SANTA TERESA DE JESÚS (Gotarrendura, 28 de marzo de 1515 – Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582). Su verdadero nombre era Teresa de Cepeda y Ahumada, pero es más conocida por el nombre de Santa Teresa de Jesús o simplemente Teresa de Ávila, fue una religiosa, doctora de la Iglesia Católica, mística y escritora española, fundadora de las carmelitas descalzas, rama de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (o carmelitas).
Según relata la propia Teresa en los escritos destinados a su confesor y reunidos en el libro Vida de Santa Teresa de Jesús, desde sus primeros años mostró Teresa una imaginación vehemente y apasionada. Su padre, aficionado a la lectura, tenía algunos romanceros; esta lectura y las prácticas piadosas comenzaron a despertar el corazón y la inteligencia de la pequeña Teresa con seis o siete años de edad.
En dicho tiempo pensó ya en sufrir el martirio, para lo cual, ella y uno de sus hermanos, Rodrigo, un año mayor, trataron de ir a las «tierras de infieles», es decir, tierras ocupadas por los musulmanes, pidiendo limosna, para que allí los descabezasen. Su tío los trajo de vuelta a casa. Convencidos de que su proyecto era irrealizable, los dos hermanos acordaron ser ermitaños.
Parece que perdió a su madre hacia 1527, o sea a los 12 años de edad. Ya en aquel tiempo su vocación religiosa había sido continuamente demostrada.
Su vida y su evolución espiritual se pueden seguir a través de sus obras de carácter autobiográfico, entre las que figuran algunas de sus obras mayores: La vida (escrito entre 1562 y 1565), las Relaciones espirituales, el Libro de las fundaciones (iniciado en 1573 y publicado en 1610) y sus cerca de quinientas Cartas.
La vida abarca desde su infancia hasta la fundación del primer convento reformado de San José de Ávila, en 1562. Gracias a ella se sabe de su infantil afición por los libros de caballerías y de vidas de santos. En 1531, su padre la internó como pupila en el convento de monjas agustinas de Santa María de Gracia, pero al año siguiente tuvo que volver a su casa aquejada de una grave enfermedad. Determinada a tomar el hábito carmelita contra la voluntad de su padre, en 1535 huyó de su casa para dirigirse al convento de la Encarnación. Vistió el hábito al año siguiente, y en 1537 hizo su profesión.
Por entonces empezó para ella una época de angustia y enfermedad, que se prolongaría hasta 1542. Repuesta de sus dolencias, empezó a instruir a un grupo de religiosas de la Encarnación en la vida de oración y a planear la reforma de la orden carmelitana para devolverle el antiguo rigor, mitigado en 1432 por Eugenio IV.
Para ayudar a sus religiosas a la realización de su ideal de vida religiosa compuso Camino de perfección (escrito entre 1562 y 1564 y publicado en 1583) y Las moradas o Castillo interior (1578).
En 1614 fue declarada beata, y en 1622 fue canonizada por Gregorio XV. En 1970 fue proclamada doctora de la Iglesia, siendo la primera mujer que recibía esta distinción. Además de las obras citadas, dejó escritas las siguientes: Meditaciones sobre los cantares, Exclamaciones, Visita de descalzas, Avisos, Ordenanzas de una cofradía, Apuntaciones, Desafío espiritual, Vejamen y unas treinta poesías.