1996 EL PP GANA LAS ELECCIONES GENERALES

Mientras la economía española crece al 2,3 por ciento y la inflación cae por debajo del 4 por ciento por primera vez desde 1969, la actualidad durante 1996 se centra en la banda terrorista ETA y en la intensa actividad de los partidos de cara a las elecciones generales de marzo. El PP culmina su asalto al poder iniciado en los meses previos a su ansiada y, al mismo tiempo, frustrada victoria electoral de 1993.ETA somete a la sociedad española a una tensión insoportable y al Gobierno a un desafío permanente. Además de numerosos atentados, incluido el ataque con granadas al cuartel donostiarra de Intxaurrondo, símbolo de la lucha antiterrorista en suelo vasco, los terroristas asesinan al dirigente socialista vasco Fernando Múgica, hermano del ex ministro de Justicia de Felipe González, y al ex presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Tomás y Valiente, en su despacho de la universidad. ETA secuestra al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y al empresario Cosme Delclaux y se produce la liberación de otro empresario, José María Aldaya, tras 341 días de secuestro, el más largo perpetrado hasta entonces. Una marea de manos blancas se alza contra ETA en Madrid, al grito de «¡Basta ya!». Hasta los comicios, en marzo, crece también la tensión electoral. El PP continúa atizando los casos de corrupción y el caso GAL, ante las buenas expectativas de las encuestas. Javier Otano, presidente de la Comunidad Foral de Navarra —que sustituyó a Gabriel Urralburu—, tiene que dimitir tras haber ocultado una cuenta bancaria en Suiza. Garzón inculpa a los generales de la Guardia Civil Cassinello, Galindo y Sáenz de Santamaría en un crimen de los GAL. El ex policía Michel Domínguez revela que mantuvo con Garzón tres citas extraoficiales en la Audiencia Nacional y que el magistrado le ofreció gestionar su indulto, antes de fichar por el PSOE. El ex ministro José Barrionuevo y Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, son procesados. Sin dejar el GAL, el verso suelto del PP será su fundador, Manuel Fraga, quien llega a afirmar que este caso hay que cerrarlo «inteligentemente con una ley». La campaña electoral para las generales de marzo es un calvario para nosotros, los socialistas, con manifestaciones de dirigentes históricos como Nicolás Redondo, ex secretario general de la UGT, que tras reunirse con Anguita, declara que «el voto útil no es el voto al PSOE». Se produce también la deserción de Miguel Boyer, ministro de Economía en el primer gabinete de Felipe González, que apoya al PP. Los populares ganan sus primeras elecciones generales por la mínima. Contradiciendo todas las encuestas, los ciudadanos nos otorgan al PSOE ciento cuarenta y un escaños y más de nueve millones de votos. Inicialmente se trata de una victoria amarga, o de una «derrota dulce» como la califican, ingenuamente, algunos dirigentes socialistas. Contra pronóstico, ya que el PP se ha distinguido por sus ataques a los nacionalismos vascos y catalán, Aznar llega a un acuerdo de legislatura con Jordi Pujol (CiU), el llamado «pacto del Majestic» —por el nombre del hotel de Barcelona donde se firmó—, en el que, a cambio del apoyo parlamentario de los convergentes, el PP establecerá un nuevo sistema de financiación autonómica cediendo el 30 por ciento del IRPF a las comunidades autónomas, y suprimirá los gobernadores civiles y el servicio militar obligatorio. A partir del momento en que Aznar forma Gobierno, el debate se centra más intensamente en el conflicto entre España y Cuba; la negativa a la desclasificación de los llamados «papeles del CESID»; la amenaza de desmantelamiento del sistema sanitario, frenada por las protestas ciudadanas y en la política de privatizaciones de empresas públicas emprendida por el Gobierno, con la que prevé ingresar seiscientos mil millones de pesetas. Como aperitivo, Aznar nombra presidente de Telefónica a Juan Villalonga, amigo y ex compañero de pupitre escolar del presidente. Pero, sin duda, el debate estrella del segundo semestre de 1996 es el nuevo modelo de financiación autonómica, rechazado de plano por los presidentes de las Comunidades gobernadas por el PSOE. Chaves, Ibarra y yo nos oponemos con fuerza por los efectos desvertebradores que tendrá en nuestro país y por perjudicar la igualdad entre los españoles. Este asunto producirá discrepancias internas en el PP, con amenazas como la del presidente Fraga de no apoyar el nuevo modelo o declaraciones de dirigentes como Alejo Vidal-Cuadras, críticas con los nacionalistas catalanes, que producirán su defenestración como presidente del PP catalán. La derrota electoral del PSOE agrava nuestra ya difícil situación y lleva a Felipe González a manifestar que el partido necesita abordar un nuevo Suresnes en su próximo congreso. La noticia positiva para González viene en noviembre desde el Tribunal Supremo que le exculpa del caso GAL. El año es bueno para Castilla-La Mancha: se concluye el acuerdo con el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana que cierra la autovía Madrid-Valencia salvando las Hoces del Cabriel, y se crean en la región cinco mil nuevas empresas, el mayor aumento de toda España (un 23,8 por ciento).Clinton es reelegido presidente de Estados Unidos; Sampaio gana las elecciones en Portugal; fallecen el ex presidente francés, François Mitterrand, y el ex primer ministro griego, Papandreu, y el presidente cubano, Fidel Castro, visita el Vaticano. Sin dejar la escena internacional, este año se registran dos hechos significativos, el primero, trágico, servirá para poner en evidencia la brutalidad de la guerra de los Balcanes: se trata del descubrimiento de los restos de quinientos musulmanes esparcidos sin enterrar en Srebrenica, como consecuencia de una matanza serbia. El segundo, muy positivo, es que Sudáfrica entierra el apartheid con una constitución pactada entre negros y blancos. El año finaliza con la libertad provisional del teniente coronel Tejero tras cumplir quince años y nueve meses en la cárcel, de los treinta a que fue condenado por el golpe de estado del 23-F. Los españoles se muestran indiferentes ante la libertad del golpista. No cabe mayor desprecio.

Sábado, 13 de enero

El general Sáenz de Santamaría quiere ser senador por el PSOE

Conferencia del PSOE en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. La preside la ministra de Asuntos Sociales, Cristina Alberdi. Especialmente dura es una enmienda presentada por Fernando Buesa en la que afirma que el GAL se organizó en el Ministerio del Interior.

Al general Sáenz de Santamaría, presente en la conferencia, le digo que no le conviene ir en las listas para el Senado, como es su ferviente deseo, porque la derecha lo acribillaría. Me echa una mano Rubalcaba. El general acepta a regañadientes.

Miguel Ángel Martínez me hace promesas de lealtad y amistad eternas. Como siempre. En uno de sus habituales tonos me cuenta: «El otro día estaba en la casa de los Mitterrand y Danielle, su viuda, me pidió que les acompañara en el entierro. Le dije que no podía quedarme porque tenía que ir a Ciudad Real a arreglar mi problema de candidatura. Danielle Mitterrand se echaba las manos a la cabeza y no se creía que yo pudiera tener problemas para formar parte de una candidatura». Resulta tan simpático como increíble escuchar exageraciones de este calibre. Es una manera singular de defender su escaño, implicando a la viuda de Mitterrand y a quien haga falta.

Martes, 16 de enero

Pedro Jota: «Todos sabemos que Suárez recibió apoyo económico de Mario Conde…»

Comida con Pedro J. Ramírez, que me dice: «Todos sabemos que Suárez recibió apoyo económico de Mario Conde, pero estamos dispuestos a perdonárselo para no destruir el mito de la Transición que se ha creado en torno a su figura». Respecto a Felipe, opina que «si se retirara estaríamos dispuestos a perdonarle sus errores, pero no lo haremos mientras siga en la política activa. Ha sido un error ponerlo en las listas y su inclusión, junto con la de Barrionuevo, supone un intento de revalidar las actuaciones irregulares del PSOE».

En relación con las noticias que publica estos días El Mundo referidas a los negocios del empresario Enrique Sarasola —amigo personal de Felipe— en la construcción del metro de Medellín (Colombia), me dice que hace unos seis meses estuvo hablando con el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, y que después de hacerlo se quedó con la duda acerca de la honorabilidad de Felipe debido «al plural peligroso que utilizaba Pérez para referirse a él mismo y a Felipe González; ese “nosotros” referido a Felipe y a él me hizo poner en duda la moralidad de Felipe». En este caso, a Pedro Jota, pocos indicios le han bastado para dudar de la moralidad del presidente.

Respecto de Lasa y Zabala me comenta que «el gobernador de Guipúzcoa, Julen Elgorriaga, comentó a López Carrillo que habían ido al chalet donde estaban detenidos Lasa y Zabala y a la pregunta de la Guardia Civil de quiénes creían que eran los secuestradores, los detenidos dijeron que pensaban que se trataba del servicio secreto israelí. Elgorriaga y el general Galindo comentaron: “Deben de ser unos gilipollas cuando nos confunden con el Mosad”».

Jueves, 25 de enero

Hago pública la «bomba» de Sáenz de Santamaría sobre el GAL

Ayer, Miguel Ángel Montañés me envió un expediente que presentó Borrell en el pasado Consejo de Ministros en relación con las Hoces del Cabriel. El presidente del Gobierno le dijo que lo retirase, «porque te encuentras en minoría». Borrell pretendía que el Consejo le autorizara a la adjudicación de las obras del cruce del Cabriel con la solución que a él tanto le gusta.

Este mismo miércoles, 24 de enero, se ha anunciado el procesamiento de Barrionuevo y Rafael Vera. Esto es lo que cualquiera entiende como un mal comienzo de una campaña electoral. El ministro Belloch me comenta que las presiones de Federico Trillo han dado resultado y que el auto contra Barrionuevo es injusto en lo que a banda armada y malversación se refiere. Critica duramente a Serra por haber vetado a Margarita Robles como candidata al Congreso por Barcelona para poner, en su lugar, a Miguel Iceta.

Hoy, camino de Telecinco, llamo al general José Antonio Sáenz de Santamaría para ver si me autoriza a decir que fue él quien se entrevistó con dirigentes del PP y que éstos mandaron dar carpetazo a la comisión del GAL del Senado cuando supieron lo que podría contar el general. Me autoriza y tomo la precaución de que José María Barreda vaya escuchando por el teléfono del coche sus palabras. Concretamente me dice:

«Si a ti te preguntan más detalles tú diles que el PP impulsó la disolución de la comisión de investigación al saber que Sáenz de Santamaría iba a hablar de Fraga. Como yo iba a hablar de todas estas acciones lo que quieren sacarme ahora es lo del Batallón Vasco Español, cuando yo estaba en Bilbao de delegado y quieren datos… de muertos; y yo de ahí no paso.

»Martín Villa —prosigue el general— habría informado al presidente del PP de mi intención de desvelar a la comisión del Senado todos los casos de guerra sucia que conozco desde 1975. Entonces se acojonaron. Me propusieron que me pusiese enfermo para no ir a la comisión de investigación. Martín Villa no logró convencerme de que hiciera abstracción de la etapa de Manuel Fraga como ministro de la Gobernación tras la muerte de Franco, así como la posterior de UCD con Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo en la Moncloa. Yo estaba dispuesto a contar comprometidos asuntos, aunque sin imputar responsabilidades a los ex presidentes de Gobierno. La idea era que se hacían cosas y los presidentes del Gobierno no se enteraban.

»Hay una cosa que sí me gustaría que supieses: El Mundo se cabrea con el primer auto de Moner. Lo considera blando porque son quince millones, nada más y un solo delito. Se cabrean y viene el congreso eucarístico del PP. Al acabar el Congreso, Trillo se fue a comer con el juez Moner, empujado por Manzanares, y consiguió el auto de procesamiento en contra de Barrionuevo. El segundo auto se hizo precipitadamente, la prueba de ello es que tiene errores de bulto, como lo del túnel de Basauri. Se ve que lo hizo aprisa, con promesas probablemente, ante las encuestas y posible cambio de Gobierno, de que los magistrados pueden ser mejor tratados por el PP si tienen un historial favorable. Eso no se puede decir oficialmente pero se puede insinuar y por eso le dije a Belloch, que investigara la comida de Moner y Trillo».

Al llegar a Telecinco declaro lo que el general me ha autorizado: «Hay un general español, que fue director general de la Guardia Civil, jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, y lo fue en la época de los ministros del Interior Manuel Fraga, Rosón, Ibáñez y Martín Villa. Este general fue citado a declarar en la comisión GAL del Senado: es el general Sáenz de Santamaría y cuando el Partido Popular supo que iba a decir en el Senado todo lo que él sabía de la lucha antiterrorista, el Partido Popular decidió pasar página». Se monta un gran escándalo. El PP da una rueda de prensa a través del alcalde de Ávila y portavoz popular en el Senado, Ángel Acebes, que niega las presiones de los dirigentes para suprimir la comisión del GAL. Hemos conseguido pasar la pelota al PP y que hoy, cuando han comunicado el auto de procesamiento a Barrionuevo, se amortigüe esta noticia con la declaración del general Sáez de Santamaría puesta en mi boca. Lo que digo es la pura verdad.

Sábado, 27 de enero

La revista de Guerra no recomienda el voto para el PSOE

Al entrar en el salón de la Ejecutiva, Felipe me pasa el editorial de El País: «Miente, manipula y difama». En este editorial se alude al diario El Mundo y la fecha del 22 de julio de 1994 como el día en que se fraguó en la casa del director del mismo, Pedro J. Ramírez, la reunión con Aznar y con Anguita para urdir una operación política de pinza con el fin de derribar, desde la derecha y el comunismo, el Gobierno de Felipe González. Describe la capacidad de manipulación del diario El Mundo y la afición de su director de amar más la gasolina que la verdad. Incluye unos párrafos furibundos contra ese diario. Me dice: «Aprovecharé la primera oportunidad para dar un apoyo claro y rotundo a tus declaraciones sobre Sáenz de Santamaría». Está indignado con la revista de Guerra —Temas de hoy— porque no recomienda el voto al PSOE: «Si el elector sitúa su reflexión personal sobre a quién votar el 3 de marzo, la elección es complicada. Si se vota a Felipe es más de lo mismo; a mayor gloria de su persona; y si se vota a Aznar es una incógnita sin el menor atractivo».

Ciprià Císcar me pide apoyo para colocar a Rosa Conde en un puesto digno y a ser posible en Madrid. Propongo que la ministra de Sanidad, Ángeles Amador, que va en el puesto número cuatro de Madrid, pase a Segovia, sustituyendo a María Teresa Fernández de la Vega, que pasaría a la segunda posición de Jaén, con lo cual el lugar de la ministra en Madrid lo ocuparía Rosa Conde. Les parece bien y paso a hacer gestiones con Chuchi Quijano, que me da su conformidad y así es como le arreglo a Rosa Conde su acta de diputada por Madrid. Jaime Lissavetzky y los madrileños, sin embargo, la bajan hasta el lugar número siete para que no vaya por delante de Rubalcaba. Cristina Narbona se queda compuesta y sin puesto, porque está ausente; Borrell hace ascos al segundo lugar por Jaén.

Comité Federal. Borrell interviene para hablar de la necesidad del Plan Hidrológico Nacional que supondría «levantar la hipoteca sobre el Alto Tajo». Hace un discurso bien formulado pero lleno de hojarasca; cuando termina pido la palabra y se hace un silencio significativo porque no es habitual que en el Comité Federal pida la palabra un miembro de la Comisión Ejecutiva Federal. Hablo desde el atril. Manifiesto mi conformidad con que se produzcan las conexiones de cuencas pero siempre que se mencionen como cuencas donantes al Duero y al Ebro. Destaco el hecho de que algunos compañeros han afirmado que «si se habla del Ebro o del Duero en el programa ya tenemos la campaña hecha». Les digo que nosotros no sólo mencionamos el Tajo sino que además se hacen trasvases en plena campaña electoral y aun así hemos ganado elecciones. Queda claro que el Gobierno elaboró un documento del PHN hablando de trasvases desde el Ebro y desde el Duero que luego se ha ido devaluando por la oposición, principalmente de los aragoneses, y en menor medida de los castellano-leoneses. Termino mi intervención preguntando a Borrell: «¿Es cierto que en tu Plan Hidrológico Nacional te proponías trasvasar agua desde la cornisa cantábrica, el Duero, el Ebro y el Tajo y así levantar la hipoteca de este último? De todo aquello —concluyo— sólo defiendes ahora el trasvase Tajo-Segura que te recuerdo se hizo en época de Franco».

Felipe González me dice que he estado muy duro con Borrell pero que mi argumentación es incontestable. Interviene para defender a Barrionuevo. Comienza recordando que en 1989 un juez de Murcia, José Antonio de Pascual, presidiendo una junta electoral manifestó: «No soy partidario de las mayorías absolutas y si de mí depende el PSOE no la tendrá». En efecto, en aquellas fechas, hace ahora poco más de cinco años, Guillermo Galeote declaró a El País (12 de noviembre de 1989): «El escrutinio de la Junta Electoral Provincial de forma secreta y no pública ha sido absolutamente anómalo, diferente al resto de España, donde sí ha sido limpio y transparente. La única conclusión que se puede sacar es que existe la voluntad deliberada de alguien de negar el derecho de sufragio a más de diez mil personas y desde luego de quitar el escaño al PSOE». Galeote ya advirtió entonces que el presidente de la Junta Electoral, José Antonio de Pascual, había manifestado públicamente su opinión desfavorable a las mayorías absolutas. Este personaje, el juez De Pascual, ha sido acusado por Madres contra la Droga de cohecho, prevaricación y falsificación de documento público en el denominado caso de las sentencias blandas a los narcos. Los narcotraficantes consiguieron la libertad con fianzas de 200.000 pesetas o penas de un año de cárcel después de ser detenidos con más de 500 kilos de hachís. Las sentencias se dictaron sin la celebración de juicio, al existir conformidad previa de las partes. En el antejuicio, el tribunal no apreció pruebas suficientes.

Reconoce Felipe que el debate sobre si Barrionuevo debe ir o no en la lista tiene cierta lógica y afirma que «es la primera vez que el Supremo toma una decisión cuando ya están disueltas la Cámaras. Es una clara intervención del Supremo en la política». Considera que estamos en un punto de inflexión en el que «o mantenemos la autonomía del partido frente a otros poderes o este debate marcará para siempre nuestro futuro y nunca recuperaremos la autonomía que ahora perdemos. Recuerdo una conversación con Mitterrand —añade— en la que cuando supo que llevábamos quinientos cincuenta asesinados por ETA le pregunté qué hubiese pasado en Francia con quinientos cincuenta muertos de las fuerzas de seguridad. Mitterrand me dijo que se hubiesen tomado la justicia por su mano y que no hubieran podido evitarlo». Felipe pone en valor la entrega y abnegación de los policías, guardias civiles y militares españoles: «No pueden responder como los terroristas, sencillamente, porque nuestra gente es honrada, no son asesinos como esa canalla».

Hago una declaración que se recoge en teletipos: «Hay una actitud en algunos dirigentes del PP que deberían corregir. No parece lógico que digan que todas las actividades antiterroristas llevadas a cabo en España desde 1982 son conocidas, autorizadas y hasta ilícitamente promovidas por el presidente del Gobierno y que, sin embargo, de todo lo ocurrido hasta 1982 los gobiernos no se enteraban de nada. Imputar a los gobiernos anteriores hechos delictivos sin pruebas, ni sentencias firmes es tan irresponsable como imputárselos al Gobierno de Felipe González sin pruebas ni sentencias firmes».

Lunes, 29 de enero

Cultivo las difíciles relaciones con Valencia

Comida en el palacio de la Generalitat valenciana con Eduardo Zaplana y su consejero de Economía, José Luis Olivas, que es de Motilla de Palancar. Me acompañan Fernando López Carrasco y Emiliano García-Page. Zaplana cuestiona el reparto del poder interno dentro del PP. Nos anuncia que después de las elecciones del 3 de marzo algunos presidentes autonómicos del PP comenzarán a hablar. «No nos gusta —sigue— el silencio que se nos impone y no estamos dispuestos a ceder nuestro poder en beneficio de ayuntamientos y diputaciones». Habla con firmeza y es simpático. No creo que Zaplana tenga Valencia como su destino final.

Trato de llegar a un acuerdo sobre la autovía y me comenta que se encuentra comprometido con Borrell y que no quiere dar la impresión, antes de las elecciones, de que «me ofrezco y me convence cualquier socialista que llega por Valencia». Le hago ver que «el camino más corto entre Castilla-La Mancha y Valencia es el que pasa por el acuerdo y que no habrá autovía sin el acuerdo de Castilla-La Mancha». Pronto comprendo que los acuerdos los tendré que fraguar más arriba. Zaplana se unirá a lo que acordemos.

Recepción fría en la sede del Partido Socialista en Valencia. Voy al Club Broseta —instituido en honor del catedrático de Derecho, secretario de Estado y senador por UCD, Manuel Broseta Pons, asesinado por ETA en enero de 1992—. Lleno. Algunas personas siguen la conferencia de pie. Entre los presentes se encuentra mi rígido maestro de Alcaraz, don Pascual Lerma. El alcalde socialista de Valencia, Ricardo Pérez Casado, me presenta. Hablo sobre los efectos negativos que en el centro geográfico de España ha producido el centralismo.

«El centralismo es el poder que jerarquiza en forma piramidal al resto de la sociedad —afirmo—. Centralismo es la existencia de un poder que acapara recursos y decisiones, que monopoliza actuaciones y excluye voluntades. Es un poder que necesita subordinación y pasividad para excomulgar el libre desenvolvimiento de la historia. En consecuencia, el centralismo no está en el centro geográfico, está en la práctica de unos grupos minoritarios que patrimonializan el poder. Son élites que toman decisiones por los demás, que acaparan los recursos de la mayoría y que, habitualmente, dictaminan doctrinas uniformes y absolutas. Acabar con el centralismo —concluyo— era tan necesario como consolidar la democracia y asegurar la libertad».

Miércoles, 7 de febrero

Enrique Múgica: «No estoy dispuesto ni a olvidar ni a perdonar»

Ayer recibí al presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, que vino acompañado de su consejero de Obras Públicas. Proponen llevar agua desde el pantano de Azután en Toledo hasta las Tablas de Daimiel y proseguir ese mismo trasvase hasta La Roda, en Albacete, con el fin de unirlo con el acueducto Tajo-Segura. Se trata de un presidente a quien hemos regalado las elecciones por las muchas torpezas del PSOE murciano, que parece estar condenado desde hace años a los enfrentamientos internos más sangrantes.

Mientras estoy con Valcárcel nos llega la noticia de que ETA ha asesinado al histórico dirigente del socialismo vasco, Fernando Múgica.

Hoy, parto a San Sebastián con Juan Pedro H. Moltó, Manolo Aguilar, Juan F. Fernández y José María Barreda, para asistir al entierro de Fernando. Al llegar a la Casa del Pueblo nos sorprende que no haya nadie en la calle. La frialdad con que se acoge la muerte en el País Vasco es muy llamativa, al menos la de quienes mueren a manos de ETA. Entramos a un bar cercano a la sede del PSOE y tras pedir unos vinos observo que tardan en servirnos. Urjo al camarero y un individuo que está en la barra dice: «¡A estos hijos de puta, ni vino!». ¡Menudo ambiente para los socialistas en el País Vasco!

Saludamos al alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, a Ramón Jáuregui y a otros compañeros. Abrazo a Enrique Múgica y comenta: «Yo asumo que a mi hermano lo hayan matado por ser mi hermano, pero no puedo aceptar que estos etarras estén paseándose por toda España sin que el Ministerio del Interior haga lo que tiene que hacer». Sus declaraciones son comprensibles y se podrían resumir en otra también suya: «No estoy dispuesto ni a olvidar ni a perdonar».

Con un temporal impresionante de viento y de lluvia vamos al cementerio. Felipe González encabeza la presidencia del duelo oficial. Ramón Rubial pronuncia unas palabras emocionadas. Puedo saludar al ex presidente vasco, Carlos Garaikoetxea, y a Martín Villa, Gallardón, Álvarez del Manzano y algunos otros dirigentes del PP que han hecho acto de presencia dándonos una lección, ya que nosotros, yo entre ellos, no hicimos lo mismo cuando mataron a su concejal Gregorio Ordóñez el año pasado. Me sorprende la escasa presencia de vascos. Con los terroristas de ETA no hay más solución que acabar pronto con ellos. Así, matándonos día a día, no podemos seguir.

Mientras vuelvo del País Vasco, recuerdo que hace seis años, el domingo 21 de octubre de 1990, asistí en San Sebastián a un mitin en el que lo importante fue la comida en un restaurante situado en la falda del monte Igueldo. A los postres se plantea el tema de Juan Guerra y el diputado vasco José Antonio Maturana dice que algo debe haber de cierto en las acusaciones que le hacen. Benegas le contesta con una dureza extraordinaria diciéndole que en una ocasión tuvo que defenderle de la acusación de haberse quedado con dinero: «Lo hice con firmeza y convencido de tu honorabilidad». Ahora bien, la que más dura se mostró con Maturana fue la mujer de Ramón Jáuregui. Me sorprendió su severidad con Maturana a quien tenía y tengo por excelente persona. Múgica, a quien hoy hemos enterrado, siempre presumía de tener un vídeo de aquella tormentosa comida.

Viernes, 9 al lunes, 12 de febrero

Lerma y Borrell exhiben su poder contra mí

A las ocho y media de la tarde del viernes 9, me llama Felipe González para decirme que el Consejo de Ministros ha adjudicado la obra de la autovía de Valencia. El ministro portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, me traslada la noticia de que el Consejo ha adoptado la decisión de autorizar la contratación de la autovía pero atravesando la reserva de las Hoces del Cabriel.

Paso uno de los peores momentos, como presidente de Castilla-La Mancha, porque considero que la decisión del Gobierno cuando faltan quince días para las elecciones es una vileza. Lerma y Borrell quieren exhibir su poder. Sin embargo cometen la torpeza de creer que yo me voy a doblegar ante sus imposiciones. Me comprometo ante mí mismo a luchar decididamente.

El lunes 12, a las diez de la mañana, me recibe Felipe González en el salón de columnas. Está satisfecho de los mítines de Murcia y Zaragoza. Hace referencia al Plan Hidrológico Nacional y a los matices que introdujo en Murcia «donde dije que el agua ha de ir de donde sobra, de verdad, a donde falta. Pero no debe ir de donde no sobra a donde falta; es una concesión al sentido común y a Castilla-La Mancha». Me entrega la transcripción de su mitin y añade: «No sólo dije eso sino que lo dije como tú sueles decirlo, con las mismas palabras». Es cierto y se lo agradezco.

Felipe no acierta a explicarme por qué la decisión de la autovía se ha tomado en este momento y tan sólo repite que «se trata del Consejo de Ministros más desagradable que he presidido en los trece años de Gobierno». Tengo la impresión de que teatraliza sus argumentos y desea conseguir de mí una reacción moderada. No me da ninguna razón que altere las que yo le ofrezco para que se estudien alternativas al norte de la presa de Contreras. Le pregunto de manera directa y clara por qué no nos reúne a Borrell a Lerma y a mí para que lleguemos a algún acuerdo y se niega, diciendo que el asunto ya está decidido. Cuando trata de ofrecerme una variante de la alternativa C, le enseño el folleto que Borrell repartió en septiembre de 1994 para demostrarle que lo que me está ofreciendo es mercancía antigua y averiada. Le comento que «me siento humillado por el Gobierno, sobre todo porque no me das —le digo— ninguna razón de la decisión que has tomado. Ganar las elecciones en Castilla-La Mancha perjudica mucho a mi gente. Si hubiese sido un perdedor como Lerma quizá me habrías nombrado ministro, como has hecho con Lerma, y hoy podría estar en una situación más cómoda. En este partido se castiga a quien trabaja». Y le digo más: «Desde que se fue Guerra del Gobierno, en Castilla-La Mancha no hemos tenido ningún trato deferente. Borrell tiene mucho poder porque tú se lo has regalado y él lo ha incrementado; posiblemente, en Prisa aprecien mucho la publicidad de Telefónica y de Renfe que depende de su ministerio».

Trata de mostrarme confianza, y me habla de las servidumbres de la Presidencia, de la cantidad de silencios que tiene que guardar: «Leopoldo Calvo-Sotelo me pidió autorización para disponer de los gastos reservados hasta final de 1982, porque tenía que hacer determinados pagos y le di la conformidad. Luego volvió Calvo-Sotelo para pedir que me interesara por apoyar al Banco Central en sus operaciones en Portugal. Le dije que era razonable, pero que se diera cuenta de que eso que me estaba pidiendo sería considerado como corruptela si me lo pidiese Juan Guerra, y Calvo-Sotelo me contestó: “Sí, me doy cuenta de que sería una posible corrupción si lo pidiera Juan Guerra, pero te lo está pidiendo Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo”». «Otro de mis silencios —sigue Felipe— es en relación con los gastos reservados que se repartían en un sobre a los ministros como sobresueldo. ¿Qué te parece?» «Pues que hay que contarlo», le contesto, y al cabo lo apunto en mi diario. Me despido diciendo que «pienso luchar contra la decisión que has tomado». «No tengo la menor duda de que lo harás —dice Felipe— y no me disgustará que ganes».

Jueves, 15 de febrero

Entierro de Paco Tomás y Valiente

ETA asesinó ayer a Paco Tomás y Valiente. Tengo un gran respeto y un sincero afecto por quien fue presidente del Tribunal Constitucional. Acudo al entierro. Se celebra una misa de cuerpo presente en el salón de actos del Constitucional. Saludo a la viuda, Carmen, y a sus hijos. Asisten Felipe González y algunos ministros, y también Aznar, Fraga, Ardanza y Gallardón, entre otros. Mientras esperamos la salida del cadáver una señora grita «¡vascos, asesinos!». La reconvengo con un «¡cállese, señora! Quienes matan no son los vascos, sino ETA».

Cuando sale el féretro me emociona el aplauso que se le tributa. La muerte de Paco Tomás y Valiente es la que más me ha afectado personalmente de todas las que hasta el momento ha provocado ETA. Un hombre de su valía y de su sencillez es difícil de encontrarlo en un puesto de responsabilidad tan alto como él tuvo. Loyola de Palacio me saluda: «Te entenderás mejor con nosotros que con Borrell».

Esta noche comienza la campaña electoral. Coloco el cartel de Felipe González en la plaza de Santa María la Blanca, en Toledo. Al hacerlo le veo —en los carteles— poco favorecido, más gordo y mayor que en persona. La animación de los compañeros es escasa. Esta campaña será dura y difícil. Se percibe desde el principio.

Viernes, 16 de febrero

Felipe: «No voy a ser el verdugo de una Iglesia que no perdona»

Primer día de campaña electoral. Quedo con Felipe en la carretera. Hace un frío espantoso. Desde Puerto Lápice hasta Ciudad Real nos retrasamos debido a un accidente que se ha producido a la entrada de la capital y en el que ha muerto un compañero de Villarrubia de Santiago que venía al mitin. Me comenta el presidente que hoy han iniciado los trámites para ilegalizar a Herri Batasuna: «Espero que esta vez los jueces se atrevan». Sobre el aborto: «Hablé con el Papa y con [el arzobispo de Oviedo] Gabino Díaz Merchán de este asunto planteándoles la pregunta de que “si mañana se presenta ante ustedes una mujer que ha abortado, ustedes qué harían, ¿enviarla a la cárcel o a su casa?”. Díaz Merchán me contestó que la Iglesia está para perdonar, a lo que yo repuse: “Es decir, que ustedes están para perdonar y yo tengo que hacer de verdugo. Pues bien, no pienso ser el verdugo de una Iglesia que no perdona”».

El mitin de Ciudad Real se celebra en el recinto ferial. Felipe insiste mucho en su intervención contra Anguita y me corrige para decir que fue Botín y no Cuevas —como yo había declarado— quien se oponía a las pensiones no contributivas. En mi opinión, es Felipe quien se equivoca. Le envío al presidente unos recortes de prensa del día 3 de diciembre de 1995 de El Mundo y de El País, en los que queda de manifiesto que fue Cuevas y no Botín quien se oponía a las pensiones no contributivas. Junto con los recortes le adjunto una nota en la que le digo: «Te envío estos recortes para que si quieres “matizar” lo hagas con precisión».

Domingo, 3 de marzo

El PP gana las elecciones

Ayer, cuando iba hacia Salobre, me llamó al coche Felipe González. Me comenta que «he hecho una campaña mejor que en 1993 y ya verás como tendremos tres puntos de diferencia por encima del PP». Voto en Salobre a primera hora y de regreso hacia Toledo me llaman para informarme que ha muerto sor Balbina, en el convento de las Clarisas de Villarrobledo. Desde Madridejos damos marcha atrás y voy a dar el pésame a las monjas clarisas. Balbina era pariente lejana de mi madre, iba todos años a Salobre para recoger aceite, pidiéndolo por las casas en una cántara metálica que aún conservo. Al final de su vida perdió la cabeza y cada vez que la visitaba me pedía que castigara a los rojos que la habían maltratado durante la guerra civil.

Durante toda la tarde recibo noticias de las israelitas, los sondeos que se realizan a pie de urna. Luis Pérez considera que estas encuestas están dando unos resultados falsos porque no evalúan el voto oculto para el PSOE. A las ocho recibimos los resultados como un jarro de agua fría. El PP se acerca a la mayoría absoluta y el PSOE se sitúa en torno a los ciento treinta escaños. La única verdad es que a medida que avanza el escrutinio los populares van teniendo menos.

Al final, 141 escaños para el PSOE y 156 para el PP es, dentro de la derrota, un buen resultado. El PP obtuvo 9,7 millones de votos, doscientos noventa mil más que el PSOE. Prácticamente, es un empate a votos. Este resultado da cuenta del poco aprecio político que los españoles tienen por el candidato del PP. Después de lo que nos ha ocurrido con dos vicepresidentes del Gobierno cesados, siete ministros dimitidos, el director de la Guardia Civil fugado, el gobernador del Banco de España en la cárcel… ¡Aznar sólo saca a Felipe un 1,2 por ciento! El PP no puede desconocer que la izquierda, en conjunto, tiene dos millones de votos más que la derecha. Los votantes de izquierda han dicho: Felipe González y el socialismo son parte de nuestro mejor pasado, de nuestro presente, y también del futuro inmediato. Ni los mayores han olvidado a la derecha, ni los jóvenes se han dejado engañar con la idea de que Aznar es lo nuevo.

Lunes, 4 al viernes, 8 de marzo

Felipe: «He amargado la fiesta al sindicato del crimen»

Durante la mañana del lunes 8, leo la prensa más afín al PP para ver cómo cambian de actitud en torno a los catalanes, ya que para que Aznar pueda formar Gobierno necesita no sólo la abstención de CiU sino su voto favorable. Cristóbal Rozalén me dice: «Aznar será capaz de reconocer a Cataluña no sólo como nación sino como imperio, si le hace falta para gobernar».

Ese mismo día, reunión de la Comisión Ejecutiva Federal. Abrazos y parabienes. Da la impresión de que hubiéramos ganado. Me parece que es Guerra quien habla de que nunca hubo una victoria tan amarga y una derrota tan dulce como la de ayer. Serra cree que CiU no votará al PP y que tendremos que forzar la ausencia de algunos diputados socialistas para que pueda gobernar el PP. No creo lo que oigo. Me parecen muy ingenuos.

A tenor de lo que dice, Felipe González también parece satisfecho: «Hemos ganado al sindicato del crimen. Si me hubiesen dicho que dibujara el resultado óptimo para estas elecciones es muy posible que no lo hubiese hecho con mayor acierto del que lo ha hecho el pueblo español». Rápidamente se corrige a sí mismo diciendo que ha trabajado para ganar y que esto era lo que deseaba porque «hay que ganar hasta en los entrenamientos». Comenta que Aznar no apareció en televisión hasta que no le llamé por teléfono y le hablé de la tranquilidad en el traspaso de poderes. Concluye: «Estoy muy contento por haber podido amargar la fiesta al sindicato del crimen», en referencia al conglomerado mediático en el que algunos integran a periodistas de El Mundo, ABC, la COPE y otros medios de la prensa editada en Madrid.

El viernes 8 llamo a Felipe y le digo que el PSOE debe unirse a CiU para ganar la Mesa del Congreso, la dirección de RTVE, y el Consejo General del Poder Judicial. «Me he hecho la cirugía estética para que no se me note la cara de satisfacción que tengo por los resultados electorales», me dice, a título de saludo.

Está de acuerdo con mis apreciaciones: «Ya he dicho a Benegas y a Serra que no se mueva nadie en esto de las alianzas porque sería muy perjudicial que Pujol pueda contar con nuestro apoyo antes de que se haya pronunciado sobre los asuntos nacionales». Además me informa de que ha trasladado a Benegas «la instrucción de que IU no reciba trato de favor alguno por nuestra parte. En la pasada legislatura, el PP se quedó con sus cuatro miembros en la Mesa del Congreso y no tiene ningún sentido que nosotros ofrezcamos ahora uno a IU, en todo caso se lo ofreceríamos a CiU o al PNV».

Martes, 12 de marzo

Don Marcelo: «Las mañanas son para rezar, no para escuchar la COPE»

Por la tarde visito a don Marcelo en la Casa de Ejercicios de Toledo. Sigue quejándose de la jubilación obligatoria: «En Roma se están dando cuenta de que esta jubilación por edad supone un error y querrían cambiar, pero no lo hacen debido a que la recomendación salió del Vaticano II y rectificar en tan corto espacio de tiempo sería reconocer un error».

Sobre su sucesor me dice: «Álvarez es un hombre con bastantes complejos que juega a dos aguas» y no amaga su disgusto hacia la cúpula vaticana: «Antes, un cardenal tenía gran poder, grandes riquezas y grandes escándalos, porque fíjese que el secretario de Estado de Pío IX, Antonelli, llegó a tener varios hijos a finales del siglo pasado… Ahora un cardenal retirado no es nadie».

Me quejo de la COPE. Don Marcelo asegura que no la escucha porque «las mañanas son para rezar. He oído quejas en la misma dirección y algunos las justifican diciendo que los grandes divos de la radio hacen lo que quieren con tal de financiar a la cadena. Claro que si lo que hacen no es admisible para el propietario, que es la Iglesia, lo que habría que resolver es cerrar la emisora antes de consentir posiciones tan contrarias a nuestra doctrina».

Jueves, 14 de marzo

Ibarra: «La dinámica no es derecha/izquierda, sino nacionalismos frente al Estado»

Informo a José María Barreda de que, esta misma mañana, Juan Pedro H. Moltó me ha dicho que «Ciudad Real es un puro gueto» y me proponía a Rafael López Martín de la Vega como consejero. Le he contestado que no podía nombrarle porque José María Barreda se oponía.

Comida en el Ministerio de Administraciones Públicas. Acuden Lerma, Ibarra, Císcar, Martínez Noval, Paco Vázquez y Jaime Lissavetzky. Ibarra afirma que «no tengo claro el voto negativo en la investidura. La dinámica que se plantea ahora en España no es la de derecha/izquierda, sino la de los nacionalismos frente al Estado».

Por la tarde, reunión de la Comisión Ejecutiva Federal. Almunia me habla muy bien de Julio Pérez y me aconseja que en vez de director de mi gabinete le haga consejero. Felipe González nos cuenta que en la reunión que acaba de mantener con Aznar ha encontrado a éste más razonable pero que no le ha hecho ni una sola propuesta. «Me ha preguntado acerca de los temas que la prensa enunciaba como orden del día de nuestra reunión y yo he hecho todo el gasto de conversación dándole mi opinión sobre los mismos». No tengo dudas de que Felipe «ha hecho todo el gasto» porque cada vez habla más y casi es milagroso poder meter baza en sus largos monólogos.

Felipe considera que «el PP sólo quiere gobernar dos años para demostrar que no pasa nada malo si ellos controlan el poder. Ésta es la tesis de Rato y de Martín Villa y nosotros no lo podemos obstaculizar porque no nos conviene favorecer un Gobierno alternativo».

Nos informa Serra: «Me han comentado que el magistrado Moner ha recibido presiones de Cotta y Pallín. No me consta —añade—. Moner tenía un auto de procesamiento mucho más liviano para Barrionuevo pero le han obligado a endurecerlo. Llegaron a tener redactado un auto de procesamiento contra Felipe González».

Jueves, 21 al jueves, 28 de marzo

El Supremo nos da la razón respecto al trasvase

El jueves, 21, dimos posesión al Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha. Cuando estábamos despidiendo el acto me llegó la noticia de que el Tribunal Supremo nos da la razón a Castilla-La Mancha en contra del trasvase al Segura acordado por el Consejo de Ministros en 1994. Es una gran alegría que el Tribunal anule —¡dos años después!— el decreto recurrido basándose en que no pueden trasvasarse aguas no excedentarias. La trascendencia de esta sentencia es enorme y pone de manifiesto la arbitrariedad del ministerio de Borrell en materia de agua.

Por si esa decisión del Supremo no fuese suficiente buena noticia, por carta del día 26, el secretario de Estado de Obras Públicas, José Alberto Zaragoza, me da cuenta de que no se han adjudicado las obras de la autovía Madrid-Valencia pese al escándalo organizado durante la campaña electoral en el que toda España escuchó que se adjudicaban a su paso por el río Cabriel.

El viernes, 28, viaje a Las Pedroñeras (Cuenca), donde el todavía ministro en funciones de Agricultura, Luis Atienza, impone la gran cruz del Mérito Agrario a Fernando López Carrasco. Asisten unas quinientas personas. Allí no falta nadie: la derecha, la izquierda, las organizaciones agrarias. Aprovecho la ocasión para hablar de sus cualidades personales y humanas y relato a los presentes la ayuda tan extraordinaria que ha significado para esta región y para mí, en concreto. Hablo de sus éxitos en asuntos como el queso manchego, Cabañeros, el trasvase Tajo-Segura, las Hoces del Cabriel… Fernando es hombre de palabra, honrado a carta cabal, austero hasta la exageración y de una lealtad a prueba de bomba. Se ha dejado la piel por Castilla-La Mancha desde aquel día en que llegamos juntos a la Iglesia de San Pedro Mártir a mi primera sesión de investidura en 1983. Sin él no hubiese aguantado los peores envites de estos años. Más que amigo es de la familia.

Lunes, 8 al jueves, 11 de abril

Cebrián: «Aznar es mediocre y no tiene vocación política aunque le guste mandar»

El lunes, 8, comida con Juan Luis Cebrián en la sede de Prisa. Hablamos de que el grupo Prisa no me trata con la consideración que lo hace con otros socialistas. Le recuerdo que yo les he ayudado en varias ocasiones. Una de las gestiones más favorables a Prisa la hice para que El País llegara a todos los colegios de Castilla-La Mancha. El PP me atacó pero logramos librarnos gracias a una carta del directivo del periódico, Lorenzo Cristóbal Fernández, a todos los colegios, en la que decía la verdad y excluía cualquier participación económica de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: «Tenemos el placer de comunicarles que a partir de esta fecha (11 de noviembre) y hasta diciembre del próximo año, recibirán un ejemplar diario de El País, sin cargo alguno para ese Centro. Esta promoción, enmarcada dentro del Programa Prensa-Escuela suscrito por el Ministerio de Educación y AEDE, ha sido posible gracias a la colaboración de Minas de Almadén y ARRAYANES, S. A,… empresa de histórico e importante arraigo en la Comunidad de Castilla-La Mancha, que ha llegado a un acuerdo con El País para cubrir dicho programa en todos los centros de la Comunidad».

También hablamos de la redactora Inmaculada Gómez Mardones, que muy influida por Adrián Baltanás, director general de Obras Hidráulicas con Borrell, me ataca con frecuencia y, a mi juicio, sin fundamento. Al escuchar el nombre de Baltanás, Cebrián salta como si tuviera un resorte y me cuenta: «Mi mujer, Teresa, tuvo un problema con él. Siendo Albero secretario de Estado encargaron la realización de unos vídeos a una empresa que es propiedad de Teresa. Posteriormente, cuando el trabajo ya estaba hecho le obligaron a que se presentara a un concurso para que le pudieran adjudicar la realización del trabajo que ya había culminado. Como tardaban en pagarle y pese a la irregularidad que queda descrita, protestó y entonces Baltanás le pidió que se asociara con una empresa, que él le indicó, para poder cobrar. El importe de la factura era de unos dieciséis millones de pesetas».

Según Cebrián, «el problema lingüístico en Cataluña es grave, como corrobora lo que le decía recientemente el hijo de José Manuel Lara, el presidente de Planeta, que aseguraba que no existe problema lingüístico porque hemos llegado al acuerdo de que no exista, pero en el fondo y realmente ya lo creo que existe». Juan Luis se pregunta retóricamente: «¿Qué puede hacer un militar, al que trasladan a Cataluña, en relación con el colegio de sus hijos?».

Sobre el futuro político de Aznar lo ve con muchísimas limitaciones para la acción de Gobierno: «Se trata de un hombre mediocre que, como le ocurre a la mayoría de los torpes, es además malo y no tiene vocación política aunque le guste mandar. Recientemente he estado cenando en casa de Aznar y hablando del problema de la televisión por cable. Resulta increíble que Aznar ofreciese a Polanco la posibilidad de hablarle por el teléfono rojo y que cuando surgieron problemas y Jesús le llamó, Aznar contestó que no sabía de qué le estaba hablando. Polanco le dijo: “Ya lo creo que sabes de lo que estamos hablando porque has llamado a Guillermo Luca de Tena para que impida a ABC entrar en la sociedad del cable con nosotros y con Telefónica”. Ante la sorpresa de esta respuesta, Aznar preguntó a Polanco cómo sabía tal circunstancia y éste le contestó que se lo había dicho Anson».

El jueves 11, el Príncipe de Asturias viene a Toledo para inaugurar y participar en el seminario «Europa y el islam» que organiza la Fundación Ortega y Gasset en el parador. Mientras esperamos su llegada hablo con el presidente de la Fundación, Leopoldo Calvo-Sotelo, que me comenta lo que un día le dijo el Rey: «Con esta Constitución dejáis al Rey en el paro». Nos habla de la experiencia de su investidura y cuenta que el monarca tardó en comunicar a las Cortes el encargo de formar Gobierno: «El Rey me llamaba a la una de la madrugada para decirme: “No tengas prisa, Leopoldo, que todo debe hacerse despacio”». También nos da cuenta de que Sabino Fernández Campo tuvo que rehacer la carta de dimisión de Adolfo Suárez porque éste le puso la fecha que era real pero que no se compadecía con la formalidad del anuncio al Rey.

Domingo, 21 al jueves, 25 de abril

«Un abuelo hidalgo o un primo terrorista no deberían dar más y mejores derechos»

El domingo 21, viajo a Florencia con Emiliano García-Page y Paco Pardo. Vamos en autobús a Livorno, donde el alcalde nos espera a bordo del buque-escuela de la Armada italiana, el Américo Vespucci, con el que nos ofrecen un paseo por el Mediterráneo. Durante el recorrido hablo con el consejero de Economía de la Generalitat valenciana, José Luis Olivas. Me comenta la animadversión que sienten por las diputaciones y las dificultades que tendrán porque el pacto de Pujol y Aznar significará una mayor presencia de la cultura catalana en Valencia.

Terminamos la jornada con una cena en el convento de los Dominicos, de Florencia, invitados por el presidente de la región toscana. Allí nos enteramos del estrecho margen de victoria de la coalición de izquierdas El Olivo sobre el frente derechista Polo por la Libertad, de Berlusconi.

El jueves 25, el ministro de Economía, Pedro Solbes, asiste a la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal para ilustrarnos sobre el sistema de financiación. Benegas da cuenta de un documento que nos han hecho llegar desde CiU, en el que se contienen las últimas propuestas del PP. Lo más grave de todo es que se reduce el impuesto sobre la renta en un determinado porcentaje con la intención de transferir el tramo reducido a las Comunidades autónomas que, supuestamente, tendrían capacidad normativa sobre el mismo.

Comienzo mi intervención manifestando que por primera vez vivimos la unidad de España sin imposiciones y que esto exige hacer concesiones entre las distintas nacionalidades y regiones. Sin embargo, advierto que «el tener un abuelo más o menos hidalgo o un primo terrorista no debería dar más y mejores derechos a acceder a los servicios del Estado». Critico a quienes han hecho de la corresponsabilidad un concepto equívoco y sin contenido. Son muchos los que presentan la corresponsabilidad como algo positivo ya que explican que consiste en que las Administraciones no solamente gasten sino que también recauden. Desde este punto de vista me muestro favorable con el concepto, pero destaco que actualmente en España llamamos corresponsabilidad a algo que no exige ninguna recaudación sino que es una mera participación porcentual en los ingresos del Estado. Manifiesto que si el 15 por ciento de falsa corresponsabilidad era malo, el 30 por ciento tiene que ser peor y no podemos admitir por la vía de la confusión llegar a planteamientos de extraordinaria insolidaridad.

Viernes, 26 de abril

Alonso Puerta: «Una cosa es la casa común y otra la causa común»

Hablo con Josele Caballero, secretario general de las Juventudes Socialistas, y José María Barreda, del próximo Congreso de Juventudes. Josele dice que se ha encontrado en esa organización un panorama poco ejemplar. Creo que este chaval va a valer como secretario general de Juventudes del partido en España y le aconsejo que sea serio, riguroso y radical, que vaya a la raíz, en sus planteamientos.

Comida con el consejero de Bienestar Social y con Alonso Puerta, actual eurodiputado por IU, y presidente del grupo de Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo. Conversación interesante. Me causa una impresión excelente. Evocamos la última reunión que tuvimos hace muchos años para hablar de la unidad del PSP y del PSOE. Nos cuenta que un día Tierno le pidió que fuese a comer a Jai-Alai con Carlos Ibarra y «acceda usted a lo que le pida —le habría dicho el viejo profesor—: quiere ser gerente de Urbanismo para arreglar Madrid y para arreglarnos a nosotros». Alonso Puerta se opuso. Hablamos de la convergencia entre PSOE e IU y Alonso dice que: «Una cosa es la casa común con la que no estoy de acuerdo y otra la causa común con la que sí lo estoy» y nos explica que «quien verdaderamente me echó del PSOE fue Felipe González». A Alonso Puerta se le expulsó del PSOE de mala manera y creo que con malas consecuencias. De haber seguido entre nosotros hubiese sido un puntal firme y fuerte a favor de la honorabilidad en la vida pública.

Alonso Puerta fue expulsado del PSOE por realizar denuncias sobre irregularidades en algunas contrataciones del Ayuntamiento de Madrid que, a juicio del partido, eran exageradas y podrían provocar escándalo. En el momento de su expulsión del PSOE estaba vigente el artículo 11.7 de la Ley de Elecciones Locales que establecía la pérdida de la condición de concejal para aquellos militantes de partido que perdieran su condición de tales. Felizmente este artículo fue anulado por el Tribunal Constitucional al resolver un recurso contra la expulsión de ocho de los nueve concejales comunistas del Ayuntamiento de Madrid que había ordenado Santiago Carrillo. Alonso Puerta se querelló contra las empresas adjudicatarias del Ayuntamiento de Madrid y no consiguió sentencia condenatoria porque el principal imputado falleció antes de culminar el proceso y el procedimiento quedó sin autor; sin embargo la Audiencia Provincial de Madrid consideró que había indicios racionales de criminalidad. Es decir, Alonso Puerta no había exagerado. También consiguió Alonso Puerta que el Tribunal Supremo anulase su salida de la concejalía y le repusiera en el cargo pero nunca se hizo efectivo. Tierno Galván, astutamente, nunca le cesó como teniente de alcalde y, por ello, Alonso tuvo que ser indemnizado y llegó a cobrar los salarios atrasados por un periodo de año y medio.

Por la noche, cena para celebrar el cumpleaños de Sebastián Palomo Linares. Asiste Corcuera, que habla verdaderas excelencias de Juan Mari Atutxa y muy especialmente de Xavier Arzallus, al que califica como «el mejor político del país». Le pregunto si es cierto que un día pidió Arzallus a los etarras que siguieran matando y me contesta que «lo que realmente les dijo es que pararan de matar aunque sólo fuese durante quince días porque lo necesitaban», a lo que Txomin le contestó que «no podían parar quince días porque se les oxidaban los hierros».

Lunes, 29 de abril

El PP pacta con Pujol y con el PNV

El pasado sábado, día 27, se formalizó el pacto entre CiU y PP. Pujol y Aznar cenaron en Barcelona, en el hotel Majestic. El pacto es una verdadera cesión de lo que parecía imposible que pudiera aceptar el Partido Popular: la supresión de los gobernadores civiles, la desaparición del servicio militar obligatorio, la cesión del 30 por ciento del IRPF, y otras que quizá no hayan dejado por escrito.

Hace unos meses, Aznar faltó al respeto a Cataluña. Ahora, Pujol les obliga a pagar sus insultos. Hacer las paces es cosa de ellos. Lo malo es que Aznar utiliza para conseguirlo el dinero de todos los españoles. Por el momento lo único claro es que Aznar se ha subido al carro y ha soltado las riendas. De «¡Pujol, enano, habla castellano!» ha pasado a «hablar catalán en la intimidad».

José Enrique Serrano nos enseña en la Moncloa los sótanos y el búnker que han construido para las situaciones de crisis. Es una instalación que se me antoja exagerada y que debe haber costado un riñón. Está poblada de funcionarios y militares que ven la tele y vigilan no se sabe qué. Me enseñan una instalación de quirófano y un funcionario nos dice que allí han operado de hemorroides a Felipe González y de una fístula a Juan Alberto Belloch. ¡Hay que estar fuera de la realidad para que te operen en un sitio así teniendo hospitales magníficos!

El PP y el PNV llegan a un acuerdo que incluye la devolución de los bienes incautados durante la guerra civil al Partido Nacionalista Vasco. El portavoz de CiU en el Congreso, Joaquim Molins, comenta que «el PP se ha dado la vuelta como un calcetín». No me explico cómo la derecha ha dado este giro. Es probable que haya sectores en sus filas que no se lo perdonen con facilidad. También es posible que este viraje les consolide en el poder durante más tiempo de lo que nosotros imaginamos. Esa idea de Felipe de que pueden no llegar a Navidad no parece fruto de la reflexión sino de las vísceras.

Jueves, 2 de mayo

El Rey sugiere a Eduardo Serra como ministro de Defensa

Comida con Jesús Ceberio, director de El País. Me dice que el nuevo ministro de Defensa, Eduardo Serra —que fue secretario de Estado de Defensa con Narcís Serra—, ha sido propuesto por el Rey. Ceberio piensa que Aznar se va a consolidar y que echarlo va a resultarnos más difícil de lo que él había pensado en un primer momento. Cree que Pedro Jota romperá con Aznar y habla de la importancia que en el PP conceden a los medios de comunicación y de la disciplina que se respira entre ellos: «Estaba hace unos días comiendo con Abel Matutes y se presentó en el restaurante Pedro Arriola, lo cual provocó que Matutes, nervioso, tuviera que darle una explicación acerca de su heterodoxo compañero de mesa».

Doy una conferencia en León, invitado por el Diario de León. Me recibe el presidente de la Junta, Juan José Lucas, y la plana mayor del PP de esta provincia. También se encuentran los compañeros del PSOE, encabezados por Quijano. Me sorprende el extraordinario número de personas que asisten, más de quinientas, muchas de las cuales tienen que seguir la conferencia a través de pantallas de televisión en salas anexas. Después, en nuestra mesa cena el alcalde de León, Mario Amilibia y relata que Aznar «es muy tenaz y supera las dificultades a base de tesón. Cifra sus esperanzas en la imagen y por eso cuando llegó a Castilla y León cambió las tarjetas de crédito y redujo algunos cargos públicos aunque, en realidad, no supuso mucho ahorro».

Viernes, 3 de mayo

Las estipulaciones secretas del pacto PP-CiU

De vuelta de Madrid escucho el discurso de investidura de Aznar. No suena mal y no tiene aristas. En el Congreso de los Diputados escucho la réplica de Felipe González. No me gusta, parece desganado. Pregunta: «¿Cuánto costará el pacto del PP y CiU?» y Aznar se va por los cerros de Úbeda.

Cena en el Ministerio de Administraciones Públicas. El primero en llegar es Ramón Jáuregui con el que tengo tiempo de hablar de la situación en el País Vasco. No es partidario de romper el Gobierno de coalición con el PNV y alega tímidamente que son muchos (unos veinte) los ayuntamientos importantes que dependen de ese pacto. Coincide conmigo en que Felipe ha estado mal en el debate y se lamenta de que el presidente nunca le ha ofrecido un cargo para dejar el País Vasco. Acuden también Lerma, Quijano, Ciprià, Saavedra, Serra, y Eguiagaray.

Serra cree que «tanto CiU como el PNV se han entregado con más fuerza al PP de lo que lo hicieron con nosotros en 1993. El pacto entre CiU y el PP contiene estipulaciones secretas como la cesión de TVE 2 a la Generalidad de Cataluña, taponar el caso Estevill[42], cien mil millones para la Sanidad… Y con el PNV, al cederle ciento veinticinco mil millones de los impuestos de hidrocarburos, alcoholes y tabaco, consiguen que el cupo no sea negativo y podrán tener la posición de fuerza de devolver al Estado la parte positiva del cupo cuando lo consideren oportuno». Terminamos sobre la una de la madrugada lo que podríamos denominar la última cena en el ministerio.

Martes, 7 de mayo

Serra: «Borrell es el único militante del PSOE que puede resolver un problema creando otros quinientos»

El equipo de la Consejería de Sanidad me da cuenta del proyecto de Ley de Farmacia; con ella vamos a suprimir el derecho que actualmente tienen los farmacéuticos para transmitir la farmacia a sus herederos. Si la farmacia es un servicio público no puede ser un negocio transmisible y si es un negocio no debe tener la protección de que actualmente goza por ser un servicio público.

Comida con Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Se encuentra cansado y asegura que no se presentará a las próximas elecciones. Hace consideraciones acerca de Guerra y de Felipe: «Son dos personajes iguales. Guerra está molesto conmigo porque he hecho unas declaraciones en una revista en las que hablé de Felipe como futuro secretario general y cuando me preguntaron por Guerra contesté con un “depende” que no le gustó».

Comisión Ejecutiva Federal. Antes de comenzar, Serra me dice que «Borrell es el único militante del PSOE que puede resolver un problema creando otros quinientos».

Iniciamos la Ejecutiva con una intervención de Felipe González en la que nos cuenta que «los sindicatos están más dispuestos que nunca a pactar con el PP, y Antonio Gutiérrez, secretario general de CC. OO,… quiere ser el protagonista de ese pacto. Cándido Méndez ¡nunca pidió menos y le ofrecieron más!». «Las concesiones hechas por el PP al PNV —prosigue— son las de más trascendencia porque actualmente el cupo vasco es negativo y han tenido que ceder unos ciento veinticinco mil millones de pesetas para evitar el escándalo que supondría que el Estado tuviera que pagar a los vascos por el cupo. El PSOE debe buscar ser socio con el PNV en Euskadi y el PSC con CiU en Cataluña». Respecto a los resultados electorales, resume: «Hemos tenido una pérdida enorme de poder institucional en el PSOE con sólo seis alcaldes de capitales de provincia, nueve presidentes de Diputación y el Gobierno de cuatro Comunidades. Esa pérdida tan importante de poder institucional no se corresponde con la disminución de votos y el diferencial de estos con respecto al PP (1,2 por ciento).».

Guerra considera que las cesiones que se hacen a los nacionalistas no van a detener sus afanes reivindicativos sino que, por el contrario, alientan e incrementan sus aspiraciones. Estoy muy de acuerdo y lamento que sea solamente Guerra quien dice estas cosas. Intervengo mostrando mi acuerdo con él. Pongo de relieve el hecho de que vi en televisión el mensaje de Navidad del lehendakari Ardanza y que detrás de su mesa de despacho había dos banderas, la de Euskadi y la de Europa: «Comprendería —digo— que pusiera una sola bandera como hace Pujol; comprendería que pusiese dos, la de su Comunidad autónoma y la de España, pero no comprendo que ponga la de la Comunidad autónoma y la de Europa como si España no fuese un territorio políticamente tan significativo o relevante, por lo menos, como el de Europa. Esa manera de comportarse es, desde el punto de vista de los símbolos, una agresión».

Cuando termino mi intervención voy a llamar por teléfono y aprovecho para decir a Felipe González: «El día de la boda hasta las novias feas parecen guapas», con intención de que el realce que se está dando a Aznar en todos los medios de comunicación no afecte su ánimo. Se ríe y me contesta: «Pero ya sabes… aunque la mona se vista de seda…».

Jueves, 9 de mayo

Hay que suprimir las diputaciones

Viajo a Sevilla, en AVE. Me espera el conductor del duque de Segorbe con un Mercedes rojo muy llamativo. El duque vive en una magnífica casa restaurada en la que almorzamos junto con el notario socialista, Antonio Ojeda, y el periodista y escritor José Antonio Gómez Marín. Éste nos muestra sus muchos conocimientos históricos y la verdad es que resulta un almuerzo ameno e interesante. El duque de Segorbe nos habla de las grandezas de España y de cómo los Medinaceli estuvieron en el inicio del nacimiento de Cataluña. Acepta que la Presidencia de la Junta se instale en el hospital de Tavera, de Toledo, mientras duren las obras en Fuensalida. A cambio me pide que restauremos una parte del palacio. Accedo a ello. Conseguir este permiso del duque era el motivo de mi visita a Sevilla.

Por la tarde me reúno en la sede de la presidencia de la Junta de Andalucía con Chaves, Ibarra y los consejeros de Economía. Llegamos a la conclusión de que hay que pedir la reunión de la Comisión de las Autonomías del Senado con el presidente del Gobierno. Chaves llama a Aznar y le da cuenta de nuestro deseo de diálogo. La rueda de prensa se celebra en el propio palacio de San Telmo. Vamos al club Antares donde me han invitado a dar una conferencia. Me presenta Chaves. Me muestro partidario de la supresión de las diputaciones provinciales y argumento que es un derroche inaceptable e injustificable porque «en regiones uniprovinciales como Murcia o La Rioja se han suprimido y sigue saliendo el sol cada día».

Sábado, 11 de mayo

Antonio Gutiérrez de CC. OO. ha recibido más elogios de Aznar en tres días que de Felipe en trece años

Acudo al Congreso regional de CC. OO. que elige a Juan Antonio Mata como secretario general. Lo celebran en la antigua Universidad Laboral de Toledo y el cuadro escénico es bastante sombrío. Sin embargo, esta Federación se ha distinguido por su modernidad y su anticipación en las críticas a Marcelino Camacho. Me recibe el secretario general de Comisiones, Antonio Gutiérrez. Se muestra propenso al pacto con el PP y percibo que está deseoso de hacerse una foto firmando con Aznar. Critico la posición tan sosegada de los sindicatos frente al PP y no le agrada nada que diga que ha recibido más elogios de Aznar en tres días que de Felipe González en trece años.

Mi intervención no está entonada porque desde que soy presidente he recibido muchos ataques personales de algunos de los presentes. Me siento algo raro en un ambiente que es de cierta hostilidad, y trato de hacer esfuerzos de familiaridad. Saludo con cordialidad al nuevo secretario regional, Mata, y destaco su lealtad a la izquierda, su olfato político y su tenacidad en el trabajo, «tenacidad y eficacia que he padecido, por lo que se puede decir que soy víctima de su acción y sus ataques como empleador público». Hablo de que me gustaría un sindicalismo más fuerte y autónomo, que descansara sobre las cuotas de sus afiliados, más que sobre las subvenciones públicas.

Lunes, 20 de mayo

El Rey: «El Generalísimo no quiso que me relacionase con Tierno Galván»

El martes, día 14, a la una y media quedo con Ventura Pérez Mariño en el paseo de la Castellana. Me pide un comentario al cuadro Los Proverbios de Brueghel el Viejo. Paseamos por el bulevar y me habla de que el juez Gómez de Liaño es un iluminado: «No es de izquierdas ni de derechas, pero tiene un afán de protagonismo peligroso». Quiere irse a Galicia y dice que no le interesa la vida judicial. Yo estoy distante. Hace meses que procuro hablar poco con él y con Garzón. Les evito desde octubre pasado cuando supe que mandaron un escrito al fiscal hablando de los fondos que recibieron antes de las elecciones generales de 1993 y en el que me mezclaban en un asunto del que apenas sabía nada. Me reconoce que «cuando cenamos en mi casa con Garzón el pasado mes de octubre ya habíamos enviado al fiscal el escrito diciendo que el dinero cobrado durante la campaña electoral del 93 no procedía de gastos reservados». Se disculpa por haberlo hecho sin decirme nada y asegura a modo de descargo que «en el escrito afirmábamos que José Bono nos dijo que los pagos no procedían de gastos reservados». Jamás les dije nada porque nada sabía entonces acerca de la procedencia de esos fondos. Su preocupación por el origen de los fondos es llamativamente tardía: ¡tres años después de los hechos!

Cena de gala en el palacio Real de Madrid en honor del presidente portugués, Jorge Sampaio. Me sorprende que no haya prácticamente nadie del Partido Socialista. Los más cercanos son el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Pascual Sala, y Álvaro Rodríguez Bereijo, presidente del Tribunal Constitucional. Hace tan sólo unos meses la situación era absolutamente diferente. Sic transit gloria mundi.

Mientras esperamos el besamanos hablo con Pujol, que dice tenerme en consideración y que acaba de citarme: «Estoy de acuerdo con lo que has dicho de que la solidaridad financiada con los bienes ajenos tiene muy poco valor». Fraga da una lección sobre el idioma portugués y su desarrollo literario. No es partidario de que los presidentes de comunidades autónomas sean senadores vitalicios aunque se muestra favorable a que lo sean los ex presidentes del Gobierno.

Aznar me saluda muy amable y dice haberme escuchado en la radio y coincidir conmigo respecto de la financiación de las CC. AA. Los dirigentes del PP escuchan la COPE. Es evidente, porque el vicepresidente Francisco Álvarez-Cascos también dice que me ha oído esta mañana y afirma: «Tienes hechuras de hombre de Estado». A nadie le amarga un dulce aunque recuerdo el aviso de Virgilio en la Eneida: Timeo danaos et dona ferentes (temo a los griegos incluso cuando traen regalos).

El Rey nos comenta, delante del alcalde de Madrid y del presidente del Tribunal Supremo, que «cuando entré por primera vez en la Facultad de Derecho del brazo del catedrático Leonardo Prieto Castro, un grupo gritó “¡vivan los novios!” y pasé miedo al subir una escalinata en la que estaban apostados todos los estudiantes mirándonos. Yo lo hice por España, pero pasé un miedo enorme creyendo que corría peligro». Y nos revela que «no fui a estudiar a Salamanca, a pesar de tener un apartamento preparado que se comunicaba con la universidad, porque el Generalísimo no quiso que me relacionase con Tierno Galván».

Miércoles, 22 de mayo

«Pobre, fea y portuguesa. ¡Chúpate ésa!»

Palacio de Linares, en Madrid. Firma de un convenio sobre incendios forestales con Juan José Lucas y Alberto Ruiz Gallardón. El documento habla de la cooperación en las zonas limítrofes. Gallardón ha invitado a nuestras mujeres y después de la firma pasamos al magnífico comedor del palacio que, según me dice, va a ser utilizado como oficina por el Príncipe de Asturias. Proponemos a Gallardón —y éste acepta— un convenio con Telemadrid. Lucas resume gráficamente el convenio diciendo: «Mira, Alberto, se trata de hacer quince minutos diarios de televisión que perjudiquen a Quijano en Castilla y León y a Molina en Castilla-La Mancha». Gallardón acepta y yo apostillo: «A Quijano no se le debe perjudicar porque no tiene posibilidades de ganar y, además, es muy buena persona».

Recibo en Toledo al presidente de Portugal, Jorge Sampaio, y le ofrezco una cena en el salón de la Emperatriz del palacio de Fuensalida con asistencia del escritor José Saramago, el cardenal primado y Rodríguez Ibarra. En mi discurso hablo de las circunstancias que acercan a Toledo y Lisboa, a España y Portugal, y destaco que la más importante quizá sea el Tajo, «la cuarta muralla de Toledo, un río que nos une en su permanente fluir». Al salir, en el patio del palacio, delante de la magnífica estatua de Isabel de Portugal —copia de la realizada por Pompeo Leoni—, y admirando su belleza, en voz baja me comenta el cardenal el grafiti que los madrileños pusieron en el palacio de Oriente con motivo del casamiento en Badajoz del príncipe de Asturias, y futuro Fernando VI, con la portuguesa Bárbara de Braganza: «Pobre, fea y portuguesa. ¡Chúpate ésa!».

Después de la cena subimos a mi despacho Juan Carlos Rodríguez Ibarra junto con el presidente Sampaio, el secretario de Estado de Cultura y el ministro Cravinho. Hablamos sinceramente de los temas del agua y compruebo que los portugueses no tienen el más mínimo problema en el Tajo. Es más, no tendrían dificultad en aceptar trasvases del Tajo al Guadiana pero no aceptarían nunca que con el actual caudal del Guadiana se hicieran trasvases al Guadalquivir. Los problemas con Portugal vendrían si se toca el Guadiana. Les informo que en el PHN de Borrell no está previsto detraer agua del Guadiana sino todo lo contrario, recibiría ciento veinte hectómetros del Tajo. De todos modos, les hago ver que no habrá nuevos trasvases en ningún lugar: «Borrell ha hecho mucho ruido pero la montaña acabará pariendo un ratón: sólo quedará el trasvase del Tajo al Segura».

Sábado, 25 de mayo

«Florentino Pérez es una de las personas más listas que he visto en un despacho oficial»

Entrevista con el nuevo ministro de Obras Públicas, Rafael Arias Salgado. Hemos quedado en su despacho oficial este sábado «para una discreta exploración»; así me lo propone el ministro. Lo que quiere es tomarme la temperatura para ver si podemos entendernos. Le explico la posición de Castilla-La Mancha sobre las Hoces del Cabriel y me muestro firme en no aceptar las tesis de Borrell, pero propenso a un acuerdo razonable. Percibo que el ministro quiere sinceramente arreglar el problema. Le dejo claro que el mejor camino para llegar pronto por autovía a Valencia es el del acuerdo porque en el del pleito nos vamos a enfrentar con dureza. Comprende que el pulso, por mi parte, no va en broma pero que mi voluntad de consenso es real.

Después de este primer saludo a solas, entran al despacho dos personas que no reconozco. Uno, el más listo, explica la situación con claridad y hasta con gracia: «Si os ponéis de acuerdo, la autovía se hace en poco tiempo». Al oírlo me animo y le pregunto la razón de su afirmación: «Soy el responsable de la adjudicataria». El ministro se sorprende de que no le conozca: «Pepe, ¡es Florentino Pérez!». He oído hablar mucho de él pero es la primera vez que lo saludo en mi vida. Florentino favorece el acuerdo porque quizá comprende que es muy difícil hacer esa autovía con nuestra oposición. Quedamos en que esta reunión permanezca reservada. Salgo convencido de que hemos ganado el primer pulso y bastante impresionado por la inteligencia práctica de Florentino Pérez. Al llegar a casa le comento a Ana: «He conocido a Florentino Pérez en un despacho oficial; una de las personas más listas que he visto en mi vida».

Martes, 28 de mayo

El Príncipe tendrá más difícil ser Rey que su padre

Ayer fui a Asturias para hacer entrega de las osas pardas Paca y Tola que habían quedado huérfanas cuando un furtivo en Asturias mató a su madre. Las osas fueron cuidadas en El Hosquillo (Cuenca) y ahora se devuelven al Principado. Nos recibe el presidente de esta Comunidad, Sergio Marqués. El Parlamento de Asturias tiene cuarenta y cinco diputados y el PP no tiene mayoría. Sin embargo, un desvergonzado que se presentó por IU y que había sido anteriormente militante socialista, Antón Saavedra, se ha pasado al Grupo Mixto para apoyar los presupuestos del PP. Este Saavedra tiene el desparpajo propio de los pseudosindicalistas desvergonzados. Toda Asturias conoce su talante y su moral.

Intervine, por la tarde, en la Casa del Pueblo de Gijón. A la conferencia asisten el ex presidente Pedro de Silva, el alcalde de Llanes, Antonio Trevín, y el alcalde de Gijón, Tini Areces. Hablo de la renovación del partido y de la necesidad de cambiar la ley electoral: «Mientras que las cúpulas de los partidos sean más importantes que los votantes para que un ciudadano resulte elegido diputado, no habrá verdadera autonomía personal de los parlamentarios. Un diputado no se atreverá a disentir de su partido porque a la siguiente legislatura no lo pondrán en las listas».

Hoy, clausura del Congreso regional de los empresarios con asistencia del Príncipe de Asturias. El alcalde de Toledo pronuncia unas palabras impertinentes en las que asegura que «en la época del Gobierno del PSOE se establecieron impuestos confiscatorios». Mi intervención, que improviso, es una defensa encendida de Felipe González.

El Príncipe me pregunta el sentido de una afirmación que he hecho referida a que le iba a ser más difícil ser Rey de España que a su padre: «Pues que no tendrá que librarse de Franco, lo cual es muy positivo, pero es muy posible que tampoco tenga que librarnos de un golpe de estado, lo cual consolidó a su padre como rey de todos. Además, usted no tiene el carácter cercano y campechano de su padre que es muy útil para el oficio de rey. A su favor hay que decir que habla en público mejor que su padre y a los españoles les gusta más escuchar a quien dice lo que piensa que a quien tiene que leer todo lo que dice», concluyo.

Jueves, 30 de mayo

Asensio: «La verdadera intención de Mario Conde es ser presidente del Gobierno»

Ayer almorcé con Antonio Asensio, fundador y presidente del grupo Zeta, y el periodista Manuel Campo Vidal. A lo largo de la comida se destila una relación no demasiado fácil de Asensio con el PP. El empresario opina que «los resultados electorales del 3 de marzo son los mejores posibles… porque una mayoría absoluta del PP hubiese sido para tener miedo. La derecha tiene gran ambición de poder y es peligrosa». Campo Vidal asegura que el PP ha estado en todo momento dispuesto a ceder lo que fuera necesario: «En una reunión negociadora, Macià Alavedra llegó a pedir al PP que pararan en la oferta de concesiones a CiU».

En relación a Mario Conde, Asensio dice que «no se le puede juzgar como a una persona normal, pues responde a los esquemas de un desequilibrado. Se ha creído que podía con todo y ahora cada vez tiene menos amigos. Grababa las conversaciones, y si le llevas la contraria o te opones a sus intereses, no te vuelve a dirigir la palabra, te desprecia… La verdadera intención de Mario Conde es ser presidente del Gobierno, controlar el poder, sin necesidad de un partido político que lo apoye».

Visito la obra de mi casa en Olías del Rey y me pongo un mono azul. Voy con prisa a un acto de Órdenes Militares en Uclés. Al llegar al hotel de Tarancón me cruzo con marquesas, duquesas y condes varios, ataviados con chaqué y peinetas. Yo, todavía, con mi mono azul. Una señora me reconoce y dice: «¡Qué ridículo debemos hacer! Él con mono y nosotras como monas».

La ceremonia de las Órdenes Militares de Santiago, Alcántara y Montesa está presidida por el Príncipe de Asturias y se llama «cruzamiento de caballeros». El acto dura más de dos horas y el aburrimiento es sublime. Ante el aviso de un maestro de ceremonias se arrodillan, se sientan, cubren y descubren los supuestos caballeros vestidos con capisayos de hace siglos. En el punto álgido del ceremonial el obispo cita los apellidos rimbombantes, compuestos y aristocráticos de los presentes. Llamo con gestos a mi más que asesor y buen amigo Cristóbal Rozalén que está sentado al otro lado del altar y tras hacer diversas inclinaciones y genuflexiones al Príncipe, al sagrario y a los obispos, llega a mi lado. Cristóbal espera escuchar una instrucción, pero le digo: «Ten la bondad de darme nota de las agrupaciones locales del PSOE a la que pertenecen estos compañeros que acaban de ser citados». El estornudo de risa de Cristóbal fue clamoroso. En la iglesia no debía de haber más de tres votos para el PSOE. Ante la risa de Cristóbal, el Príncipe se empeña en que le cuente lo sucedido. Se lo cuento y se ríe: «Se aburre usted, ¿verdad? ¿Quedará todavía mucho tiempo de ceremonia?» «No lo sé, pero es la última a la que asisto», le respondo.

Viernes, 31 de mayo y sábado, 1 de junio

Michel Domínguez: «Garzón conocía la trama del GAL antes de entrar en política»

Día de Castilla-La Mancha. Intervengo en todas las emisoras de radio. Una periodista de Europa Press me pregunta por las declaraciones que ha hecho Michel Domínguez en el sentido de que Garzón conocía la trama de los GAL antes de entrar en política. La periodista quiere saber si Garzón me lo contó. La verdad es que Garzón no me contó nada, pero recuerdo que el juez Ventura Pérez Mariño me había hablado el 20 de abril de 1993, en el Mesón del Asturiano de Illescas, de algo que atribuí a presión para forzar o adelantar una entrevista con el presidente del Gobierno.

Parece que me equivoqué y que lo dicho por Ventura tenía entidad. Lo deduzco, hoy, pasados tres años, cuando Michel Domínguez, en una entrevista en Antena 3, ha revelado que tuvo varias reuniones secretas con el juez Garzón[43]. Llamo a Ventura por teléfono y me dice que «cuando nos vimos en el Mesón del Asturiano aún no había recibido Garzón a Domínguez». Quizá sea así, pero ¿cómo sabía entonces que iba a ocurrir algo gravísimo que afectaba al presidente del Gobierno y que «quizá se hunda el mundo», como me dijo aquella tarde del 20 de abril de 1993? Se lo contaría Garzón. Pero ¿cómo lo sabía Garzón, si según la prensa recibió a Domínguez el día 21? ¿Hablaron Garzón y Domínguez antes del 21? Lo ignoro. Ventura me aclara que Garzón siempre ha mantenido que su informante se negó a firmar la declaración y que nada pudo hacerse porque la fe pública la tiene el secretario pero no el juez.

Acto institucional en la explanada de la sede de las Cortes. Máxima asistencia con treinta alcaldes guatemaltecos y el ministro de Trabajo de este país. Entregamos la medalla de oro de la región a Fernando López Carrasco y menciones honoríficas al cuchillero Arcos y a la bordadora de Lagartera, Pepita Alía.

Comida en Madrid, en Currito. En la mesa contigua están los periodistas Pepe Nevado y Agustín Valladolid, Marugán y José Luis Corcuera. Corcuera me pregunta por qué no digo que Garzón sabía lo de los GAL antes de entrar en política: «¿A qué esperas?, ¿a que me enchiqueren?». Le explico mis dudas.

Martes, 4 de junio

«El derecho del concebido no puede ser desconocido ni siquiera por la madre en toda circunstancia y momento»

Raúl Morodo me comenta que Adolfo Suárez está molesto conmigo por unas declaraciones que al parecer hice en contra suya. No tengo conciencia de haber hecho declaraciones incómodas para Suárez. Le llamo inmediatamente y en tono amable me dice que «Raúl es muy hablador; yo no estoy molesto contigo aunque no me agradaron unas declaraciones tuyas que ya no recuerdo a qué se referían… para que veas que no tiene relevancia». «Felipe González —añade— debió retirarse en 1993 y ahora no puede hacer a Aznar la oposición que me hizo a mí. Aznar va a facilitar la oposición por sus torpezas, pero debería gozar de un mínimo de estabilidad por el bien de España».

Comisión Ejecutiva Federal. Falta mucha gente y Rubial comienza con una crítica al nuevo secretario de Juventudes, Josele Caballero, porque éste había dicho que el partido no era propiedad de los dirigentes ni de los militantes. Rubial cuenta que, cierto día, Joaquín Ruiz-Giménez le dijo que se sentía socialista, pero no materialista dialéctico, y Ramón le contestó con una frase de Pablo Iglesias: «Es socialista el que tiene carné y paga su cuota, lo demás son cuentos». Es injusto que se reciba a Josele de un modo tan desabrido. Además, él sólo repitió una frase que yo digo con frecuencia y que dejé escrita en mi discurso de las jornadas «El futuro a debate».

Almunia informa sobre la inconveniencia de dar libertad de voto en la ley del aborto. Felipe González le apoya. Yo no coincido: «El derecho del concebido no puede ser desconocido ni siquiera por la madre en toda circunstancia y momento». Me quedo solo en esa posición.

Benegas informa de la financiación autonómica y de una reunión que ha mantenido con Rajoy, quien le ha manifestado que a él tampoco le gusta el modelo de financiación pactado con CiU. Según Rajoy, se trata de una imposición y asegura que la capacidad normativa en el IRPF ni siquiera fue solicitada por CiU sino que fue una oficiosidad inconveniente. Suprimirán la figura del gobernador civil y cambiarán el nombre a Baleares, Orense y La Coruña. Se alzan voces de protesta. Manifiesto que «podemos acabar en el ridículo de ordenar legalmente que se hable de London en vez de Londres, pero tenemos poca autoridad para oponernos después de haber aceptado nosotros anteriormente Girona y Lleida».

Miércoles, 12 de junio

Acuerdo para la autovía de Valencia

El lunes pasado me llamó el ministro de Fomento, Arias Salgado: «Ya tengo un proyecto casi final para las Hoces del Cabriel. Si llegamos a un acuerdo damos el bombazo». Reunión con Emiliano García-Page, el ministro Arias, Joaquín Abril Martorell y Florentino Pérez. Llegamos a un acuerdo de trazado por el lugar que siempre he defendido. El ministro dice estar preocupado porque «Eduardo Zaplana está en Finlandia y desde el ministerio no le han dicho nada del acuerdo final, aunque Eduardo me tiene dicho que él acepta cualquier trazado con tal de que se inicie su ejecución inmediatamente». Quien está en Babia es su consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cartagena, que ha hecho declaraciones horas antes de que firmemos el acuerdo diciendo que «yo apuesto por la solución Borrell».

Hoy miércoles, a las once y media, llega al palacio de Fuensalida el ministro de Fomento, Arias Salgado, y firmamos el acuerdo del trazado de la autovía. Al acabar el acto me llama Isabel Tocino, la ministra de Medio Ambiente, para darme la enhorabuena. Borrell está muy incómodo con esta decisión y afirma que «la obra no se va a construir en el plazo anunciado, que costará mucho más y que tendrá un gran impacto ambiental». Borrell brama contra los ecologistas que esta misma mañana he recibido y se han mostrado muy conformes con el acuerdo. No falta ninguno: Greenpeace, Coda, Patrimonio Natural Europeo, Agro, Aedenat y algún otro.

Me informan que Zaplana tiene un cierto enfado porque se enteró anoche a las doce, cuando le telefoneó el ministro a la embajada de España en Finlandia. Borrell llamó a Dombriz, actual director de Carreteras, y le ha pedido que presente su dimisión. El sucesor será Lazcano, según me dice Arias Salgado, que es quien más ha favorecido la solución de trazado de la autovía para que lleguemos a un acuerdo.

Es lamentable que la suficiencia de Borrell le haya llevado al ridículo de afirmar que «solamente mi opción es técnicamente viable». Ya verá cuando se haga esta autovía y compruebe que contra hechos no valen razones. Borrell me ha obligado a un acuerdo con el PP cuando podríamos haberlo firmado en el Gobierno de Felipe González. Se hará la autovía y Borrell verá que sus objeciones técnicas y sus rotundas afirmaciones de que un trazado diferente al suyo era imposible, carecen de fundamento real.

Lunes, 17 de junio

Aznar: «Tienes cara de Hoces»

Clementina Díez me cuenta que en la permanente de la Ejecutiva, «Rubial ha planteado en tono crítico tu pacto con el Gobierno del PP en relación con las Hoces del Cabriel. Guerra y Marugán sonreían maliciosamente, y Felipe González te ha defendido y ha cortado la discusión diciendo que habías hecho lo que tenías que hacer, porque el PP te ha ofrecido todo lo que estabas pidiendo».

Juan Pedro, José María Barreda y Emiliano me aconsejan que, después del pacto con Arias Salgado sobre la autovía, no debo aparecer en sintonía con el PP en otros asuntos. Por ello, esta tarde, después de la entrevista con Aznar debo mostrarme muy crítico. ¡Antes de saber el contenido! No me agrada ir con esa consigna interior pero comprendo a los compañeros: así son las cosas y su consejo es por mi bien.

Me recibe Aznar en la Moncloa. Sesión de fotos. Estoy obsesionado con la imagen y acordándome del consejo de mis compañeros de que no debo estar sonriente, pese a las bromas de Aznar, no muevo un músculo y con las manos atrás procuro trasladar frialdad a la escena. El presidente lo nota y me dice con acierto: «Tienes cara de Hoces».

Durante la entrevista, que dura casi dos horas, aparece varias veces su hijo Alonso que le hace señas desde una de las puertas de cristal. Se trata de un gesto humano que en ningún caso ocurrió, ni podía haber ocurrido, en época de González. Al entrar en la Moncloa observo que las rosas están marchitas, por causa del calor, pero son toda una evocación política. Tampoco están ya los bonsáis y lo que era un vergel de árboles pequeñitos y reducidos ahora no es más que un escaparate vacío. Aznar se muestra cordialísimo llamándome en todo momento Pepe y preguntándome por Ana y la familia. La reunión no me resulta de interés político pero el trato que me dispensa es muy correcto. No lo esperaba y me sorprende positivamente. Sin embargo, es la primera vez que me aburro en la Moncloa. Comienzo hablándole de mi preocupación por el terrorismo y le sugiero que, por encima de otras diferencias, Gobierno y PSOE actúen de manera coordinada: «Es imposible esa unión y esa coordinación mientras algunos dirigentes, como Trillo, dediquen parte de su tiempo a hablar con magistrados del Supremo con la intención de meter en la cárcel a dirigentes del PSOE».

Le muestro mi preocupación por la capacidad normativa de las comunidades autónomas, en un impuesto como el de la renta, que puede llevar a la desvertebración de España. Me replica que «la vertebración de España está asegurada por el Rey, la cultura y la seguridad social; los impuestos tienen menor incidencia. Las comunidades más pobres pueden bajar el impuesto de la renta y de esa manera atraer a inversores para enriquecer esas regiones». Me parece poco aceptable. Aznar se queja de que fue muy maltratado en la época PSOE por los medios públicos y por TVE en concreto. Le recuerdo cuando presidía Castilla y León, y le pusieron a Heras Lobato como director del Centro Regional de TVE, lo que sin duda debió satisfacerle. Se sorprende: «Es llamativo que tengas esa información. Efectivamente, ese nombramiento me agradó».

Martes, 18 de junio

Nuevo caso de corrupción: Otano

Antonio Herrero me entrevista en la COPE y me pregunta por la noticia del Diario de Navarra en la que se acusa a Javier Otano, presidente de esta comunidad, de tener una cuenta en Suiza con importantes fondos. Defiendo a Otano. A las pocas horas compruebo mi error. Otano ha dimitido como presidente de Navarra y secretario general del partido en Navarra. También ha confirmado la existencia de una cuenta con fondos para la financiación del PSOE. Se trata de un asunto que pone los pelos de punta. Resulta inadmisible que Otano aceptara sustituir a Urralburu teniendo una cuenta en Suiza de esas características.

Comida en Gobelas. Asisten Chaves, Lerma, Obiols, Quijano, Císcar, Saavedra, Serra y Jáuregui. Este último comenta que en el Parlamento Vasco existe una propuesta de IU en la que se pretende dar una indemnización similar a las víctimas del GAL que a las de ETA. Cree que hay que votar favorablemente y Obiols le apoya. Intervengo: «Me parece una actuación llena de cinismo y alguien podría decir, con verdad o sin ella, que los verdugos se han convertido en generosos indemnizadores de sus víctimas». Jáuregui dice no tener muchas alternativas distintas a la votación favorable.

Entrevista en TVE en el espacio de Ángel Casas titulado «Tal como somos». Allí, coincido con el escritor Vizcaíno Casas, que me regala su libro recién editado, Los rojos no usaban sombrero. Es impertinente y descortés con el PSOE. Le aguanto, aunque con frialdad, por su avanzada edad.

Lunes, 1 de julio

General Luis Alejandre: «Suárez urdió el 23-F junto con el comandante Cortina»

Comedor de oficiales de la Academia de Infantería de Toledo. Ofrezco un almuerzo a los comandantes de puesto de la Guardia Civil. La comida la organizo en la Academia por su bajo coste económico y las facilidades que ofrece para una reunión numerosa y discreta.

Asiste el general director de la Academia, Luis Alejandre Sintes. Es inteligente. Tiene una buena hoja de servicios. Ha estado en El Salvador y Nicaragua; habla inglés y francés, es jovial y extravertido. Me da recuerdos para Pablo Benavides a quien tuvo como alférez.

Alejandre me da una versión del 23-F, según la cual «UCD y concretamente Adolfo Suárez promovieron un golpe menor para impedir un golpe mayor que hubiese acabado con UCD; fue Suárez quien lo urdió todo, junto con el comandante Cortina, del CESID. Se había previsto una operación en la que el Congreso de los Diputados elegiría a un militar como presidente del Gobierno y el Rey habría dado su visto bueno, siempre que la propuesta fuese ratificada por el Congreso». Lo que más me sorprende es la certeza y seguridad con la que el general lo dice. Yo tengo una idea muy diferente y desde luego no comparto que Adolfo Suárez tenga la más mínima participación negativa en el 23-F, pero me callo.

Alejandre también habla de un coronel que informó hace muchos años acerca de las actividades corruptas de Luis Roldán a su paso por Navarra. Al parecer no se hizo el menor caso a este informe y el propio coronel pagó en sus carnes haber dicho la verdad y le impidieron el ascenso a general. El general promete enviarme el informe del coronel que creo que se apellida Vila.

Martes, 2 de julio

El fruto de la corrupción enriqueció a algunos, al partido llegó poco

Hablo con Ciprià Císcar en Ferraz: «En la trama de Roldán, algunos, como justificación, parece que alegan que recaudaban para el partido. En tal caso, desde que ocupo la responsabilidad de la secretaría de Organización, puedo afirmar que no. Quienes eso alegan debían de pertenecer a la orden de San Quirico, quien “pidiendo para los pobres se hizo rico”; es decir, en su caso, se llevarían el dinero a casa. Es necesario aplicar austeridad a los gastos de los partidos —añade—. En este sentido, hay que tener en cuenta que la campaña anterior la hemos hecho con quinientos millones de pesetas menos, y ha salido bien».

Císcar me cuenta además que la diputada a Cortes por Navarra, «Blanca García Manzanares, con su mejor intención, me trajo la declaración de renta de Urralburu para que yo la viese y quedara convencido de su inocencia. Le respondí que si algo había de opacidad no iba a hacerlo constar en su declaración». Ciprià destaca la rotunda defensa que Blanca hacía del ex presidente Gabriel Urralburu hace tan sólo unos meses. Todos podemos equivocarnos y Blanca es buena persona, seguro que lo hacía convencida de la inocencia.

Lunes, 8 al viernes, 12 de julio

Pedro Jota: «Majestad, los reyes no tienen vida privada»

El lunes 8, en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, Felipe González considera que el PP puede conseguir los objetivos de Maastrich gracias a la caja que hagan por las privatizaciones de empresas públicas. En el ámbito del terrorismo Felipe se muestra crítico con el PP: «El Gobierno central está siguiendo las instrucciones del PNV en materia antiterrorista y esto es un error porque ETA no quiere negociar con el PNV, por dos razones claras: la primera, porque si lo hace, está reconociendo de hecho a un Gobierno autónomo vasco y minando, por tanto, su posición de autonomismo radical. La segunda es porque HB y ETA comparten espacio político con el PNV y desean no tanto negociar con él como hacerlo con el Gobierno de España con quien no comparten espacio político».

Almuerzo, el viernes 12, con Pedro J. Ramírez, que mantiene su teoría de que Felipe González debe irse y de que si ganásemos las próximas elecciones todo seguiría igual, porque mientras Felipe no se retire no cesará la campaña contra él. Me traslada la impresión de que se relaciona mucho con dirigentes del PSOE: «Todos los días de la semana próxima estoy citado con un dirigente del PSOE».

Habla de sus relaciones con el Rey y cómo en cierta ocasión «acabamos a voces cuando Don Juan Carlos se refirió al periodista Melchor Miralles como relacionado con ETA. Recriminé al Rey esas palabras aunque no fuera más que porque Melchor era hijo de Jaime Miralles, quien había luchado en favor de la monarquía». Me dice que ha hablado con el Rey de asuntos privados y que el Rey le llegó a decir: «Yo tengo derecho a mi vida privada», a lo que Pedro Jota contestó: «Majestad, está en un error, los reyes no tienen vida privada».

Martes, 16 de julio

Muere un diputado del PP que no quiso ser mi enemigo

Llamo a la viuda de Paco Ballesteros que hoy ha sido enterrado. Fue diputado por el Grupo Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha en la primera legislatura (1983-1987). Era abogado y escritor; fue cronista oficial de la ciudad de Albacete. En la sesión de investidura del 6 de junio de1983 cuando fui elegido presidente de Castilla-La Mancha, Paco Ballesteros se fue al baño para no votar en mi contra. Descanse en paz.

Lunes, 29 de julio

En esta casa de la España autonómica no hay padre

Entrevista con el presidente gallego, Manuel Fraga, en el complejo de San Cayetano de Santiago. Su despacho es pequeño, austero y de dudoso gusto en la decoración. Metopas y utensilios con ninguna armonía estética colocados desordenadamente. Le entrego el documento que elaboré sobre financiación autonómica y que tiene el visto bueno de Felipe y Chaves. Lo lee con detalle y lo vamos comentando punto por punto. Su coincidencia es general y dice tener dificultades para que podamos llegar a un acuerdo debido al pacto del PP con CiU.

Fraga se muestra muy crítico con algunos dirigentes de su partido y dice que «Pujol se ha cobrado el insulto de llamarle “enano” la noche electoral. El PP ha pagado muy caro sus errores». Veo a Fraga ágil y activo pese a su edad. Se queja de que los socialistas gallegos le han llamado «traidor» por retirar su recurso contra el 15 por ciento de cesión del IRPF.

Me entrevistan en la Televisión Gallega. Su director nos informa del presupuesto anual, superior a trece mil millones y de la plantilla de empleados que supera los ochocientos. Estas cifras me producen escándalo. Quizá esté equivocado, pero así no es posible seguir. A las comunidades autónomas no nos controla externamente nadie y los principios de economía y austeridad son difíciles de mantener cuando el principal objetivo que nos planteamos es ganar las elecciones. Parece como si en esta casa de la España autonómica no tuviésemos padre.

Lunes, 26 al sábado, 31 de agosto

Nuevo obispo de Albacete: si fuera un edificio, tendría más fachada que fondo

Alicante. Comida, el lunes 26, con el obispo auxiliar de esta diócesis, Francisco Cases, que ha sido nombrado titular de Albacete. Al parecer hay un monseñor en Roma que le apoya y le eleva. El hecho de que vaya a la diócesis de la provincia donde nací desde Alicante, donde estudié el bachillerato, me anima a visitarlo antes de su toma de posesión. Me acompañan Alfredo, párroco de Salobre, y Cristóbal. Le doy la bienvenida a mi tierra y me pongo a su disposición. Al invitarle a «tutearnos» me responde «más adelante, cuando nos conozcamos mejor»[44].

El sábado 31 toma posesión en Albacete el obispo Cases. La catedral está llena a rebosar pero el entusiasmo en la calle es bastante menor del que algunos se esperaban. Hubo un «cálculo fallido» acerca del público que se pensaba que iba a cubrir el recorrido del obispo desde el obispado hasta la catedral. En cinco minutos hicieron un camino para el que habían calculado treinta. Mucho calor atmosférico y poca gente en la calle. El sermón del nuevo obispo, largo y confuso. Cases parecía haber hecho una prédica con pretensiones teológicas y un canónigo me comenta: «Ni él entiende lo que ha escrito. Es un mal refrito elaborado con corta-pega del ordenador».

Me da la impresión de que es un hombre con ambición y que, más que cualidades de mando, tiene ganas de mandar. Se muestra abierto y dicharachero. Hay algo en él que no acabo de poder definir con acierto. No me convence. Si se tratara de un edificio, diría que tiene más dimensión de fachada que de fondo.

Lunes, 2 al miércoles, 4 de septiembre

Cada puesto de trabajo de Hunosa recibe una subvención de once millones de pesetas

El lunes, 2, me entero de que el Ministerio de Hacienda quiere nombrar al ex presidente de la Diputación de Toledo y diputado autonómico de Castilla-La Mancha por el PP, Jesús García Cobacho, presidente de Minas de Almadén. El consejero de Industria escribe al ministro de Economía y Hacienda, Rodrigo Rato, oponiéndose a esa pretensión. Cobacho nunca me inspiró confianza.

Me entrevisto con el ministro de Industria, Josep Piqué. Hablamos de Repsol y de Hunosa y me dice que «resulta incomprensible que sigamos produciendo carbón a cuarenta mil pesetas la tonelada cuando se puede comprar carbón sudafricano puesto en puerto español a seis mil pesetas. Cada puesto de trabajo de Hunosa recibe una subvención del Estado de once millones de pesetas». La verdad es que, si es así, resulta llamativo, aunque hay que tener en cuenta el valor estratégico del carbón.

El ministro de Sanidad y Consumo, José Manuel Romay Beccaría, que está de gira por Toledo, viene a visitarme el martes 3. Comentamos el extraordinario gasto que los españoles hacemos en farmacia y me anuncia que van a poner una tasa para las recetas. Le digo que antes quizá habría que reducir el beneficio de los laboratorios farmacéuticos, buscar la posibilidad de evitar las marcas e ir a productos genéricos. Veo al ministro muy blando en las formas y muy de derechas en sus planteamientos. Me dicen que es del Opus Dei. Fue subsecretario con Carrero Blanco.

A mediodía llego al monasterio de Buenafuente del Sistal en Guadalajara, un paraje extraordinario y singular. Nos recibe Ángel, el capellán. Hombre amable y de gran formación. Los compañeros del PSOE que me acompañan aseguran que Ángel es quien prepara las listas del PP de toda esta comarca. En el pueblo todo gira alrededor del monasterio. Es un lugar de retiro y reflexión. El personal que se hospeda aquí durante estos días es muy raro: faldas largas hasta los tobillos, caras tristes, miradas perdidas… Alegría ninguna, si exceptuamos a las monjas que están gozosas y trasmiten paz.

Por la tarde, doy un largo paseo por el Alto Tajo hasta Huertapelayo. Comemos moras por el camino hasta hartarnos y cenamos en el hotel de Zaorejas con Ros y otros dirigentes del partido en Guadalajara. Día magnífico.

El miércoles, día 4, desde un mirador cercano a Zaorejas contemplamos las hoces del Alto Tajo. Águilas reales y un alimoche con su cría. El espectáculo es impresionante. Visito la central de producción eléctrica de Los Navarro, que está debajo del mirador. Me informan de que El País publica hoy la noticia de la retirada de José Manuel Molina de la vida política regional. Se lo cargan por haber perdido dos veces las elecciones autonómicas, pero Molina, con astucia, presenta esta derrota como si le ascendieran a un puesto en Madrid.

Al mediodía, comida en el Ministerio de Economía y Hacienda con Rodrigo Rato, vicepresidente económico, y Mariano Rajoy, ministro de Administraciones Públicas. Rato manda más que Rajoy y trata de que se note, pero Rajoy es más astuto que Rato aunque trate de disimularlo. Se interesan por la vida interna en el Partido Socialista y por el futuro inmediato. Me preguntan por las posibilidades de liderazgo de Felipe González. Le hablo a Rato de la improcedencia de nombrar a García Cobacho como presidente de Minas de Almadén. Le hago ver que es un hombre de escasa capacidad y de mucha irritabilidad que puede llevar a las minas al cierre. Me escucha con atención pero comprendo que no desea modificar lo que ya se ha anunciado en la prensa. Cobacho es el único castellano-manchego con el que no me hablo[45].

El objeto de la comida era hablar de la financiación autonómica: discutimos mucho acerca del establecimiento de topes mínimos y máximos a la recaudación fiscal. Rato se niega a que haya topes máximos porque «es imposible diferenciar aquello que sería exceso de recaudación por mayor eficacia de lo que pudiera proceder del incremento de la base imponible o del aumento de las tarifas». Admito que existe esa dificultad pero se pueden hacer estimaciones. Mantengo que la no existencia de topes máximos nos lleva a una España insolidaria y desvertebrada en la que el que más impuestos paga parece tener más derecho al bienestar. También les hago ver la necesidad de incrementar el Fondo de Compensación Interterritorial y de que desarrollen el artículo 15 de la LOFCA para garantizar una nivelación de servicios mínimos a todos los españoles. El trato es amable y hasta exquisito pero el desacuerdo de fondo es grande. El PP está prisionero de su pacto con Pujol.

Llamo a Aznar. Le propongo que reúna a todos los presidentes autonómicos para hablar de financiación. Me dice que no lo hizo González y que él tampoco lo va a hacer.

Miércoles, 25 de septiembre

Con Alejandro Sanz y la pequeña Lorena

Aznar anunció ayer que Anchuras no será un campo de tiro. Me produce alegría de una parte y tristeza de otra. La tristeza procede de pensar en la inutilidad de los sufrimientos causados por este asunto, especialmente a los socialistas de esa localidad que han padecido el acoso y el insulto de los más radicales. Recuerdo, especialmente, a Orencio García y Alfredo Fernández, a quienes se insultó y maltrató por ser concejales socialistas de Anchuras cuando se anunció la instalación del campo de tiro. Lo más lamentable es que Felipe González todavía sigue afirmando que el ejército necesita un campo de tiro.

El cantante Alejandro Sanz y su padre, Jesús, acompañados por el doctor Carlos Vázquez, vienen a comer a casa en Toledo. Alejandro tiene 27 años. Se muestra favorable a las posiciones ideológicas progresistas. Después de comer salimos en coche hacia Albacete para visitar a Lorena, una niña tetrapléjica que conocí hace unos días en el hospital y me dijo que su mayor ilusión era ver a Alejandro. Llamé a Alejandro y se hace realidad el deseo. Me encuentro muy satisfecho y Lorena emocionada al máximo. Este gesto de Alejandro Sanz es buena muestra de su valiosa personalidad.

Miércoles, 2 de octubre

Policías nacionales abuchean a Aznar en Toledo

El viernes me entrevistó en la COPE Antonio Herrero y mantuve que, lógicamente, no es lo mismo el GAL que ETA y que aunque todas las muertes me producen tristeza y rechazo no es lo mismo la muerte de un niño cuando estalla una bomba de ETA que la muerte de un terrorista a quien mata la bomba que iba a poner para acabar con el niño. No me duele lo mismo la muerte de un inocente que la de un culpable. Me llama Pepe Barrionuevo para decirme: «Magistral e insuperable».

Hoy es el día de los santos Ángeles Custodios, patronos de la policía nacional. El Gobierno de Aznar ha decidido celebrar esta festividad en Toledo y desde primera hora de la mañana el Ayuntamiento ha cortado el tráfico en la zona de La Vega lo que está provocando un considerable atasco de automóviles en toda la ciudad. La gente está enfadada. El espectacular despliegue de policía y las molestias a los ciudadanos nunca han llegado al nivel de hoy, pese a que Toledo ha sido visitada por jefes de Estado y de Gobierno extranjeros.

En la Puerta de Bisagra recibimos a Aznar. El atasco es monumental. Exhibición de altos cargos del PP: presidentes de diputaciones, diputados provinciales y autonómicos, alcaldes, concejales… No falta nadie en esta feria de vanidades. Al llegar Aznar se oye una importante pitada de policías que protestan por sus condiciones laborales. Un ertzaina vasco o un mozo de escuadra catalán cobran sesenta mil pesetas más al mes que un policía nacional. No puedo evitar que la pitada al presidente no me incomode, pero, lógicamente, disimulo. Para ser exacto, me molesta que Aznar esté incómodo a nivel personal, pero políticamente no tengo el mismo sentimiento. La animadversión política hacia este hombre quizá me impida verle cualidades sobresalientes. Lo reconozco.

El desorden en el acto es considerable; llegan a darle la palabra al ministro del Interior, que renuncia a ella, y el presentador tiene que rectificar. El micrófono que pasan a Aznar se cae y todo tiene un signo de improvisación que me divierte. Al acabar el acto voy en coche con Aznar hasta la comisaría de policía. En el vehículo le recrimino que hurguen en la herida del GAL de manera tan desconsiderada como está haciendo Álvarez-Cascos. Me contesta que «vosotros tenéis que asumir políticamente el GAL, y no se pueden dejar sin contestar vuestras críticas al Gobierno por el asunto de la monarquía». Se refiere a las manifestaciones hechas por Felipe González en el sentido de que la monarquía no tuvo problemas mientras gobernamos los socialistas. Esta respuesta de Aznar muestra cierto complejo respecto de su antecesor.

Cuando llego a casa y cuento la pitada al presidente, mi hija Amelia se enfada y dice que «deberías haber defendido a Aznar, es el presidente de España». Le hago ver que yo no podía hacer otra cosa, aunque en las palabras de mi hija hay un cierto reproche moral a mi complacencia política con la pitada al presidente. Buena hija y buena persona.

Vuelo a Palma de Mallorca. Me ha invitado el Club Última Hora, que es una fundación del diario del mismo nombre, propiedad de la familia Serra. Nos hospedamos en el hotel Victoria, donde nos recibe el ex dirigente de la CEOE, José Antonio Segurado, que es el presidente del club. Segurado ha perdido a dos hijos a consecuencia de la droga. Se rehabilitaron totalmente pero, desgraciadamente, contrajeron el sida y entonces no había solución alguna para esta enfermedad. «Me he refugiado en Palma para rehacer un poco mi vida», me dice. En relación con el GAL comenta que hay que decir la verdad porque la mentira siempre trae malas consecuencias y, además, acaba descubriéndose. Sobre Mario Conde afirma que «era tan brillante que concitó una gran coalición en su contra, alimentada por sus errores, que no fueron pocos ni leves».

Voy a ver a los jubilados de Castilla-La Mancha que están pasando unos días en Can Pastilla. Se trata de la primera expedición de jubilados, dentro del programa de turismo social, que han volado en avión. Proceden de Infantes, Guadalmez, Casas de Fernando Alonso, Fuentenovilla, Pozo de Almoguera y Talavera. Me impresiona la vitalidad que manifiestan a sus años. Estoy muy satisfecho de haber seguido promoviendo las campañas de turismo social pese al disgusto que ello produce al PP.

Jueves, 3 de octubre

Pagar más impuestos no debe dar más derechos

Almuerzo con Félix Pons y con el secretario general del partido en las Baleares, Francesc Triay. Me acompañan Emiliano García-Page y Tomás Mañas, secretario general de Presidencia.

Veo a los isleños con pocas ganas de luchar y con menos esperanzas de vencer. La derecha está bien asentada en Baleares y, según Félix Pons, tienen organizada una verdadera mafia que resulta difícilmente combatible. Es sorprendente cómo la sociedad balear acepta las irregularidades de quien fue su presidente, Gabriel Cañellas. Nuestro partido no está en condiciones de ganar a un entramado de intereses tan bien articulado y, además, añade Pons, «el único mallorquín capaz de comer trescientos arroces al año por los distintos pueblos de la región ha sido Cañellas».

Pronuncio una conferencia en el teatro municipal. Asisten Jaume Matas, Félix Pons, Triay, el alcalde de Palma, la delegada del Gobierno, el rector de la universidad, el presidente del Parlament Balear, la presidenta del Consell, el dueño del Grupo Serra. Me muestro contrario a que se hagan balances fiscales territorializados dentro de la nación española porque eso nos llevaría a que cualquiera tenga el precedente de poder hacer esos mismos balances a nivel de pueblo, de provincia, de familia o de individuo. Pagar más impuestos no debe dar más derechos a los ciudadanos.

Lunes, 7 al sábado, 12 de octubre

El nuevo sistema de financiación trocea la riqueza de España

Comisión Ejecutiva Federal, el lunes 7. Almunia hace una detallada exposición acerca de los Presupuestos del Estado para 1997. Critica «la centrifugación del déficit a través de una “contabilidad creativa” que, por ejemplo, lleva la deuda del Estado generada por las empresas públicas a los balances de esas propias empresas sin que aparezcan en el presupuesto». Marugán opina que hay que tener cuidado con las críticas debido a que nosotros hicimos cosas similares a las que ahora queremos censurar. Ibarra se muestra favorable a nuevos tipos impositivos y dice que la renta de los españoles no baja sino que crece, poniendo por ejemplo, que «cada vez que se estrella un avión, por lejos que caiga, siempre hay algún español entre los pasajeros».

Felipe González cree que «habría que pensar en un impuesto que financie los gastos sin incrementar el déficit ya que la presión fiscal en relación con los servicios que prestamos es insostenible. Nuestra presión fiscal es la más baja de Europa».

Intervengo para decir que el problema más grave es poner en peligro la vertebración fiscal de España y, en consecuencia, la solidaridad entre los españoles. Afirmo que siempre será difícil conjugar la autonomía de las regiones con la solidaridad entre los españoles, pero que si renunciamos a conseguirlo dejaremos parte esencial de nuestras ideas en el camino. Creo que, lamentablemente, fue el PSOE quien comenzó a dar pasos en esa dirección con la cesión del 15 por ciento del IRPF, pero destaco que el nuevo sistema da un paso cualitativamente más grave al aceptar la capacidad normativa en el IRPF y al no poner topes máximos. El nuevo sistema trocea la riqueza nacional y favorece la tendencia de que cada región acomode su bienestar a su renta, lo cual es tanto como ir prescindiendo del Estado. Si aceptamos que el bienestar de cada territorio dependa de su riqueza o de los impuestos que recauda estamos haciendo añicos la solidaridad y, además, siempre puede aparecer alguien exhibiendo su mayor contribución impositiva para exigir mejores servicios públicos que el vecino. El marco para establecer la solidaridad y la igualdad de oportunidades es España y no cada una de los territorios que la integran.

El sábado, 12 de octubre, celebración de la Fiesta Nacional en el Palacio Real. Antes de comenzar el acto, el ex presidente Leopoldo Calvo-Sotelo me hace unas consideraciones que quieren estar envueltas en el afecto: «El PP todavía no es un partido necesario para España, pero el PSOE sí lo es y tú deberías trabajar para el entendimiento institucional».

Respecto a la presunta trama ilegal antiterrorista «aunque yo soy ingeniero y no abogado —precisa—, el artículo 102 de la Constitución[46] impide que Felipe González pueda ser indultado en una supuesta condena por el GAL. Yo creo que sería bueno que Felipe fuese llamado cuanto antes a la Sala, inculpado, y absuelto». Le hago ver el peligro que tiene que Felipe sea inculpado porque quizá los magistrados no lo absolverían. Calvo-Sotelo me responde: «De ninguna forma creo que esa posibilidad pueda darse».

Sábado, 26 de octubre

En Chile, testigo de la memoria del terror

En el aeropuerto de Río de Janeiro me saluda Guadalupe Ruiz-Giménez —hija del ex ministro— que viaja también a Chile invitada, como nosotros, por la subcomisión de Paz y Seguridad. En Santiago nos está esperando el embajador Nabor García, que muestra su incomodidad porque el Partido Popular ha decidido cesar a todos los embajadores de América Latina por el sólo hecho de que habían sido nombrados por el PSOE, él entre ellos.

Rememoro mi viaje de junio de 1976 a Chile cuando fuimos Juan Encinar y yo con la misión de denunciar los crímenes de la Junta Militar de Pinochet. Se me hacen presentes los miedos con los que tomé tierra en aquella ocasión. Fui a Chile integrando una Comisión Internacional de Juristas Demócratas. El miedo a viajar a una dictadura se veía atenuado porque en los días de mi estancia en Chile tenía lugar la reunión de la OEA y la presencia en aquel país de cancilleres y embajadores de toda América tendría, necesariamente, que refrenar a la Junta Militar. A medida que penetraba en el ambiente de Santiago percibía con claridad insultante que mis movimientos eran vigilados minuciosamente. Nos seguía la policía en la calle, en las entrevistas, en el hotel.

Con excepcionales medidas de seguridad y ayudado en muchos casos por algunos cancilleres de la OEA recibí ciento cincuenta testimonios escritos de torturas, en los que la persona interesada narraba las vejaciones a que fue sometida, y posteriormente firmaba la declaración. Las torturas más habituales revestían estas modalidades: electricidad en órganos genitales y encías; obligar a ingerir los propios excrementos; arrancar los dientes con alicates; inyectar aire en los pechos; lanzamiento desde helicópteros; destrozo de vaginas mediante bayonetas; asfixia mediante bolsas de plástico colocadas en la cabeza; violación de mujeres por perros adiestrados… Dentro de todo aquel mundo de detenidos y torturas había una situación de especial alarma: el elevado número de personas, que sencillamente, desaparecían. Nunca se pudo saber su paradero hasta que aparecían condenados por un consejo de guerra o como, desgraciadamente, ocurría en algunos casos, aparecían sus cuerpos sin vida.

En aquel viaje, fui recibido por el presidente de la Corte Suprema, José María Eyzaguirre, con el que hablé junto a otros dos compañeros letrados europeos durante más de una hora y media. Nos manifestó que Pinochet le había dicho textualmente: «Todos los desaparecidos han sido detenidos». Desde Chile mandé una tarjeta postal que la DINA —la temida policía política de la dictadura— interceptó y me llevó al hotel Crillón con la orden de salir de Chile en 24 horas. La tarjeta iba dirigida a una amiga de Madrid y en ella transcribía los versos que Miguel Hernández escribiera en tiempos en que la situación española era muy similar a la actual en Chile: «Será la tierra un denso corazón desolado / Si vosotros naciones, hombres, mundos / Con mi pueblo del todo / Y el vuestro encina del costado / No quebráis los colmillos iracundos». «Lo único que vamos a quebrar son tus huesos si no sales de Chile inmediatamente», me dice uno de los facinerosos policías mientras lee y rompe la tarjeta postal. Juan Encinar, que me acompañaba, se puso materialmente a temblar y repetía: «Pepe, por favor, por favor, Pepe». Lograron meternos el miedo en el cuerpo. Me subieron al primer vuelo que salió de Chile y siempre agradeceré la compañía hasta la escalerilla del avión del embajador venezolano ante la OEA, creo que se trataba del señor Canache Mata. Llegué a Lima y descansé. A Juan Encinar no le dejaron viajar conmigo y lo mandaron a Buenos Aires donde la policía de Videla le detuvo y molestó durante dos o tres días.

Hoy, transcurridos más de veinte años de aquel viaje, dedico el sábado a visitar los cerros de San Cristóbal y de Santa Clara donde Pedro de Valdivia puso la primera piedra de esta ciudad. En el monumento a Pedro de Valdivia leo los nombres de Juan de Bolaños y de algún otro castellano-manchego que acompañó al conquistador en aquella odisea. Visitamos un barrio obrero.

Chile no se parece a otros países de América Latina. Su nivel de vida es espectacularmente más alto y los chilenos tienen una compostura vital distinta a otros habitantes de América Central o del Sur.

El domingo visito la casa de Pablo Neruda en Isla Negra. Me impresiona el magnífico lugar y la sencillez de la construcción.

Lunes, 28 de octubre

La transición chilena y Jesús de Polanco

Comida en el restaurante Mandíbulas con Luis Maira, que fue ministro de Planificación durante el mandato del presidente Patricio Aylwin; el senador Carlos Ominami, de la embajada de Chile en Buenos Aires, y Carlos Contreras. Hablamos de la transición política en Chile y de cómo han tenido que inventar un instrumento, la Concertación, entre la Democracia Cristiana y el Partido Socialista para poder llevar adelante la transición desde la dictadura. Ominami dice que «hay instrumentos, como los Stradivarius, que duran siglos y la Concertación durará porque la necesitamos».

Acudimos a la recepción que ofrece Jesús de Polanco en la sede chilena de su Editorial Santillana. Polanco está rodeado de obsequiosos colaboradores, y muy consciente de su enorme poder, al frente del grupo Prisa. Vuelve a decirme que Aznar es «el típico chuleta del barrio de Salamanca, que no sabe comprender mis relaciones con González. Aznar cree que yo soy un subordinado de Felipe y no comprende que seamos sinceramente amigos».

Martes, 29 de octubre

La viuda de Allende rememora sus últimas horas

El embajador de España ofrece un almuerzo. Entre los comensales, el ministro de Hacienda de Chile, Guadalupe Ruiz-Giménez, Polanco, Cebrián, Robles Piquer y Jacinto Díaz, gerente de la Compañía Telefónica chilena, que es natural de Noblejas. Carlos Robles Piquer valora mi trabajo en los pueblos y dice que en la dirección del PP se ha comentado en ocasiones «el mérito de Bono, similar al de Fraga, de estar muy cercanos a la realidad». Robles, cuñado del presidente gallego, es partidario de que el PP y el PSOE se entiendan para no tener que depender de los nacionalistas. Me comenta que Jesús de Polanco comenzó trabajando a sus órdenes, como redactor de la sección de religión en un boletín que publicaba en los años cuarenta el Instituto de Cultura Hispánica.

En otro orden, Robles Piquer me dice que el 23 de febrero, como secretario de Estado de Exteriores, llamó al Rey para decirle que en la Zarzuela se debía constituir una comisión de altos funcionarios (subsecretarios y secretarios de Estado) a fin de que no diera la impresión de que todo el poder estaba en manos militares. Me comenta que su hijo estuvo antes en el PSOE y ahora está en el PP como responsable de política internacional.

Polanco se queja del tratamiento que ha recibido en materia de retransmisión de partidos de fútbol y dice que Antonio Asensio, el dueño de Zeta, es «más listo y más pillo que yo». El consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, afirma que «Guerra siempre se ha comportado como un enemigo visceral de El País y hasta que no se fue de la vicepresidencia del Gobierno el Estado no nos vendió el 25 por ciento que poseía de la SER, pese a que nosotros éramos los dueños del 75 por ciento restante». Y respecto al ex presidente, Cebrián cree que «Felipe González es un Piscis con doble personalidad, que no suele reconocer sus errores».

Desde la embajada, junto con Valentín Antón, ex secretario general de UGT en Cataluña y ahora agregado laboral en Chile, vamos al cementerio general de Santiago de Chile donde nos está esperando doña Hortensia Bussi, la viuda de Allende con su hija mayor, Carmen. Al rato llega su otra hija, Isabel Allende. Hortensia Bussi la Tencha, como la llaman todos, tiene más de 80 años. Paseamos hasta la tumba de Salvador Allende y se sorprende de que le pueda repetir de memoria las últimas palabras del presidente en la Moneda: «También me sorprendió que Felipe González las recordase en su reciente visita al cementerio —me dice—. El día del golpe, me llevaron en un avión militar hasta Valparaíso donde enterraron a Salvador. No me dejaron abrir el ataúd y levanté la parte de la portezuela móvil que llevan algunas cajas mortuorias y a través del cristal observé un paño blanco que impedía ver la cara de quien estuviese dentro. Quise romper el cristal con la mano pero me sujetaron. Por esta razón, cuando hubo un Gobierno democrático, mandé hacer la autopsia para estar segura de que a quien habían enterrado era a mi marido. Siempre tuve un gran interés en trasladar los restos de Salvador Allende desde la tumba anónima de Valparaíso hasta el cementerio de Santiago». Me regala un álbum de fotos que recoge la ceremonia de traslado.

La Tencha habla del «proceso de desideologización y de la autocontención que vive el pueblo chileno. Mis compatriotas quieren mirar hacia delante y en ningún caso desean volver a los horrores de la dictadura y quizá por esto aceptan ciertas tutelas de los militares».

Deposito unas flores rojas y blancas en la tumba de Allende. Allí también está enterrada Beatriz Allende, hija del presidente, que fue su secretaria en la Moneda. Se casó con un cubano y se suicidó en Cuba en 1976.

Me despido de la Tencha con gran sentimiento y observo en ella sincero agradecimiento. Le doy la mano y es ella la que me abraza y me besa: «Tendrás mi gratitud mientras viva por tu colaboración con los demócratas chilenos en la lucha contra la dictadura».

Desde el cementerio voy con Isabel a la Fundación Salvador Allende donde quieren instalar todas las obras de arte que recibieron de España y del mundo en solidaridad con los represaliados por la dictadura de Pinochet. Me cuenta cómo «los militares expoliaron y robaron los objetos personales que mi padre tenía en la residencia oficial de la calle Tomás Moro. Estoy trabajando para recuperar parte de ese patrimonio y he conseguido que me devuelvan determinadas cabezas de barro antiguas que se encontraron en la sede del Ministerio de Sanidad así como ocho mil dólares que se llevaron de la caja fuerte de mi padre el día del golpe. Estoy decidida a pedir que una Ley establezca una indemnización por el expolio sufrido. La indignidad de los militares llegó hasta el extremo de bombardear la residencia de la calle Tomás Moro donde estaba mi madre. La Tencha logró salir entre las bombas y esconderse en casa de un amigo».

Miércoles, 30 de octubre

La tragedia chilena, contada por Isabel Allende y Luis Corvalán

Llego a casa de Isabel Allende, antigua residencia familiar del presidente. Vivienda unifamiliar y adosada, sencilla, con dos alturas, muebles con categoría propios de clase media pero sin ningún vestigio que denote lujo. Hay un jardín detrás de la casa y un perro bóxer que ladra continuamente.

Isabel me narra, con todo detalle, cómo vivió la jornada y días posteriores al golpe de estado de 1973: «Ésta era la casa de mis padres. El 11 de septiembre de 1973 salí de La Moneda acompañada de mi hermana Beatriz, que estaba embarazada. Mi padre no nos dejó que continuásemos con él en el palacio de la Moneda. Un coche que pasaba cerca nos recogió, en autoestop, y cuando llevábamos varias cuadras recorridas, los militares nos dieron el alto. Pidieron la documentación al conductor; a nosotras no nos reconocieron, hicimos bien patente el embarazo de Beatriz para que se impresionaran los militares y nos dejaran seguir. El control militar del que escapamos fue cerca del cerro Santa Lucía y las dos queríamos dar la sensación de ser secretarias asustadas que huían del bombardeo de la Moneda.

»Sin saber exactamente adónde nos dirigíamos y con la sola referencia de que en determinada calle vivía una funcionaria que podía acogernos, buscamos dos casas blancas, juntas y bajas, y dimos con la dirección que buscábamos. Desde esta casa llamé al embajador de Méjico; éste con un coche grande y con un gran letrero que ponía “Embajador” y provisto de un documento en el que las autoridades militares le autorizaban a recoger “a la hija de Allende con sus hijos menores”, se presentó en el domicilio donde estaba yo y desde allí fuimos a la embajada, pasando siete controles de las fuerzas armadas a los que el embajador exhibía la mencionada autorización con tono displicente y tratando de aparentar serenidad y superioridad.

»Sobre las tres de la tarde me enteré de la muerte de mi padre. Contactamos con la embajada cubana donde se encontraba mi cuñado, el marido de Beatriz, y éste nos dijo que no fuésemos a Valparaíso al entierro de mi padre porque podría resultar fatal. Este pronóstico se basaba en que el embajador de Cuba había sido tiroteado en su propia sede y tuvo que regresar inmediatamente al edificio porque a través de la verja fue atacado por elementos militares. Nuestra ausencia en el entierro produjo malestar a la Tencha hasta que fue informada por mí de la imposibilidad de acudir. La Tencha, que tiene un carácter fuerte, no comprendía nuestra ausencia —sigue recordando la hija de Allende— y asistió al entierro con dos sobrinos de mi padre porque nosotras decidimos no embarcar en el avión militar que nos habían ofrecido.

»Una vez instaladas en la embajada de Méjico decidimos ir, junto con el embajador, a por mi madre que estaba en casa de un alto funcionario donde había sido llevada por un conductor de La Moneda desde la casa presidencial de Tomás Moro. En un primer momento, la Tencha se negaba a ir a la embajada y la convencen diciéndole que va en calidad de invitada y no como exiliada, ya que ella se negaba a abandonar el país. Una vez allí la convencen también de la necesidad de salir y con doce coches militares de vigilancia y el detalle cortés y humanitario de varios embajadores como el de Venezuela y la India que nos acompañaron hasta el aeropuerto, tomamos un avión fletado por el presidente mejicano, Luis Echeverría, para volar hacia Méjico. El avión hizo escala en Antofagasta y no nos dejaron ni subir las cortinas de las ventanillas. Al llegar a Méjico era fiesta nacional y, recibieron a La Tencha como si de un jefe de Estado se tratara. Echeverría, con su Gobierno en pleno y alineados en posición de revista, recibió a mi madre, vestida de amarillo porque no tenía otra ropa que ponerse. Igualmente —concluye Isabel— en Panamá se acercó al avión la hermana del general Omar Torrijos a “cumplimentar a la Tencha y familia”».

Pasamos a desayunar. Desde la mesa del comedor observo una foto de Salvador Allende en la que reconozco alguno de los objetos que estoy viendo realmente en la propia casa. Isabel nos muestra una imagen muy sugestiva en la que se aparece una multitud escuchando un mitin de Allende y en el que las expresiones de los rostros denotan alegría, satisfacción. Isabel comenta que «éstos eran los sentimientos que generaba mi padre. Mira esta otra foto de mi padre montado a caballo y entregando una yegua a mi hijo; este animal se lo regalaron con motivo de su nombramiento como presidente y él la envió a la Escuela Militar para que la cuidaran. La yegua tuvo potros y a raíz del golpe militar incautaron la yegua, los potros y la montura que mi padre había regalado a su nieto. Mi madre era muy aficionada a los álbumes de fotos pero los militares también se los arrebataron».

La hija de Allende reconoce que «el golpe militar fue la crónica de un hecho esperado, pero nunca creímos que el ejército en bloque se uniría a los golpistas; más bien pensábamos que el ejercito se dividiría y que la mayor parte de los militares apoyarían al Gobierno de Unidad Popular con lo cual se podrían llevar a cabo las reformas que pretendía Allende».

Le pregunto acerca de la relación personal de Pinochet con su padre: «El general fue en varias ocasiones a la casa de Tomás Moro y allí hacía disquisiciones acerca de los militares que serían leales y los que serían rebeldes en caso de una intentona golpista». Recuerda que «Pinochet fue nombrado comandante en jefe en agosto de 1973, después de que dimitiera el general Carlos Prats tras una manifestación de mujeres que le acusaban de cobarde por no plantar cara ante Allende. Nunca más me he vuelto a encontrar con Pinochet, y, por supuesto, lo he evitado. Creo que no tengo obligación de saludarle». Este comentario me parece muy generoso hacia Pinochet.

Isabel Allende se refiere a los comunistas con respeto pero con distancia: «En la época de la Unidad Popular se les llamaba los rabanitos porque eran rojos por fuera y amarillos por dentro». Respecto al cardenal Silva Henríquez, que todavía vive, nos comenta que tenía una excelente relación con su padre y que ambos gozaban de un gran sentido del humor: «El cardenal aceptó que Fidel Castro le regalara las obras de José Martí y él le correspondió con un ejemplar de la Biblia». También nos comenta que Allende dijo al cardenal que no tenía la más mínima intención de molestar a la Iglesia y que «no la tocaría ni con un pétalo de rosa».

La hija del presidente Allende nos explica que el complejo presidencial Tomás Moro es hoy una residencia para la tercera edad y que la primera vez que ella entró en La Moneda, después del golpe, fue el día de la toma de posesión de Patricio Aylwin como presidente: «Mi madre y yo recibimos siempre un trato deferente y exquisito por parte de Aylwin. El actual presidente, el democristiano Eduardo Frei, es mucho más distante; quizá don Patricio nos trataba así no sólo por la dimensión institucional sino porque quizá tuviera algún complejo por lo mucho que se opuso a Allende».

Vamos al Ministerio de Relaciones Exteriores, que es la antigua sede del Congreso Nacional y que actualmente acoge las sesiones de la Comisión de Paz a la que he sido invitado. Antes de comenzar mi intervención hablo para la COPE. Cuando califico a Pinochet de asesino y torturador, los ojos de algunos funcionarios parecen dar vueltas sobre su propio eje. No creo que sea aventurado decir que la actual democracia chilena tiene algunas servidumbres de las que es claramente beneficiario el estamento militar con Pinochet a la cabeza.

Me traslado al edificio de la Compañía Telefónica Chilena, el más alto de Chile, que está participada en un 46 por ciento por Telefónica de España. Comida en el último piso con el ex presidente Patricio Aylwin; Álvaro Erick Schnake, ex parlamentario socialista; Jacinto Díaz, gerente de la Compañía Telefónica; Ricardo Claro, que es probablemente el empresario más importante de Chile, y varios dirigentes políticos. Durante el almuerzo hablamos del sistema electoral binominal que rige en Chile y que fue importado por Pinochet de Polonia. Este mecanismo premia a la segunda fuerza política y desprecia a la tercera. Todos hablan mal del mismo, pero, a la vez, ninguno deja de beneficiarse del sistema.

Ricardo Claro nos invita a visitar unas viñas que tiene cercanas a Santiago, en las que se producen treinta y cinco millones de botellas, hay mil hectáreas de cepas y ocupa a unos ochocientos hombres. Vamos en coche hasta Viña Santa Rita y quedamos sorprendidos de la belleza del lugar. Además de la viña espectacular que se riega con aguas del río Maipo existe una residencia que fue de la familia española Huidobro y que han acondicionado como hotel de alto nivel.

Comentamos el arresto de la presidenta del Partido Comunista, Gladys Marín, que ha sido detenida por injurias a Pinochet. Al parecer no hizo sino recordar los crímenes y las torturas que en su época se cometieron. Llamo a «información telefónica» y me sorprende a mí mismo preguntar por el teléfono del Partido Comunista Chileno, porque sin duda tengo interiorizado el miedo de mi expulsión del país en 1976 y las amenazas de la DINA. Me dan el número del teléfono y hablo con el responsable de política internacional al que muestro mi solidaridad por la detención. Le pido el número de teléfono de Luis Corvalán y hablo con él. Corvalán se muestra muy agradecido por mi llamada y nos invita a tomar una copa en su casa. Veo que tiene gran interés. Vamos a su casa, en el barrio de San Bernardo; es una casa sencilla y humilde que está bastante revuelta y en la que tiene un despacho de trabajo con todas las obras de Lenin en perfecto orden y un moderno ordenador en el que está escribiendo sus memorias. Corvalán es periodista; fue secretario general del Partido Comunista y senador en la época de la Unidad Popular. Tiene ochenta años. En mi viaje de 1976 fui a visitarlo a Tres Álamos con su esposa Lili. Visité entonces la casa de Corvalán y me sorprendió que hubiese una estatuilla de Lenin por la que ahora pregunto y me comenta que todo fue expoliado. Sin embargo veo otra estatua de Lenin en la casa. Está claro que la devoción a Lenin en esta familia está a prueba de cárcel y exilio.

A Luis Corvalán le sacaron de Chile mediante un canje por un disidente soviético. Pasó en la URSS catorce años y volvió a Chile tras haberse hecho una operación de cirugía estética para no ser reconocido. Ahora nos confiesa que está amargado por el «ex exilio». Sus hijas no encuentran trabajo adecuado a sus conocimientos superiores ya que hicieron carrera, una como coreógrafa y la otra como periodista en la URSS.

Lunes, 4 y martes, 5 de noviembre

Felipe exculpado por el Tribunal Supremo

Comida con Benegas y los periodistas Diego Armario y Javier González Ferrari. El almuerzo tiene lugar a petición de Ferrari, que quiere mantener mejores relaciones con el Partido Socialista. Hablamos del libro En el laberinto, de Fernando López Agudín, que había sido asesor de Belloch en Interior y que ha motivado un artículo del ex ministro en El Periódico de Cataluña en el que llama «rata» a Anasagasti.

Por la noche, el Supremo anuncia que no va a llamar a declarar ni a Felipe González, ni a Narcís Serra, ni a José María Benegas como imputados en el caso GAL. Ha tenido lugar una votación en la que se registran cuatro votos contrarios. Llamo a Felipe González para felicitarle por la decisión del Supremo y dice encontrarse muy tranquilo, y que cuando ha conocido la noticia estaba leyendo y no se ha inmutado. Me dice que asista más a las sesiones de la Ejecutiva ya que «no vas ni borracho». Le replico que «sí voy, lo que ocurre es que no coincidimos. Tú vas poco y yo no estoy mucho tiempo. Me aburro». Termina: «Gracias por llamar. Mañana tengo una comida con Trillo, y Almunia me ha dicho que tenga cuidado por si me envenena».

Andrés Ollero, portavoz del PP en la Comisión de Justicia, dice en relación con la exculpación de Felipe González que «no fue un día feliz para la justicia española» y afirma que «Felipe se equivoca si cree que su responsabilidad política está salvada». Vamos, que piensan seguir. ¡Cómo se les nota que sólo disfrutan con nuestros males! El odio acumulado en el corazón de algunos personajes es tan evidente que me hace imaginar de lo que serían capaces en situaciones políticas límite. Mejor no expresarlo. Ahí está la historia para dar cuenta de sus consecuencias más dramáticas.

Sábado, 9 de noviembre

Lágrimas en el homenaje a las Brigadas Internacionales

Homenaje organizado por la universidad y la izquierda albaceteña a las Brigadas Internacionales. Abundan las banderas republicanas y algunos estandartes de los que pasearon por las calles españolas hace sesenta años. No se percibe sensación alguna de enfrentamiento; por el contrario, hay ambiente de afecto de estos hombres hacia España.

Lleno a rebosar en el aula magna. Asisten unos trescientos cincuenta brigadistas y les acompañan dirigentes socialistas y de IU. Entre los presentes, el senador Alarcón, del PP. Los aplausos de los brigadistas al dirigente de la derecha son el contrapunto a la falta de cortesía que tanto el presidente del Congreso de los Diputados, Federico Trillo, como Aznar han tenido al no recibirles. El Rey tampoco les ha recibido. Especialmente llamativa es la intervención de Adelina Kondratieva que viene de Rusia y que utiliza un verbo florido muy similar al de Radio Moscú. Luego supe que ella era una de las que hablaba habitualmente en Radio Pirenaica.

Mi discurso tiene muchas referencias a un artículo de Antonio Muñoz Molina con el que estoy plenamente de acuerdo:

«Ahora que nadie quiere ser español, a estos hombres les emociona que les entreguen pasaportes españoles. Ahora que un país entero parece resuelto a desbaratarse en la demencia de los balcanismos comarcales, ellos recuerdan que hubo un tiempo en que no existían fronteras para quienes amaban la libertad, de modo que la mejor manera de defender los intereses de un trabajador inglés o canadiense o cubano era batirse por la democracia española. Me acuerdo estos días de alguien a quien sí habría alegrado la llegada de los brigadistas. Hará un año por ahora, escribí un artículo sobre ellos y sobre la nacionalidad del infortunio que ha agrupado durante siglos a los judíos y herejes y a los desterrados de la intolerancia española. Recibí poco después una carta de un hombre eminente a quien yo no conocía, pero que me invitaba con generosidad y afecto a encontrarnos alguna vez para hablar de esas cosas, de los brigadistas internacionales y de los sefardíes, de los infortunios españoles de la libertad. Era Francisco Tomás y Valiente y la cita nunca tuvo lugar. Un pistolero etarra lo mató poco después de un tiro en la cara. Hay ciudadanos, dirigentes políticos, sacerdotes, incluso bondadosos obispos, dispuestos a acoger en su patriotismo tribal a ese verdugo impune. Ya da asco tanto orgullo cerril de ser de donde se es, tanta obsesión racista por la genealogía y el origen. Mi compatriota ahora es Francisco Tomás y Valiente, a quien nunca llegué a conocer. Él y los trescientos cincuenta españoles, brigadistas voluntarios, a los que ninguna alta autoridad de su nuevo país tiene tiempo de recibir estos días».

Acabo así mis palabras ante los brigadistas: «Quiero terminar contando algo que hice y por lo que recibí críticas. Hace ahora un año busqué tiempo en mi agenda para ir a Roma a rendir homenaje a un hombre que no luchó a vuestro lado. Se trata de un sacerdote que no estuvo en ninguna trinchera. La ferocidad de la guerra hizo que le fusilaran en 1936. Era un hombre sin duda bondadoso, y antes de morir se acercó a quien mandaba el piquete de ejecución y quitándose un reloj que le habían regalado en Méjico por unas predicaciones, se lo entregó. Como premonición de lo que Azaña expresaría meses después, le dijo: “Tome mi reloj para que vea que yo no le odio y le perdono” [me interrumpen los aplausos de los brigadistas].

»¡Paz, piedad y perdón! Esta España comprensiva y generosa que aplaude, como vosotros acabáis de hacer, la memoria de aquel sacerdote, es la misma que sabe recibir a los brigadistas y a la que me siento orgulloso de pertenecer».

Mata, el secretario general de CC. OO,… suelta unas lágrimas. Al acabar el acto inauguramos un monumento a las Brigadas que ha diseñado Diego Peris. Especialmente, me llama la atención una foto que traen desde Mahora en la que aparece un brigadista con veinte años y que ha sido reconocido entre los octogenarios presentes. Justa y legítima emoción.

Lunes, 11 de noviembre

Felipe: «No se puede bombardear todo un pueblo porque Gadafi sea un hijo de puta»

Comisión Ejecutiva Federal. Felipe cree que los estadounidenses se fían más de España que de Grecia y de Italia y que éste es un mérito de nuestro Gobierno. Confirma que los norteamericanos utilizaron nuestras bases para apoyo logístico en sus operaciones sobre Irak y sobre Somalia y nos explica cómo se negó a que se utilizaran las bases españolas para el bombardeo de Libia. Cuenta con bastante detalle que un enviado del presidente norteamericano vino a pedir permiso para ello y Felipe se negó diciendo que «no se puede bombardear todo un pueblo porque Gadafi sea un hijo de puta. No fiándome del interlocutor, envié una carta al presidente de Estados Unidos, diciéndole que ni estaba de acuerdo con el bombardeo ni tampoco podía conceder autorización para utilizar las bases españolas. Esta carta sirvió para que la posición de España no quedara en entredicho ya que este interlocutor se dedicó a contar en público sus conversaciones con los líderes europeos y poner en ridículo a italianos y franceses. Mi carta evitó esa situación embarazosa».

En relación al viaje que ha hecho Aznar al País Vasco, comenta Felipe que «fue al árbol de Guernica con la misma unción con la que Franco se hacía acompañar del manto de la Virgen del Pilar. El principal peligro para la cohesión del Estado es el nacionalismo y corresponde al Gobierno frenar la fuerza centrífuga que el nacionalismo supone».

Por la tarde, llamo a Felipe González para decirle que me parece oportuno ofrecerle al Partido Popular la apertura de un proceso de negociación en materia de financiación y decirles que si por esta causa pierden el apoyo de CiU, nosotros podríamos ofrecerles ayuda para la gobernabilidad. Felipe se muestra conforme en que haga la oferta pero «dilo de modo que los nacionalistas no se sientan excluidos y aclara que nuestro apoyo sólo sería en el caso de que se pusiera en peligro la gobernabilidad de España».

Martes, 12 de noviembre

Ofrezco un pacto con el PP

Reunión de la Comisión de Autonomías del Senado. El ministro Rajoy comienza la sesión con una lectura desganada de su discurso. Intervengo y me replica el ministro en tono burlesco y descalificatorio. No paso por alto ninguna de sus observaciones. Le respondo con dureza. No es el mejor momento para hablar de entendimiento, pero hago la oferta que ayer concreté con Felipe.

Rodríguez Ibarra critica el ofrecimiento de colaboración al PP diciendo que no había sido tratado en la Ejecutiva. Hablo con Felipe González dándole cuenta de mi propuesta y le pido que la ratifique. A los pocos minutos los teletipos dan noticia de que Felipe González «conocía y apoyaba» mi posición. Todas las emisoras de radio y muchos periodistas tratan de interesarse por esta propuesta que ha llamado tanto la atención y que resulta bastante inesperada.

Gallardón hace alusiones en su intervención pública a la posibilidad de que algún día, él y yo nos enfrentemos electoralmente y termina diciendo que si le gano estará tranquilo porque sabrá que le ha ganado un hombre de principios. Con Alberto Ruiz-Gallardón mantengo una relación de confianza y de amistad que son poco frecuentes en política entre adversarios. Le tengo por hombre honrado y, desde luego, muy capacitado para el Gobierno de los asuntos públicos.

Domingo, 17 de noviembre

Aznar «hila una nadería con una simpleza» en Toledo

Al llegar José María Aznar a la plaza del Ayuntamiento de Toledo para clausurar el Foro Hispanoamericano con un almuerzo en el Ayuntamiento, es recibido con protestas por parte de activistas del 0,7 por ciento a favor de la cooperación internacional. Acabará asociando Toledo con las protestas, ya que durante su estancia anterior, el día de los patrones de la policía, también estuvo rodeada de gritos. Acordándome del reproche de mi hija Amelia por ser complaciente con la pitada al presidente el día de la policía, le muestro mi solidaridad y le pido disculpas por los que gritan. Me llevo un chasco porque casi no me habla, no me agradece el gesto y se limita a decir: «No me preocupan». Por lo que percibo, pareciera creer que los protestantes los he mandado yo.

Comemos en la misma mesa pero no cruzamos palabra. El senador demócrata por Florida se dedica a interrogar a Aznar sobre sus relaciones y sus últimos encuentros con Fidel Castro. Aznar no parece tener ganas de hablar y se muestra hosco y retraído; «hila una nadería con una simpleza», como dice mi vecino de mesa. Entre otras cosas, el presidente manifiesta, sin venir a cuento: «Hoy no voy a hablar de Cuba, no toca». Le traducen al inglés y Gregorio Marañón me comenta que «es muy duro tener que oír la misma simpleza en castellano y en inglés». La comida se celebra en un corralillo que han hecho en el Ayuntamiento. El menú, de Adolfo, es lo mejor del día. Anoche el presidente debió de dormir mal: mala cara y mal encare.

Miércoles, 20 de noviembre

Duquesa de Medinaceli: «Los socialistas sois mejores personas que los otros, hijo mío»

Ayer apareció mi carta abierta a Jordi Pujol en El País. Comenzaba diciéndole: «Querido president: Escribo para intentar convencerte de que conviene a los españoles y creo que a ti también, como presidente de Cataluña, que el Gobierno acepte ampliar el acuerdo sobre financiación autonómica. Me dirijo a ti porque creo que es el camino más eficaz de influir en el rumbo del Gobierno de España».

Llama Pujol. Está amable y me dice: «Soy tu mejor agente electoral… hablo bien de ti en cualquier ocasión. He sido malinterpretado cuando he hablado de “dividendos” en relación con la financiación autonómica». Quedamos en vernos en mi próxima visita a Barcelona para asistir al homenaje a Adolfo Suárez. Informo a Felipe González de mi conversación con Pujol y me dice: «En la permanente del lunes, Guerra estuvo especialmente impertinente no queriendo reconocer que tu oferta al PP había sido tratada en la Ejecutiva y yo te había dado mi conformidad. Le fastidia que hayas sido tú quien tenga el acierto de hacerla».

Teatro De Rojas. El Rey se retrasa unos veinte minutos, durante los cuales intento hablar con la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, a la que es difícil sacarle palabra. Cuando le pido que cree un Juzgado en Talavera ya que ésta es una petición muy sentida, comenta que «para mantener algunos juzgados lo que debes hacer es incrementar la población de Talavera y de la región». Le digo que yo hago lo que puedo por incrementarla pero que me han hecho la vasectomía y no voy a poder trabajar biológicamente para ese objetivo demográfico.

El acto de entrega de premios de la Fundación Toledo es tan protocolario como en otras ocasiones. Alberto de Elzaburu, marqués de la Esperanza, da los taconazos de rigor ante el Rey y ataca al PSOE. Por cierto, de este simpático aristócrata me contó Íñigo Cavero que «de joven, era un poco ingenuo pero tenía dinero. Un grupo de amiguetes lo llevamos al club Pasapoga para que nos pagara las copas y Alberto se encandiló con las tetas de algunas de las señoritas de vida alegre que había en el local. De pronto se levantó y con la ceremoniosidad que en él es habitual se dirigió hacia una de ellas y le dijo: “¿Me concede usted el siguiente baile, señora puta?”».

Pronuncio unas palabras que acabo, dirigiéndome al Rey: «He tenido ocasión de deciros que habéis hecho más por la monarquía que vuestros antepasados. Hoy al repetirlo en público creo que no falto a la verdad. En los países europeos la regla de convivencia política ha sido el respeto a las libertades. En España no ha sido la regla sino la excepción. Excepción que, en vuestro reinado, se ha transformado en norma y el Rey no es ajeno a ello. Reciba, Señor, mi felicitación por el cumpleaños y el agradecimiento de los castellano-manchegos por haber amparado la libertad de los españoles. Tampoco creo exagerado afirmar que estos últimos veintiún años se pueden calificar como los más fecundos de nuestra historia». El Rey me da una palmada en la espalda y me dice: «Gracias, Pepe, por las palabras que has dicho sobre mí y que es la pura verdad». Se refería a que había hecho por la monarquía más que todos sus antepasados juntos.

De este acto lo más significativo es la presencia de un grupo de monjas de clausura a las que se premia. Hago un discurso poniendo en valor el trabajo de las religiosas: «A diario somos noticia los políticos, los banqueros, y hasta los reyes, pero pocas veces se habla de las monjas y menos aún de las monjas contemplativas. En Castilla-La Mancha hay noventa y un conventos de religiosas contemplativas: ocho en Albacete, doce en Guadalajara, trece en Cuenca, dieciséis en Ciudad Real y cuarenta y dos en Toledo. Todos ellos agrupan unas mil cien mujeres que yo prefiero llamar contemplativas mejor que de clausura. Clausura sugiere encierro, apartamiento, distancia.

»Sin embargo, estas religiosas que no hacen ruido, que no suelen ser noticia, no están en un castillo medieval apartadas de las preocupaciones de sus semejantes. Son personas normales. No son mujeres de otro mundo, sino que están encarnadas en éste.

»Las monjas contemplativas son un contrapunto espiritual pero real —ahí están— a las prisas, a la velocidad, a la ligereza de nuestro entorno. Ellas tienen tiempo para dialogar sin límite, para hablar, para escuchar. No están en el convento para cumplir una norma rigurosa. Ése no es su fin, ésa no es su vocación o, mejor dicho, ésa no es toda su vocación. Cumplen con rigor la norma que aceptaron para estar más abiertas a los valores por los que merece la pena no sólo morir, sino, sobre todo, vivir.

»¿Para qué valen estas monjas?, se preguntan algunos. Tienen valor; son valiosas, entre otras cosas, porque son un recordatorio al mundo de que se puede vivir sin angustia, de que se puede mirar sin envidia, de que se puede crecer sin ansiedad, de que podemos liberarnos de muchas miserias que nos esclavizan. La presencia de estas monjas anuncia, avisa, informa a quien sabe y puede percibirlo el encuentro del hombre consigo mismo, sin el cual es imposible encontrar a nadie y mucho menos al que no puede ser nombrado, al “absolutamente otro”.

»No hacen ruido. ¿Habéis comprobado que la abadesa hasta cuando leía parecía que rezaba? No reciben honores. No buscan con sus acciones el aplauso de la opinión pública, porque probablemente no esperan ni la mejor justicia ni el mayor premio en esta tierra. Hoy es la excepción. Quienes estamos acostumbrados al ruido, quienes asocian el ruido al éxito quizá no hayan pensado que hace más ruido un solo árbol al caer talado que todo un bosque en crecimiento.

»Así son las monjas contemplativas, un bosque que crece en silencio. Por eso podemos decir como Francisco Luis Bernárdez que: “Después de todo he comprendido / que lo que el árbol tiene de florido / vive de lo que tiene sepultado”. La Fundación ha hecho muy bien premiando a las monjas. Premiar a estos conventos es premiar la mejor tarea de conservación. Habéis premiado al futuro. Las generaciones venideras no podrían disfrutar del rico patrimonio artístico si no fuera porque —como ha dicho una abadesa— “con una mano hemos sostenido el libro de las horas litúrgicas y con la otra hemos sujetado las paredes del convento para que no se nos cayeran encima”».

Don Marcelo me entrega una nota, con enmienda de adición: «Enhorabuena por el discurso primoroso. Espléndido. Ahora me atrevo a decir algo al amigo, ya que no al Presidente: ¡Qué bien hubiera sonado de algún modo la palabra “Cristo” en ese breve Parlamento! Porque ¿quién es el esposo de esas monjas que las hace ser como son y vivir como viven?».

Al terminar el acto, la duquesa de Medinaceli, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, me dice: «Los socialistas sois mejores personas que los otros, hijo mío».

Jueves, 21 de noviembre

El falso secuestro de Martín Prieto

Me llama el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, para echar pelillos a la mar por nuestra agria discusión del Senado y para concertar una fecha próxima para entrevistarnos. Quedamos en vernos y… amigos.

El ministro de Defensa, Eduardo Serra, me pide que cedamos los derechos que Castilla-La Mancha tiene sobre el Alcázar de Toledo, porque, según él, el museo del Ejército no cabría en el espacio que resta una vez que instalemos la biblioteca. Le hago ver que me está pidiendo algo imposible debido a que tenemos un contrato de cesión del Alcázar, un acta de ocupación del mismo y una carta de Aznar en la que me dice personalmente que en el Alcázar tienen que ser compatibles el museo y la biblioteca. Está claro que el ministro está siendo objeto de presiones por parte de algunos militares y quiere que yo se las resuelva. Nada más colgar, llamo al consejero de Cultura, Zambrana, para que acelere las obras de instalación de la Biblioteca.

Comida en el hotel Miguel Ángel de Madrid con los periodistas del Grupo Crónica. Me divierte mucho escuchar la versión del «secuestro del periodista Martín Prieto» que nos hace Pilar Cernuda. Según ella la escena fue de sainete: la mujer de Martín Prieto llorando, mientras que una mano se la coge Ventura y la otra el secretario de Estado de Seguridad. Desolación. La esposa de Martín Prieto insiste en que se trata de un secuestro de ETA. Llegan Pedro Jota y Ágata, con un casco de motorista del que no se desprende. Gómez de Liaño y su mujer también están presentes y él es quien más defiende la tesis del secuestro. Garzón intenta hablar con las alturas por teléfono, mientras que Luis del Olmo con varios teléfonos móviles también habla con todos los que se ponen a su alcance… Todo comenzó porque Martín Prieto había dejado la puerta abierta al salir de casa y las llaves y el tabaco encima de la mesilla de noche. Cuando la esposa regresó y se percató de la ausencia, avisó a sus amigos. Aznar llama: «He dado preferencia absoluta al secuestro de Martín Prieto». Laura, productora de Luis del Olmo, informa que Martín Prieto ha telefoneado: «Estoy en mi despacho». «¡Ésa es la clave! —dice su mujer—. José Luis no tiene despacho y al decir que está en el despacho lo que hace es mandarnos el mensaje en clave de que está secuestrado. ¡Ya no hay duda alguna!» Fernando Ónega, uno de los periodistas más serios y respetables de España, pone cordura y sentido común. Es él quien finalmente encuentra a Martín Prieto: está en la habitación de un hotel muy cercano a su casa, con el minibar abierto.

Viernes, 22 de noviembre

Homenaje a Suárez en Barcelona

Acudo al homenaje que el Círculo de Lectores organiza a Adolfo Suárez en Barcelona. Entre la nutrida asistencia, además de Amparo Illana, la esposa del ex presidente homenajeado, concurren el presidente Aznar y su esposa, Jordi Pujol y Marta Ferrusola, el ex presidente Leopoldo Calvo-Sotelo, ex ministros de Suárez como Abril Martorell, Íñigo Cavero, Martín Villa, Eduardo Punset…, políticos de distinto signo, como Santiago Carrillo, Narcís Serra, Pasqual Maragall, Alberto Oliart, Miguel Roca, Duran Lleida, los hermanos Alberto y Jorge Fernández Díaz, Eduardo Zaplana…, y personalidades diversas como Pedro Laín Entralgo, Julián Marías, Antonio Mingote…

Discursos significativos. Pujol lo hace con inteligencia y lleno de carga emotiva. Suárez prácticamente nos cita a todos los presentes. Aznar lee unos papeles que le han preparado que se inician con un estudio etimológico de la palabra «brindis». A lo largo de su parlamento se sale pocas veces del texto escrito; una de ellas dice que nos ve demasiado mayores, como si acaso él fuese un niño: «Cuando estaban ustedes haciendo la Transición yo preparaba oposiciones». Aznar nació en 1953. Le llevo dos años y dos meses. Prácticamente tenemos la misma edad, pero cree que a los demás se nos han olvidado esas diferencias. También dice que contribuyó a echar a Suárez de la vida política; luego me explicaría Adolfo que «eso de que me echó de la política es verdad… y lo hizo con malas artes».

A la salida, Adolfo Suárez me comenta: «Guárdate de tus amigos y de tus enemigos porque tu propuesta de entendimiento entre el PSOE y el PP que hiciste en el Senado no ha gustado en ninguno de los dos partidos. Mala cosa».

Sábado, 23 de noviembre

El café para todos fue un error

A las nueve y media llego al palau de la Generalitat para entrevistarme con Jordi Pujol. Le hablo de un pacto de financiación que garantice la igualdad de los españoles cualquiera que sea su comunidad autónoma. Larga, distendida y amable conversación. Pujol considera que «cuando se preparaba la Constitución se hizo un mal servicio extendiendo la fórmula del café para todos. Me llamó Garrigues —recuerda Pujol—, mi único amigo en aquel Gobierno, para decirme que tenía que aceptar la generalización del hecho autonómico y que el sentido de responsabilidad de Cataluña tenía que quedar de manifiesto. No sé si la llamada de Garrigues era para halagarme o realmente era para apelar a mi responsabilidad, lo cierto es que le hice caso y volvimos a ser responsables… pero Cataluña es diferente y mientras España ha tenido cuatro siglos de decadencia, Cataluña no ha participado de esa decadencia y ahora que España va bien no puede darse un trato incómodo a Cataluña». Menciona una encuesta del CIS, según la cual «los españoles ven a Cataluña con una mezcla de rechazo y de admiración» y añade: «He padecido enormes agravios de los socialistas pero procuro olvidarlos; he obtenido mucho menos de los socialistas que del PP y por esta razón no puedo ahora aceptar el pacto que propones y poner en peligro lo que he conseguido, ya que buena parte de lo que el PP me ha dado es la financiación que me había prometido el PSOE. Debe haber —concluye— más autonomía de las regiones y menos solidaridad porque ya ha habido bastante. La región que más solidaridad necesita es Asturias».

Considera que la expresión «dividendos» que utilizó para explicar lo que ha conseguido en el pacto con el PP es la que se usa en Europa pero que aquí se le ha criticado. Mi impresión es que está arrepentido de haber hablado de «dividendos». Se muestra crítico con el discurso de Aznar en el homenaje a Suárez. Es especialmente duro con la afirmación de que «él era joven y los demás viejos». Terminamos hablando de asuntos domésticos: «Viajo mucho y los sábados y los domingos suelo visitar pueblos y barrios. Tenemos una sirvienta en nuestro domicilio particular pero los sábados no va porque descansa y, por eso, mi mujer y yo venimos a comer al palau de la Generalitat». Pujol me enseña el palacio con detalle y me dice «también se lo mostré a Calvo-Sotelo y al acabar me dijo: visto el palau y conocida su historia comprendo tus exigencias, pero no digas que lo he dicho».

Regreso en el mismo avión en el que viajan Adolfo Suárez, y los escritores Pedro Laín Entralgo y Julián Marías. Pregunto a Laín si ha leído el libro del cuñado de Franco, Ramón Serrano Súñer, Política de España, 1936-1975, y contesta: «No lo he leído, conozco bien al autor y no me interesa lo que haya escrito».

Me acomodo en el avión junto a Adolfo Suárez y su esposa, Amparo Illana. Hablamos durante todo el trayecto. Suárez, además de saber muchas cosas y no tener dificultad en contarlas, es un buen conversador y tiene un encanto especial que hace que la comunicación con él sea muy interesante: «Mi vocación política viene de lejos. Tengo una carta de mi abuelo en la que me dice que me prepare bien porque un día seré presidente de la República. Mi madre, que aún vive, me dice que si hubiese sabido que iba a llegar tan alto no me hubiese regañado de pequeño». Me cuenta que «con el Rey me tuteaba en privado, pero nunca cuando había alguien delante. En una ocasión le dije: “Si no me haces presidente del Gobierno te estrellas”». Asegura que «nunca he tenido miedo… En un viaje al País Vasco salí a pasear antes de ir a misa por la mañana temprano y las gentes que me veían se quedaban sorprendidas de que fuese solo, sin escolta. El día anterior en el País Vasco me habían rodeado el coche con insultos y logré bajarme y llegué andando hasta el Gobierno Civil increpando a los manifestantes». E insiste sobre su pasión por la política: «Fíjate si me gusta la política que en Ávila llegué a juntar a cinco mil personas en un teatro con la consigna “de joven a joven” y con propósitos de proselitismo político-religioso».

En relación con su pasado dice que «nunca fui falangista, aunque por el hecho de ser subsecretario del Ministerio me convertí en secretario general del Movimiento. Después de una audiencia, el general Franco me llamó a su despacho a solas y me preguntó si creía que el Movimiento seguiría después de su muerte. Le contesté que no y Franco fue comprensivo diciendo que él admitía el futuro democrático».

Le pregunto si va a escribir sus memorias. Contesta que «ahora sería imposible porque algunos tenientes generales del 23 de febrero todavía viven y no quiero crearme nuevos problemas. Recientemente he visitado la Academia General de Zaragoza y me emocionó escuchar a muchos cadetes que al unísono gritaban: “Perdón, perdón, perdón…”. Estoy convencido de que algunas gentes del PSOE sabían que el 23-F algo iba a suceder y algunos incluso lo dijeron, y me consta que lo dijeron, que ese día iban a ocurrir cosas sorprendentes. Mis papeles y notas deben quedar en el archivo del Estado sin abrirse hasta cincuenta años después de mi muerte».

Acerca de Felipe González me dice que «es amigo mío, con el permiso de Amparo». Por el gesto que ésta hace, está claro que no le gusta la amistad con Felipe. Ella explica lo mucho que les hizo sufrir en otras épocas. Adolfo me comenta que «le he aconsejado a Felipe que se fuera y que tuviera la grandeza moral de aceptar políticamente el hecho del GAL. Felipe me dijo que no podía aceptar una falsedad pero que estudiaría el asunto. A los pocos días me confesó que si se iba sería tanto como aceptar su responsabilidad». Suárez considera que «es imposible que el GAL tuviese lugar y que en la Moncloa no se supiera nada. Por ello aconsejé a Felipe que dimitiera, ya que éste sería el único modo de poder volver con fuerza». Hablando de Guerra dice que le escribió una carta entrañable en relación con su hija y con las enfermedades de su familia.

Sobre Aznar recuerda que «su abuelo tenía una gran inteligencia y a su padre lo tuve como subdirector general en TVE, era un hombre bastante gris. Aznar no se expresa bien cuando habla y no tiene estrategas en la Moncloa que le marquen el camino que debe seguir. Fui a verle cuando era presidente de Castilla y León para llegar a un acuerdo en materia política, pero no lo cumplió y se pasó la campaña electoral destruyendo el voto del CDS, anunciando que estábamos vendidos al PSOE. Ayer, en el homenaje, se le escapó algo cuando dijo que “me echó de la política” y reconoció implícitamente esta maniobra porque él sabía que era absolutamente falso que yo estuviese en relación con el PSOE».

Para terminar, asegura que ve problemas graves en el horizonte: «Veo con preocupación que el PP no quiere moderarse y que manda mucho la extrema derecha… algunos centristas se encuentran muy incómodos en el PP». Cree que «se está produciendo un destierro de lo español en el País Vasco y también en Cataluña: se están desespañolizando a marchas forzadas a través de la escuela». «Cuando llegué a la Moncloa —concluye—, sabía que iba a quemarme a lo bonzo, sabía que era difícil, pero estuve firme en mis convicciones y a eso me ayudó mucho mi fe cristiana. Nos costará trabajo mantener a España unida en la moderación». En este punto interviene Amparo para decir que sabían muy bien que iban a un matadero y que lo hacían por España.

Lunes, 25 de noviembre

Polanco: «Ni sois partido, ni sois socialistas, ni obreros y ya casi no sois españoles…»

Después de leer unas declaraciones de Arzallus en las que dice que para gobernar con los socialistas en Euskadi tienen que taparse la nariz, llamo a Ramón Jáuregui y en tono muy respetuoso —ya que ser socialista en el País Vasco tiene más mérito que serlo en Castilla-La Mancha— le digo que, en mi modesta opinión, no deberían seguir en el Gobierno vasco. Jáuregui está de acuerdo conmigo pero dice que romper el tripartito supondría perder muchos ayuntamientos socialistas.

Comida con Jesús de Polanco en una casa cerca del Retiro donde tiene su residencia y las oficinas de Santillana. Nos acompañan Gregorio Marañón y Juan Luis Cebrián. Polanco, en relación con el PSOE dice que «ni sois partido, ni sois socialistas, ni obreros y ya casi no sois españoles… En vez de apellidaros obreros e izquierdistas deberíais fomentar un asociacionismo de gentes de progreso en las que hasta yo me podría incluir». Escucho este diagnóstico de Polanco de mala gana. Me molesta el ataque que nos hace a los socialistas y debo reconocer que me faltó valor para contestarle adecuadamente. La única atenuante que me aplico a mí mismo es que su tono no era ofensivo ni pretendía afrentarme. Pese a todo, al escribir estas notas me duelo de mi silencio. Yo que no suelo callar, me he achantado ante Jesús del Gran Poder, como le llaman algunos. Lo único que le dije es que a español, en la defensa de España, no me ganaba. Respecto al partido del Gobierno, afirma que «el PP me agrede de manera innecesaria. Incluso en ese mismo momento se puede estar gestando un pacto de agresión contra Prisa a través de Telefónica y Antena 3. El PP es muy torpe por agredir al grupo Prisa. Según ellos les quitamos la mayoría absoluta en 1993 y, sin embargo, tú debiste ser más decisivo que yo en la victoria del PSOE llevando a Garzón a vuestras listas, aunque por cierto os ha salido rana el juez. No me explico cómo lo metisteis para tan poco tiempo». Le contesto que duró lo que duró pero cumplió su cometido y que las cosas, aunque duren poco, hay que aprovecharlas: «Mira, Jesús, esta botella de vino tan excelente que nos ofreces también se va a acabar, y, sin embargo, nos la estamos tomando».

Me cuenta que ha cenado con Guerra y «no he querido contestar a algunas de sus impertinencias porque cuando decidí cenar con él me dejé en casa la mala leche y algunos agravios que tengo, originados en zarpazos de este Guerra, a quien tengo por enemigo sin yo haberle hecho nada malo… Tengo dos enemigos especiales —añade—, que son Guerra y Pujol». Sobre el actual presidente dice: «Aznar es un pobre hombre, soberbio pero pequeñito en cuanto a capacidad política y no creo que consiga un segundo mandato. Le gusta mandar pero no le gusta la política». Esta misma última frase recuerdo que ya se la he oído a Juan Luis Cebrián tiempo atrás.

Martes, 26 de noviembre

Para la Reina lo de Franco no fue dictadura

El País publica hoy un artículo de Duran i Lleida de Unió Democràtica de Catalunya en el que contesta mi carta a Pujol. En uno de sus párrafos me dice: «Seamos claros: España no será menos España por aceptar que constituye un hecho plural, pero sí será más democrática y libre si, además de garantizar los derechos de cada ciudadano, es también consciente y valedora de los derechos de sus naciones». El tono es aceptable y Durán muy listo, pero España será menos España si las intenciones separatistas de algunos de CiU se materializan. Ésa es la verdad, se le llame como se le llame.

Los periódicos publican hoy algunos capítulos de un libro que es una entrevista realizada por Pilar Urbano a la Reina. Especialmente llamativa es la expresión de Doña Sofía cuando dice que el Régimen de Franco no fue una dictadura sino una «dictablanda». Me tengo que emplear a fondo para defender a la Reina ante un grupo de amigos que, con mucha razón, no pueden aceptar que los miles de fusilados, los miles de presos y los cuarenta años de ausencia de libertad se olviden o se presenten con indulgencia. En esta manifestación, si es que la ha hecho como se publica, no ha estado fina la Reina.

Miércoles, 4 de diciembre

Lázaro Carreter: «El verdadero hecho diferencial es la morcilla»

El lunes visité la Real Academia de la Lengua. Me recibieron el secretario, Ángel Martín Municio, y el presidente, Fernando Lázaro Carreter. La conversación con ambos fue muy interesante. Lázaro Carreter puso de manifiesto la importancia de la lengua en la cohesión de la nación española e hizo bromas acerca de las supuestas diferencias regionales. A su juicio, «la morcilla es el hecho diferencial más llamativo entre las regiones españolas. Cada territorio tiene su morcilla bien diferenciada». Considera que los planes de estudio que han hecho en el Ministerio de Educación son verdaderas aberraciones en contra de la enseñanza del castellano.

Hoy, desayuno con Mariano Rajoy en su ministerio. Muy amable, pero algo obsesionado con la necesidad de defenderse: «Yo me defiendo ante todo el que me ataca». Me habla de su boda, que se celebrará el día 28 en un hotel de La Toja, y está algo dolido por las críticas que le han dirigido cuando le sorprendieron con su novia en el Parador de Alarcón. La extrema derecha también se manifiesta en España con su vena moralista en lo que al sexo se refiere. Le digo que mande a freír espárragos a quienes le critican por pasar un fin de semana con su novia.

Por el tono de su conversación y por las afirmaciones que hace, deduzco que es contrario al acuerdo con los nacionalistas. Se refiere a este tema como «una servidumbre que deberíamos resolver para el futuro». En relación con Aznar dice que es una persona que defiende a sus amigos: «A los ministros les impresionó la defensa que recientemente ha hecho de Cascos». Pienso que cuando no relata virtudes mayores del personaje será porque no las conoce. En relación con mis críticas al PP, me dice: «Tus ataques tienen un plus de perjuicio para el PP porque los haces desde posiciones no radicales. Por eso desearía que lleguemos a algún acuerdo». Llegamos a un acuerdo genérico de no agresión mutua. Concluyo que a Rajoy le importa, sobre todo, que no se le ataque personalmente. Los ataques al PP o al Gobierno los metaboliza mejor. Así es la condición humana y así somos todos, aunque a unos se les note más que a otros.

Miércoles, 18 de diciembre

Los cesados no me guardan rencor

La semana pasada, José María Barreda me habló muy enfadado: «Juan Pedro Hernández Moltó me falta a la lealtad debida. Visita la provincia de Ciudad Real y, concretamente, Puertollano, donde celebra reuniones políticas sin informarme. Deberías actuar». Concerté una comida con Juan Pedro en el hotel Beatriz. Hace mucho tiempo que no hablábamos con sosiego. «De la queja que te traslada Barreda —me dice— no debes preocuparte. Barreda de lo que debe preocuparse es de lo poco que lo quieren a él en Ciudad Real. Se mantiene porque lo apoyas tú y le paras los golpes de sus enemigos internos, como es el caso de Ureña. ¿Qué le has visto a Barreda? Dale un cargo a Clementina, aunque ya le has dado bastante haciéndola de la Ejecutiva Federal, y todo será más claro, porque la que manda es ella». No veo tan clara, como dice Juan Pedro, la influencia de Clementina.

Hoy se constituye el Consejo Económico y Social de Castilla-La Mancha. Debemos ser la última región que crea este organismo. Lo he retrasado cuanto he podido. Se está reproduciendo y duplicando la estructura del Estado en las comunidades autónomas.

Almuerzo en el salón del Consejo con todos los que han sido y son consejeros del Gobierno regional. Asisten todos, a excepción de Rafael Martín Sanz y Santiago Moreno. Especialmente, me hace ilusión la presencia del ex consejero de Presidencia, Manuel Miralles, con el que no mantenía muchas relaciones desde su cese, el ex titular de Turismo, Ángel Luis Mota y, sobre todo, la del que fue responsable de la Consejería de Política Territorial en mi primer gabinete, Amando García Sánchez, que llena emocionalmente el salón. Me produce alegría comprobar que los cesados no me guardan rencor. Una de las tareas más desagradables de mi actividad política ha sido cesar a los consejeros. Casi me tenía que juramentar ante mí mismo para citarles y explicarles los motivos del cese. La inmensa mayoría me facilitaba la tarea no dejándome seguir con mis explicaciones. Alguno se rebotó, y cuando ocurrió me liberé y me sentí más libre para despacharlos con fuerza y con prisa. Haciendo memoria, sólo tres se comportaron de esta manera, pero en honor a la verdad, de los tres, sólo a uno dejé de hablarle y de invitarle a los encuentros que periódicamente organizo con ellos.

Domingo, 22 de diciembre

Los farmacéuticos de Castilla-La Mancha quieren «soplar y sorber, y eso no puede ser»

Comida de Navidad del PSOE de Albacete. En los discursos aprovecho para hacer una referencia a la Ley de Farmacia que pronto aprobarán las Cortes regionales y en la que limitamos el derecho de traspaso de las farmacias como si se tratara de panaderías.

Hace algo más de un mes, el catedrático Luis Ortega Álvarez hizo un dictamen para los Colegios de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha sobre nuestro anteproyecto de ley, tachándolo de inconstitucional[47].

Durante el almuerzo, anuncio que si perdiésemos ante los tribunales y se declarara inconstitucional nuestra ley y, en consecuencia, las farmacias hubiera que considerarlas como tiendas o negocios privados, el Gobierno de Castilla-La Mancha, en ese caso, liberalizará el derecho para poner farmacia a todo el que quiera y allí donde quiera. Los farmacéuticos han convocado huelga para el día 26. O son como las panaderías que se pueden instalar donde quieran o son servicios públicos; lo que no es aceptable es que las oficinas de farmacia se instalen y traspasen como si fueran negocios privados y pretendan que se les proteja con una legislación limitadora de la competencia alegando que son establecimientos públicos. Soplar y sorber no puede ser.