Capítulo 30
En esa reunión alegre aunque triste con las personas del Peter Pan, sentí una punzada especial pero lo mantuve para mis adentros.
Era claro cuánto los sentimientos conflictivos de Scott Bernard hacia Marlene lo habían conectado con ella, pero de cierta manera no pude menos que tenerle envidia. Tanto como amaba a Rick y a Roy, no pude menos que pensar en otros restos de DNA humano, en otras ruinas en la Base Sara, en Marte. ¿Cómo me sentiría si Karl Riber reapareciera?
En definitiva yo descubrí que había estado sentada allí durante cinco minutos, mirando fijamente hacia fuera del cristal de observación del puente, perdida en aquel pensamiento. Y dándome cuenta de la afinidad aparente del nuevo-espacio por nuestros recuerdos y emociones, yo supe que realmente teníamos que salir de allí.
Lisa Hayes-Hunter, Recuerdos: El Viaje Perdido
Los temples de los Ancianos Robotech llameaban, aunque la rabia era impotente. ¿Se imagina usted un dios? ¡Entonces actúe como uno!
Haydon los ignoró como de costumbre. Eso fue mucho más exasperante que si él les hubiese causado dolor o callado sus despotriques mentales.
Las Flores de Segunda Generación de Nueva Praxis habían sido llevadas bajo la superficie del planeta artefacto, y sonidos y temblores lejanos indicaban que ellas estaban siendo procesadas; o tal vez digeridas, en cierto modo. Y sin embargo, además del viaje superluminal de Haydon IV hacia el sistema Valivarre, nada parecía haberse llevado a cabo.
Si la Conciencia y sus instalaciones no pueden producir ninguna nave de guerra o mecha de combate, ¡entonces arme las naves esferas y envíe a sus Haydonitas a librar batalla! No se puede aventurar a combatir de este modo; ¡NUESTRAS vidas están en peligro así como la suya!
Haydon era tan imperturbable como vasto. Él estuvo a la expectativa cuando el planeta pasó a subluminal y, giró hacia el verde y majestuoso Fantoma. Los sensores de Su planeta le dijeron que Su llegada había sido notada y que una flotilla de naves se estaba desplegando aún ahora para interceptarlo.
Él ignoró sus saludos. En otro tiempo Él las habría barrido como a unos cuantos mosquitos o ahogado bajo un océano de Sus propios simulacros de guerra. Pero los daños ocasionados a Haydon IV por el ataque espacial y la ciber-ataque habían limitado sus opciones.
Eso sólo significaba que Su victoria sería algo no económica, algo no elegante. De un modo diferente, sin embargo, ello mostraría a esas pequeñas y absurdas criaturas lo que una mente inteligente podía hacer con Robotecnología.
Los Ancianos sintieron al mundo cambiar y temblar alrededor de ellos de nuevo. ¿Qué está haciendo? ¡Demandamos saberlo!
Haydon no dio ninguna respuesta mientras prolongados momentos pasaban y el planeta artificial parecía al borde de desgarrarse. Los Ancianos rabiaron y vituperaron, pero finalmente, su furia agotada y sus aprensiones creciendo, ellos dijeron las palabras que no habían usado desde los días de su mortalidad.
Nosotros... le rogamos que nos diga lo que está sucediendo.
El rostro blanco de Haydon los miró indiferentemente. ¿USTEDES PRESUMÍAN LLAMARSE MAESTROS ROBOTECH? YO LES MOSTRARÉ LO QUE ES LA MAESTRÍA.
Con aquello, estalló luz desde el órgano en Su frente, y Haydon levitó en el aire. Al mismo tiempo, la alfombra que transportaba los tronos de aprisionamiento de los Ancianos se elevó, uniéndosele a Él cuando una burbuja inmensa apareció de alguna parte para circundar a Haydon.
El planeta por debajo estaba sufriendo una profunda mechamorfosis. Fue sólo cuando la burbuja ascendió muy por encima de la atmósfera que los Ancianos comenzaron a comprender la escala del aturdimiento mental de aquello.
***
Habiendo tenido poco tiempo para entrenar juntos, la flotilla rápidamente constituida del Grupo Local fue afortunada por no haber experimentado ninguna colisión, mucho menos haber marchado de algún modo en una formación franqueable.
El Tracialle guiaba el camino, con el Valivarre prominente en el ala derecha de la formación. Las naves mercantes armadas de la flota Karbarriana eran la columna vertebral de la flotilla, con las naves de los otros planetas intercaladas por todo el esquema de despliegue tridimensional.
Hodel observó cuando los sensores de largo alcance le informaron sobre el acercamiento del mundo intruso, notando la aparición de la burbuja muy por arriba del mundo pero más preocupado por el esfuerzo penoso del gigantesco artefacto. Parecía que Haydon IV estaba tratando de auto destruirse, explotar en pedazos incontables o molerse a polvo.
"Estamos detectando anomalías," un clon del Valivarre reportó.
"¿De veras?" Hodel se mofó con un ruido sordo y húmedo. "¿No cree que son manifiestos?"
"Me refiero a nuevas características topográficas en el mundo objetivo," la respuesta regresó. "Su existencia desafía el influjo gravitacional. Cantidades inmensas de poder se están empleando. Hemos analizado nuestros hallazgos y creemos que algún tipo de mechamorfosis sin precedente está teniendo lugar, y su velocidad se está incrementando."
La risa del enorme tórax de Hodel se detuvo repentinamente cuando sus propios técnicos gruñeron en sus posiciones. "El clon tiene razón," alguien gruñó.
"¡Vean! ¡Vean!" otro gritó.
Una magnificación visual fue puesta en la pantalla principal. En ella, Haydon IV podía ser visto acelerando su transformación. Aparentemente las alteraciones modulares habían sido realizadas más temprano -tal vez en vuelo- y este era el reordenamiento final.
Hodel era un capitán, no un científico, pero él tenía más que suficientes conocimientos técnicos para saber que ningún material físico, ninguna fuente de poder convencional, posiblemente pudiera lograr lo que él estaba testimoniando. Haydon IV se debía haber estado aniquilando a sí mismo con esos solevantamientos.
No era así, sin embargo. Estaba tomando una nueva forma. Su división asombrosa en la Estrella de Ranaath era nada comparada con lo que estaba haciendo ahora.
"Metamorfosis, en verdad," Hodel oyó a Prah decir desde el Qrartzstar.
Hodel rugió y dio tajos en el aire con sus garras. "¿Cuánto tiempo antes de que podamos acercarnos a ellos?" Tal vez Haydon IV estaba aún indefenso.
"Treinta y dos minutos hasta que estén en alcance máximo," una mujer de la tripulación del puente exclamó. "Pero la velocidad de la mechamorfosis se está incrementando. Tiempo estimado para la finalización, veintiocho minutos."
"Los Atacaremos y les destruiremos antes de que puedan recobrar el aliento y prepararse para la batalla," Hodel aulló. "¡Máxima velocidad de inmediato! ¡Todas las naves, vigilen su despliegue e intervalos y prepárense para atacar!"
Frente a ellos, Haydon IV crecía. Se retorcía y reformaba, las características del terreno deslizándose, levantándose, cayendo-extendiéndose y reconfigurándose de maneras que la ciencia del Grupo Local habría aseverado eran imposibles.
La sustancia del planeta era redistribuía, protuberancias creciendo y alargándose, el centro contrayéndose. Hasta los Karbarrianos reconocieron un miedo escalofriante, sus rugidos y gruñidos se acallaron más al observar al planeta artificial adoptar la forma de un guerrero Robotech megacósmico.
***
Max estuvo feliz de que Lisa forzosamente concluyera la reunión cuando lo hizo; en pocos minutos más, Nichols y Lang habrían intentado algún tipo de danza vudú para convocar a la Regis, mientras Rem y Marlene ejecutaban un pequeño acto de adivinación del pensamiento y Dana decía a uno o dos la buenaventura.
Las emociones se habían exaltado al discordar las teorías y las aserciones. Parecía que todos los místicos conocían las piezas de lo que estaba sucediendo pero que nadie tenía el gran cuadro. Muchas de las personas en la reunión estaban aún en la fase de tratar-de-creerlo.
Tal vez la distracción mayor, sin embargo, era la convicción que muchos de los adultos tenían de que la acción real estaba ocurriendo abajo, en el centro de cuidado de niños. Aurora y los niños del SDF-3 estaban siendo exigentemente grabados, pero Obstat y los otros no era probable que aprendieran mucho de la inmóvil y silenciosa sesión de plática que las ratas de alfombra estaban celebrando.
La pregunta real, por supuesto, era dónde estaba la Regis y cómo ponerse en contacto con ella. Muchas personas tenían ideas, pero ninguna de ellas sonaba muy convincente para Max.
Vince, Lisa, y Rick se habían ido para salir adelante con cualquier problema tangible que ellos pudieran encontrar y manipularlo -integrando equipos de trabajo, transfiriendo provisiones al Peter Pan por si acaso no hubiera opción sino de darse a la fuga, reasumiendo el patrullaje del planeta.
Max, al igual que Miriya, había dejado su asiento después del aplazamiento e ido a confortar a Dana. Encontrando a Rem que parecía haber golpeado los pies de ella; ellos no estaban acostumbrados a ver a su vigorosa hija mayor tan abatida.
Miriya tenía un brazo alrededor de Dana, quien era casi de su altura, antes de que Max llegara y la condujera a un compartimento colindante vacío. La cabeza de Dana descansó sobre el hombro de Miriya. La mirada que su esposa dio a Max le dijo que él debía aguardar por ahora.
Lisa y Rick habían hecho cierta referencia vaga sobre la vuelta de Max al trabajo coordinando los elementos de lucha combinados de las naves acopladas, pero Max no tenía muchas ganas de hablar de guerra precisamente en ese momento.
Él en cambio giró para encontrar su camino hacia popa y ver si la reunión de niños pequeños de Aurora ya se había levantado. Él vagó por allí, pensando en el mensaje de ella susurrado a su oído. ¿Por qué especialmente él debía estar alerta allí en el nuevo-espacio -ser cuidadoso con sus pensamientos? Aurora tampoco pudo o deseó aclararlo.
Distraído, él se dio cuenta de que estaba perdido. Había pasado mucho tiempo desde que él había vagado a través de los corredores del SDF-3. No había nadie a su alrededor, pero él se orientó y comenzó a moverse hacia popa de nuevo. Él fue lentamente, meditando.
La paz había parecido estar al alcance de la mano cuando la Guerra Sentinels terminó. Él y Miriya habían participado cada vez menos de un papel en la lucha, y él habría sido perfectamente feliz de continuar en las listas de inactivos para siempre.
Tiempo atrás, él había sido el terror del campo de batalla Robotech, un as de la refriega aérea con una veta madre del material indicado, un tacto sin par por su mecha, e instintos de combate sin igual. Delgado, pálido, y con anteojos, él raramente atrajo una segunda mirada de un desconocido, pero él no tenía igual entre los humanos, los Zentraedi, los Invid, o cualquier otra especie.
Max ingresó en un área de observación grande y vacía, la extensión de su puerto de observación mostrando una gran extensión del nuevo-espacio y las aparecientes estrellas.
Era divertido cómo ese talento Robotech suyo se había escabullido gradualmente a un segundo plano cuando el ser un esposo y padre se había vuelto más y más importante en su vida. Como si cualquier cosa que le había dado sus destrezas incomparables hubiese sido reencausada.
Él se detuvo, los instintos diciéndole que estaba siendo observado. Con absoluta certeza, él giró sobre su talón repentinamente hacia el puerto de observación.
Algo estaba suspendido allí en la oscuridad de la sombra del SDF-3, mirándolo. Era una forma que bloqueaba a las estrellas, el negro no reflexivo del hollín o de aquel vestido de jersey que Miriya tenía. Él no pudo divisar su forma, pero se movía lentamente como una marioneta a la deriva en el agua. Era difícil de estimar, pero él tenía la impresión de que aquello estaba a sólo cien metros más o menos del casco. . . y era grande.
Sin quitarle los ojos de encima, Max se alejó paso a paso hacia un intercomunicador en el mamparo y se comunicó al puente. "Este es Sterling -Max Sterling en la Cubierta Foxtrot, compartimento, uh, H-2108 a estribor. Tengo contacto visual con un posible bogey." Algo sobre la forma indistinta hizo retorcerse a su estómago, y sudor había aparecido en su frente.
Una enérgica voz -el Sr. Toler, Max pensó que era- respondió. "Nuestros sensores no muestran nada, Comandante."
"¡Entonces están funcionando mal! ¡Denme algo de las luces del casco aquí abajo, ahora!"
Luces externas de alto poder estallaron a la vida afuera en el casco. La iluminación chillona que ellas arrojaron se esparció sobre una forma que hizo quedar abierta la boca de Max.
No era como algún mecha del cual él hubiese oído hablar alguna vez, a pesar de que él había estado seguro de que los conocía a todos. Aquél incorporaba las características de un Inorgánico Invid, de un Beta Battloid de la RDF, y de un Bioroid de los Maestros Robotech. Pero el torso bulboso con su cañón de pecho y las piernas articuladas inversas inmediatamente le hicieron pensar en los pods Zentraedi. Y su torreta blindada con una única lente de una cabeza que ostentaba largos y destellantes colmillos de diente de sable como los de un Hellcat.
Aquello flotaba allí afuera, mirándole directamente a él con su lente amarilla y roja, mientras Max susurraba una moderada, casi admirativa obscenidad. Los segundos pasaban mientras los dos se miraban con fijeza.
Él oyó pies corriendo y echó un vistazo automática para ver al Coronel Xien entrar corriendo al compartimento con algunos oficiales cerrando la marcha -un mero parpadeo de los ojos. Y sin embargo, cuando Max volvió a mirar, el mecha negro se había ido.
"Comandante Sterling, no tenemos nada dentro del campo de acción o visual," la voz desde el puente dijo en forma algo estricta, tal vez irritada con Max por implicar que aquellos que estaban en guardia dejarían que algo entrase a hurtadillas a la nave. "Cualquier cosa que sea, no la vemos."
Max miró con fijeza al espacio vacío por unos cuantos minutos antes de regular el tono del intercomunicador para contestar. "Me lo imagino. Eso no estaba aquí para verlos a ustedes, tampoco."
***
Era una carrera contra el reloj que tenía a los Ancianos echando chispas detrás de sus máscaras para respirar. La mechamorfosis de Haydon IV en un guerrero Robotech fue una realización asombrosa, violando las leyes de la ingeniería y las resistencias de los materiales logrado mediante poderes más grandes que Haydon reservaba para Sí.
Pero aún la transformación fue demasiado lenta para convenir a los Ancianos. ¡El populacho está demasiado cerca! Nimuul protestó, siguiendo los desarrollos por vía de las redes de diseminación de datos mentales del planeta. ¿Dónde están sus armas? ¿Por qué no abre fuego?
Haydon estaba más pequeño de lo que ellos ya habían visto de Él, apareciendo desde el oeste como un despeñadero móvil. ME HASTÍO DE SU ESTUPIDEZ.
Hubo una multiplicidad de la voz, como si más de uno estuviese hablando. Los Ancianos se percataron de otras formas móviles. CONTEMPLEN Y APRENDAN.
Desde el este, el norte, y el sur llegaron otras personificaciones de Haydon retornando de misiones no adivinables. Cuando los cuatro se fusionaron, hubo efusiones de radiación demasiado intensas para soportar, cuando los Ancianos pudieron mirar nuevamente, Haydon era una única figura, retornado a su tamaño original.
Otra vez él se fue a la carrera sobre el terreno de Su mundo sintético, el cual en efecto se había convertido en un mecha, y la alfombra de los Ancianos levantó vuelo para seguirlo.
Ellos no se encontraban lejos de la unión del brazo derecho con el cuerpo, pero de su punto de vista aquello era más como una curva en el mundo, desapareciendo a lo lejos, con otra comba aún mayor levantándose fuera de la vista muy adelante. Ellos eran demasiado pequeños para tener algún sentido de la nueva forma del planeta.
Una apertura abierta apareció en la superficie del planeta, y Haydon entró sereno, flotando como de costumbre. La alfombra le seguía el paso obedientemente detrás. Haydon IV reverberó por los shocks de las reconfiguraciones finales. Cuando lo hizo, los primeros disparos de máximo alcance comenzaron a florecer alrededor de él.
La máquina de guerra aguardó en el espacio cuando la flotilla de naves del Grupo Local se lanzó precipitadamente al ataque.