manos sobre su rostro, sentándose en
sus rodillas para presionar los labios para en los de él.-“Tu eres
mejor que un soother. Tú me haces que siente limpia. Y entera y
fuerte.” Ella deslizó sus dedos por de su pelo cuando sus brazos la
rodearon.
-“Tú siempre me
haces recordar y me ayudas a olvidar. Quédate
conmigo.”
-“Siempre
estoy.” La besó en las
sienes, las mejillas y los labios.
“Siempre estaré.”
Ella se deslizó hacia él,
tambaleándose un poco, mientras se arrodillaron en la cama ancha a
media luz. La tormenta había pasado, pero algo dentro de ella
todavía se estremecía. Él calmaría eso. Él la pondría bien otra vez. Volvió la
cabeza, sus labios rozando su garganta mientras buscaba el sabor,
el olor del compañero.
Y encontrándolo, suspiró.
Él entendía sus necesidades, lo que buscaba en
él, lo que intentaba darle.
Amor lento, tierno, reflexivo. Había réplicas
de temblores dentro de ella todavía, pero él las
calmaría.
Sus labios trazaron una línea a lo largo de su
mandíbula, encontrado los suyos y después se hundieron soñadores,
profundos y tranquilos. Y ella, su mujer fuerte, preocupada,
fundida contra él. Él la detuvo allí, para que derivaran juntos en
la paz, boca a boca, corazón a corazón. Esta vez, él sabía, el
aleteo de su pulso señalaba satisfacción.
Cuando él la puso de espaldas, sus ojos se
encontraron y ella sonrió.
Mirándola, él desabrochó su camisa y sintió que
sus manos, firmes otra vez, aflojaban la suya. Él se deslizó de sus
hombros para poder trazar sus dedos sobre ella. La piel, pálida y
lisa, sorprendentemente delicada sobre la fuerza
disciplinada.
Un sonido grave de placer zumbaba en la
garganta mientras extendía las manos sobre
su pecho.
Entonces ella se inclinó, presionado sus labios
a su oído. “Mío,” dijo.
Lo sacudió, hasta el alma.
Tomando sus manos en las suyos, volvió las
palmas hacia arriba y puso sus labios en el
centro de cada uno.
"Mía".
Se deslizaron hacia abajo juntos poniéndose uno frente al otro,
tocándose, explorándose
como si fuera la primera vez. Caricias largas y
perezosas que los agitaban y tranquilizaban.
Pasión lenta que encendía el
fuego.
Ella estaba caliente ahora, y
segura.
Sus labios rozaron su pecho y le hicieron
suspirar de nuevo. Cerrando
los ojos, ella flotó en la dicha. Le acarició
ligeramente el pelo -toda esa seda negra gloriosa-; la fuerza de su
espalda dura.
Ella lo oyó murmurar aghra-mi amor. Y pensó, sí
lo soy. Gracias a Dios. Y se arqueo para ofrecerle
más.
La excitación era un proceso largo y lento
hacia arriba, poco a poco hasta que se convirtió en suspiros,
quejidos y el placer se convirtió en un estremecimiento de
anticipación. Cuando él la llevó al máximo, fue como estar
levantada en el surgimiento de una ola azul caliente.
- “Lléname.” Ella bajó la
cabeza hasta que sus bocas se encontraron de nuevo.
“Lléname.”
Él podría ver sus ojos ahora, abiertos, oscuros
y mojados. Él se deslizó dentro de ella, fue rodeado, como
recibiendo la bienvenida. Entonces se sintió envuelto.
Se movieron juntos, una
subida y una caída apacibles en una intimidad tan completa que
apretó su corazón. Él puso sus labios en los suyos de nuevo y
habría jurado que respiró su alma.
Y cuando ella pronunció su nombre, la dulzura
lo rompió.
Ella miró el cielo nocturno a través de la
ventana sobre la cama. Todo estaba tan quieto que casi podría creer
que no había un mundo allí afuera. Que no había nada más allá de
este cuarto, esta cama y este hombre.
Ése era quizá uno de los propósitos del sexo.
Aislarte, por un tiempo de todo menos de ti mismo y de tu amante. Para
permitir centrarte en su cuerpo, sus necesidades, la satisfacción
física, y si eras afortunado en la emocional
también.
Sin esos momentos de soledad y sentimientos,
puede ser que te vuelvas loco.
Ella había utilizado el sexo antes de Roarke,
para la liberación, la presión física. Pero nunca había conocido, o
había entendido, la intimidad del acto antes de él, la entrega
completa de uno mismo a otro. Ella nunca había experimentado la paz
emocional que seguía hasta que él la hubiera
amado.
-“Tengo algo que
decirte,” le ella dijo.
-“Está
bien.”
Ella sacudió su cabeza. “Dentro de un rato.” Si
ella permanecía como estaba más tiempo, llena de él, se olvidaría de que
había un mundo allí afuera, uno que había jurado proteger. -“Tengo
que levantarme. No tengo ganas, pero tengo que
hacerlo.”
-“Vas a
comer.”
Ella tuvo que sonreír. Él no había terminado de
cuidarla, pensó. Él nunca terminaba “Voy a comer. De hecho,
conseguiré la cena para nosotros dos. ” Él levantó la cabeza, y
esos ojos, esos ojos azules brillantes, se estrecharon
pensativamente. “Lo harás?”
-“Hey, amigo, puedo
manejar un AutoChef estúpido así como cualquier otro.” Ella le dio
una palmada ligera en el culo. “Córrete.”
Él cumplió. “Fue el sexo o el
soother?”
-“¿Qué era lo del
sexo o el soother?”
-“Que te puso en un
estado de ánimo doméstico?”
-“Una boca
inteligente no te conseguirá la cena.”
Boca inteligente o no, él imaginó que
probablemente conseguiría pizza.
Ella sacó una túnica de su armario, después
mientras que él la miraba con sorpresa, sacó una del suyo y le lo
llevó. “Y una boca inteligente no es siempre verbal. Puedo ver
pensamientos sarcásticos en tu cabeza. ”
-“Porqué no la cierro y nos
consigo un poco de vino?”
-“¿Porqué
no?”
Él dejó de contemplar el AutoChef y abrió el
panel en estante de los vinos. Asumió que ella necesitaba
mantenerse ocupada, mantener la pesadilla a raya.
Pensando en la pizza, él seleccionó una botella de chianti, la abrió y la
puso a un lado para que respirara.
-“Trabajarás esta
noche.”
-“Sí. Tengo que
hacer algunas cosas. Tengo el perfil de Mira, y quiero pasar por
eso otra vez. Preparar un informe sobre la marcha de los trabajos.
No he hecho ningunas probabilidades todavía. Además tengo que
explorar los bancos de ojos, las instalaciones de trasplantes, esa
clase de cosas Una pérdida de tiempo puesto que él no los tomó para
venderlos. Pero debe ser eliminado.”
Ella trajo dos platos a la sala de estar y los
dejó sobre la mesa.
-“Qué tienes ahí?”
le preguntó él.
-“Comida. Qué
parece?”
Él ladeó la cabeza. “No parece
pizza.”
-“Mis habilidades
culinarias de ejecución de la programación van más allá de la
pizza.”
Ella había elegido pollo salteado en vino y
romero, con arroz salvaje y espárragos.
-“Bueno, imagino
que,” murmuró desconcertado. “He abierto el vino
incorrecto.”
-“Viviremos con
eso.”
Ella volvió por una cesta de pan.
“Comamos.”
-“No, esto no es
suficiente.” Él abrió el estante de los vinos otra vez, encontró
una botella de Pouilly-Fuisse en la sección enfriada. La abrió,
trajo la botella y los vasos a la mesa. “Se ve muy rico.
Gracias.”
Ella probó un bocado.- “Bastante bueno. No muy
a la altura de las papas fritas de soja que comí en el almuerzo,
pero no está mal.” Cuando él hizo una mueca de dolor, como había
previsto, se echó a reír.
-“Esperemos que seas
capaz de tragar lo que Charles y de Louise vayan a servir cuando
vayamos a cenar.”
Ella cortó más pollo. ¿“No crees que es
extraño? Tú sabes, Charles y Louise, Peabody y McNab, todos en una
cena íntima en la casa de Charles. Estoy bastante segura de que la
última vez, la única vez que McNab estuvo allí fue cuando él y
Charles se liaron a puñetazos.”
-“Dudo que vaya a
pasar eso otra vez, pero si lo hace, estarás allí para terminarlo.
Y no es extraño, querida, no. La gente se encuentra una a la otra.
Charles y nuestra Peabody eran y son, amigos.”
-“Sí, solo McNab
piensa que bailaron rumba en el colchón.”
-“Lo que él piensa,
él sabe que ahora no están bailando.”
-“Todavía digo que
va a ser extraño.”
-“Algunos momentos
difíciles, quizás. Charles y Louise se aman.”
-“Sí, sobre eso.
¿Cómo pueden cruzar a lo largo de esta manera? Él mantiene
relaciones sexuales con otras mujeres profesionalmente, luego
mantiene relaciones sexuales con ella por amor. ¿Cómo es
eso?”
Una sonrisa divertida curvaba los labios de
Roarke cuando sorbió su vino. “Eres una criatura moral,
teniente.”
-“Sí, veríamos cómo
de razonable y sofisticado eres si decidiera archivar mi insignia y
convertirme en un compañero autorizado. Tendría la dificultad de
mantener una lista de clientes porque les romperías las
caras.”
Él simplemente inclinó su cabeza, de acuerdo.
-"Pero no eras una LC cuando
te conocí y me
enamoré de
ti, ¿verdad? Eras un policía, y eso requirió considerables ajustes
de mi parte.”
-“Supongo que si” Y
eso, ella pensó, era tan bueno como podría pedir, en vista de lo
que quiso decir. “Sé que lo hiciste. Pero pienso, debajo de todo que,
ya habías hecho uno considerable. Quiero decir que no fue enseguida después de
la ocasión principal, no obstante podrías conseguirla. No creo que
alguna vez hayas sido malo.”
-“En mi juventud
malgastada, teniente, me habrías cazado como a perro. No que me
hubieras cogido, pero lo habrías intentado.”
-“Si yo te hubiera
estado cazando…” ella se calló, mirando lejos. “No se adonde iba.”
Cogió su vino, tomó un sorbo largo, lo bajo. “Fui a Dochas
hoy.”
-“Ah si?” Su mirada
era afilada en su cara. “Me habría gustado que te hubieras puesto
en contacto conmigo. Me habría hecho tiempo para acompañarte.”
-“Era relacionado
con el trabajo. Necesitaba hablar con Louise sobre esta chica
psíquica, y Louise estaba allí hoy.”
Él esperó, pero ella no dijo nada. “Qué te
parece?”
-“Pienso que” dejó
en tenedor, juntó las manos en su regazo. -“Te amo más de lo que
puedo decir. No tengo las palabras para decirte cuánto. Cuánto te
amo, cómo de orgullosa estoy de ti, por lo que estás haciendo allí.
Yo estaba tratando de llegar a ellos, pero no podía”.
Emocionado, él estiró sus manos, esperando hasta que ella desabrochó sus manos para tomar las suyas.
-"Lo que se está haciendo
allí no ocurriría si no fueras parte de ello. Parte
de mí”.
-“Sí lo se. Ésa es
la cosa. Tu lo hicieron quizá más pronto debido a mí. Debido a
nosotros. Pero estaba en ti hacerlo. Estuvo siempre. Siento no
haber ido antes.”
-“No
importa.”
-“Tenía miedo. Una
parte de mí que no quise mirar tenía miedo de ir allí. Me dolió
tener que ir.” Ella soltó su mano. Tenía que hacer esto, decir esto
por su cuenta. “Para ver a esas mujeres, esos niños. Para sentir
ese miedo. Aún más para sentir la esperanza. Aún más que eso.
Recordarlo todo.”
-“Eve.”
-“No, solo escucha.
Había una chica, ya sabes, a veces pienso que el destino sólo golpea algo
en delante de ti y te hace frente. Su brazo estaba en un skincast.
Su padre se lo había roto.”
-“Oh,
Cristo.”
-“Ella habló
conmigo. Me habló. No puedo recordar exactamente. Mi cabeza zumbaba
y mi estómago estaba apretado en un nudo. Tenía miedo de enfermarme
allí, o simplemente desmayarme. Pero no hice. Conseguí
pasar.”
-“No tienes que
nunca volver otra vez.”
Ella sacudió su cabeza. -“Solo espera. Dejé a
Peabody en casa, vi Mira, vine aquí. Necesitaba dormir. Pensé que
sólo iba a dormir, pero me alcanzó. Era malo, tú sabes que era
malo. Pero no sabes que en la pesadilla, yo estaba allí, en el
refugio. Con todas esas mujeres maltratadas, todos esos niños
quebrados. Y todos preguntándome porqué no lo detuve, porqué dejé
que sucediera.”
Ella levantó una mano para que él no la
interrumpiera, aunque ella vio su propio dolor reflejado en su
cara. “Él estaba allí. Sabía que él vendría. Él dijo que siempre
debe haber más. Más de él, más de ellos. No podría pararlo. Cuando
me alcanzó, no era yo. Quiero decir, no quién soy ahora. Era un
niño. Él me rompió el brazo, como antes, y me violó, como antes. ”
Ella tuvo que detenerse brevemente, tuvo que mojar su garganta con
el vino. “Pero aquí está la cosa. Lo maté, como antes. Y lo seguiré
matando, siempre que sea necesario. Porque él tiene razón. Hay
siempre más de ellos- brutales y maltratadores. Siempre hay más y
no puedo pararlos a todos. Pero puedo hacer
malditamente bien mi trabajo y detener a algunos de ellos. Tengo
que hacerlo.”
Ella dejó escapar un
suspiro. “Puedo volver allí. Quiero volver allí, porque sé cuándo
lo haga no estaré asustada o enferma -o si lo estoy-, no será tan
malo. Iré allí porque puedo ver lo que has hecho, lo que estás
haciendo, y es otra manera de pararlo. Su brazo estaba quebrado,
pero se curará. Es así, porque le has dado una
oportunidad.”
Le tomó un momento, un
largo momento, antes de poder hablar. "Tú eres la mujer más
increíble que he conocido. "
-"Sí". Ella apretó
su mano. "Somos un infierno de pareja”
Eve tomó un desvío al EDD.
Siempre era un choque cultural caminar en una división donde los
policías iban vestidos como asistentes a una fiesta o en mocasines
de fin de semana. Muchos de airboots y de tonalidades de neón, y
muchas personas caminando o trotando por ahí, hablando en los
auriculares como en los cubos y escritorios.
La música sonaba y ella vio realmente a un
individuo bailando, o ella asumió que
bailaba mientras trabajaba con una computadora
de mano y un porta pantalla.
Ella cruzó la pista a través del bullpen y fue
directamente a la oficina del
capitán Ryan
Feeney, en donde ella esperaba encontrar
cordura.
Ella perdió el habla cuando
lo vio, el confiable Feeney, con su
bronceado de las vacaciones, su tieso
pelo de jengibre con la rosca gris. Su rostro arrugado, confortable
y lánguido, pero en vez de una de las camisas arrugadas que él
habitualmente llevaba, estaba vestido con una rígida e impecable de
color del sorbete de frambuesa.
Y tenía una corbata. Una corbata. Lo más cerca
que pudo llegar a describir el
color era lo que se podría obtener si
electrocutabas hierba.
-"Jesucristo,
Feeney. ¿Qué estás usando?"
La mirada que él la envió era la de un hombre
que estaba bajo un peso emocional horrible. “La esposa dijo que
tenía que empezar a usar color. Compró este atuendo entonces
se cernió sobre mí, me molestó las orejas para que me lo
ponga."
-"Te ves... Te ves
como un gerente de LC de la calle."
-“Dímelo. Mira estos pantalones.” Él
levantó una pierna así que Eve tuvo que mirar ese miembro flaco
envuelto en pantalones de piel pintados en el mismo tono eléctrica
que la corbata.
-“Dios. Lo
siento.”
-“Los muchachos de
fuera piensan que parezco un helado. ¿Qué voy a
hacer?”
-“Honestamente no
sé.”
-“Dime que tienes un caso para mí, algo que va a sacarme al campo
donde puedo conseguir sangre.” Él levantó sus puños, en la actitud
de un boxeador. “La esposa no puede enojarse si estos trapos
alegres son arruinados en el trabajo.”
-“Tengo un caso,
pero no tengo ningún trabajo de campo en el área de E. Me gustaría
poder ayudarte. No puedes ustedes por lo menos tomar esa soga y
tirarla?”
-Él tiró de la
corbata. “No conocen a la esposa como yo. Ella llamará.
Hará una maldita
inspección al azar de mí, a través de todo el turno para asegurarse
de que va bien. Tiene una chaqueta, Dallas.”
-“Tu, pobre
diablo.”
-“Ah bien.” Él dejó
escapar un profundo suspiro. -“¿Qué haces en mi
mundo?”
-“El caso. Homicidio
sexual con mutilación.”
-“Central Park. Oí
que cogiste ese. Estamos haciendo el estándar de los 'vínculos y
las comps. ¿Necesitas más?”
-“No exactamente.
Puedo cerrar esto?” Hizo un gesto hacia la puerta, consiguiendo el
visto bueno. Cuando la cerró, pasó a sentarse en la esquina del
escritorio.
-"¿Cuál es tu
posición en la consulta con los psíquicos para el
trabajo?"
Él tiró de su nariz. “No hay mucha consulta
para ella en mi división. Cuando trabajé en homicidios, antes y
después recibíamos llamadas de gente diciendo que
tenían
visiones, o información del mundo de los
espíritus. Tu sabes.”
-“Sí, todavía lo
hacen. Se gana tiempo y mano de obra en el seguimiento, para
luego
acompañar e investigar con nuestros míseros
cinco sentidos.”
-“Hay algunos
genuinos por allí.” Se levantó del escritorio para programar el
café. “La mayoría de los departamentos actualmente tienen un
sensible adjunto como consultor civil. Es más algunos llevan
insignias, también.”
-“Sí, bien.
Estábamos asociados
durante mucho tiempo.”
Él le dio una taza de café. “Ésos eran otros
días.”
-“Nunca utilizamos
un sensible.”
-¿“No? Bien, se
utiliza lo que se utilizan cuando la herramienta se
adapta.”
-“Tengo una diciendo
que vio el asesinato del Central Park en un
sueño.”
Feeney sorbió contemplativamente. -“La
comprobaste?”
-“Sí, y ella
concuerda. Autorizado y registrado. Tiene una referencia de Louise
Dimatto.”
-“La Doc. no una
idiota.”
-“No, ella no lo es.
¿Si tú fueras yo, la traerías adentro?”
Él levantó un hombro. -“Tú sabes la respuesta
a eso.”
Ella frunció el ceño mirando su café. “Se
utiliza lo que se necesita. Sí, lo sé. Creo que necesitaba oírlo de
alguien que tiene sus pies bien plantados.
Gracias.”
Ella dejó el café casi sin tocar abajo. Estaba
descompuesta, pensó. Le resultaba más fácil negarse a afrontar la
cuestión si no era café real. “Gracias.”
-“No hay ningún
problema. Déjame saber si necesitas a alguien para investigar y
poner sus manos y vestimenta personal, en la
suciedad.”
-“Lo haré. Ah, sabes
que alguien podría derramar el café en ese traje. No sería tu
falta.”
Él le envió una mirada compasiva. -“Ella
sabría. No hay nadie más psíquico que una esposa. ”
***************
Ella le informó a Peabody. Si iba a consultar con un psíquico, iba a informar la posibilidad a su comandante primero. Whitney escuchó mientras que ella le dio el informe oral de los datos que ya le había enviado para su atención. Él no la interrumpió, sino que se sentó tranquilo en su escritorio, un hombre grande de piel oscura y plateado cabello cortado al rape. Años detrás de una mesa no habían borrado al policía de él.
Lo era hasta los
huesos. El único cambio en su cara ancha,
sobria, fue una elevación rápida de las cejas cuando ella mencionó
a Celina Sánchez.
Cuando su informe estuvo completo, él asintió
con la cabeza y luego dijo.
-“Un consultor
psíquico. No su estilo habitual, teniente.”
-“No,
sir.”
-“El enlace de los
medios está manejando el frente de la información pública por
ahora.
Continuaremos omitiendo la naturaleza exacta de
la mutilación, así como la descripción del arma de asesinato. Si
usted decide consultar a un sensible, esos datos también serán
omitidos.”
-“Ella fue firme en
eso, Comandante. Si consulto con ella, no sentiría cómoda dando su
nombre al enlace, o cualquier otra persona más allá del equipo
investigador activo.”
-“Entendido. El
nombre de su sensibles es familiares a mí. Puede ser que la haya
conocido en algún momento. Socialmente. Comprobaré con mi esposa,
que tiene una mejor memoria para esta clase de
cosas.”
-“Sí, sir. Quisieran
que esperara para hablar con MS
Sánchez otra vez hasta que usted lo haya hecho
con su esposa”
“No. Ésta es su llamada. Detective, ¿su opinión sobre este asunto?”
La columna de Peabody estaba tan recta que parecía que iba a
romperse. -¿“La mía, sir? Ah…. Puede ser que sea más abierta a los dones
extrasensoriales, Comandante. Tenemos sensibles de mi familia.
"
-“Usted sería uno de
ellos?”
Ella se relajó lo bastante para sonreír. -“No,
sir. Apenas tengo los cinco sentidos básicos. Yo creo, como la
Teniente Dallas, que Celina Sánchez vale por lo menos una
entrevista de seguimiento.”
-“Entonces hablen
con ella. Si y cuando lo de los ojos se escapa a los medios,
veremos este caso criticado a través de cada medio de comunicación.
Tenemos que cerrarlo antes de que el circo llegue a la ciudad.
”
***************
Celina vivía en una sección de SoHo
donde abundaba el arte de alta calidad, os restaurantes de moda, y
boutiques minúsculas del una sola habitación. Era la tierra de los
urbanitas jóvenes, adinerados, bien vestidos a los que les gustaba celebrar
almuerzos íntimos, bien servidos las mañanas de los domingos, votar
al partido liberal y asistir a juegos esotéricos que solo
fingían entender y
mucho menos gozar.
Los artistas de la calle eran agradables, y los
cafés abundaban.
El loft de dos pisos de Celina había sido parte
de un taller de tres pisos
donde se habían
producido grandes cantidades de ropa barata, de imitación de
diseñadores.
Ese como los otros
edificios similares en el sector, había sido revitalizado,
rehabilitado, y reclamado por aquellos que podían pagar los bienes
raíces.
Desde la calle, Eve observó que las
ventanas eran tan anchas como puertos de la lanzadera (transporte), y una
terraza larga, estrecha con una verja adornada del hierro había
sido añadida al tercer piso.
-“Seguro que no
quieres pedir una cita?” preguntó Peabody.
-“Ella debe saber
que estamos viniendo.”
Peabody se acercó a la puerta de entrada a
nivel de la acera al lado de Eva.
-"Eso es sarcasmo,
señor."
-"Peabody, tú me
conoces muy bien." Eva tocó el timbre del loft de
Celina.
Momentos después, la voz de Celina se escuchó a
través del intercomunicador.
-"¿Sí?"
-“Teniente Dallas y
detective Peabody.”
Hubo un sonido. Podía haber sido un suspiro.
-“Suban por favor. Voy a abrir la puerta y el ascensor. Pida el
dos. "
La pequeña luz de la
seguridad sobre la puerta pasó del rojo al verde. Las cerraduras
snicked se abrieron. Eve pasó la puerta de entrada, exploró y
observó los tres apartamentos del primer nivel. A su izquierda, una
puerta del elevador se abrió. Entraron y pidieron el
dos.
Cuando la puerta se abrió de nuevo, Celina
estaba al otro lado de una puerta de hierro. Su pelo estaba para
recogido hoy, en un rodete asegurado por lo que parecían un par de palillos de
lujo.
Llevaba unos pantalones de piel que llegaban a algunas pulgadas sobre el
tobillo y una blusa cómoda que dejaba su vientre al descubierto. No llevaba
zapatos, arreglos faciales, ni joyas.
Abrió la puerta y
dio un paso atrás. -“Tenía miedo de que vinieran. Podemos sentarnos
aquí.”
Hizo un gesto a sus espaldas a un amplio
espacio equipado con una amplio sofá en forma de S, de color de
vino tinto. Había una mesa grande en cada curva, y en una había un
cuenco largo, poco profundo, lleno de lo que parecían ser rocas.
Junto a él, una vela alta sobre un pilar forjado.
El piso era de madera original, supuso Eve, y
había sido lijado y sellado –como hacía la gente la madera original
vieja- para convertirlo en un mar brillante en tonos de
miel.
Las alfombras con
brillantes dibujos estaban dispersas sobre él, mientras que cuadros
de brillantes colores estaban distribuidos por las paredes de
color verde pálido.
A través de arcos, vio la cocina y un comedor
partido al medio.
Entre medio había una reja
de metal, pintada un verde más profundo que las
paredes y una verja que había sido
diseñada para asemejarse a una serpiente
delgada.
-“¿Qué es
eso?” Eve señaló hacia la única puerta,
cerrada y asegurada.
-"Mi espacio
consultor. Tiene otra entrada. Me gusta la conveniencia
de trabajar en casa cuando puedo,
pero también valoro mi privacidad. No traigo
clientes a en esta parte de mi casa"
Ella hizo un gesto otra vez, hacia el
sofá.
-¿“Puedo traerles algo beber? Cancelé mi consulta hoy. No pienso que le haría un bien a nadie. Ustedes me sorprendieron en el medio de una sesión de yoga. ¿Quisieran un poco de mi te?. ”
-“No, gracias,” respondió
Eve.
-“No importaría. Si
lo estoy haciendo de todos modos.” Celina sonrió a Peabody. “Tomen
un asiento. No tardaré.”
En lugar de sentarse, Eva comenzó a caminar. "Tienes mucho
espacio aquí."
-“Sí. Necesito espacios abiertos. Me volvería loca, por
ejemplo, en su oficina. Hablaste con Louise?”
-“Ella no se puso en
contacto contigo?”
-“No. Pero
tú me pareces una
mujer completa. Asumo que comprobaste mi licencia, mi expediente,
mi trayectoria y que hablaste con Louise antes de decidirte a
hablar conmigo otra vez. Tu lo considerarías
necesario.”
-“Louise me dijo que
tu eras la oveja negra.”
Celina salió, llevando una bandeja con una
jarra blanca y dos tazas blancas de aspecto frágil y platillos.
Ella le dio a Eve una sonrisa irónica. “Sí, eso es exacto. Mi
familia me desaprueba, y esta avergonzada, no sólo por mi don, sino
porque elijo ganarme la vida con él.”
-“Tú no necesitas
dinero.”
-“No es por la
seguridad financiera.” Ella cruzó el cuarto para dejar la bandeja
en la mesa. “Pero sí por satisfacción personal. En sus
circunstancias, teniente, usted no necesita el sueldo que el
Departamento de Policía le paga. Pero me imagino que lo recoger
igual.”
Ella sirvió
dos tazas de té y le pasó una a Peabody. “No
puedo dejar de pensar en Elisa. No quiero pensar en ella. No quiero
ser parte de esto. Pero tengo que hacerlo.”
-"El NYPSD puede
contratar y colocar, a petición del primario, a un consultor civil
experto.”
-“Mmm-hmm.” Celina
arqueó una ceja oscura. “¿Y pasé el examen de
aptitud?”
-“Hasta ahora. Si
estás dispuesta y eres capaz de servir como tal en este asunto, se
te requerirá que firmes un contrato. El contrato incluirá una orden
de silencio,
evitando, por ley, que discutas cualquier
aspecto de la investigación. "
-“No tengo ningún deseo de discutir ningún aspecto de la
investigación. Si acuerdo hacer esto, necesito que firme un
documento asegurando que mi nombre, mi relación con la
investigación, no será comunicada a los medios.”
-“Así te dije antes.
Se te pagará una tarifa honorario - estándar.” Eva le tendió
una
mano a Peabody y esperó a que se Peabody sacara
los documentos de su bolso.
-"Si quieres leer
estos primero. Eres libre de consultar a un abogado o a un
representante legal antes de firmar."
-“Tu das tu palabra,
yo doy la mía. No necesito a un abogado para eso.” Pero ella cruzó
sus piernas, se recostó y leyó el documento cuidadosamente. “No
tengo una pluma.”
Peabody sacó una y se la ofreció. Celina firmó
ambos documentos, dando la pluma a Eve.
-“Bueno, eso es
todo, no?” Celina dejó escapar un suspiro después que Eve
garrapateó su nombre en cada contrato.
-“Que debo
hacer.”
-“Dime otra vez, exactamente lo que viste.” Eve puso un
registrador en la mesa.
-“Para el
registro.”
Ella pasó por eso otra vez, cerrando los ojos
de vez en cuando mientras repetía los detalles. Sus manos no
temblaron, y su voz se mantuvo fuerte y constante, pero Eve la vio ponerse más y más pálida,
mientras relataba el asesinato.
Ella las manos no sacudió, y su voz permanecía
fuerte y constante, pero Eve miró su pálido, grado por grado
mientras que ella contó de nuevo el asesinato.
-“Y donde estabas
cuando lo viste pasar?”
“-Arriba. En la cama. Mi seguridad estaba
encendida, toda la noche, como siempre. Tengo alarmas completas, y
cámaras en todas las puertas. Te invito a tomar los discos
como pruebas y comprobarlos.”
-“Lo voy a hacer.
Nos cubriremos los dos. ¿Has tenido
alguna otra visión desde esa noche?”
-"No. Sólo una...
Una sensación de temor y una sensación de anticipación. Esto
podrían
ser mis propios nervios.”
-¿“Peabody? El bolso
de evidencias.”
Sin decir nada,
Peabody sacó una larga cinta roja, sellada.
-“¿Usted reconoce
esto, MS Sánchez?”
-“Celina.” Incluso
sus labios se habían vuelto blancos. “Parece lo que él utilizó en
ella.”
Eve despreciando la bolsa, sostuvo la cinta.
“Tómalo. Dime lo que ves.”
-“Está bien.” Celina
dejó su taza, después se frotó las palmas nerviosamente en sus
muslos. Respiró lentamente y después tomó la
cinta.
Ella la corrió a través de sus dedos,
manteniendo su mirada fijada en ella. “No veo… nada, nada claro.
Tal vez necesito tiempo para prepararme, quizás necesito estar
sola.” Desconcertada y frustrada se pasó la mano por la cara.
“Pensé que…. Esperaba más. Estaba tan segura que conseguiría algo
puesto que tenía esta conexión. Sé que él utilizó esto para
matarle. Ambos la tocaron, pero no consigo nada.”
Eve tomó la cinta, la reselló y la devolvió a Peabody.
-¿“Por qué piensas que no
viste su cara esa noche? Viste la de ella.”
-“No sé. Mi conexión
debe ser con la víctima. Quizás Elisa no lo vio
claramente.”
-“Es posible. Tal
vez podrías intentar de nuevo con la cinta.”
-“No sé qué
diferencia habría. Quizá si me dejaron sola con...,” comenzó
mientras Peabody sacó un bolso de las pruebas.
-“No puedo hacer
eso. Cadena de pruebas.”
-"Esto no emite
nada. No para mí, en todo caso.". No obstante, Celina extendió la
mano hacia el bolso sin precinto.
Cuando sus dedos se cerraron sobre él, sus ojos
quedaron enormes y ciegos. Ella cayó al piso, como si hubiera
estallado en llamas. Y su mano se cerró sobre su garganta mientras
se ahogaba.
Mientras que Eva sólo la miraba estrechamente,
Peabody se levantó, tomó a Celina
con firmeza por los hombros y la sacudió.
“Respira!” ordenó.
-“No puedo
respirar.”
-“Sí, puedes. Toma
aire y déjalo salir. Allí, dentro y fuera otra vez.
"
-“Está bien. Está
bien." Dejó caer la cabeza hacia atrás, cerró los ojos mientras una
sola lágrima se deslizaba por su
mejilla. "Dame un minuto". Ella contuvo la respiración y mantuvo
los ojos cerrados. "Eres una perra
fría, Dallas.”
-“Sí, lo
soy.”
-“Probándome. La
primera cinta era una persiana, no significaba nada. Solo una
prueba.” -“La compré ayer. La sellé antes de
embolsarla.”
-“Inteligente.
Cuidadosa.” Ella contenía el aliento y había lo que podía haber
sido respeto en sus ojos. “Bien, supongo si me hubieran asesinado,
yo querría que una perra fría buscara a mi asesino.” frunciendo el
ceño, miraba la cinta que Eve había cogido del piso. -“No estaba
preparada. Es por eso qué me golpeó tan duro. Puedo prepararme, en
alguna medida.”
Ella tendió la mano, y Eve dejó que la cinta
cayera en su palma.
-“Ella sufrió.
Terror y dolor. Ella no ve su cara, no realmente. Ella está
aturdida, asustada y lastimada, pero ella lucha. Dios, él es
fuerte. Grande, duro, fuerte. No ve su cara. Pienso que no ve su
cara. La violación es rápida, casi compasivamente rápida. Él está
sobre ella, jadeando, golpeando, cuando ella siente esto apretarse
alrededor de su cuello. Ella no sabe que es, pero sabe que va a
morir. Y ella piensa: Vonnie. Su último pensamiento fue para su
hija.”
-“Háblame sobre
él.”
Ella se sentó más derecha y respiró más lento.
“Él la odia. Le teme. La venera. Pero ella no. Tanta rabia, tanto
odio, rabia, emoción. Es difícil conseguir más que eso. Es como una
lluvia que golpea mi psique. Es difícil pasar a través de la
locura. Pero sé que él ha hecho esto antes.”
-“Porqué le quita
los ojos?”
-“Yo...Ella tiene
que estar en la oscuridad. No sé, a menos que él la quiera en la
oscuridad. Lo siento.” Le devolvió la cinta a Eve. “Lo siento, no
puedo tener la cinta mucho tiempo. Es demasiado. Puedo hacerlo en
sesiones cortas. ”
Eve asintió, observando el
brillo de la transpiración que cubría la cara de Celina.
"Yo
veo eso. Necesito que vengas conmigo a la
escena del crimen."
Celina presionó una mano en su vientre.
-“Quisiera cambiarme primero.”
-“Esperaremos.”
Después de que Celina se hubiera ido arriba,
Peabody dejó escapar un silbido bajo.
-“Debes admitir, ella tiene
huevos.”
-“Sí. Y se
levanta.”
-"Y desde donde
estoy sentada, su negocio es real."
-"Eso
parece". Agitada, Eve se levantó. A
ella le gustaba el espacio, no solo la cantidad de él,
sino también su uso.
Ella admiraba la forma en Celina había tendido la mano para tomar
el arma
homicida.
-“¿Es porque es
civil o el aspecto psíquico lo que no te gusta?”
Eva echó una mirada por encima del hombro a la
pregunta de Peabody. -“Un poco de ambos. No tengo gusto de meter a
civiles en una investigación, y no te molestes en recordarme
cuantas veces Roarke terminó de esa manera. Es bastante malo que él
lo haga, es bastante malo porque me estoy acostumbrando a él. Y esa
cosa psíquica. ¿Cuánto bien realmente va a hacer?”
Se volvió hacia
Peabody. ¿“Qué nos dijo? Que es grande, fuerte y fuera de su mente
de mierda. Eso no es ninguna noticia.”
-“Dallas, ella no va
a darnos un nombre y dirección. Esta cosa no funciona de esa
manera.”
-“Porqué no?”
Irritada, ella colocó sus manos en los bolsillos.
"Si puede ver esas cosas, ¿por qué
no puede ver los detalles más destacados? El asesino está
asesinando. El hijo de puta reside en tal unidad. Eso sería útil
".
-“Si, seguro. Solo piensa en cómo de rápido
cerraríamos un caso. Entonces el departamento emplearía a un equipo
entero de psychics- La... ah, SDD- Sensible
Detective División-y…. Sabes qué, no me gusta
después de todo. Estaríamos sin trabajo.”
Eve tiró una mirada oscura hacia las escaleras.
“Y no me gusta la idea de que podría comenzar a hurgar en mi
cabeza.”
-“Ella no haría eso,
Dallas. Los sensitivos
legítimos respetan el aislamiento. No se
imponen.”
El padre de Peabody lo había hecho, Eve
recordó. Inadvertidamente, pero lo hizo. Y allí, admitió, estaba la
base de su prejuicio.
-“Me gusta ella,”
añadió Peabody.
-“Sí. Está bien.
Vamos a aprovechar esta pequeña excursión, ver qué sale de
ella.
Entonces tú y yo vamos hacer el trabajo del
policía . "
***************
Celina se cambió en un par
de pantalones negros con una blusa azul de cuello recogido.
Llevaba una cadena con gotas de cristal alrededor de su
cuello.
-“Para la
protección, intuición, apertura del tercer ojo.” Les comunicó
cuando estacionaban en el borde del Central Park. -"No todo el
mundo les atribuye sus
beneficios, pero en las actuales
circunstancias, estoy dispuesta a probar cualquier
cosa."
Ella ajustó las enormes
gafas que le ocultaba la mitad de la cara. -“Bonito día,” dijo.
“Caliente y soleado. La clase de día que saca a la gente afuera. Me
encanta Nueva York en esta época del año. Y estoy
estancada."
-“Se ha buscado en
las áreas aplicables, barrido, registrado,” comenzó Eve.“De lo que
sabemos, la víctima paseaba al perro en esta dirección, y entró en
el parque aproximadamente a este punto.”
Eve entró en el parque.
-"Muchas personas
han pasado por aquí, no sé lo que voy de conseguir. A decir verdad, mi don es más directo, por el
contacto con alguien o algo así.
Por lo general ".
Cerca de diez metros en los
árboles, Eva se detuvo. No había nadie
alrededor,
observó después de un barrido. La gente estaba
en el trabajo, en la escuela, en las tiendas y
en los restaurantes.
Estaba demasiado cerca de la calle, de esa
calle tony, para las reuniones de los chemi-cabezas o las
transacciones de los illegals.
-“Estaba aquí, no es
así?” Celina se sacó las gafas, las guardó y se quedó mirando
fijamente suelo. “Cuando él la agarró, la arrastró más en
el bosque. "
Su respiración era lenta e incluso mientras
caminaba. Un sonido muy deliberado.
-"La golpeó en la
cara, la derribó, la aturdió. Puedo ver la tierra removida, por lo
que este debe estar donde él. . . "
Volvió a respirar, después
se puso en cuclillas y pasó sus manos sobre la hierba y la
suciedad. Las llevó hacia atrás de nuevo. “Dios!”
Eva podían verla apretar su mandíbula mientras
tocaba el suelo otra vez. "El la violó aquí. Control,
humillación y castigo. Hay un nombre en su
mente- no el de ella. No puedo
verlo, no puedo absolutamente… pero no es su nombre, no es a Elisa
a quien está castigando.”
Acercó sus manos de nuevo,
pero las guardó debajo de sus brazos como para entrar en calos. “Es
difícil que consiga algo más allá de ella, y de lo que le hizo.
Ella es mi conexión, y ella no le conoce. Ella no sabe porqué está
sucediendo esto. No es más que…”
Ella levantó la cabeza y miró a Eve. “Te puedo
ver.”
Eve sintió una frialdad en su vientre. “No es
por mí porque estás aquí.”
-"Eres una presencia
muy fuerte, Dallas. Mente fuerte, sentimientos fuertes, instintos
fuertes. Tú copas todo. "
Con una media sonrisa,
Celina se enderezó, dio un paso atrás con cuidado y lejos de la
escena. "Me sorprende que seas
tan resistente y recelosa de lo sensible cuando
tu misma tienes un don.”
-"No. No lo tengo.”
Mirándola Celina
resopló, dejando escapar un suspiro de impaciencia. "Bull. ¿Crees
que lo que ves y sientes es sólo
instinto? ¿Sólo instinto? " Luego se encogió de
hombros.
-“Cualquiera sea la
forma en que lo llames, es un don.”
Ella se frotó los brazos. “Él se la llevó de aquí. Es liviana porque ya está muerta. Una parte de ella está todavía conmigo, pero es muy delgada."
-“Ella pesaba alrededor de
ciento y treinta. Pero es peso muerto ahora.”
-“Él es muy
fuerte.”
-“Tiene que
serlo.”
-“Es orgulloso,”
Celina murmuró cuando comenzó a caminar. “Sí, hay orgullo. En su
cuerpo, en su fuerza. Ella es más débil que él ahora. ”
-“No la víctima.” Eve
comenzó a caminar con ella. “Sino
a quién la víctima simboliza.”
-“Posiblemente.
Probablemente.” Celina apartó el pelo de su cara.
Un trío de los círculos enlazados de oro se balanceó en
sus oídos. “Es probable que lo veas más claramente que yo. No le
temes tanto como yo.” Se detuvo brevemente para estudiar el
castillo. -“Me pregunto porqué escogió este lugar. Es algo
fantástico. Una
señal. Él habría podido dejarla en cualquier lugar. Habría sido más
fácil.”
Eva tenía sus pensamientos al respecto, pero
los mantuvo para sí misma. ¿“Cómo de alto es? ”
-"Bien, tiene más de seis
pies. Bastante más. Cerca de siete. El cuerpo grueso
pero duro, sin grasa. No tiene nada
de grasa. Mucho músculo. Pude sentirlo cuando la violó.
"
Se sentó en la
hierba.
-“Lo siento. Me estoy poniendo a temblar. No estoy acostumbrado a este tipo de trabajo. Es la adrenalina. ¿Cómo lo haces? "
-“Es lo que hago.”
-“Sí. Lo que haces.”
Ella abrió su monedero, sacó una bonita caja. "Bloqueador", dijo
cuándo seleccionó una píldora de allí. “Dolor de cabeza maldito. No
puedo hacer más hoy. Lo siento. Me explota la
cabeza.”
Para sorpresa de
Eve, Celina se estiró sobre la hierba cuan larga era. “Sabes lo que
estaría haciendo normalmente ahora?”
-“No lo puedo
decir.”
Con los brazos cruzados, Celina comprobó el tiempo. -“Oh, sí. Francine. Justo
ahora estaría sentada en una consulta con Francine. Le doy una
semanal, porque le tengo cariño. Ella es una mujer preciosa,
absurda, rica con un caso terminal del husbanditis. Ella sólo
quiere casarse. Está a punto de tomar el
marido número cinco, aunque la he
aconsejado en contra de ello. Al igual que hice con los
números tres y
cuatro."
Perezosa, Celina tomó el par
de gafas elegantes y las sacó de su bolsillo. Se las colocó. “Ella
llorará durante nuestra hora, y protestará diciendo que debe seguir
su corazón.” Sus labios se curvaron cuando se acarició con una mano
su pecho. “Que este vez va a ser diferente. Ella va a casarse con
el hijo de puta oportunista que
luego la engañará, pero ella se niega a
creer que la hará miserable, después se irá con su orgullo, su amor
propio, y un pedazo agradable de su cartera.”
Ella sacudió su cabeza, empujándose para
sentarse. "Pobres ingenua Francine. Y eso, teniente Dallas,
detective Peabody, es el caso más trágico que me permito hacer
frente."
-“¿Cómo sabes cuándo
hablas con un cliente que no veras algo trágico?” Preguntó Eve y
Celina sonrió.
-“Es mi trabajo
saber. Y si falta algo, entonces lo veo y hago lo
que puedo, entonces doy un paso
atrás. No creo en el sufrimiento, particularmente cuando soy yo la
que hace sufrir. No entiendo porqué la gente insiste en causarlo o
aguantarlo. Soy una criatura superficial,” dijo,
estirándose como un
gato en el sol.
-"Pero hasta hace un
par de noches atrás, una malditamente
contenta." Peabody le ofreció una
mano para ayudarla a levantarse. Celina la estudió,
sonrió. ¿“Puedo
darte un vistazo? Solo superficial. No un sondeo profundo, no hay
secretos. Los dos me interesan."
Peabody se limpió la mano en sus pantalones y
se la ofreció de nuevo. "Supongo que
sí."
Celina le estrechó las manos, continuó
manteniéndolas juntas después de
parase.
-“Eres una mujer
confiable. Hombros robustos, y una raya leal que abarca cada área
de su vida. Estás orgullosa de tu insignia, y del trabajo que
haces. Cuidado,” dijo con una carcajada, y soltó la mano de
Peabody.
-“Se abren como una
puerta. Yo no tenía la intención de echar un vistazo a su vida
personal. Pero él
es un cutie." Ella le guiñó un ojo."
She-Cuerpo”.
Peabody se sonrojó. -“Estamos, ah,
trasladándose a un nuevo lugar juntos. Vamos a
convivir.”
-“Enhorabuena. No es
magnífico el amor?” Con una sonrisa, se volvió hacia Eve. Levantó
sus cejas.
-“No”
Riendo, Celina metió las manos en los
bolsillos. "Uno de estos días, predigo, me tendrás bastante
confianza. Gracias,” le dijo a Peabody. “Limpiaste mi paladar.
Tomaré un taxi en un momento. Quiero salir de este dolor de cabeza
antes de irme a casa.”
Ella comenzó a caminar, dirigiéndose lejos de
la ruta que habían tomado. Entonces se detuvo y dio vuelta. No
había ningún humor fácil en su cara ahora. "Va a ser muy pronto. La siguiente. No sé cómo lo
sé, pero lo se. Va a ser muy pronto. "
Eve la miró irse, y con don o sin él, supo que
tenía razón
-“Ella es realmente interesante.”
Peabody esperó un segundo, después deslizó su mirada hacia Eve como
cortando al oeste, luego hacia el sur hacia la Central. ¿“No te
parece? ” --“Ella no es aburrida. ¿Pero dime, específicamente, qué
conseguimos de esto? ”
-“Está bien, no mucho más
de lo que sabíamos, creíamos o sospechábamos ya.” Peabody se
desplazó en su asiento y lamentó el té. Ahora ella quería hacer
pis, y ella sabía terriblemente bien que Eve no pararía en un
práctico restaurante en donde el flash de una insignia le
conseguiría privilegios en el retrete. Cruzó sus piernas
firmemente, e intentó concentrarse.
-"Sin embargo, el
hecho es que es interesante consultar con un sensible, uno
obviamente, dotado como Celina. Yo soy confiable y leal, después de
todo."
-“Igual que el schnauzer de
la familia.”
-“Prefiero el cocker
spaniel porque tienen esas lindas orejas flojos.” Volvió a cruzar
sus piernas. “Y, en mi experiencia, si un sensible hizo esta clase
de conexión, puede obtener más si se enfoca y mantiene abierto.
Pienso que ella lo va a hacer.
Está enganchada y quiere
hacerlo.”
Eva miró en el espejo retrovisor la ráfaga de
la sirena. Reconoció la sutil
diferencia en el tono e identificó un vehículo de emergencia médica
un instante antes de que la luz
giratoria de color rojo del vagón tecnología médica entrara en su
visión
Ella se acercó a la acera y
la ratonera a la que estaba pegada en la actualidad
como
conducción vibró como gelatina en la estela del
vagón que iba a toda velocidad.
-“Quisiera que llamaras a
requisiciones, al minuto que lleguemos a la Central. Pidas,
sobornes, amenaces, ofrezcas favores sexuales de cualquier
naturaleza, si nos consiguen un auto
decente al final del turno."
Peabody tenía los dientes apretados y hizo todo
lo posible por hablar a través de ellos.-"¿Quién va a realizar os
favores sexuales, en caso de llegar a eso?"
-“Tú, detective. Soy
tu superior
jerárquico.”
-“Los sacrificios
que se hacen por la insignia.”
-“Clubs de
salud.”
-“Qué?”
-“Vamos a comenzar a
investigar los clubs de salud.”
-"Sir, yo no creo
que pueda tonificarme sensiblemente antes de dispensar favores
sexuales si desea el vehículo al final del turno
".
-“Jesús, Peabody,
saca tu cara del canal.”
-“Bueno, tu la
pusiste allí.”
Eve maniobró a través del tráfico. "Volvamos a
nuestro deber, nuestro juramento e investigación actual. Si estamos
buscando a uno solo y no hay evidencia que nos lleve a sospechar
que se trata de dos o grupo -éste es un hijo de perra fuerte. No
solo está en forma, no solo es musculoso, sino que un individuo realmente
fuerte. Un individuo que puede llevar una y media la distancia del
sitio del asesinato al sitio de la descarga, y transportar tanto
peso muerto por un pequeño acantilado de rocas, probablemente se
resuelve se entrena en forma
regular y seria.”
-“Podía tener su
propio equipo. Alguien realmente serio generalmente lo
hace.”
-“Y vamos a intentar
seguir eso, también. Gimnasios caseros completos para
comenzar.
Pero si vamos a utilizar lo que nos da la reina
psíquica, ella dijo que él estaba orgulloso-orgulloso de su cuerpo.
¿Él querría mostrarlo, no? Mostrar lo que puede
hacer.”
-“Clubs de
salud.”
-“Clubs de
salud.”
-“Dallas, solo
improviso, ¿puedes adivinar cuántos clubs de salud tenemos en
nuestra bella ciudad?”
-“Comenzamos con
aquellos que atiendan principalmente a los hombres. A él no le
gustan las mujeres. Por lo tanto olvidemos los gimnasios femeninos
adonde las señoras saltan en sus skinsuits y beben jugo de verduras
o comen las nutribars antes de su masaje. Ningún spa, ni salones
locales. Olvida a los clubs sociales adonde los individuos van a
jugar con máquinas y coger citas. Investiga las instalaciones que
atienden sobre todo a los de la misma orientación sexual. Las
catedrales de recogida gay. . Buscamos puntos tradicionales,
culturista serio. La clase de individuos sudorosos con cuellos
grandes.”
-“Ohhhh. La clase de
individuos sudorosos con los cuellos grandes.” Levantando la cara
del canal dijo, “Inmediatamente, sir.”
-“Demasiado tarde
ahora,” murmuró Eve. “Podemos intentar otro sondeo en el barrio de
la víctima. Este hombre la vigilaba, tenía su rutina. Vamos a
preguntar por alguien inusualmente alto, rollizo. Después aborda a
los de requisiciones, te pones en contacto con Vanderleas. Averigua
si alguno de ellos recuerda haber visto a alguien así por los
alrededores.”
-“Control.” Solo
unas cuadras más, pensó Peabody. Entonces podría hacer pis. Ella se
retorció, cruzando sus piernas hacia otro lado.
-“Buscaremos los
equipos caseros de gimnasia: máquinas del peso, sistemas
virtuales
con programas del musculación. Comprobamos las
suscripciones a las revistas a que el retorcerte no va a ayudar, ya
sabes. No deberías haber tomado todo ese té.”
-“Es realmente muy
amable de tu parte señalar eso ahora,” disparó Peabody con cierta
amargura. -“Y el retorcerse tampoco ayuda. Oh, agradezco a todos
los dioses y las diosas,” ella respiró cuando entraron en el garaje
de la central.
-"El libre criterio
sale cuando está llena la vejiga, ¿no detective?"
-“Eso no es todo lo que va
a salir.” Dijo Peabody y salió del coche en el instante en que este
paró, y corrió contoneándose hacia el elevador.
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