Siempre pensando en las amistades, salió de su oficina y entró en el bullpen. Había policías sentados en los escritorios y cubos, manejando los enlaces y computadoras, investigando pistas, picoteando el papeleo interminable. Los sonidos familiares, pitidos, traqueteos, voces, silbatos fuera de tono de Reineke, atravesaban en el aire.
Había amistades aquí, lo sabía, nacidas de la insignia y alimentadas en algunos casos por intereses compartidos o personalidades. Competencia, también, pero ella lo consideraba una buena cosa, un elemento saludable y productivo de cualquier grupo. Lo último que quería era un montón de policías tolerantes, complacientes.
La fricción, un subproducto inevitable, frotaba las personalidades que trabajaban largas horas, y vivían con el estrés del trabajo. Sólo los droides funcionaban sin fricciones, y ella prefería hombres y mujeres que sudaban y sangraban y en ocasiones se molestaban unos a otros.
Su división funcionaba sin problemas, no sólo porque ella lo exigía, sino porque —sentía— confiaba en su gente y no los acosaba sobre cada caso o cada paso de una investigación.
Vivían con el asesinato. Ella no tenía la necesidad de recordarles lo que el departamento o la víctima esperaban de ellos.
Algunos eran compañeros, lo que incluso era más profundo que la amistad, y podía ser una relación más intensa y más íntima que la de los amantes. Un compañero te cuidaba la espalda, compartía los riesgos, el trabajo, hablaba la misma lengua, conocía tus pensamientos, guardaba tus secretos.
Si eras un policía, un compañero te confiaba su vida, y tú hacías lo mismo con la tuya. Cada día, cada minuto.
La confianza, pensó, era el fundamento y la red de seguridad de cualquier sociedad.
Empezó a caminar —un segundo viaje a EDD en un día podría reventar su sistema nervioso, pero debía hacerlo. Antes de llegar a la puerta, el silbido de Reineke la saludó.
‒Acá Teniente.‒ Él se levantó y acercó. ‒Estamos con el asesinato de la pizzería.‒
‒Atraco en Greene.‒ El hecho de que ella no recordara significaba que algunos casos de sus detectives estaban fuera de su radar.
‒Sí. El tipo va a recoger una pizza de verduras y le golpean con una llave de tubo. El atracador le sacó la billetera, y la pizza. ‒
‒No hay motivo para perder la pizza.‒
‒Tienes razón. La esposa está en su casa, esperando lo que va a traer. Se preocupa después de que estuvo fuera, más o menos, una hora. Trata de llamar a su vínculo, pero no puede responder porque está muerto y todo eso. Llama a la pizzería, pero está cerrada en ese momento. Trata de llamarlo un par de veces más, y finalmente nos llama. Los que respondieron lo encontraron a tres cuadras, arrojado por unas escaleras‒
‒Está bien. ¿Qué tienes? ‒
‒No hay huellas en la llave de tubo, no hay testigos. Recibió justo un golpe en la cara, luego un segundo de suerte que le abrió la cabeza. Tomó la cartera, lo pateó por la escalera por si acaso, y se marchó. Pero ¿cómo es que te llevas una pizza de veinte dólares y dejas una llave de tubo de setenta y cinco dólares? ¿Y por qué el marido muerto salió a recoger una pizza a esa hora de la noche cuando hacen entregas? Huele‒.
No lo podría discutir cuando ella misma lo olía. ‒Estás pensando en la mujer.‒
‒Sí. Los vecinos dicen que nunca peleaban. Nunca‒. Sacudió la cabeza, con los ojos cínicos de policía. ‒Usted sabe que no es normal. Y casualmente, hay una llamada del enlace de la casa, unos cinco minutos antes de que ella tratara de llamar al marido muerto. Número incorrecto, dice el tipo, es una lástima. Y sucedió desde un enlace clonado, así que no se puede rastrear‒.
‒Sí, huele muy mal. ¿Seguro? ‒
‒Él marido ascendió hace seis meses. No es que fuera mucho el aumento, pero era agradable. Y por un par de meses antes de eso, ella ha estado saliendo dos noches a la semana. Clases de cerámica‒.
‒Con esa cosa.‒ Hizo a Eve un vago del contorno de una rueda con sus manos. ‒Y esa porquería‒.
‒Sí. Se pone la sustancia viscosa en la cosa y se da forma de algo y se pone ese algo en el horno. No sé por qué diablos, porque si quieres un vaso o alguna mierda, vas derecho a la tienda.‒
‒La esposa de Feeney tomó clases de cerámica. Tal vez todavía lo hace. Ella hace cosas y luego las regala. Es extraño. ‒
‒Sí, hay clases de esas malditas cosas. Lo averiguamos, y la esposa, está registrada. Nunca se pierde una clase. Pero la cosa es, que es una clase de una hora, y un par de vecinos pusieron atención y dijeron que por las noches se va antes de que el marido llegue a casa y no vuelve hasta las diez, a veces más tarde. La clase va de siete a ocho, pero ella sale de casa antes de las seis. Entonces te preguntas, ¿qué hace ella con las tres horas adicionales cuando la clase es a cinco minutos a pie? El instructor vive en el estudio, y eso es bastante útil. ‒
‒Suena como que están haciendo algo más que jarrones. ¿Pistas? ‒
‒Ambos limpios hasta ahora.‒
‒¿Cuál es tu juego?‒
‒Estamos tratando de localizar la llave, y le podríamos traer, hacerlos sudar, pero en este momento con lo que tengo me parece que saldrán limpios, y seguirán haciendo vasos un par de veces a la semana, así que tal vez se pongan un poco ansiosos por una lección. Parece que ella quiere, ya sabes, poner sus manos en la porquería de nuevo. No hay clases esta noche —lo comprobamos. Parece un buen momento para alguna clase particular, si usted me entiende.‒
‒He descifrado el código complejo, Reineke. Continúa y siéntense cerca de ella una noche, a ver si está obligada a dar una vuelta en la rueda de la cerámica. De cualquier manera, tráelos mañana y trabájalos.‒
‒Lo haré.‒
Ella comenzó a salir, se detuvo de nuevo. ‒Si él no tiene antecedentes, y mató por ella, va a ser más duro de roer. Ella está en casa, totalmente cubierta mientras él hace el trabajo sucio. Va a comenzar tratando de protegerla. Ella es el tiro. Ella es el primer lanzamiento. ‒
El matrimonio, pensó mientras se abría paso hasta el deslizador, era un campo de minas.
Tras la corazonada y esperando olvidar el caos del bullpen de EDD, llamó al laboratorio. Se preguntaba que obligaba a los e-tipos a trabajar en cajas de vidrio. ¿No eran naturalmente claustrofóbicos? ¿Un armario de exhibicionistas? ¿Era la necesidad de mirar afuera, o una necesidad de ser visto?
Fuera cual fuera la razón, Feeney y su equipo operaban las computadoras y las estaciones en el interior del vidrio, los movimientos y las voces silenciadas por la barrera transparente. Era un poco como ver a una extraña especie en su hábitat natural.
Feeney, con el pelo parado en mechones locos, tenía una de sus almendras confitadas favoritas en la boca. Callendar, con las caderas balanceándose, los dedos chasqueando, estaba frente a una pantalla donde se desplazaban códigos incomprensibles. Alguien a quien no reconoció — ¿cómo podía distinguirlos?— montado un taburete con ruedas iba arriba y abajo de un escritorio, sus pantalones anchos y remera a lunares rojos y naranjas, los dedos llenos de anillos volaban sobre las teclas y controles.
Y Roarke.
Se había quitado la chaqueta y doblado las mangas de su camisa de color negro hasta los codos. La cinta de cuero que ataba el pelo en la nuca indicaba que estaba en modo de trabajo. También él estaba sentado en un taburete, pero a diferencia de sus compañeros parecía casi sobrenatural por los movimientos rápidos de los dedos en los controles.
Ella sabía que él se centraba, por completo, en cualquier tarea que estuviera trabajando. Si se le presentaban problemas pensaba en irlandés, y murmuraba maldiciones en el mismo idioma.
El habría archivado cualquier negocio que había hecho ese día, de lo que se ocuparía esa noche, o al día siguiente. Lo cuál sería considerable, pensó. No lo hacía no sólo por el hombre —el chico como pensaba de él— que había apreciado, ni por el placer que obtenía del trabajo o el rompecabezas del mismo. Lo hacía por ella.
Ya sea que estuvieran o no de acuerdo en las formas y los medios de trabajo, este solo hecho brillaba a través del gris entre ellos. En su vida nadie la había puesto tan completamente, tan absolutamente primero.
Y como ella lo conocía, supo el momento en que la sintió. Sus dedos se detuvieron, volvió la cabeza. Esos ojos brillantes fijos en ella, como habían estado la primera vez en un funeral de otro muerto que habían compartido.
Su corazón se abrió y se levantó, sin peso.
El matrimonio era un campo de minas, pensó de nuevo, pero ella arriesgaría cada sudoroso y jadeante paso por momentos como este.
Se levantó, evadiendo el naranja y rojo borroso, bordeó a Callendar, y se acercó a ella.
Ella no protestó cuando le levantó la barbilla y rozó sus labios con los suyos.
‒Tenías una mirada en tus ojos, un ghrá‒.
‒Yo estaba pensando en la gente. Amigos, amantes, compañeros. Tú tienes el control de lo importante de todo lo anterior. ‒
Le tomó la mano, un enlace ligero de los dedos. ‒¿Conclusiones?‒
‒A veces tienes suerte con lo que te da la vida. A veces no. Me siento con suerte hoy en día. ‒
Sus labios se curvaron lentamente a medida que rozaron los suyos de nuevo.
Feeney abrió la puerta. ‒Si eso es todo en lo que ustedes dos pueden pensar en hacer, vayan a la cama y acaben de una vez. Algunos de nosotros estamos trabajando. ‒
Si hubiera tenido rubor, este se habría convertido en escarlata. En cambio mortificada se encogió de hombros, incluso cuando Roarke se echó a reír.
‒Me gustaría tener un descanso.‒
‒Tú podrías descansar hasta la eternidad si quieres‒, murmuró. ‒No tienes necesidad de trabajar.‒
‒Tú empezaste.‒
Ella no podía decir nada así que entró en la caja de cristal. ‒¿Algún progreso?‒, dijo con la voz de policía.
‒Estamos pelando las capas de la víctima en el holo-sistema‒, dijo Feeney en el mismo tono. ‒En busca de cualquier sombra, eco, y signo de manipulación. Hasta ahora, llegamos al cien por ciento en todos los niveles. Lo mismo con su droide. No hay señales de manipulación, ni saltos en el tiempo o en la programación. ‒
‒La seguridad de la holo-sala está limpia, también,‒ le dijo Roarke. ‒La estamos estudiando, bit a bit, pero no hay nada, ninguna indicación de que alguien haya entrado o salido de la habitación después de Bart y antes de que el droide abriera la cerradura la mañana siguiente.‒
‒Si no lo hubiera visto, diría que la cabeza del chico fue cortada por arte de magia‒. Feeney hinchó los carrillos. ‒Envié un equipo allí esta mañana. Les hice escanear y buscar manualmente cada centímetro de esa habitación, en busca de otro acceso. No hay nada‒.
‒Tengo algo semi-bueno‒, le dijo Callendar. ‒He hecho un análisis de los registros de la holo-habitación y de la oficina de la víctima. Era un jugador serio. Fácilmente podría poner diez-doce horas en una serie de juegos en un día, y sacaba unas cuantas noches enteras. Jugaba mucho solo, pero también se registró con una variedad de amigos, en la casa y la oficina.‒
Tomó un trago de un tubo de naranja dulce que le hizo doler a Eve los dientes.
‒Pasó una gran cantidad de tiempo con el nuevo juego en los últimos meses, de nuevo solo en la oficina. Y esta no es la primera vez que llevó a casa los discos de demostración para darle una oportunidad.‒
‒¿Es así? ¿Siempre lo registraba antes? ‒
‒Siempre. Como una media docena de veces antes de la última. Lo crucé con su unidad de origen y siempre jugaba solo. Lo que pasa es que hay diferentes etapas y versiones del juego. ‒
‒Mejoras‒, concluyó Eve. ‒El lo lleva a casa para probarlo con los ajustes, o quizás para añadir un poco allí.‒
‒Así es como se lee. Los primeros días, se llama Proyecto Súper X‒
‒Estás bromeando‒.
‒No, en serio. Proyecto Súper X, o PSX. Después de horas de juego cinco o seis sesiones de lunes a viernes, y algunas largas multi sesiones de varios jugadores los fines de semana. Cualquier persona que trabajaba en cualquier parte del mismo tenía que registrarse para entrar. Por lo tanto debía conocer el código de acceso, a continuación, tener un código de usuario. Los cuatro códigos de usuario que tenía pista de acceso son de los cuatro socios, pero si alguno de los que trabajaron secciones los confió a cualquiera de los otros que trabajaron en las secciones, lo tendrían la mayor parte de ellos. ‒
‒Entonces podría ser duplicado.‒
‒Cerca‒. Callendar tomó otro trago del tubo de color naranja brillante. ‒Se necesitaría una gran cantidad de tiempo, problemas, habilidad y cooperación, pero puede estar cerca.‒
‒¿Qué pasa con el escenario que estaba jugando cuando murió?‒
‒Eso es más complicado. Te lo paso a ti ‒, le dijo a Roarke.
‒Una de las medidas de seguridad, lo que yo llamaría una clase de precaución sobre la marcha, fue cambiar los nombres de usuario y los códigos de todas las carreras, ‒.
‒Así que si alguien trataba de hackear desde el exterior, o en el interior, habría chocado contra un muro nuevo.‒
‒En teoría, ‒estuvo de acuerdo Roarke. ‒Sin embargo, incluso con los cortafuegos y las cajas fuertes, sólo tendría que tener suerte una vez, para acceder desde ese punto. He encontrado algunos intentos de hackear, algunos intentos de infectar desde fuentes externas, cosas típicas, y nada de esto con éxito. Y hay varios intentos de hackear desde el interior, pero que coinciden con los controles de seguridad básicos. Para ejecutar el juego en su forma holo, el jugador tiene que introducir su nombre actual, el código, y la identificación con el pulgar y huella de voz. Todos estos son posibles de eludir, por supuesto. ‒
Eve dirigió una mirada fría. ‒Por supuesto.‒
‒Pero tenían una seguridad adicional, que habría enviado las alarmas en un intento de hackeo. Suponiendo que el hacker no los hubiera sobrepasado ya. Los propios discos, por lo menos el de la unidad de la casa de Bart y la copia que tenemos aquí, están hechos para atascarse si alguno de estos pasos se omiten en el proceso de identificación. Un intento de extraer el disco, como vimos, resulta en la auto-destrucción. ‒
‒Sé todo esto.‒
‒Sentaron las bases, teniente. Ellos fueron cuidadosos, inteligentes y vigilantes. Pero ciertamente nada es absolutamente a prueba de hackers. En cualquier caso, las precauciones hacen que sea difícil determinar quien jugó qué y cuándo. Así que tenemos que extrapolar. ‒
‒Lo que significa suponer‒.
‒Una suposición fundamentada y basada en la probabilidad. Bart usa una variedad de nombres de usuario y códigos entre su casa y oficina, pero como la mayoría de la gente, tiene un patrón, y se repite. Para simplificar, saqué de su equipo y etiqueté como Usuario 1 en ambos lugares. ‒
Ordenó mostrar los datos en la pantalla. ‒Aquí puedes ver las fechas y horas en que se conectó de su PSX, por ubicación, y si era solo o con multijugador. Lo cruzamos con los otros jugadores, poniendo el nombre alfa al último, tienes a Cill Allen como usuario 2, Var Hoyt como usuario 3, Benny Leman como usuario 4. Tenemos datos independientes de todos los empleados que trabajaron en el juego, cuándo, cuánto tiempo, en calidad de qué. Querrás ejecutar un análisis de ellos, supongo. ‒
‒¿Qué amigo en particular duerme con quién, ¿cuánto tiempo han trabajado allí?. Sé como investigar. ‒
Roarke le sonrió. ‒Ha llevado mucho tiempo llegar hasta aquí, simplemente porque el registro de los complementos, solo para este juego es una legión, y entre los cuatro utilizaron varias docenas de nombres de usuario y códigos. Siguiente problema. ‒
‒¿Cual sería?‒
‒La infinita variedad de escenarios. Todos ellos tienen un montón de juegos en los valores por defecto, pero la mayor parte de los inicios de sesión están fuera de ese menú. Algunos se guardaron ya sea para jugar de nuevo con exactamente los mismos elementos, o para descartarlos, o guardarlos y reproducirlos con elementos alternativos. O dos escenarios podrían fusionarse.‒
‒Eso no es mantener un registro ¿Cuál es la diversión de jugar si no puedes llevar la cuenta?‒
‒Lo hace, y el disco duro de la holo-unidad lo realiza. El problema es que los datos en la holo de Bart no coinciden con ninguno de los nombres de escenario o los códigos usados anteriormente. ‒
‒¿Un nuevo escenario?‒
‒Es posible. Está catalogado como K2BK—BM‒.
‒Bart Minnock‒, concluyó Eve. ‒¿Su juego en particular? ¿O es que habitualmente los etiqueta con las iniciales? ‒
‒No, no lo hace. No hay ninguna lista que coincida con la copia del messengered de U-Play en la actualidad. El escenario no está en el disco bajo ese nombre o código. No hay nada en su holo-unidad que muestre lo que creó el día que fue asesinado, o cualquier otro día. Puso la copia que estamos tratando de reconstruir, y pidió ese juego, con una solicitud para comenzar en el nivel cuatro. ‒
‒Tú no comienzas en el nivel cuatro, si nunca has jugado antes. Empiezas por el principio. ‒
‒Sí, lo haría. O sin duda la probabilidad es alta‒.
‒Así que lo jugó antes, pero en la copia que utilizó se dio un nombre o código no utilizado anteriormente.‒ Ella caminaba y pensaba. ‒Él tenía una cita, por lo que tenía tiempo limitado. No quería perderlo en las primeras etapas. Él lo empujó hacia adelante. Una sección que quería trabajar, o una que le gustaba en particular, o uno con el que tuvo problemas jugando antes. Pero lo había jugado antes. ¿No hay duda de que estaba jugando solo?
‒Ninguna‒, le dijo Callendar. ‒El asesino podría haber comenzado el juego, registrarse de esa manera para cubrirse.‒
‒Entonces él debería haber estado registrado como observador o audiencia. La habitación sólo registra a un jugador, un ocupante. Si alguien más estaba allí, encontró una manera de evitarlo. ‒
‒El asesinato toma por lo menos dos jugadores‒, murmuró Eve. ‒Él juega. Se pone peor en algunos momentos, le golpean el hombro. ¿Cómo?‒ Ella pensó en Benny, suave e inteligente con sus katas. ‒Él sabe cómo luchar, cómo defenderse. Él lleva el juego en serio, así que lo ha estudiado, practicado, pero no hay señal de batalla. No hay rastro, ni sangre, fibra, ni nada del asesino en esa habitación. Y cada reconstrucción me dice que se quedó allí, mientras que la espada caía sobre él.
‒Otra persona en el escenario‒, consideró ella.‒ El asesino crea el disco, añadiendo defectos o elementos o aberturas, y lo recodifica. Algo que podría anular el sistema, el tiempo suficiente para sacar esto adelante. Eso es lo que hacen estos individuos, ¿no? Buscar nuevas formas. Nuevas formas de jugar el juego. ¿Qué quería jugar más que nada? ‒
‒Hay cuatro escenarios favoritos‒, le dijo Roarke. ‒El mezclaba y alteraba los elementos aquí y allá, pero por lo general se enganchaba con la misma historia básica y los mismos personajes. Nombró al juego-1, Usurpador, Cruzado, y el enfrentamiento‒.
‒¿Están en la copia?‒
‒Están‒.
‒¿Estadísticas?‒
‒Estamos tirando y cotejándolas por ahora.‒
‒Bien. Y cuando hayas corrido el juego, prioriza cualquier cosa con espadas. Es la pizza y la llave de tubo. ‒
‒¿Qué diablos significa eso?‒ dijo Feeney. ‒Estás perdiéndote, chico.‒
‒No tiene sentido perder un buen pastel. No tiene sentido poner una espada en una batalla con Blaster. Tú quieres usar lo que tienes, y tomar lo que te es útil. Tomó la espada, pero dejó el disco. El disco sería inútil para nosotros después de su auto-destrucción, e incriminatorio para él si lo encuentran en su poder.‒
Metió la mano en el bolsillo. ‒Una mujer le dice al marido al que quiere matar, Hey, cariño, quiero comer una pizza. Se bueno y ve a traer una grande de vegetales. Ahora él probablemente va a decir, Vamos pidamos que la entreguen, pero ella está lista para eso. ¡Oh, toman demasiado tiempo y estoy muriendo de hambre por una pizza. ¿Por favor, cariño? Voy a abrir un poco de vino, y tal vez me voy a poner algo que te gusta. Vamos a tener una fiesta con una pizza. ‒
‒¿Qué demonios tiene eso que ver con esto?‒
Le echó un vistazo a Feeney. Cínico y rudo como era, estaba colorado. ‒Es un ejercicio. El tipo va a buscar la pizza, va a tener suerte, —así que hey, vale, merece la pena el paseo. La mujer que lo quiere matar tiene a su amante esperándolo con la llave de tubo. Smack, bang. No hay necesidad de un divorcio, que es molesto, no tiene sentido perder un buen pedazo del seguro de vida, ni tampoco una pizza fresca agradable. Es decir, es malo, solo un poco malo, pero eficaz y práctico, también, tomar el pastel, dejar la llave.‒
‒Deja la pistola, tomar el cannoli ‒, dijo Roarke, y sonrió a Feeney.
‒Está bien, lo tengo‒.
‒Es malo,‒ dijo Roarke siguiendo a Eve, ‒sólo un poco malo, pero eficaz y práctico, también, asesinar a Bart en un juego que le gusta, y hacerlo por medio de uno de sus juegos de fantasía. O sea, eficiente y práctico hacerlo en su propia casa —y en otro juego añadido a eso. ¿Cómo los policías van a averiguarlo? El ha jugado en ese escenario, su asesino, probó los elementos hasta estar seguro de ganar.‒
‒Apuesto a que lo hizo‒, Eve estuvo de acuerdo.
‒Pero un buen juego siempre lanza a un desconocido, un reto más grande. Que serías tú. ‒
‒La cama todavía está allí‒, murmuró Feeney y obtuvo una mirada amarga de Eve.
‒Haz una copia de la copia. Yo voy a querer trabajar en casa. No nos van a dar una orden de registro para las residencias privadas, con lo que tenemos. Todo el mundo tiene coartada, sin motivo claro, no hay evidencia física. Apenas algo circunstancial en este momento. Necesitamos más‒.
‒¿La residencia de quién?‒ le preguntó Callendar.
‒El matrimonio como asociación. Es un campo de minas enloquecido. Y uno de los socios de Bart decidió llevarse la llave de tubo y la pizza. ‒
***
De vuelta en su oficina, consideró que era el momento de cavar más profundo, mucho más profundo sobre los tres socios restantes de U-Play.
Ella necesitaba algo, solo un poco de algo que a su vez, pudiera girar, o pellizcar para convencer a la AP para ir detrás de una orden de registro.
Las computadoras del asesino en casa sin duda habían sido manipuladas a estas alturas. Ella no estaba tratando con un idiota. Pero EDD tenía sus recursos, al igual que su consultor experto civil.
Mientras que su propio equipo excavaba, reorganizó su tablero de asesinato. Lo estudió, reorganizó de nuevo.
Ella pensó que entendía, al menos parcialmente, el por qué. Era pequeño y era poco profundo, pero el asesinato se había hecho por mucho, mucho menos. Sin la nariz de Reineke, la muerte de un hombre podría muy bien haber sido atribuida a los contenidos de su cartera y a una pizza vegetariana.
Habría algo más grande en lo pequeño, y más profundo bajo las aguas poco profundas, pero era suficiente por ahora. Suficiente para ayudarla a crear su propio escenario.
‒¡Estoy de vuelta! ¿Me extrañaste?‒ Peabody rebotó al entrar, a continuación, se dejó caer en la silla del visitante. ‒Por Dios, ¿sabes lo que es el trasbordador a esta hora del día? Es un zoológico feroz —de animales y olores. Además, la unidad de aire se apagó a veinte minutos de la estación. Eso añadió un calor de jungla a eso. Quiero una ducha de dos horas. ‒
‒Has tenido relaciones sexuales.‒
‒¿Qué? ¿Qué? ¿Por qué dices eso? No puedes tener sexo en la nave! Puedes morir de agotamiento por calor, y a continuación, ser detenido. ‒
‒Ha tenido relaciones sexuales antes de subir al trasbordador. Es mejor que no haya chip de gastos para alguna pensión barata —por hora— en mi mesa mañana.‒
‒No utilizamos ninguna pensión barata por horas. Nosotros... ‒Peabody se aclaró la garganta mientras Eve simplemente mantuvo la mirada larga y firme. ‒Jugamos jugamos. Como estaba dispuesto. ‒
‒No quiero saber qué tipo de juegos.‒
‒Muy, muy buenos juegos. Los que requieren excelentes reflejos y resistencia física superior.‒ Ella sonrió, sin arrepentimiento. ‒Vamos a ahorrar y comprar un nuevo sistema de juego jugoso para cada uno para la Navidad.‒
‒¿Es éste tu informe?‒
‒No, este es el balbuceo de mi cerebro pasado por agua —debido al transporte. ¡Menos mal! ‒
‒¿Qué tienes en la teta? ¿Qué diablos es eso? ‒
‒Oh.‒ Peabody agachó la barbilla para mirar hacia abajo. ‒Es mi dragón del amor. Se trata de uno temporal. ‒
‒¿Un dragón del amor? ¿Estás usando un dragón del amor en la teta, la mayor parte de la cual se está extendiendo por todo lo que no está cubierto?.‒
‒Es un tatuaje —y funciona. Trueheart casi se ahoga con su lengua cuando caminaba por el bullpen.‒ Peabody suspiró. ‒Es muy satisfactorio‒.
‒Puedes ser confundido con un policía encubierto. De cualquier manera, yo no quiero ver mañana el dragón del amor. Ahora bien, si has descansado y te has recuperado de tu ardua tarea, me gustaría el informe‒.
‒Claro. El contacto, Razor, el rey de todas las Armas, no ha oído hablar de una espada como la que estamos buscando, —no una real. Accesorios, juguetes de la misma naturaleza y no letales, pero nada que pudiera decapitar o provocar quemaduras. ‒
‒Podría haber sido hecha a medida.‒
‒Pensamos eso después de... después de un pequeño juego que nos inspiró. Volvimos, lo discutimos. Después de un poco de persuasión nos dio los nombres de un par de fuentes que podrían hacer algo por el estilo, por un precio. Un precio muy, muy friolera de culo. De ellos, hubo uno que tal vez podría hacerlo fuera de la red, no registrado. Pero eso sube el precio al doble sobre la friolera de culo. Sé que miramos los datos financieros, y nadie en nuestro radar tuvo un gasto que se acerca. ‒
‒Yo estoy haciendo más carreras en este momento. A lo mejor alguna hace pop. Algunas personas juegan por dinero‒, consideró Eve. ‒Algunos juegan por dinero fuera de la red. Entonces podríamos tener a alguien que tiene un montón enorme de doble-culo de dinero en efectivo no declarado‒.
‒Bueno, mientras tanto, hemos estado hurgando en los sitios de juego subterráneo en el camino de regreso. Razor ya tanteó el terreno. Lo dejamos como si estuviéramos dispuestos a pagar y que habíamos oído que una de estas espadas anda por ahí. Ahora la está buscando, y nosotros vigilándolo, mientras que él está buscando. McNab va a vigilarlo. Si Razor tiene un éxito, vamos a conseguirlo, también. ‒
‒Eso es un buen pensamiento. Vete a casa y toma una ducha. Puedo olerte desde aquí. ‒
‒No es mi culpa. Además, con la transpiración creo que podría haber perdido una o dos libras sentada ahí tratando de no respirar. ‒Se levantó. ‒Ah, casi lo olvido. Te trajimos un regalo. ‒
‒¿Por qué?‒
‒Porque‒. Ella abrió uno de sus bolsillos y sacó una pistola muy pequeña.
‒¿Qué es?‒
‒Es una pistola de juguete. Una derringer (pistola de cañón corto), —como la que los tahúres y las chicas de salón llevaban en los videos occidentales. Es como un arma de repuesto. ‒
‒Hmmm‒.
‒Y lo verificamos.‒ Peabody se ladeó, y una voz femenina sensual ronroneó por el cañón: Ponga las manos donde pueda verlas, vaquero.
‒Tiene todo tipo corrientes de audio —hombre y mujer. Pensé que te gustaría el de la mujer. Además—‒ apuntó a Eve, apretó el gatillo hasta que Eve le dijo: ‒Hey‒
La pequeña arma dejó escapar una pequeña explosión. A continuación una más baja y: no se arrime a una mujer con un palo como el suyo por el resto de su vida miserable.
‒¿No es lindo? Tú podrías jugar a la chica de salón y Roarke podría ser un jugador de apuestas altas, entonces... y nada de eso me importa.‒ Peabody le ofreció una gran sonrisa.
‒Sí, es lindo, y no, no es un asunto que te importe.‒ Eve tomó la pistola de cañón corto, apuntó. Es mejor que huyas antes de que te haga otro agujero deportivo en la cola. ‒Podría utilizar otro diálogo mejor, pero este es lo suficientemente apto. Huye. ‒
‒Sí, señor.‒
‒¿Peabody? Gracias. ‒Eve estudió la pistola, sacudió la cabeza. Incapaz de resistirse, le disparó su computadora, a su Auto Chef, divertida por los insultos que le siguieron. Eso era otra cosa sobre los compañeros, decidió. Ellos sabían lo que te hacía reír, a menudo, antes que tú.