Capítulo 33

Este cadete graduado llegará a ser un oficial aceptable o un convicto muy fastidioso.

Evaluación final del archivo de la Teniente de la Cruz del Sur, Dana Sterling

El destacamento terrestre no tuvo nada más que hacer que retornar a la zona de aterrizaje; la Regis ignoró sus demandas de que ella regrese, atienda razones, responda sus preguntas, muestre algo de misericordia.

Los más tranquilos entre ellos eran los niños, quienes parecían distraídos y poco comunicativos. Scott notó que Marlene era muy semejante a ellos. Él se dio cuenta de que él había estado conteniendo su aliento, temiendo el momento en que las fuerzas arcanas chupasen el alma y el cuerpo de ella dentro de la unicidad de la raza Invid que era la Regis.

Pero aparentemente el trauma que ella había sufrido la había aislado de aquello para siempre. Ella realmente era ella. Él estaba agradecido por ello pero furioso con el truco del destino que los había juntado de nuevo sólo para fijar la hora del Armagedón unos cuantos días u horas distante.

Aún, cuando él se esforzó vacilantemente por tomar la mano de ella y ella sonrió agridulcemente, tomando su mano cariñosamente, hubo una liviandad en su alma que no había estado allí desde la muerte de Marlene Rush en un día mucho tiempo atrás.

No hubo mucha vigilancia en su retirada a pesar de las decaídas incitaciones de Rick y Lisa. ¿Qué bien haría mantener tu guardia operativa cuando todo el nuevo-espacio bien podría atacar de un momento a otro?

Rick pensó dos veces antes de acercarse a Louie Nichols; la Regis podría estar escuchando a hurtadillas. Pero entonces, lo mismo podía ser dicho sobre la bóveda de seguridad más profunda en el SDF-3.

"¿Louie? ¿Qué hay sobre el Peter Pan? ¿Podemos huir hacia él si tuviéramos que hacerlo?"

Louie enderezó sus hombros, ajustó sus anteojos, y fue por más de su repertorio al caminar juntos. "Lo dudo. Resulta que las naves esferas no son exactamente como yo pensé que eran. No fueron realmente construidas con un viaje de vuelta en mente.

"Piense en ellas como trineos de carreras con eje direccional, creados para un simple viaje a lo largo de un flujo particular de fuerza -hacia abajo de una colina nevada, si usted entiende lo que quiero decir. El Peter Pan podría ser forzado hacia arriba de la colina, pero yo no apostaría por ello."

Él parecía tan cabizbajo que Rick se figuró que Louie estaba lamentando haberse envuelto alguna vez en el intento de rescate. Él golpeó ligeramente un magro hombro. "No recuerdo si alguna vez te di las gracias, Louie. Estoy agradecido que hayas venido aquí a ayudar, agradecido como un oficial y agradecido como un hombre con una familia en peligro."

Eso pareció tomar a Louie por sorpresa, pero él masculló un agradecimiento. Luego él aceleró su paso, la cabeza inclinada, pensando.

Max Sterling se tuvo que contener de agarrar a Aurora y abrazarla, escudándola con su cuerpo. De ese modo, el mecha Caballero Negro -o lo que sea que fuera que sus habilidades de combate habían traído a la existencia en el nuevo-espacio- tendría que pasar sobre él para atraparla. Pero ella era tan frágil, tan etérea que él no quiso asustarla. Y por eso él se mantuvo cerca de ella como una sombra, entornando los ojos y mirando con ira en todas las direcciones, sudor corriendo por su cara.

Él era un piloto guerrero, un guerreo mecha; sus talentos yacían en otra parte, y él siempre se sintió insuficiente para manejar los poderes y percepciones expandidas de su hija menor. Y ahora él había sentido cierto peligro terrible, el se había vuelto su atracción, y había poco, tal vez nada, que él pudiera hacer para ayudar. Sólo proteger a mi hija con mi vida.

Al menos una persona en el grupo la mantenía en mente y estaba manteniendo un alto nivel de cuidado al ella caminar, sin embargo. Dana cargaba un rifle Wolverine preparado, más que dispuesta para empezar a atacar si un objetivo surgía, deseando uno, si la verdad debe conocerse.

Ella se había quedado muy atrás para caminar en la retaguardia, relevando a Lron. La vista de Minmei y Rem inclinados uno en el otro había raído sus terminaciones nerviosas y la había dejado con un humor vacío, asesino. Aún en los peores de aquellos días después de que sus padres habían partido en el SDF-3 -tiempos en los que ella se había encontrado en cierta casa patrocinada por una agencia o institución de cuidado- ella no se había sentido tan resentida y vacía.

Eso era porque ella no había conocido a Zor Prime todavía, indudablemente. Y de vez en cuando ella recibía una visita de un amigo que la amaba incondicionalmente.

Ella oyó un aullido chirriante débilmente. La persona delante de ella -el Dr. Penn, su mente aparentemente a un millón de parsecs de distancia- no pareció notarlo. Pero Dana lo reconoció al instante.

"¡Polly!" Ella dijo suavemente, no queriendo que los otros volteasen hacia ella. El Pollinator era su mascota, su amigo de toda la vida.

Sólo que, ¿cómo había el Polly llegado allí? Él había desaparecido -veamos- volviendo a Tirol, justo antes de que ella partiera hacia Haydon IV. Bien, si las paredes y las puertas no eran ninguna barrera para él o su parentela, ¿por qué debería serlo el espacio?

Claramente, no lo era, porque allí él estaba sentado, como una greña animada, a nueve metros hacia atrás del camino que ella acababa de caminar. Su cabeza estaba inclinada hacia un lado, y él la miraba pensativamente, como si ella fuese la que había desaparecido sin aviso y él fuese la parte apenada.

El SOP decía que ella debía hacer una señal para detenerse y solicitar permiso y respaldo antes de ir a buscarlo, pero para entonces a Polly se le podría meter en su linda cabeza de botón cornuda desaparecer de nuevo. Dana dio un vistazo para asegurarse de que Harry Penn no se había dado cuenta -él aún estaba continuando su camino abstraído en el pensamiento- y giró para recoger al Pollinator.

"¡No me des esa mirada inocente, pequeño desertor!" Ella se arrodilló junto a él, cambiando de lugar su rifle de manera de tener las manos libres para levantarlo. "Quizá yo deba atar una campana a tu cuello. O aún mejor, conseguir una correa de transposición espacial -¡él -eeyy!"

¡Esperen un minuto! Polly de algún modo no sólo se había transportado a través del espacio sino dentro del nuevo-espacio. ¡Eso debía significar que existía algún modo de salir!

"¡Oh, cariño! ¡Espera a que Louie y Lang escuchen esto! ¿Has subido de peso, ó qué?"

El Pollinator se arrastró a su brazo, casi haciéndola arrodillarse, su verdadero volumen increíble. "Qué ocurre -santo cie-"

Polly, sentado en sus pequeños pies, ya no era la adorable teletransportable mascota que ella amaba. De sus pies brotaban garras negras, y su cara de perro ovejero tenía una mirada maligna. Lo que realmente hizo estremecer al espíritu de ella, sin embargo, era que él estaba creciendo como una balsa salvavidas inflable, sólo que más rápidamente.

Dana dio un alarido y tropezó hacia atrás, levantando su rifle, preguntándose si el Pollinator había caído víctima de alguna rabia sobrenatural del nuevo-espacio. Su dedo estaba en el gatillo, pero ella vaciló; este era uno de sus pocos amigos verdaderos, después de todo, y los amigos significaban todo para ella.

El pelaje blanco de Polly se mudó al crecer la criatura: negro, sin piel, y de apariencia tosca. Polly aumentó de tamaño y se ensanchó, ya más grande que Dana, levantándose en dos patas traseras que se alargaban.

Dana había vacilado en dar la alarma, temiendo que alguien pudiera disparar a su perro, pero eso cesó de preocupar. El Pollinator lanzó un sonido inorgánico y misterioso, como un elaborado rugido de desafío.

"¡Polly, detente! ¡Retrocede!" Ella tenía el Wolverine levantado, centrado, alejándose retrocediendo. La cosa delante de ella dio un paso hacia ella, sin embargo, y cuando su enorme pie negro se asentó, hubo un sonido metálico distinto.

Eso se inclinó hacia ella, y de su cara de perro ovejero apareció una simple lente de color rojo-amarillo.

Dana aulló ferozmente hacia un universo que convertiría a una mascota querida y a un amigo en un enemigo mortal. Ella levantó el Wolverine y disparó un sostenido disparo a la cosa que había sido el Pollinator.

***

Más lejos de la línea, todos se congelaron. Harry Penn parpadeó, desenlatándose de su distracción, orientándose. "¡Es Dana!" él dijo a gritos a aquellos que estaban delante de él, y giró, desenfundando su Badger.

Max, más alejado al frente de la columna, oyó la noticia al ser pasada hacia delante. Las personas estaban gritando preguntas, respuestas, y ordenes contradictorias.

Max gimió en voz alta. "¡Dana!" Él presionó a Aurora en los brazos de Miriya. "¡Sosténla!" Rick y Lisa habían corrido deprisa hacia atrás de la columna, regañando a las personas para establecer seguridad y guardia contra un ataque sorpresa desde otra dirección. Lisa estaba solicitando protección aérea; Rick estaba tratando de descubrir lo que estaba sucediendo en la retaguardia.

Las personas se formaron para defender a los niños, Kazianna elevándose entre ellos y alistando para la acción sus armas de gran tamaño. Max empelló a su esposa e hija hacia ellos. "¡Vince! ¡No dejes que les suceda nada!"

Luego él se fue hacia la retaguardia, dejando a Louie y a su ciber-equipo donde ellos habían establecido posiciones de fusileros, esquivando a Scott Bernard, quien tenía a Marlene abrazada para protegerla.

Max atravesó la pantalla final de follaje para ver algo inmenso y negro de pie con su espalda hacia él, el sol de Omphalos haciendo poco para suavizar su intensa negrura.

Aquellos que ya habían llegado a la escena -Harry Penn, Bowie, Lron, y unos cuantos otros- vacilaron, no abriendo fuego, no seguros de lo que estaba sucediendo. El mecha negro se había encorvado para levantar algo. Eso giró hacia ellos, enderezándose a su altura completa, con Dana en su puño blindado.

Lron levantó el arma láser de patrulla que él llevaba como un rifle y habría disparado a la pierna del mecha negro con la esperanza de derribarlo; Max derribó de un golpe el grueso cañón del láser. "¡Alto el fuego, todos ustedes!"

La cosa que tenía a Dana levantó su mano libre, señalando a Max. Ella estaba luchando determinada pero débilmente para librarse de su asimiento; el esfuerzo era desesperado, y ella no parecía tener el aliento para gritar a aquellos de abajo. Enorme, encorvado, y deformado como un gigante gnomo, el mecha negro se inclinó hacia a Max como si fuese a hablar.

Pero antes de que pudiera hacerlo, impulsores sacudieron la tierra y uno de los Veritechs de escolta llegó, un Beta en modo Guardián. Éste aterrizó como un águila listo para librar batalla, sus puños acorazados hechos una bola levantados.

Su piloto no pudo atacar, sin embargo, ya que Dana estaba en la línea de tiro. El piloto comenzó a cambiar su VT por mechamorfosis, pasando a Battloid, pero antes de que él pudiera hacerlo, el mecha negro brincó hacia él y con una oscilación de su terrible puño golpeó violentamente al VT.

El Guardián/Battloid se estrelló contra el suelo, destrozado y humeando. Aún cuando las personas corrieron hacia él para rescatar al piloto, el mecha negro puso en marcha los propulsores de sus pies y se disparó lejos hacia el cielo, todavía agarrando a Dana.

A la mitad de la confusión otro VT escolta, un Alpha, apareció, volviendo a llamar a su capitán de vuelo, pidiendo instrucciones. Como jefe del comando de lucha del SDF-3, Max apareció en la red.

"Baje aquí en este momento."

"Pero Comandante Sterling, no debería-"

"¡Dije que aterrice!"

Con una docena de problemas diferentes compitiendo por su atención -tomando precauciones contra un nuevo ataque, contando cabezas para ver si alguien más había sido raptado, verificando si el piloto del Beta todavía estaba vivo, alistando a la fortaleza dimensional por refuerzos y para arreglar una retirada segura- Rick no se dio cuenta de lo que Max estaba haciendo hasta que fue demasiado tarde.

Max se había ido, el Alpha de segunda generación se alejó chillando en modo Guerrero, yendo a velocidad supersónica en su ascenso balístico, sus estampidos sónicos sacudiendo el suelo de Omphalos. El piloto del VT estaba parado allí con la cabeza descubierta -Max se había apropiado de su casco pensante- mirando fijamente a su nave partir.

Él miró a Rick. "Señor, él ni siquiera se detuvo para pedir refuerzos."

"Lo sé; ya fueron pedidos."

Por supuesto, transcurrirían preciosos minutos antes de que más VTs pudiesen llegar allí desde el orbitante SDF-3. El piloto guerrero asintió con la cabeza. "No hubo manera de que él esperase, señor."

Rick, mirando el punto donde Max había desaparecido en lontananza, coincidió. "No, el guante ha sido tirado, Teniente."

***

El Alpha era lo mejor en el inventario del SDF-3, una nueva y reforzada versión de Alpha acorazado de un VT de segunda generación -por eso fue que Max lo había asignado a la seguridad aérea para el grupo terrestre- pero eso era todo lo que él pudo hacer para mantener al Caballero Negro a la vista.

"Caballero Negro" era el modo en el que él había venido a considerar a su antagonista. Supuestamente, eso lo convertía a él en el Caballero Blanco, pero él sentía una pobre excusa para serlo.

Y una falta despreciable como padre.

Él se había preocupado por Miriya desde el principio, siempre aprensivo porque ella había pasado por la cámara de protocultura, había sido sometida a tantos peligros, casi había muerto en batalla y en el parto igualmente -¡él mismo casi la había matado! Y por Aurora, una entidad ultramundana desde el mismísimo inicio, con sus poderes mentales y su tasa de maduración antinatural, Max había tenido una preocupación constante.

Pero Dana, Dana... ¡qué brillantez maligna del ser que regía el nuevo-espacio para probarlo de esta manera! Él había dejado a Dana atrás en la Tierra contra su mejor juicio cuando el SDF-3 partió. Nadie excepto Miriya -excepto tal vez Aurora- sabía cuán amargamente él se había condenado cuando había oído sobre el sufrimiento y la privación que ella había tenido que pasar.

Nunca conociendo una casa verdadera, creciendo en la guerra, su corazón herido terriblemente por Zor Prime y su misma esencia casi violada por el loco de Zand -Max apenas pudo traer a su pensamiento esas cosas, para cuando lo hizo, él deseó nunca haber nacido.

Su amor por su familia y la sensación de calma que Miriya y Aurora le otorgaban, eran las cosas que habían hecho al más grande guerrero Robotech de la Tierra apartarse gradualmente del combate a través de los años. Así por supuesto, ¿qué mejor manera de traerlo de vuelta a la guerra que esto? Y de nuevo fue Dana, pobre Dana, sufriendo debido a Max.

¡Qué genio despiadado! La Regis tendría su pelea.

Max se dio cuenta de que él había estado pronunciando, con voz áspera, una interminable cadena de suaves y monótonas obscenidades y se detuvo. Él revisó el ops y la red táctica del Guerrero sólo para descubrir que ni uno de los otros VTs podía determinar la posición del Caballero Negro. Ni el SDF-3 podía, aunque el bandido estaba haciendo una pintura tan grande como una casa en su campo de acción.

Él no estaba sorprendido.

Con sus quemadores abiertos de par en par, él se acercó lentamente al grotesco mecha. Aquel no estaba yendo a multimach -lo cual ciertamente parecía capaz de hacer- y se estaba manteniendo a baja altura. Él rogó que eso significase que Dana todavía estaba ilesa.

El Caballero Negro fue durante todo el camino sobre la superficie, y Max lo perdió en las obstrucciones del terreno y en la dispersión del suelo. Él trajo una pantalla de topografía detallada desde la memoria de cartografía orbital del SDF-3 pero no pudo suponer cuál sería el próximo movimiento del secuestrador.

Él estaba tan dedicado a ello que casi murió; el mecha negro como la noche salió a la luz rugiendo desde una grieta de montaña, disparándole un despliegue de misiles desde las vainas bulbosas debajo de sus brazos extrañamente articulados.

Max reaccionó instantáneamente, poniendo en juego los Hotas pero, más importante, imaginando a través de su casco pensante. Los instintos sobrenaturales y los casi instantáneos reflejos que habían hecho de él una leyenda viviente estaban tan agudos, tan aptos, como nunca. El Alpha roló en vertical, dos misiles pasaron hirviendo precisamente por debajo de su cubierta corrediza boca abajo, luego roló de nuevo en un picado de motor, evadiendo apenas otro misil asesino.

Max ladeó el avión, casi desgarrando las alas del VT, cuando el enemigo vino a la carga directamente por él. El puño que había tenido a Dana estaba encerrado ahora, un globo blindado liso; no había modo de decir si ella estaba viva o muerta allí dentro.

El Veritech esquivó al Caballero Negro, luego Max fue balístico y vació todo el poder militar de emergencia cuando su antagonista le lanzó otro despliegue. Él se torció y esquivó, conectando sus perturbadores y equipo de medidas preventivas cuando los misiles pasaron chamuscantes y dejaron sus ardientes tirabuzones alrededor de él.

Envuelto en sus rastros, él se mechamorfoseó en vuelo, pasó a Battloid, giró y vino aullando con su rifle/cañón en el puño de aleación de su mecha cuando su enemigo llegó gritando tras él.

Max estaba a punto de atacar con la pesada bodega de láseres modulados por impulsos pero se detuvo con la vista del puño en forma de globo. Los afamados reflejos del máximo as le fallaron, y él se congeló, incapaz de usar sus armas.

El Caballero Negro atacó con un arma manual mecha propia, una cosa de forma como un esquife, desde el cual un relámpago púrpura partió. Max amagó, se propulsó hacia el otro lado, y casi eludió el disparo. Pero una lengua de descarga chasqueante atrapó la pierna izquierda del Battloid, haciendo volar una rasgadura en ese lugar de la armadura.

Pero entre tanto, la distancia entre ambos se había cerrado. Max se recobró y presionó con todo los propulsores, abalanzándose sobre el enemigo antes que evadirlo. El Caballero Negro lo atrapó con una fuerza aterrorizante.

Los dos mecha cayeron por el cielo, trabados en combate mortal.