GLOSARIO DE TÉRMINOS DACIOS
La lengua dacia, geto-dacia o incluso tracia —pues es difícil establecer la diferencia entre ellas, si es que la había— es un idioma desaparecido en un estado de olvido aún mayor que el de lenguas clásicas que ya no se usan. El latín o el griego clásico pueden ser lenguas en desuso prácticamente total, con algunas pequeñas excepciones (el Estado Vaticano, por ejemplo) , pero de las que sabemos su gramática y significado con detalle por haber sido lenguas de conocimiento durante muchísimos siglos. De ese modo, tenemos innumerables textos en latín o griego clásico y sólo podemos tener dudas sobre algunos términos arcaicos. Sin embargo, en el caso de la lengua dacia, su desaparición no es sólo en relación al uso, sino que implica también una ausencia total de vestigios escritos. Así, la única forma de reconocer términos que pudieran pertenecer a un antiguo sustrato de vocabulario dacio es rastreando palabras cuyo origen resulte difícil de identificar en aquellas lenguas que se hablan actualmente en la región que antes componía la Dacia o en regiones próximas. Los filólogos han llegado a identificar un sustrato de unas cuatrocientas palabras de posible origen dacio rastreables en el rumano, húngaro, albanés, búlgaro o serbocroata.
En un intento por recrear la complejidad de la cultura dacia, he empleado un pequeño número de estos términos en Los asesinos del emperador. Los vocablos están traducidos en la narración, pero este pequeño glosario incorpora algunas explicaciones filológicas adicionales para aquellos que sientan curiosidad por el origen de palabras que, en su mayoría, pongo en boca de Decébalo o alguno de sus nobles a lo largo de la novela.
ademeni: Tentar o atraer a alguien hacia algo; en húngaro pervive el término adomány pero con el significado de «regalo» o «regalar».
balau: En rumano lución (anguisfragilis): lagarto ápodo (sin patas) común en Europa y el este de Asia. El término también significa en las leyendas y cuentos Monstru care intruchipeaza raul, imaginat ca un §arpe uria§ cu unul sau mai multe cápete, adesea inaripat [56], un monstruo que encarna el mal imaginado como una enorme serpiente de una o más cabezas y en muchas ocasiones alada, lo que en español solemos denominar «dragón». Por fin, en rumano también puede ser una denominación popular de la constelación del dragón. En albanés existe hoy día el término bolle que se refiere a una serpiente y en serbocroata el vocablo blavor con significados similares.
boare: En rumano Adiere pía cuta de vánt, «brisa placentera de viento»; en albanés existe el término actual bóre, que significa viento. Podría existir una etimología alternativa y que la palabra derivara del latín bóreas, «viento del norte».
butuc: En rumano Bucata dintr-un trunchi de copac táiatsi curátat de crengi; buturá, «fragmento de un tronco talado y limpio de ramas». «Tocón», en el sentido de «la parte de un tronco que queda sobresaliendo de la tierra cuando un árbol ha sido talado». En turco existe la palabra buduk que significa «paticorto» y en la lengua muerta cumana (propia de los cumanos nómadas del norte del mar Negro que se establecieron por Rumania y Hungría) tenemos también el término butak, «rama».
curma: En geto-dacio «tensar o tirar de una cuerda»; en rumano (Despre sfori, fránghii, legüturi) A strange tare, apátrunde in carne; a §trangula, «(con relación a cuerdas y ataduras y lazos) apretar fuertemente, penetrar en la carne, estrangular»; en albanés nos ha quedado el término kurmue con significado similar.
ghiuj: «Viejo» u «hombre decrépito»; en rumano Bátrán decrepit, ramolit, «anciano decrépito y achacoso»; también ha quedado un término similar en albanés: gjysh, pero sin el sentido peyorativo, pues en esta lengua significa «abuelo».
serum: «Cenizas»; en rumano Materie neagra sau cenusie core rümáne dupa arderea completa a unui corp, «materia negra o gris ceniza que resulta de la quema completa de un cuerpo»; también tenemos términos similares en albanés, como shkrum o shkrumb que, curiosamente, mantienen el mismo significado que el término dacio.
Hay otros términos que se emplean para describir parte de la cultura dacia, como el nombre de algunos de sus dioses, Bendis o Zalmoxis, o los nombres de diferentes armas. Sin embargo, tanto los de los dioses como los de las armas, no son necesariamente de origen dacio, sino como nos los han referido historiadores griegos o latinos. Así, en Los asesinos del emperador se menciona a Zalmoxis, el dios supremo de los dacios, o Bendis, la diosa tracia de la caza que probablemente también fuera adorada por los dacios. Y también se cita en varias ocasiones el uso de las sicae o espadas cortas a modo de dagas, o sus falces o largas espadas curvas. En ambos casos, los términos son de origen latino, pues la descripción de estas armas nos ha llegado a través de historiadores romanos.