Hans Baumann
Suerte para toda la vida
La señora Maltiempo tenía mucho miedo de los ratones, arañas, abejas, avispas y de los animales que se arrastran. Cuando se cruzaba un gato negro en su camino, murmuraba toda nerviosa:
—Gato negro, por izquierda o por derecha, significa siete días de suerte negra.
Por el contrario, si encontraba un deshollinador con escalera en su camino, decía:
—Deshollinador con escalera, buena suerte la semana entera.
Sucedió que Sabine, que vivía en la misma casa, recibió de regalo de cumpleaños un pequeño gato negro.
—¡Uf! —dijo la señora Maltiempo.
—¡Un gato negro en la casa! O te vas tú con tu bicho a otra parte o tendré que mudarme —bufó en la cara de Sabine.
—Ya se acostumbrará con el tiempo a tu minino —observó la madre de Sabine. Pero la señora Maltiempo no era de la misma opinión.
Un día vino el deshollinador a la casa, justamente cuando la señora Maltiempo había salido a la compra. Sabine estaba sentada con su gatito en la escalera. —¡Ay, que gatito tan bonito tienes! —dijo el deshollinador.
—Gato negro por izquierda o por derecha, significa siete días de suerte negra —dijo Sabine imitando con sus gestos a la señora Maltiempo.
—¿Quién dice tal cosa? —preguntó él.
—La señora Maltiempo —respondió Sabine—, y además tiene otros refranes siempre a punto como éste: Deshollinador con escalera, buena suerte la semana entera.
En ese mismo momento regresaba la señora Maltiempo a casa.
—¡Rápido, dame el gatito y atiende! —pidió el deshollinador a Sabine. Y cuando la señora Maltiempo subía la escalera le presentó el gato y dijo con una resplandeciente cara negra:
—Deshollinador y gato negro encima, buena suerte para toda la vida.
La señora Maltiempo se quedó con la boca abierta, y desde entonces no volvió a chillar a Sabine.