DEJA LA PUERTA ABIERTA

A Claribel Alegría

Deja la puerta abierta.

Que tus palabras entren

como un arco tejido por cipreses,

un poco más livianas

que la ineludible vida.

Lejos está el puerto

donde los barcos de ébano

reposan con tristeza.

Poco me importa llegar a ellos,

pues largo es el abrazo con la noche

y corta la esperanza con la tierra.

Dondequiera que vaya

el mar me arroja a cualquier parte,

otro amanecer donde la imaginación

ya no puede convertir el lodo

en vasijas para almacenar recuerdos.

Me canso de despertar,

la luz me hiere cuando ver no quiero.

El viaje a Ítaca nada me ofrece.

Si hubiera al menos un poco de vino

para embriagar los días que nos quedan,
embriagar los días que nos quedan,
que nos quedan.